Muy ilusionada y feliz está Tesly. Va a ser madre en las próximas horas y por vez primera. Todo va bien. Y finalmente el parto se produce. Los médicos y enfermeras felicitan a la madre primeriza. Y posteriormente le dan el alta, pero le advierten:
- "Señora, su hija está bien. Pero se quedará con nosotros algunos días en observación ..."
- "¿De verdad que nada malo tiene?..."
- "¡Oh, no! Esté tranquila. Pero le falta un poco del peso habitual, y queremos estar bien seguros. En nada, tendrá usted a la niña en su casa. Y puede visitarla entretanto cuando lo desee. ¡Claro está! ..."
Tesly intuye algo. Pero es muy feliz. Su tesoro también se llamará Tesly como ella. Estamos en un país centroamericano. Pobre. Las condiciones de todo tipo, son límites. El padre de su hija la abandonó al poco de casarse. Pero nada importa si la vida sigue. En su país siempre hubo violencia. Te matan por un bolígrafo. Te balacean por una nimiedad. Y aunque la Nación se dice democrática, se nota socialmente poco que ya no es una dictadura.
Tesly es guapa y alta. Hondureña y seguramente descendiente de los míticos y soberbios lencas, hijos más que probables de la civilización maya. Tesly es familiar, positiva y llena de vida. Y ahora hay más vida. En las próximas horas, va a volver a ir al hospital. Intuye algo negativo. Pero no sabe concretar qué es.
Dos días después, Tesly ya está de nuevo en el hospital con su hija. Casi todos la miran bien. Pero hay miradas de otro signo. Y en los pañales de su hijita Tesly, parecen haber como restos de sangre.
- "¡Oigan!, y ¿qué es esto? ..."
- "Nada! Son las pruebas a las que la niña es sometida mientras se la observa ..."
- "Pero ..."
- "¡Estese usted tranquila, mujer! ..."
En la segunda y tercera visita a su retoño, la buena de Tesly observa igualmente las manchas de sangre de su hija en el pañal. Y se pone como extraña y aturdida.
Una mujer alta, le hace un gesto para que se acerque. Y Tesly, obedece el gesto. La mujer, musita a la madre primeriza: - "Si yo fuese usted, sacaría a esa niña inmediatamente de aquí. Creo que la están sacando sangre a diario. Pero le exijo, ¡que no le cuente usted nada a nadie! ..."
- "¡Claro que no, señora! Y, ¡mil gracias! ..."
¡No! A un recién nacido no se le extrae la sangre. Ni a nadie, sin su consentimiento. Pero hay lugares en donde la palabra bienestar suena a utopía o a paraíso inalcanzable.
En estas zonas del Globo, la pobreza no solo pasa por la escasa o nula justa distribución de la riqueza. Sino por la pobreza moral. Y hay que saber aceptar la adversidad. No puedes estar tranquilo ni siquiera en un Centro sanitario. Lo mejor es la familia, y los tuyos, y los cercanos, y los de fiar. Casi todo lo demás es muy peligroso. Está la corrupción. Y se dice que hay tráfico de órganos y demasiadas barbaridades que se cometen en la impunidad y que alcanzan las altas esferas.
Tesly la niña, ya corretea alegre bien cerca de su madre por esos parajes hondureños bellísimos y de postal. Su progenitora la sigue bien de cerca porque hay una carretera aledaña y pueden salir bandidos con sus autos. Hay muchos secuestros e inseguridad. Tesly mira a su niña, y se dice que en cuanto pueda se vendrá a Europa. Lo tiene claro.
- BASADO EN HECHOS REALES -
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