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jose vicente ortí
Mariano Rajoy pasaba por allí. Era una mañana de verano. Un Juzgado. Con buena mata de pelo casi cosida a su barba habitual, Rajoy se dispuso a obedecer la acción judicial y a testificar. En esa calidad iba al juzgado. En calidad de testigo.
Relajado, tranquilo, confiado, sereno, y hasta chistoso y ocurrente, Mariano se sintió francamente bien. Las caras de muchos de sus contrincantes aparentes e institucionales también presentaban aspectos relajados. Quizá demasiado relajados, cuando lo que se intentaba averigüar era si el señor Presidente de la Nación habría metido en su bolsillo los dineros de los contribuyentes, o si conocía a algunos personajes en su Partido y aledaños que hubiesen podido trincar con su consentimiento.
Nunca a nadie en España siendo Presidente le había pasado esto. Sí. El miércoles santo gallego 25 de Julio de 2017 pasó por vez primera, y por tanto habrá de pasar a la Historia.
Lo que más me extrañó en su comparecencia chistosa y serena, fue algo en lo que pensé y esta vez en serio. Es como si la independencia entre los tres Poderes del Estado hubiese desaparecido. Como si el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial fuesen todavía una sola cosa difícil de separarse aunque lo ponga en la Constitución. ¿Quién era quién? ... Para mi no fue fácil ni lo es, decidir la tríada diferencial. Porque fue una plácida mañana de Julio, muy amable, con la mancha del grave accidente de Ángel Nieto, y muy pocas cosas reseñables cosas más que no fuese el ejército de periodistas y fotógrafos que siguieron en directo el suave y tranquilo evento.
- "¿Promete decir toda la verdad, señor testigo?" ...
Ahora me centré en las respuestas defensivas de Rajoy despejando los balones a córner y haciendo el espadachín con uno de los Magistrados de pelo cano. Otros, sonreían sarcásticos, el Juez principal trataba con buenismos de aplacar los inapreciables ímpetus y las medidas y educadas respuestas. Todo nada.
¡A donde iba! ... No entendí nada de lo que dijo Rajoy. A pesar de que afirmó clarito que él no es de números ni de economía. Que eso es de gente de tesorerías y de contabilidades y tal ... ¿Todo eso es decisión política, incluída la dinámica dinérica y hasta trilérica?, ¿hay dudas? ...
Ninguna y todas. No se sabe lo que dijo. Seguramente porque hace demasiado tiempo que Mariano no dice la verdad. Igual piensa a diferencia de algún filósofo, que la verdad solo puede hacer esclavos y nunca ciudadanos libres.
El mundo de Rajoy y los suyos es y parece otro. Otra sociedad, otra mirada, otra cúpula, otro acento, otras nieves perpétuas, alguna presunta omertá, toda la mentira junta, y un Poder Judicial lánguido y sin vigor. A la par que relajado y sereno, mañanero y juliano, calmo y poco puñetero.
Quizá por eso Pedro Sánchez está muy lento en el apretón de manos con Pablo Iglesias. A este país le falta rigor, y seriedad, y responsabilidad, y le sobran imposturas y pausas extrañas demoradas.
Hay que echarlos de ahí y cuanto antes si se quiere pronunciar un elogio emocional a España sin que pueda aparecer un serio rubor en los interiores. Y eso no es bueno. Porque las mañanas, y con la que está cayendo, deben ser tormentosas y hasta abruptas. Deben ser serias y temerosas, definidas, responsables y de salud democrática.
-QUE AHORA NO HAY-
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jose vicente ortí
Tres semanas de carrera son una soberana bestiada tradicional y deportiva que le pone amenidad a los mediodías y a las tardes de la televisión de julio, cuando los otros deportes mayoritarios duermen. Y con la excelente noticia del no dopping, el respeto hasta el último de los soldados del Tour 2017 que han sufrido con obediencia camino del homenajeador y glamouroso París. Podio de sueños y Camino de Santiago de gregarios.
Sin sorpresas mayores. Ha ganado Froome. Su cuarto Tour. Se coloca a uno del gran Miguel Induráin. Ha sido el Tour de un maduro sabio entre el pelotón, que ha sabido parar la impulsividad y abrazar la inteligencia de las emociones en el llano, y en los ascensos y descensos. Y sin apenas rivales de entidad, porque las diferencias en la clasificación general son un tanto engañosas.
La gran decepción, el gran fiasco, ha sido Nairo Quintana y su absoluta falta de fuerzas tras al parecer correr inadecuadamente el Giro y errar clamorosamente en sus estrategias de preparación. Verle hacerse a un lado en donde los desniveles se ponían imposibles y saltaban los demarrages, no ha sido una imagen agradable para su prestigio. Nairo deberá reflexionar. Nadie duda de su enorme clase. Pero aún no ha ganado ningún Tour y eso debe preocuparle más.
El que se ha metido en la segunda plaza del cajón final, ha sido su compatriota un tanto desconocido para los no seguidores del ciclismo como ha sido Rigoberto Urán. Excelente escalador y tremendamente regular en todos los terrenos,-ya había sido segundo en el Giro-, Rigo ha logrado el mayor éxito de toda su carrera deportiva. Para estar más que feliz.
Francia se anima tras mil años sin un aspirante de entidad, con las cosas de su hijo Roman Bardet. Ha madurado, y correr en su país siempre ha de motivarle. Su tercera plaza es una esperanza para el ciclismo galo, que ya tiene un ídolo definido para el próximo año. Su cara de campeón tras su desastrosa contrarreloj final le honra y le ambiciona. Quería ganar la carrera.
El vasco Mikel Landa no ha sido una sorpresa. Le faltan escasos segundos para ser el mejor ciclista español actual. Ha mostrado fortaleza y talento a espuertas, y ha certificado su condición de aspirante a grandes cosas. Me recuerda al gran Joseba Beloki. Le esperamos. Enorme escalador.
Alberto Contador ha vuelto a animar el Tour con sus espectacular cimbreo o baile sobre la bicicleta, y se ha vuelto a caer mil veces, y sus arreones en la montaña ya son limitados, y le pesa el culo, y sus piernas ya no le van porque los años no pasan en balde, pero sigue gustando su ciclismo retador, orgulloso, de ataque, y tremendamente espectacular. Es el único corredor en activo que practica el ciclismo de antes y que mantiene vivas las tesis del crítico Bernard Hinault. ¡Valiente! ...
El cruel Tour tiró el primer día de carrera al hospital al eterno y campechano Alejandro Valverde, y eso nos quitó emoción en las etapas a las aspiraciones españolas. A recuperarse pronto ...
Fabio Aru se ganó solo a sí mismo tras algunos días de ilusión y buen arranque en montaña, y uno de maillot amarillo.
En efecto, Froome sacó por cuarta vez la sonrisa final de Champs Elysées. Ha sido el mejor y con la gorra. Experiencia y clase, y arropado por un equipo sensacional como el Sky. No se cayó nunca, no tuvo desfallecimientos, no tuvo que correr sin bici como el año pasado, y lo de Fabio Aru lo resolvió casi con magia y corriendo a la contra y con talento. Hoy por hoy es el mejor ciclista del mundo que engrandece a este deporte y le pone mito y hasta simpatía con ese correr extraño, desgarbado y heterodoxo, flaco y fibroso como un atleta genial que es.
Itero. Veintiún días en bici son la maravilla épica de fortaleza que afrontan unos deportistas con casta especial. Porque en tres semanas se pone de manifiesto el alma del fondista al que le ponen obstáculos salvables por el camino. El Tour 2017 ha muerto.
¡VIVE LE TOUR!
4:38
jose vicente ortí
Pelo ensortijado, mirada incisiva, entradas que la edad define, y si te fijas en su expresión, es más sarcástica aún que impaciente.
Si no ves la televisión, no puedes saber quién y cómo se las gasta el periodista Eduardo Inda. Interrumpe constantemente, se queja de que no le dejan hablar a él cuando en realidad es al revés, trata de ridiculizar sin ética a todo el que se le ponga por delante en ideas contrarias, hurga en sus vidas privadas, busca el todo por el todo, y hace esa actitud americana sin barreras en la cual todo fin justifica los medios, lo importante es el ruído y hasta la furia, que se exprese desde el citado periodismo es sintomático de un modo de hacer que hasta puede reflejar un modo social en el que habita.
Eduardo contra todos. Contra quien haga falta cual enfant terrible, para así promocionar ideas y no quedarse atrás en las urgencias económicas.
Si se busca una tertulia resposada, serena, una opinión tranquila o una convocatoria lenta y reflexiva, que no inviten a Inda.
Inda es la carrera del coche desbocado, el oportunismo popular, el señalar con el dedo mil veces a ver si te das cuenta o te te convences, el insistir en lo mismo para convertir una habladuría en un refrán duradero que venga del atrás.
Quizá por eso es así de conservador, y se tiene por delante un terreno extenso para mostrar sus actitudes y modus. Porque Inda está cosido a las tradiciones y le aterran los cambios. Solo faltaba, que en medio de su emerger mediático, creciera y surgiese igualmente la nueva savia de unos chicos universitarios que se llaman Podemos.
Podemos, es cuestionarlo todo. Es más renovación y revolución, que ideología. Podemos es el surgir un mundo nuevo y diferente a todo lo que hasta ahora conocíamos y esperábamos.
Por eso Inda se excita indignado y saca el hacha verbal y de querellas hacia el Partido de Pablo Iglesias o Monedero. Porque estos dos, son su antítesis. Sus diablos a extinguir porque representan para él la peste social y el nuevo imperio de la unión de repúblicas socialistas soviéticas, o algo parecido. El mal.
Pero, no es tan así. Inda siente que le comen el terreno de su argumentario agresivo y sin escrúpulos que hace que los moderadores se tambaleen inquietos y casi impotentes. Inda siente que le dejan sin voz, sin pluma, sin opinión, sin twit, sin lápiz, sin ordenador; sin espacio ancho y largo para sus decires y teorías propias y aparentemente más que conservadoras y tejidas.
Pasará el tiempo. No se sabe si Inda se moderará, o si su ímpetu casi descabalgador formará parte de un tiempo fugaz. Lo más probable. No se sabe quién ganará las guerras, pero mal asunto ese de las guerras.
Porque los espectadores se cansan muy pronto de las cosas dado que la vida es cansancio, y la tele es relax. Inda, pues, deberá replantearse las actuales estrategias si desea que le sigan considerando un periodista y hasta con longevidad.
Hoy por hoy, Inda es el hombre morbo de la tele del que puedes esperarlo todo, del que se pasa los turnos por los forros, del que se sabe imprescindible en algunos foros del hoy, ayer y mañana, de derechas y del capitalismo que todo lo gana, del Real Madrid, y de sus fuentes profundas de las que afirma beber. Hoy, Eduardo Inda, sigue a toda hora pegado a las actualidades y a las polémicas. Y, atizando a Podemos.
¡VENEZUELA, VENEZUELA! ...
3:59
jose vicente ortí
Encajan las piezas. Hay sierras de emocionalidad en su peripecia, toques genialoides, típicos tics iterados de alguien con currículum especial.
Garbiñe Muguruza es una chica joven que juega al tenis y quiere ganar. Hija de la burguesía vasca y de la Venezuela bien, pija y bella, itinerante y alegre. Ya ganó el pasado año el Garros, y acaba de ganar igualmente el herbáceo Wimbledon al dejar sin fuelle en el segundo set a la veterana y hasta mítica Venus Williams.
Garbiñe puede coger unos tremendos berrinches y ser mucho más que mediática, venirse absolutamente abajo, y si se adaptan a ella, un portento físico e incluso técnico.
Internacional. Aúna a dos mundos latinos. El de Europa y el de Centroamérica. Y normaliza la idea del deseo femenino común. Divertirse, ser lo más feliz posible, aprovechar su belleza en formas de modelo, y arrear con femineidad y toda la frescura.
Muguruza es una rara avis. Por eso tiene carisma y respuestas, polémicas y contestación, envidias y aceptación, exigencias y hasta rechazos. Acaba de tapar la boca a toda crítica al cumbrear la catedral del tenis, y luego hace bien en conocer su mundo de chica, y no rehuír audazmente los envites mediáticos y normalizar ese su tiempo de vértigo.
Lo que nunca hará Garbiñe será para desapercibida. Conchita Martínez nunca fue mediática, y Arantxa S. Vicario proyectó el tenis femenino siempre hacia adelante desde su físico menudo y su garra corajuda.
Pero Garbiñe es mucho más que saudade o evocación de un tiempo de heroínas que abrían camino. Garbiñe es una chica de hoy; una superdotada para el deporte que sabe bien el terreno que pisa, sea con zapatillas o con tacones y femeninos vestidos favorecedores.
Sexy. Excesiva e inesperada, inmadura y especial, icono de la audacia normalizada, afirma sin dudar que cuando se ve en el centro de la gran pista de tenis de un gran torneo y contra una gran rival, le da gustirrinín.
Parece inconsciente ante sus sinceridades, se relaja, lo pasa bien bebiéndose cada segundo a la velocidad de su tiempo, salva dos bolas de set, sigue tranquila y golpea con la fuerza de un morrosko o de alguien de Centroamérica a la que nunca le falta en su nevera carne de vacuno. Garbiñe exhibe su poder. Sabe que puede impactar en tenis, en belleza, en medios, en espontaneidad, y en el centro de todos los focos de atención. Y en seguida se va a Twiter y pasa la página, y dice que quiere comprarse el vestido para bailar con el mito Federer que sigue haciendo magia como ella sobre la hierba de Londres.
Todo parece precoz y decidido en Garbiñe Muguruza. Todo es de avión, inmediato, de móvil y cámara, de que la dejen lucir tipo o novio en la playita y que nunca la atosiguen.
Ella tiene recursos propios para llorar frustración, hacer sorpresa, madurar, permanecer en la tierna adolescencia, o romper a mujer arrebatadora. Pero que no la presionen. Que no la digan dos veces cómo se hace un drive ganador o un revés letal de tiro olímpico. Porque lo pilla pronto. Como toda ella. Es pronto, inmediato, es innato, mestizo, único y especial.
- ES, ¡GARBIÑE 2017! -
9:56
jose vicente ortí
Revelador y significativo. El Real Madrid es una ciudad de astros, los cuales pugnan y orbitan en función de su ambición y actitudes.
El colombiano James Rodríguez es uno de los mejores jugadores de América. Cuando logró llegar al Real de Florentino procedente de las glorias propias de un gran Mundial que realizó, muchos dudaban de su calidad. Le minusvaloraban.
Se puso la blanca zamarra, y tras un tiempo lógico de dudas y adaptación, mostró un exquisito nivel futbolístico y acompañado por goles y excelente acomodación a un trasatlántico de campeones. Se salió con la suya y triunfó plenamente a pesar de la fugacidad que sitúa a los futboleros como meras mercancías a exprimir y a desechar. Sí. James Rodríguez no fue un jugador más que pasó por el Bernabéu. Porque James, es. Sigue siendo un zurdo elegante, director, colosal, dotado de una técnica y de un cambio de ritmo difícilmente neutralizable. Es. Es una gozada verle jugar al fútbol. Vistoso, protagonista y astuto. Y también pasional y sabedor de la tremenda competencia en la que se ubicó y de las urgencias constantes de éxito que han de bombear las arterias y la circulación sanguínea de un club ganador hasta cuando no lo hace o los resultados no acompañan.
James pasó los tabúes y los rubicones, como en su momento el teutón Özil. Pero James es latino, inconformista, no se sabe inferior a nadie, no tolera aguantar en el banquillo, y para
él no jugar es un fracaso de injusticia. Él vino al Real no para rellenar caprichosos huecos, sino para salir ahí al verde césped a mostrar su calidad, a hacer goles, y a reivindicarse como un crack.
Densidad de calidad en el Real. Cláusulas, millones, iconos, competencia a codazos por la titularidad, sed de éxitos y afinidad dividida con la grada.
En el Real Madrid no se torea pinturero, sino que la filigrana y el jogo bonito han de ir acompañados de eficacia y de todas las suertes. Ser titular en una máquina carnívora como el Real, es un hecho caprichoso y fortuito. Pueden contarse con los dedos de una mano y sobran dedos, aquellos futbolistas que estén convencidos y concretados por la condición de su titularidad.
A James empezó a venirle la realidad. Siempre debería estar empezando de nuevo como refrenando una y otra vez sus zapatos nuevos de gran figura consagrada. Lo intentó todo. Le vieron serio y disconforme, desconfiado, y finalmente realista. Había convencido, gustaba su fútbol bello codeándose con un explosivo Isco, pero al final no le ponían y habría de ver los partidos desde el banco.
James es joven y ha dicho que no. Que no cuenten con él para esas cosas. Su valedor Carlo Ancelotti le espera ahora en el Bayern de Munich en ese nuevo reto que representa ese fútbol alemán tan atlético, igualmente ganador y orgulloso de sus valores de ancestro. Se dice que el fútbol es una cosa que inventaron los ingleses y en donde al final siempre gana Alemania. Cosas del fútbol y de sus decires.
James es un diez. El número del gran Pelusa o del extraterrestre Leo Messi. Es el mejor centrocampista americano y uno de los mejores del mundo. Ahora pisará fríos campos llenos de lluvias y buen drenaje, costumbres no latinas, y nuevas experiencias en esa Bundesliga siempre difícil y tradicional donde últimamente dicta el Bayern. Pero James no se arruga y acepta otros colores y otras opciones. Necesita tanto jugar que dará igual el sitio geográfico de nivel. Lo que se trata es de que le hagan el hueco que no le han permitido en el Real.
¡MUCHA SUERTE!
9:45
jose vicente ortí
Cambio climático. Masa de aire sahariano. Demasiado calor en el desnudo y abandonado verde de la Naturaleza. Acción desesperada en la paz cotidiana del campo. Se cumple lo peor. El calor sigue arrasando. Quema. La temperatura convierte a la seguridad en incertidumbre y estalla silenciosamente el caos.
Algo prende. Un cristal potencia los efectos, la suciedad contribuye, todo sigue hirviendo, y finalmente aparece un humito espantoso que preludia toda la tragedia.
Y el humo se excita más y más, y se torna rojo devastador y móvil. Se llama fuego y va haciendo pequeñas colonias de poder hasta que se vuelve ambicioso y ataca las arboledas. Todo lo que el fuego halla en su avance no importa. Esa fuerza ígnea purifica y destroza sin escrúpulos. El miedo es su lema, y la dama de la guadaña su acción concreta.
Las gentes le divisan. Se llama incendio, y las llamadas a los parques de bomberos se suceden. Los chalets están ahí, y el pueblo, y la itinerancia por la montaña, y los animales, y el respirar, y la vida, y toda la desesperación en el límite.
Ahí ya no se puede respirar bien. Paradoja. Al pueblo y a la montaña se va a respirar más y mejor, pero ahora la pituitaria capta ondas tóxicas y los ojos y los pulmones perciben agresión. Hay que taparse la boca, porque el humo y el oxígeno puro son enemigos absolutamente irreconciliables.
El rojo cabrón de las llamas del fuego baila a capricho ante las hectáreas y la impotencia de las gentes. Del todo. Hasta que finalmente alguien lanza contínuas órdenes desde un megáfono indicando que hay que abandonar inmediatamente el lugar. ¿Dejar las casas?, ¿dejarlo todo a merced del fuego letal? No hay de momento otra opción. El viento está decidiendo la lid que sostienen los bomberos con la catástrofe roja y descomunal que emite humo ciego.
Llanto y desgarro. A los coches de ayuda, y a salir de esa encerrona cagando leches antes de que se cierren de fuego las carreteras de montaña y pueda no haber escapatoria. El pesimismo y el dolor presiden cada decisión y cada pensamiento. Batalla perdida.
¡El primer helicóptero de los bomberos lanzando agua ya se divisa! Algo es algo. Por fin se está plantando cara bombardeando con el líquido elemento al infierno cabrón. Puede comenzar la esperanza.
Realmente es dura la labor de un bombero. Es un Cuerpo que nos trae sobresaltos pero que es imprescindible. Sus sirenas y sus camiones reflejan nuestro inconformismo contra la irregularidad de espanto que arrasa.
Muchos bomberos han fallecido salvando vidas y cayendo extenuados cual guerreros necesarios en medio del infierno del fuego de los cojones.
El viento cambia y el tiempo pasa. Se detiene el llanto imparable de un niño que gime imparable desde que llegó al refugio de un polideportivo salvador con sus padres y vecinos huyendo de una muerte horrible.
La gente se aglomera muy cerca de la tele. Informan que el incendio ya está controlado. Que ya pueden volver a sus casas. Pero lo malo es que nunca sabes qué coño vas a encontrar allí al llegar. No sabes si todo se ha salvado o ha de comenzar una nueva vida. Y sigue haciendo demasiado calor.
-TODO DEMASIADO-
9:55
jose vicente ortí
Masa internacional. Pamplona. Turismo. Sanfermines. Toros, pañuelos típicos, Navarra, los saltos prohibidos y la presencia del turista guiri y procedente de los cuatro puntos cardinales y jóvenes del Globo.
Mito imparable. La magia que encendió Hemimgway y que lanzó a los cielos. Más populares aún que las Fallas de mi Valencia o que la mañana de la Tomatina de Buñol.
No hay distancias ni límites, la Seguridad se emplea a fondo. Borrachos imparables, aventureros pecadores e impenitentes, atracción carismática que se apoya en la muchedumbre para darle monumentalidad, meadas por doquier, tormentas aisladas, vida sin horarios y pura vacación. Julio. Un mes propicio para la hazaña patatera y hasta divertida.
¡Spain! ¡Gora San Fermín! Un no parar. El chupinazo, la traca, los petardos, el dios ruído, y la energía hercúlea y explicable de la juventud que se inicia en la vida surcando terreno experienciable.
¡Machismo atávico! ¡No violen ni magreen a las mujeres! ¡Ha pasado y es intolerable! ¡Contención, cojones! ¡Stop de una vez! ...
Ocho de la mañana, hora peninsular española. Ritos y ancestros. Los detractores hacen lo que buenamente está en su mano porque juegan contra el imperio de ese negocio atávico que se llama tradición festiva.
¡Pamplona se prepara! Pamplona está ahí dispuesta para los encierros. Los mozos del pueblo tensan cual atletas de élite sus músculos en evitación de males mayores. Hasta que empieza la estampida.
¡Toros! ¡Ahí están los toros! La manada, los blancos mansos, los bravos, los periódicos salvadores, los sensatos, los insensatos, los cebollos, los cabrones que intentan jugar un tú a tú de cinco minutos escasos con unas maravillosas bestias de seiscientos kilogramos y con unos cuernos defensivos letales y hasta maravillosos.
Resbalones, masificación, caídas, esguinces, muchas suerte, pisotones, guerra abierta por la supremacía en las calles más desnudas y tradicionales de la emblemática ciudad, y todo un equipo médico con ambulancias e infraestructura para llevar a los lesos a los hospitales tras atenderles in situ.
Cerveza, fanta, vino, cocacola, de todo, de todo lo que se piensa, ganas de hacer todo lo contrario a lo que narra el tiempo responsable del trabajo y de correr el marathón de los amiguetes y de tumbarse a la bartola cuando a uno el cuerpo le dice que ya.
Antitaurinos,mujeres lesas, más agobios,más risas, carcajadas, australianos, japoneses, estadounidenses, franceses, italianos, de Kansas, te cansas, te recuperas y sigues. Y sigues, y sigues ...
San Fermín parece increíble. El 2017 y nuestro tiempo parecen desmoronarse y quedarse aparcados detrás del triunfo del despelote. Y cuando los "foreign" vuelven a su país, deciden prometer que vuelven y con más sobrados instintos de vendetta festiva. Es la peña internacional del turismo de ocio de Julio, es contar épica y posibilidad, libertinaje y porrón, paletismo y postmodernidad; algo nuevo que llega y que se parece a una peli de ciencia ficción con grito de toro al mugir, y de un hablar inglés apresurado y con acento de alcohol y carrera. ¡Juventud!
-A DARLO TODO AHÍ-