1:20
jose vicente ortí
No os preocupéis. Tampoco yo me lo creía. Me costó creérmelo. Tuve que marcarme una terapia semanal, que consistía en que todos los días dedicase aproximadamente una hora, a repasar y volver a repasar los diez décimos del primer premio de la lotería que yo había comprado y que habían resultado afortunados. Y por razones de seguridad, no digo que el meteorito de la diosa fortuna también me obsequió en esos mismos días con el premio del Euromillón, que sabéis que es un sorteo de carácter continental como indica o deja entrever su nomenclatura.
Pasado determinado tiempo, ya tuve certezas. Tenía tantos millones de euros, que el tema referente a mis preocupaciones económicas del resto de mi vida, carecía ya del menor de los fundamentos. Tengo millones por un tubo y se acabaron las preocupaciones.
Una vez me lo creí y lo asumí definitivamente, vino lo inmediato. Hacer creer a los míos que era rico. Que me podía codear con la burguesía o con el alto empresariado sin el más mínimo complejo de inferioridad.
¿Cómo hacer que me creyeran y sin arrepentirme después? ... Naturalmente, confiando en el aprecio y el amor, y seleccionando rigurosamente. Haciendo un cásting cruel y necesario. Sabiendo elegir sin errores. O, con los menos posibles. Estas cosas nunca hay que decírselas ni a tu esposa. En este caso, al estar yo libre de matrimonio no hubo caso. Pero luego has de tantear bien y repasar sus vidas. ¿Realmente fueron familia?, ¿acaso verdaderos amigos?, ¿siempre es mejor no decir ni mú a nadie y dejar mi fortuna en manos del banco correspondiente y de los prestigiosos tipos que llevan las cuentas? ...
Siguió pasando el tiempo. Pocos supieron nada. Es demasiado arriesgado. Puedes ser muy poderoso sin quererlo. Convertirte en un jefe y en una referencia para demasiada gente humilde, que vaya a saber el destino caprichoso qué es lo que realmente les lleva y les atrae de uno. Además, hoy en día, el dinero es un dios sobrevalorado. El alfa y el omega de nuestro tiempo. La pasta son las reglas del juego del Sistema. El dinero suele desenredar muchas cuestiones. Soy consciente y medito mucho antes de tomar cualquier dirección y decisión.
Fueron tiempos muy duros económicamente. Estuve a punto de pertenecer al umbral de la pobreza. O, mejor dicho, debajo del umbral y dentro del área de penalty de una pobreza que quita todas las ilusiones y que te ataca como un martillo grande que cobra vida amenazante. Espacié mucho las sonrisas. Hacía simplemente, muecas de corrección.
Trato de superar todo esto. El impacto ha sido similar a un tsunami personal. Frena mucho el empezar a moverse. No se creen que seas rico. Y por eso he decidido ir a mi aire y jugar a sorprender.
Elegir. Decidir. Avanzar desde mi amasada y ya definitiva fortuna. Tres o cuatro coches de alta gama, la ropa más cara del mundo, séis mansiones, avioneta privada, y quince mil sueños hechos evidente realidad. ¡Que le den por saco a los reyes magos! Ahora me toca a mí ser ese Baltasar o Melchor, sheriffs del condado de los sueños y el chico de la película en el Olimpo.
Veo mucha falsedad. Éllas, me miran como lobas cuando acudo a las reuniones sociales exquisitas de lujo privado social. Éllos, me odian con el peor de los venenos y la mejor de sus sonrisas. Todo son preguntas. Que si, ¿a qué me dedico?, que si, ¿cuál es mi estado civil?, ¿mi orientación sexual?, ¿mi religión?, ¿mis aspiraciones?, ¿mi ideología política?, ¿mis proyectos? Sí. Son solo nuevos amig@s. Nueva gente que he conocido a raíz de tocarme el gran premio de la lotería. Meras anécdotas con piernas. A veces, largas piernas.
Voy a hacer muchas cosas. Muchos proyectos. Pero ya, sin horarios claros. Viviré mucho más la noche, que no me soliciten antes de las diez de la mañana, y por supuesto el estrés ya no irá nunca conmigo porque nos hemos divorciado y todo ya es el pasado.
Seguiré viendo el mundo desde la misma perspectiva que cuando antes del gran campanazo afortunado y millonario. Como mucho y si me pongo radical, viraré ligeramente hacia el centro. Pero, poco más. Nada habrá cambiado demasiado en mi corazón de poeta. Ni cambiará ni tiene por qué cambiar.
-SOY MUY FUERTE-
7:06
jose vicente ortí
El viejo narco gallego marca su legado siempre inquietante. En su mundo peculiar, la vida es el riesgo de la supervivencia permanente. Camina por los infiernos en los que caer una y otra vez. Toda una vida delinquiendo para salir de la pobreza y abrazar dinero en masa que lleva la droga.
El anciano, decae casi por completo y va muriendo. Parece perder primeros planos de la actualidad de su vida alterada y audazmente ilegal y arriesgada, pero hay algo en él que seguirá firme y rebelde hasta después de muerto. Algunos viejos zorros nunca mueren.
La nueva película del valenciano Francisco Plaza, sigue siendo fuerte, de acción y violencia, de realidad, de terror; impactos y efectos sonoros inquietantes y potentes.
Es la historia de gente que existe pero que pocas veces vemos y que apenas se nos muestra. Es una parte de la Galicia lluviosa, bellísima y de pueblo, costera y verde, y de mar, y de conchas y de nécoras, y de enormes disputas entre mafias de varios países, y de constante acción policial. Es la gran pobreza que marca la desesperación.
Al lado del viejo mafioso local carente de empatía y de sentimientos,-hasta el punto de negarse a echar una mano a sus propios hijos-, aparece el no convencional y a lo mejor más frecuente de lo que parezca, la figura del enfermero de una residencia que encarna el actor Luis Tosar.
El enfermero ha vivido también el infierno de la muerte de un hermano, y no ha logrado remontar del todo con sentimientos constantes de culpa y es toxicómano. Una toxicomanía que parece no impedirle hacer bien su labor cotidiana y que convive con el amor a su pareja que espera un hijo.
La realidad aparece disfrazada y dopada. Como tapada o en un autoengaño general. Pero debajo de esa superficie de normalidad y actividad esperadas, hay potentes agujeros de vulnerabilidad y de desesperación.
Película sin concesiones y con escenas tremendas. Un enfermero ayuda a comer tierna y eficazmente a un delincuente mafioso, pero con estrategias. Se lo gana con la picardía del que juega fuerte, y le da al viejo, placer en forma de inyectarle calmantes excesivos con mucho más fondo que el de hacer que su muerte inevitable sea menos dolorosa. No. El enfermero está haciendo una inversión. Sabe que su cuidado mafioso tiene dinero, y es más que ambicioso y friote. No le parece suficiente el amor que le tiene a su mujer y corre muchos riesgos. Y además, los hijos violentos del viejo le conminan a acelerar las cosas sin sospechar de la estrategia del enfermero toxicómano.
Jugar con ese universo vivo y ruidoso de fieras, no ha de garantizar ningún final de escenario placentero. Quien juega con fuego, corre serio riesgo de quemarse. Y en esta película no hay ningún claro ganador, ni el chico se sale plenamente con la suya. Las continuidades están en el alero como espadas en el aire. Y solo el futuro va a decidir las incertidumbres que indudablemente irán apareciendo.
El film plantea las dudas consistentes que propicia un universo sin ley. La otra sociedad tabú que convive con la cotidiana, tiene otros recorridos. Hay muertos, y cárceles, y lloros, y sangre, y golpes, y derrotados, e ilusos e incompletos. El hombre y su miseria le gana al clima y a la planificación. Gana el hierro y el fuego, la consecuencia de chafar y traspasar los límites, y de poco valen los chistes puntuales o las situaciones que pretenden ser amables.
Sí. El hierro es muerte. Y frío como la nada. Como lo es el mundo desesperado, el terrible, el insatisfecho, el cruel, el avaro; el individualista que solo piensa en la competencia ilegal y en el efecto inesperado. El hierro y la sangre son la amarga nuez que intoxica, envenena y no espera.
Es una buena película, que hurga disimulando en las mentes que dudan y que no aguardan lo mejor sino lo real e inmediato. La apuesta del director F. Plaza sobre la violencia fenoménica en la Galicia fatal, sale bastante airosa y aceptada. Hay buenos actores, buena velocidad de secuencias, ruido estrepitoso, actualidad, presentación moderna, y pensamos que son productos de la debilidad y del averno en la Tierra. De un submundo brutal y sin ambages. Del mundo del llanto y del chulo. Del otro mundo equivocado e imposible, el cual se revuelve fantasiosamente desde la hez a la nada victoriosa.
-FUERTE FILM-
5:33
jose vicente ortí
La Copa Davis, ya de niño, me llevó a la escuela del mundo del tenis. Primero, la radio me habló del mito Manolo Santana y de sus heroicidades. Y después, la tele del blanco y negro me hizo idolatrar a Manolo Orantes con su tenis técnico y elegantemente preciso.
La Davis, era una cosa casi mágica. No sabíamos quién era Davis ni cómo era todo ese torneo. Vi mucho tenis por la tele de niño. La Copa Davis tenía una mítica y un misterio parecido al rugby de los All Blacks, o del Marathón de Nueva York, por poner dos ejemplos. La Davis era un reto. Jugábamos en Australia una final. Era lo más difícil que había en el tenis. Lo más destacado, al lado del Garros o Wimbledon. Recuerdo a esa pareja de dobles que hacían Orantes y Arilla o Gimeno. Nunca ganaron la Davis, pero tuvieron a medio país en vilo. Hubo que esperar al 2000. ¡Un recuerdo al maestro periodista de tenis, Juan José Castillo! ¡La eminencia española en tenis en este deporte televisivo! ...
La Copa Davis era, a cinco sets. Los cuatro partidos individuales y el doble. Tres días de reto. Y conocíamos muy poco todavía al tenis. Casi siempre era sobre tierra o sobre hierba. Y lo más emocionante residía en el número dos. En el más malo de la selección que fuera. Porque en su capacidad de tomar la gloria por unas jornadas podía residir el éxito de la eliminatoria.
Sí. El deporte era otra cosa. Siempre elitista, pero con un sabor más diverso y diferenciado. Si jugabas en casa, tenías ventaja. Porque si eras visitante, te podían meter en una encerrona sin ojo de halcón y en donde el juez árbitro rezaba obligado el ser un poco casero. El tenis de la Davis era nacionalista, colectivo, y el partido de dobles era una cosa extraña donde se ampliaba la cancha y en donde había maravillosos especialistas doblistas. El juego era más rico por peculiar y creativo. Más complejo, y menos de saque y tente tieso.
Llegó Bjorg Borg y cambió el tenis. Empezó a ser paulatinamente más físico. Y se socializó mucho más, manteniendo la clase alta y desahogada. Pero la Copa Davis seguía siendo un orgullo nacional/épico y mundial, y eso la convertía en la más inesperadamente emocionante.
Empezaron a crearse torneos y más torneos de prestigio. Se estrechó profundamente el calendario. Se creó en la ATP la individualización y matematización de los grandes ases. Importaba más el jugador que el país. Y la Davis comenzó a hacerse extraña nebulosa. Las figuras solo quieren estar bien, para de esta manera ganar dinero. Y la Davis ya no les daba el prestigio de antaño. Y en esa tesitura, la Davis estorbaba y perdía sexy. Porque a veces coincide con los grandes torneos de la temporada, y a veces los números uno de los países comenzaban a renunciar para no saturarse.
Recuerdo la que montó el gran Guga Kuerten defendiendo a su Brazil contra España. O la escuela sueca, o eslava, australiana, y no digamos la de los Estados Unidos. Jugar contra los yankees era duro. Eran muy altos, atléticos, sacaban como guerreros, tenían mucha técnica y todo el entusiasmo de los ganadores.
El misterio y la magia de la Copa Davis, se ha ido marchitando. En el formato actual, no deja de ser una competición más, en donde todo queda reducido a un enfrentamiento entre una docena larga de países con menos partidos en siete días. Y esto permite que el calendario de los grandes torneos, respire mejor sin premuras y condicionados, y seguramente sea una necesidad y hasta un acierto.
Pero es evidente que declina y evoluciona la Davis. Ya cede. Los grandes saraos y charangas se repliegan en retirada en torno al gran resultado ganador y casero. Ya no serán tanto exhibiciones patrióticas, como admiración a los distintos héroes de la raqueta que podemos ver a toda hora.
Un inciso para hablar de la primera Davis. Muchas ausencias. Diferente. Y señalar el poderío hercúleo de Nadal, el amo, y el coraje de Roberto Bautista que volvió tras perder a su padre y ganó la nueva Davis 2019 contra Canadá. ¡Absolutamente admirable lo de ambos!
Volviendo ya atrás. Cae el mito y el misterio. A mí me supo mal no poder ver jugar a Rod Laver o a Ralston, o a Nastase, o Ashe, o a aquel saber australiano de la verde hierba antípoda de leyenda. Pero luego vi a Borg, y a McEnroe, a Becker, a Sampras, a Vilas, a Agasi, a Djokovic, a Federer, o a Nadal el gran guerrero y dios.
Es otro tiempo. Y la evolución son las urgencias de la lógica. Y el atrás acabará siendo papel mojado en este 2019 y en la Caja Mágica y bien moderna de Madrid. Ya importan menos los exotismos, y más lo que podemos ver ahora y en color. ¡Y enhorabuena a España, primer ganador de la nueva Davis!
¡MUCHA SALUD!
2:29
jose vicente ortí
La gran superficie. Navidad en boxes. Se van encendiendo las nuevas bombillas de la Navidad. Hay ganas. Empieza la estación Navidad. Pagana, consumista, religiosa, familiar, deseosa de sorpresas y brillo, de color y tradición.
Suéter nuevo, renovados botines, mediazas de rico bombón, leggins, probadores y Amazon. Compras y más compras donde tú sabes. Paseos de compras, y bolsas y sorpresas en compras. Buscamos el mercado navideño, y ponemos nuestros ojos en algo distinto, deseado y quizás asequible. Reivindicable y oído.
¿Qué habrá de moda en los grandes almacenes de nuestro mundo y tiempo? Deja volar tu imaginación. Pásate las horas muertas planeando una gran sorpresa. Un gran bien. Hurga en el arcoiris y en el vademecum de lo que te gustaría adquirir. Y punto.
La familia. Han de venir en Navidad. Algo se hará. Es el amor. Los niños. Los nenes necesitan jugar con la cosa nueva digital, y los adultos lucir nuevos atuendos. Todo el mundo a soñar. Queremos algo nuevo, diferente, sorprendente, algo que llame la atención, salir un poco de pobres y de la rutina, oler distinto, cortarnos el pelo o dejárnoslo crecer. Mutar como la vida en el año que mira camino de su final.
¿Por qué no estar e ir mona?, ¿por qué no ponernos algo bien varonil y socialmente aceptado?, ¿por qué no comprar lo que todos ya se han comprado y se van a comprar? La Navidad también son dos telediarios. Como la vida misma. ¡Ah, la suerte del Gordo! ...
Vivan la obsolescencia programada y la solidaridad oportunista. Ahora es el mejor momento para ayudar a los pobres, para darles nuestra caridad que nos reconcilia con su hambruna de las moscas, démosles cenas y algo de caliente a los sin techo. Lo dijo el Señor. Y además lo decimos nosotr@s. Jo,jo,jo. Ay, pobre gentes que no tienen ilusión y que tanto estarán sufriendo por esos mundos ...
Natalia busca afanosamente su ropaza de mujer. Tiene a otro alguien en su vida y le ilusiona sorprenderle. Y le tiene preparado a su nuevo corazón miles de sorpresas. Nadia quiere unas tetas porque ya es mayor y ha sacado matrículas en la Universidad. Convencerá a sus padres. Quiere estar más guapa aún. Y eso es imparable. Sergio va a por su primer coche.
Marisco. Carísimo. Pero, se compra. Como la carne. Se sacrifica uno para gozar. La comida navideña servirá para engordar y para reírse. Para juntarse todos esos que a lo largo del año parecen desaparecidos en combate. Pero se sabe que han de llegar. Y tocarán al timbre equivocado porque no lo recuerdan y todo eso, pero la alegría de la curiosidad todo lo paliará. A menos que tengas un vecino cabrón. Que se aguante ...
Licor. Jamón. Cultura del vino. Invasión americana. Pizzas, hamburguesas y toda la cerveza. Santa Klaus, Papá Nöel, el Niño Dios, el Nacimiento, la Virgen María, san José y el Belén. El Belén de Tirisiti. El pícaro caganer.
El árbol moderno de Navidad y el mercadillo bullicioso. El viaje a donde nunca sabrás que me escaparé. Año nuevo en la Patagonia. Amor en el Ártico. Me he liado con Rosalía. Y la soledad enamorada se vuelve magia. Sé que te gusta Pablo Alborán.
Dulces y turrones, los últimos villancicos, el chiste y el canto, el buen rollo, la fiesta y la birra, la misa y el cura, Messi o el Real Madrid. Y el mensaje de Dios y del Rey.
Bajo la mirada del techo de la gran superficie social y comercial de nuestro deseo, se ve a gente sonriente y curiosona. Comen en el lugar y pasan el día. Planifican todas las estrategias mientras los adolescentes embobados dan rienda suelta a sus hormonas dulces y desatadas.
Y de repente aparece una mujer sin edad. Un cañón con atractivo. Alta, casi desafiante, piernas de vértigo y escote seductor. Huele a magia. Y la miras y disfrutas de su presencia fugaz pero ineludible. Aunque luego descubras que solo es un físico.
-COMO LA NAVIDAD-
1:26
jose vicente ortí
" ¡Ojo! Podrían meterse en el Gobierno del Psoe. Hay que tenerles cuidado. Son lo peor. Llegaron como Atila o los del botellón, dando gritos en la calle un 15 de Mayo. Los piojosos, los de nulo fiar; los comunistas que blasfeman día tras día acerca de la única verdad que es España."
"Tengamos cuidado. Mucho cuidado, dentro y fuera. Defendámonos de sus terroríficas y nefastas pretensiones. Son jovenzuelos malcriados, de familias que perdieron la guerra, perroflautas y resabiados. Y lo que es peor: ¡no entienden nada!"
"Son republicanos y ya sabemos hacia dónde nos llevó la República. Querrán tirar al Rey. Menos mal que llegó Franco y puso orden y paz. Porque si no, aún seguiríamos matándonos fratricidamente los españoles y eso no se puede tolerar."
"Estos de Podemos azuzan continuamente los sentimientos de los victoriosos y de los derrotados,y son incapaces de respetar a nadie que no sea de los suyos. Algunos de ellos acaban comprendiéndolo y se acaban yendo de ahí. Riñen y se distancian. Porque vislumbran que las reglas del juego no las va a marcar un jovenzuelo orgulloso con coletas, el cual junto a su último ligue se ha comprado un tremendo casoplón dejando boquiabiertos hasta a sus más fieles seguidores."
"Pedro Sánchez se está equivocando. Los puso en cintura. Pero ahora ha traicionado a España y ha pactado con ellos. A los de Podemos les ha venido muy bien. Están sedientos de poder y de venganza. No son nada y cada vez nuestro país despierta y les vota menos, pero hoy por hoy hay riesgo de que se metan en el Consejo de Ministros y desestabilicen así nuestras vidas."
"Son ateos y no quieren ni a Dios ni a la Iglesia. Son infieles y traidores, y siguen levantando la voz a las buenas personas de nuestro país. Nunca van a misa, y a la Iglesia le lanzan imprecaciones intolerables que tenemos, qué remedio, que aguantar. Tengamos mucho cuidado."
" Ojo con lo que hacen con los separatistas que quieren romper España. Son cómplices de las algaradas, y en sus apoyos incumplen todas las leyes de unidad de nuestra Nación. Porque España es solo una y es evidente. Y nada más que una. Y nos vienen con cuentos de que los vascos y los catalanes son diversidad o no sé qué milonga. Todos somos españoles, de norte a sur y de este a oeste."
"Lo que quieren hacer los de Podemos con los extranjeros es terrible. Quieren dejar que nos entren todos en invasión, como ya está sucediendo. Y van a buscarlos con los barcos de esa gente que nada hace nunca y que se llaman organizaciones humanitarias.Y cada vez hay más extranjeros, y cuando tienen los españoles problemas, suelen poner a los inmigrantes más facilidades que a nosotros. Les prefieren. Son unos traidores e inútiles."
" En materia económica y en plena globalización, afirman que las leyes son injustas y a derogar. Sin darse cuenta esos ridículos fanáticos, que lo que hay que hacer es que los empresarios se sientan a gusto para que de esa forma nuestros emprendedores puedan darle trabajo a nuestros hijos y nietos."
"No hay dinero y nos quieren freír a impuestos. No se puede pensar peor. La hucha de las pensiones está a punto de romperse, y los de Podemos siguen ciegos y erre que erre con su vicio de apretar al empresariado. Y si los empresarios se ponen en su sitio, conseguir trabajo será lógicamente una situación imposible que todos lloraremos."
"España es un país que no olvida. Un país admirable, acogedor, con un clima envidiable que propicia el turismo. Y también los de Podemos quieren ajar esa gran fuente de ingresos. ¿Qué pinta el comunismo populista en las proximidades del año 2020?,¿prohibirán la Semana Santa?, ¿querrán convertir paulatinamente a España en una dictadura miserable?, ¿acabar con toda nuestra valentía y verdad?..."
"¡QUE NADIE LO SUEÑE!"
5:23
jose vicente ortí
Se fue con su dolor y vuelve esperanzado con su polémica. Luis Enrique Martínez ya es de nuevo Seleccionador nacional de España. Y el abrupto astur llena las portadas y rompe el twiter de los futboleros.
Vuelve un tipo singular. El puto amo. Y vuelve dando guerra y puerta a su discípulo Robert Moreno. Se trae con él a otro. A Juan Carlos Unzué.
En las tertulias se habla de la alegría del regreso del hombre más polémico del fútbol de España. Y saben mal muchas cosas. Falta ética. ¿Era inevitable que el inexperto Robert Moreno acabara su periplo llorando y hundido? ...
No lo era. Se debía haber hablado todo. Moreno, era paréntesis. Un paréntesis fantasioso que podría cristalizar en gran entrenador en función del juego y de los resultados. Algunos disparan como siempre contra el Presi Rubiales, porque el andaluz mueve cosas antes inapelables e incambiables.
Luis Enrique. Dual. Extraño y magno. Listo como las águilas. Y tremendamente áspero y abrupto. Luis Enrique tiene personalidad y éxitos consagrados en el Barça, y en muchos aspectos. Su carácter choca contra la prensa y los medios, y crea una inmediata expectación.
Es el Mou español. Muchos tapan sus armas en espera de que fracase rotundamente o que la falta de calidad de los actuales futbolistas, unida a la nostalgia de los grandes que nunca volverán, cuestionen las cosas.
Que nadie espere nueva suavidad en Lucho. Hará efectivos sus poderes y decidirá como siempre lo que le plazca. Será siempre correctísimo porque conoce las líneas rojas que no debe traspasar. Y no las traspasará. Lucho es racial, y genio y figura, y quijote moderno, y revolucionario, e inesperado tocahuevos, y el que manda y mandará, y al que se le admira o se le odia. Con Luis Enrique no caben las medias tintas.
En el fondo, el fútbol se nutre de personajes como Luis Enrique. Porque todo es espectacular, diferente, excitante, de sensación de impacto, de tipos duros, de quien no se arredra y más ahora que viene del rigurosísimo dolor íntimo de la pérdida familiar.
Lucho representa la diversidad y el efectivismo. Nunca irá de oropeles ni de ceremonias o boatos. Construye un muro en sí, impasable. Ahí tienes a Luis Enrique. El hombre que hace hablar y que no gusta a todos. El polémico y el innovador. El que lo ve todo desde su prisma. El que no se casa con nadie. El que hace que los periodistas traten de meterle el dedo en el ojo o en la palabra a cada gesto.
¿Lo de Robert Moreno? Será tema de escaso tiempo. E incluso esa fricción le levantará todavía más su fuerza mediática. El gran malo de nuestro fútbol también es loado. Y humano. Y podemos estar equivocados y tener él toda la razón. Manda. Y todos, a envainársela ...
Ahora dará sus primeras declaraciones y listas de jugadores, y le buscaremos las vueltas dando nuestra versión diferente. Y entonces Luis Enrique sacará su mueca y su porte de líder y dirá su cátedra. Y no andará con excesivas milongas. Vuelve a ser el jefe de la Selección. ¡A callar! ...
Sorprendió el consenso de no filtrarse nada de su privacidad cuando su desgracia familiar. Lucho es contundente. No teníamos que saberle nada de él. Parece más que protector de los suyos y blindado al cotilleo mediático que debe llenar horas y más horas de no deporte. ¡Tiene poder!
Solo se le puede desear al astur que le vaya bien y que se recupere de sus heridas. Pedirle todo lo demás es la mejor manera de perder el tiempo. Porque nació así de rebelde. Como el día en que Tassotti le partió la nariz y le hizo un penalty que no se pitó en aquel Mundial. Lucho se indignó y nos impresionó siempre su enfado. Porque seguramente tenía toda la razón.
Lucho no es Vicente del Bosque, ni marqués, ni gaitas. Lucho es fútbol de abajo, de arriba y de en medio. De chándal y del siglo XXI porque aún faltan ochenta años para el XXII. Es modernidad y dinamismo. Y en su tiempo libre practica deporte activo como si aún fuese jugador de élite del Madrid o del Barça. Hasta las abuelitas sabrán hoy quién es Luis Enrique. Pero la verdad es que toda personalidad así es un misterio insondable. Y no digamos la del fútbol.
-OPIO DEL PUEBLO-
2:08
jose vicente ortí
Dos horas de cine trepidante y sin concesiones. Basada la historia en hechos reales. Un atentado terrorista sacude Bombai. Tremenda película no apta para todos los públicos y dirigida por el australiano Anthony Maras.
En ese límite, en esa emocionalidad de espanto que dura muchas horas, puede verse un excelente perfil de muchas reacciones humanas.
Un fundamentalista que no es visible, es la voz del orgullo de los jóvenes terroristas que necesitan creer en las huríes y demás paraísos del morir matando. Las víctimas. Los muertos que parecen muñecos vulnerables del tiro al plato cuando golpean letalmente las metralletas de los salvajes. En el Hotel Tal Mahal Palace, pasa casi todo lo que le puede pasar de mal a un ser humano. Es el reflejo del drama y de la muerte, del odio y del choque, y en el fondo la lucha entre los sin nada y los poderosos.
Entre el estrépito y el desgarro, en el medio del infierno, aparece la reflexión. Los personajes quedan completamente desnudados. Choques culturales, choques históricos, odios, prepotencias, fanáticos asesinos, rusos orgullosos, americanos buenos como el chico, el contraodio que supone una de las mujeres indias y musulmanas que parece neutralizar a uno de los fanáticos terroristas, la pobreza de recursos materiales que potencia las vulnerabilidades del lugar, y también en el medio de la gran sorpresa, la lucha por apartar los maniqueísmos del relato y dejar paso a una realidad de espanto pero que haga pensar.
Sí. Es una película terrible pero necesaria. Un acierto. Y con un ritmo cinematográfico que te tiene sujeto y sufriendo en la butaca del cine. Cuando la impotencia se vuelve creatividad y gana méritos creativos. Capitalismo, fanatismo, terror, muerte, ternura, servilismo, esfuerzo, llanto fallido, desesperación, sobresalto, fuego, humo, destrucción, lo imposible, la ausencia de una sonrisa, y la necesidad extrema del amor ausente.
"Arjun", el personaje que encarna espléndidamente el actor inglés de origen hindú Dev Patel, puede ser el más rico de todos los personajes del film. Porque "Arjun" es un hombre sin dinero, bueno, que rechaza de plano la brutalidad de los asesinos, que es prudente, que sabe sufrir y tragar, que en medio de la llamarada guerrillera es capaz de calmar, y hasta de poner orden y de guiar. Y de intentar que la gente logre escapar de aquel gigantesco infierno de muertos y de desencuentros abismales. Entre la muerte, cercanos a la muerte, desde los hombres que están cercados por la puta y absurda guadaña, alguien se mueve desde el amor y el sentido común.
"Arju" es sij. Siempre lo es y fue. Y siente orgullo. Y rezuma paz. Y ayuda, y tira los estereotipos a la basura. Y sabe convivir en paz y con educación. Y da siempre las gracias, y se juega el pellejo, y lucha y se compromete en lealtad con quien le ofrece dinero para subsistir, y se vuelve hasta soldado sin querer en medio de la fiereza de los jóvenes y ramplones asesinos que son una secta destructiva y peligrosa.
"Arjun", vindica y se afirma en su cultura pobre y austera, pero practica la paz y no es de líos sino de sentimientos humanistas. Cuando finalmente llegan los refuerzos antiterroristas y actúan y la cosa se va controlando, entonces "Arjun" marcha de allí con su moto y pies descalzos. Y su humildad es tan alta como su cuerpo físico y su dinamismo, y entonces regresa a su poblado y amado donde ya le espera su hijo que ha nacido.
Y en ese poblado de la paz, le aguarda anhelante su linda mujer. Tierna y necesaria como él mismo. Huyendo y dejando al margen la bestialidad vivida y la zozobra de un mundo castigado por el fanatismo y las armas letales y expeditivas.
Esa imagen de "Arjun" en su moto camino de la paz, es el gran contraste y la gran esperanza de y en este relato sangriento, de terrorismo cruel y que se nutre de lo que el mundo presenta. El mundo del odio imposible y constante.
Volver por unos momentos al amor y al sosiego es tan vital como el respirar. Porque en aquel ambiente del Hotel tomado por el mal, la amistad y el conjunto solo han sido estrategias y egoísmos para sobrevivir. Y, afortundamente, el final descansa y alegra.
¡TERRIBLE FILM!
4:56
jose vicente ortí
El otro día me lo dijo mi extraño hermano. Que, Alberto estaba mucho mejor y que tenía un teléfono nuevo para localizarle. Me alegré en parte ...
Porque yo a Alberto estaba empezando a verlo de uvas a peras, pero cuando le veía se me quedaba mal cuerpo. No obstante, esta vez llamé a su nuevo teléfono y me sorprendió gratamente, porque desde sus palabras se intuía un nuevo ánimo en su discurso. Pero yo retuve mis sensaciones y me dije a mí mismo que hasta que no lo viese en persona, no haría mucho caso. Y quedamos un día para vernos.
¿Quién es Alberto? En algún escrito ya le mencioné. Un juguete roto, que ayudaba a todas las personas mayores de mi barriada que lo necesitaban, y que cuidó de mi madre los últimos años de la vida de mi progenitora.
En los últimos meses, el juguete roto parecía un sarcasmo prefúnebre y con fecha de caducidad pronta. Se le iba la cabeza, se desorientaba, y sus maneras eran las de un derrotado vulnerable en extremo y sin capacidad de percibir la realidad. Su delgadez y su indiferencia hacia lo que veía y le rodeaba, llamaba al patetismo.
Yo, estaba muy enfadado con él. No era Alberto, y yo no lo podía soportar. Si Alberto era uno de los míos. Alguien, con quien podía contar para cualquier cosa. Y ahora, ¿era así? ¡No había derecho a tal decrepitud! ¡Un día llamó a casa y no le abrí! ...
Ayer vino y subió a mi casa Alberto. En efecto, ¡era otro Alberto! Seguía con sus males derivados de una vida errática y huérfana. Todos los peros. Mas también presentaba un panorama más que esperanzador. Su hablar era otro; su pausa de mayor había logrado recuperar la luz de la sorpresa, y mil etcéteras de alegría.
Yo no sé ni quiero saber del todo, qué demonios ha sido el desencadenante de la renovada vitalidad anímica de Alberto. Me enamoró verle de nuevo su sonrisa de coherencia y de vida. Ya no es alguien de caduca vecindad. Ha vuelto, procedente de malos augurios, hacia un tiempo mejor. Ha sido mi última alegría apreciar su lógica de supervivencia. ¡Enhorabuena! ...
Sí. Parece que en su supervivencia hay nuevos agarres para seguir un buen camino. Tutelado y vigilado por la asistente social, comparte piso con otras personas, y no ha de preocuparse por el tema de la comida. Todas las semanas van a la compra y deciden las cosas.
Y me sigue contando Alberto con calma, que el otro día se fueron a una excursión a Denia durante siete días, que todo el tema médico lo tiene controlado y no se pela ninguna cita, que en la Casa de la Caridad valenciana tanto por la mañana como por la tarde debe acudir y acude a actividades que tienen lugar allí, y que hasta ha hecho amigos y todo.
Para mí, y siempre tocando madera, me pareció que certificaba su nueva posición de más consistencia y salud en el hecho de que había recuperado su contacto con sus hermanos, los cuales viven en Madrid. Alberto, es natal de la capital de España pero jamás se plantea volver. Dice que ya hace décadas que está aquí en Valencia y que de aquí nadie le mueve.
- "¡Oye! ¿Sabes que mi hermano es mariquita y que me han invitado a ir a Madrid a esa boda? ..."
- "¡Vaya! ..."
- "¡Fíjate! ... ¡No quiero ir! ... Pero al final me han convencido. Iré para no hacerle un feo a mi hermano. ¡Y me he dicho a mí mismo que no la voy a liar! Que, todo irá bien y que me estaré quieto ..."
Estuve riéndome durante más de un minuto a carcajadas. Y Alberto, sonrió.
- "Es que no sabía que mi hermano era así y ... ¡Compréndelo! "
- "¡Debes ir, Alberto! Es tu hermano. Lo importante es no ser ladrón, ni asesino, ni mala gente. ¿Qué más da lo otro,joder? Ja,ja,ja,ja,ja ..."
- "Tienes razón. Sí. La tienes..."
Alberto ha recuperado su sonrisa de siempre y su espíritu vital. Y además el cabronazo me ha hecho reír. Y cuando Alberto ve reír a alguien, se relaja más y le sienta bien. Puede que el rehacerse del bueno de Alberto haya sido mi gran regalo de navidades.
¡ADELANTE, ALBERTO!
11:41
jose vicente ortí
Ha sido Rivera un excelente actor mediático de una película del IBEX, junto a la dulce Inés Arrimadas. Ambicioso, empresario, joven y bien presentado, fue el chico bonito y avispado de la ambición y del oropel mediático.
Saltó al estrellato cuando dejó Cataluña, y se puso español y nacional. Las teles le vieron y le ajuntaron. Coincidió su tiempo de éxito cuando "Ciudadanos" trató de asaltar los cielos del PP , o cuando la Arrimadas estuvo a punto de ser elegida Molta Honorable Presidenta de la Generalitat.
Rápido, echado hacia adelante, atractivo, americano, tremendamente precoz, listo y estratega. Fue de chico bueno de la televisión. Parecía representar el relevo en la política, y el que escondía la caspa del PP transformándola en futuro y presente realidad.
Y el mediático Albert, se dejó seducir por la citada ambición y por la arrogancia. Lo ganaba todo, lo subió todo, y pudo junto con Inés Arrimadas ser la pareja bien y candidata de las nuevas españas. Pijo y dinámico.
Pero la política es muchas más cosas. Nunca se sabe bien qué es eso de "Ciudadanos" y de qué va esa gente. También hay mucho poderío mediático, mucha chica mona y mucho machito con estudios que aspira a todo. Rivera conectó bien con una parte atea de la España del PP. Le creyó nuevo y eficaz; lleno de sorpresas positivas. Era el Pablo Iglesias del otro lado, el que dominaba debates y platós; el joven sheriff con la personalidad de la calle de en medio del western de España.
Gustaban sus modales y brillaba su audacia. Pero Albert, viró y se le dieron cuenta. Insisto en que su "Ciudadanos" corría demasiado y sin poseer un motor de prestigio y tradición. Este 10 de Noviembre de 2019 pasará a la historia porque ha tenido Albert la coherencia y el entierro político del decir adiós tras su brutal descalabro en las Elecciones, y por lo feo del emerger de una tóxica emoción llamada VOX.
Cataluña y Franco, y la xenofobia, han encumbrado a un Partido populachero y ramplón. VOX ha destrozado a Rivera y ha entumorado a la España clásica, que es contaminada por el totalitarismo como ya desgraciadamente sucede en Europa.
Hay que ver la que ha liado Santiago Abascal. Pocas luces y todo el ruído. Acabado "Ciudadanos", en la sede de un algo renacido PP, las grandes seseras trabajan a destajo. No quieren que les pase lo de Albert, ni que la gente perciba que tienen demasiadas cosas en común con el del caballo blanco de la Reconquista.
Pedro Sánchez, la ha pifiado bien. Quería liarla en esta nueva convocatoria y salirse del mapa con mayorías absolutas, pero ahora lo tiene más difícil que cuando le sugirió Ministerios sin contenido a Unidos Podemos.
Otro que se la ha dado bien dada, ha sido Íñigo Errejón, el cual no se ha comida una rosca con su "Más País". Ha hecho un soberano ridículo, desde que Ada Colau le frenó sus ambiciones en Barcelona y le paró los pies de su seducción. En Valencia, el Compromìs de Oltra y Balldoví lamentan la alianza fallida. Hubiera sido mucho más real andar por donde solían.
El suelo fuerte de Pablo Iglesias ha funcionado. Con Garzón, actúa desde la ideología, y nunca por coyunturas. Unidos Podemos es una coalición social y real. Ahora, le exige a Sánchez participación clara, que escuche de nuevo a sus bases, y si se pone tonto, adiós y a hacer oposición para los cuatro venideros años. Todo un reto apasionante. Yo, ¡les seguiré! Pero habrá que ver cómo le iría al Partido morado una gran travesía del desierto con todos los medios y poderosos frontalmente en contra. ¡Valentía inaudita y de mérito, si logran rehacerse en votos y consolidarse los hijos del 11-M! ...
La peor noticia sigue estando en una sociedad española desmelenada, con greñas y emocional. Simplona y de poco pensar. Agresiva. Nostálgica de Franco y sin capacidad de resolver con política la cuestión catalana. Los "CDR" la estaban liando por la frontera y siguen yendo a la suya. Ellos no parecen jugar otro partido que no sea el de la desconexión.
Pero, en general, España está vulgarota y sin verdad. Previsible y mediocre. Con una presión de la Globalización asfixiante, y con escasa capacidad de reflexión.
España está en una especie de UVI del grito y del fardón, de la charanga y el ruido, de la prepotencia y el desencuentro. Mi país sigue a la deriva y sin ser bien gobernado.
¡UNA PENA!
11:07
jose vicente ortí
De niña, Griselda no entendió qué sucedía. Todo debía ser un juego. No era posible que su padre acercara sus manos a las partes y que le dijera cosas cariñosas. Fue mucho tiempo así. Ella no dijo nunca nada ...
De jovencita, Griselda sintió muchos vacíos. Echó de menos mucho afecto. Nunca quiso a su madre. Quizás la hacía cómplice de los abusos de su progenitor. Pero, sobre todo, Griselda estaba en nebulosa, no comprendía nada, le faltaba algo; su viento era de una tristeza encriptada.
Su cuerpo se desarrolló, y con el tiempo creció su vulnerabilidad. Griselda es afecto y carencia de él. Las dos cosas. Y cuando logró un trabajo de secretaria en aquellos despachos del postfranquismo, pudo ver tiempos grises, rutina, y mutilación de sus sueños difusos.
Uno de sus jefes, le dijo a Griselda que valía mucho, y que hiciera el favor de quedarse allí un poco más cuando acabara su jornada de trabajo. Pero el no de Griselda sonó tan bajo, que su jefe no lo escuchó. Solo se oyó el silencio. Su jefe era alto, guapo, elegante, varonil, poderoso y hasta potentemente seductor y audaz. Griselda vio su alianza de casado en el dedo de su jefe, pero finalmente aceptó quedarse. La falta de cariño puede ser potentísima.
Su jefe sacó una botella de cava, y ella se ruborizó. En ese momento, su superior le ganó su espacio de libertad y la tomó por las manos. Griselda, lloró. El hombre le levantó la falda y admiró sus piernas. Ella, le sonrió como una niña asustada.
- "Griselda. Eres un cielo. Yo haré que tu contrato aquí sea para toda la vida ..."
- "Pero ..."
Griselda no volvió más a ese trabajo. Volvió a los estudios. Se sacó el título de ATS. Y además siempre le gusta ayudar a la gente mayor y que sufre. Cuando vio a Eduardo, un hombre sin pasado ni futuro, se conmovió. Porque hasta entonces los hombres le daban miedo a Griselda. La mujer logró un empleo en un hospital, se independizó, y un día le dijo al tal Eduardo que se casaran y que vivieran juntos en la recién adquirida casa de Griselda.
- "Pero si soy impotente. No puedo penetrar. Ni hacer nada de sexo, mujer ..."
- " Tú vales mucho, Eduardo. Has sufrido igual que yo o más. Vente conmigo y ya verás cómo logramos estar bien ..."
Se casaron. A Griselda solo le importan los niños. Los adora. Y a sus gatos, y a todas las personas mayores y vulnerables que ve. El sexo le aterra, y ese tema con su Eduardo lo tiene más o menos estabilizado. Lo que pasa es que la vida es fuerte y ofrece mil sorpresas que marean. Griselda se armó de valor y se fue un día al psiquiatra. Se siente ya mejor, y las pastillas la permiten descansar y no influyen sobre su trabajo.
Muchos años trabajando juntos. Hasta que a Griselda le ha llegado la jubilación. Quería haber adoptado un niño. Pero, Eduardo, la dijo que no. Y la maltrata psicológicamente. La jubilación ha golpeado a Griselda. Mientras se está una activa, todo pasa volando y parece influir menos.
Hace un año conoció a un hombre latino. Veinte años más joven. Necesitaba aprender catalán para ganar unos oposiciones. Y Griselda es amor y se ofreció a darle clases y más clases. Y hasta viajaron por la montaña entre risas y fotos. Ella le llama: "mi sobrino". Y él se ríe. Y en cuanto se descuida, la mano del varón acaricia su rodilla. Y ella ríe también. Al unísono. Pero la mujer sigue acudiendo todos los meses al médico. Siente una gran insatisfacción que parece cronificada.
Se ha hecho adicta a los chats. Y a veces conoce a gente y quedan. Es peligroso. Su marido lo sospecha pero calla. Se acuestan juntos, pero ni siquiera hay sexo oral. Solo hay caridad y dejar las cosas como están.
En el fondo, Griselda desea salir de su laberinto y encontrar un hombre que la haga feliz. Pero no se ve capaz. Ya no la ilusionan los polvos esporádicos. Porque tras ellos se sigue encontrando con nuevos vacíos que se encandenan en angustia.
¡FORÇA, GRISELDA!
2:33
jose vicente ortí
La mirada de Cristóbal es la de siempre. Lo que pasa es que yo voy habitualmente caminando tan deprisa, que no me fijo. Pero,sí. Era él. En un stand de una Feria de promoción de productos locales en su Alboraia natal y eterna.
Era Cristóbal y siempre fue Cristóbal. Yo, finalmente, le miré. Me llenaban mil sentimientos, y entre ellos predominaba uno esencial: ¡olvidar el pasado! Y Cristóbal ni siquiera fue pasado porque quien el vio tenía mis ojos y mi aspecto físico y mi voz, pero yo era otro. Y él ni lo sabe, ni lo supo, ni lo sabrá nunca.
Me llamaba cinco minutos todos los jueves a la una de la tarde, desde su trabajo en reprografía de la Ford de Almussafes. Una vez esa ceremonia, ese detalle que que no llevaba a ninguna comunicación y en donde nunca me hablaba de tú a tú porque nunca creyó en mí, ni siquiera me decía si le iba a ver el siguiente domingo para hacer senderismo desde su coche, camino de un grupo de tal actividad natural y deportiva.
Cristóbal me miró y no se atrevía a decirme nada el otro día. Habían pasado muchos años desde aquella historia del senderismo,-y en donde me pagaba las fantas-, y todo se había cortado e ido por los aires.
Me miró y me observaba. Con su mirada de niño grande y su trabucarse ligeramente al hablar. Estaba delgado, en forma, y como siempre. Finalmente, fui pragmático con el pasado y le ofrecí un apretón de manos. Él, correspondió. La tensión, parecía superada ...
- "¿Cómo estás? ..."
- "Muy bien, hombre. Te veo en forma. Estás joven, ¡joder! ..."
Cristóbal, sonrió. Cerca de él estaba su compañera, la cual, al verme, había torcido el rostro. Yo abrí el espectro y la miré tímido y sin decisión. Ella nunca me había tragado. Ni ella a mí me hizo nunca gracia. Nos dimos dos besos. Pero insisto en que aquel yo que ambos vieron en aquellos años, poco se parecía al mío de hoy.
Cristóbal, generoso y detallista, cogió una bolsa de compra, y como un detalle me la regaló. Y yo le di las gracias,y en cuanto pude me largué de allí tremendamente molesto. No me gusta ese pasado mío. No me interesa. No quiero que piensen de mí lo que nunca fui ni seré.
Yo, inventé defensivamente un personaje. Me escapé del vacío de mi casa y de mi vida, para soñarme un gran senderista y marchador de gran nivel. Desde mi desorden y carencias, me busqué una extraña bocanada de humo de relax. Una huída hacia ninguna parte. Pero necesitaba intentar lo que fuera.
Mi no yo, se topó con un tipo singular que iba como todo el mundo todos los domingos al grupo del Botánico. A, ligar. Estaba separado Cristóbal, y el tiempo se le echaba encima. Y se ve que nos acabamos cayéndonos bien y congeniamos. Y pasé ratos de domingo alucinantes. Maravillosos. Otros, también muchos, llenos de ausencia, de dolor y hasta de llanto.
Mi no yo, no era para hacer amigos sino para hacer fantasías carentes de la más mínima base. Hice a pie con Cristóbal la Valencia-Siete Aguas, inventamos la Valencia-Castellón por la Costa, todas las excursiones dominicales de montaña habidas y por haber caminando a toda mecha por los desniveles, pero ... Pero todo era una extraña exageración mía. Un reto bobo y a la vez necesario para aquel tierno yo mío ...
Fue una época extraña y apasionante. Inolvidable, y llena de vacíos, de risas y de chascos. Hice poesía y atletismo, e imaginé absurdamente que el domingo de excursión era como un sellar una pandilla de amig@s cuando tienes veinticinco años. ¡Todo mentira! ¡Joder! ...
Cristóbal y yo nos mandamos mutuamente al olvido. Pero hoy no le doy importancia a todo aquello, porque aquel soldado de la montaña no era yo. Y nadie lo sabe ni lo sabrá. Allí, entre las montañas, fui admirado, ensalzado, y hasta humillado e insultado. Prefiero quedarme siempre con lo positivo.
Y si vuelvo a ver a Cristóbal, pues le seguiré saludando. ¿Por qué no iba a hacerlo? Cristóbal es como Juan, y Carmen es como Isabel, e Isabel es como Trini, y Trini como María. Sí. Cada uno es como es y bien diferente. Y yo también soy único y diferente. Y no pasa absolutamente nada. Y aunque me repatea el pasado, le seguiré saludando y con cortesía.
-LO PASADO, PASADO ESTÁ-