5:03
jose vicente ortí
Lena, de pequeña, solo tuvo holguras económicas. De padres andaluces con mucho latifundio, y con expectativas de alcanzar otros territorios hacia el exterior.
Alegría. Toda la jarana y la distinción. El porte. El dinero propicia a veces esas atmósferas. Y como Lena es tranquila, bella y tradicional, siempre ha tenido claras sus preferencias. A la menoridad y al poco recurso que se los coman los feos ...
Lena, siempre de costumbre antigua pero de mentalidad avanzada. Y en pleno contraste con sus ideas concretas y decididas, también abrazó el romanticismo convencional. De modo que se casó y tuvo la parejita. ¡Oh, amor! Y dentro de ese romanticismo, vislumbró a un mozo y médico latino que la ganó. Y Lena es lo que queda de aquel amor ya de pasado.
Separada. No fue fácil. Para ella los hombres han de ser bien altos en el escalafón. Que tengan carreras universitarias y todas las ganas de la fantasía que siempre ha sido su alma.
Lena niega seguir teniéndole amor a su ex. Pero es que aquel mundo la marcó toda. Su pareja de hijos, todos guapos y bien posicionados, ella madraza y leona hasta donde por ellos haya que llegar. A Lena ya le consintieron cosas de pequeña, pero sus hijos no pueden tener final en sus mimos y apoyos. Da igual que puedan ser unos niños bien consentidos. Lo único importante es que lo tengan paulatinamente todo, y sin la menor celeridad.
A Lena le gusta perderse por entre las grandes superficies, y comprar y comprar, y cambiar de look y estar a la última en todo lo que puede. Y que le dejen sus espacios para ella. Y en esos espacios, Lena puede soñar con hombres y más hombres, los cuales deberán ser diferentes, divinos, y con dinero, pero al final siempre hay alguna semejanza con respecto a su latino ex amor que fue el único y verdadero que poder habrá en su santa vida.
Lena es graciosa, y singular, y andaluza sin acento, y juguetona y hasta erótica. Pero ha de ser un erotismo suave y sentido. Ella no se va a coger del brazo de un caballero, a menos que este acepte todas sus condiciones. Ahí encuentra obstáculos y suele fracasar una y otra vez en sus relaciones con sus admiradores pretendientes.
Una de las fantasías de Lena son los chats de internet. En el fondo espera que vuelva el pasado en forma de torero fornido y de unos diez años más joven que ella. No quiere saber nada de las viagras ni de los avejentados incapaces o con dificultades para trempar.
Lo aparente de Lena es que adora los seres románticos, y los pasados de sexy, belleza y glamour. Y se mueve desde esas perspectivas. Desde un amor real que nunca llega, y desde el gusto por los varones enérgicos, masculinos y hermosos que desde sus niks virtuales la abordan, la siguen, la sugieren, la dicen lindezas, le proponen tomar cafés y quedar, y le hablan atrevido de amor además del sexo escurridizo y bocazas que a ella no parece hacerle en principio demasiada gracia.
A pesar de que a nadie le amarga un dulce y que es consciente de que les pone a sus hombres el listón demasiado alto, Lena sabe que existen los yogurines y los follamigos. Y que debe ir templando su chip y reseteando sus condiciones.
Porque Lena conoce bien Disneylandia. Su mundo se ha parecido mucho a la ilusión mágica. Y nunca va a renunciar a él. Y su cuerpo sigue juvenil y con el atractivo de la más que madura, aparentemente insegura, pero que lo tiene todo más clarito que el agua. Domina bien su contradicción.
Y Lena entretanto se apunta a inglés, y nunca se puede perder los viajes caros, y admira y se inclina hacia la ternura de los inofensivos. Y sigue y sigue viajando en busca de nada especial. Pero ese nada especial será siempre risa y vitalidad eternas.
-QUEDE CLARO-
3:05
jose vicente ortí
Kiev. Calor y pasión. El Liverpool y los sucesores de Keegan o Dalglish. Y sobre todo, la marca histórica llamada Real Madrid.
Partido menor con fútbol de orgullo de los reds. Hasta que se lesionó el ídolo egipcio Salah, y la cosa empezó a cambiar. No sé qué hace Isco jugando en el Real Madrid de falso extremo izquierdo con la tremenda capacidad de creación que tiene. Y encima, substituído ...
Surrealismo. El portero del Liverpool. Se llama Karius, es alemán, y en su final de la Champions hizo el ridículo en dos acciones cómicas. En una de ellas le puso el balón en los pies de Benzema que hizo el 1-0. Y remató su charlotada al tragarse como un juvenil un chut de Bale, que hacía el 3-1 definitivo.
Tras la lesión de Salah, el Liverpool siguió fiel a su estilo. Pero la pegada y la calidad individual del acorazado de Florentino Pérez decidió de nuevo las cosas. Marcelo centró con la derecha, y el suplente Gareth enganchó una volea absolutamente imparable. El resto, solo fue admirable dignidad futbolística british.
Trece Copas de Europa. Se dice pronto. Todo un récord inabordable. Parece sencillo. Pero de sencillo no tiene nada. El Real de la Liga decepcionante, se transforma en una máquina de matar gigantes en la Champions. Cosas del azar del fútbol.
También es surrealista esta alegría. Porque sí. Como no puede ser de otro modo, los seguidores blancos festejan exultantes la nueva proeza que empieza a ser esperada leyenda. Y se hacen burlas del pobre guardamenta alemán Karius, que pareció distraído y absurdo en los goles referidos. Impropio de un profesional del equipo de Anfield. Poco futuro tiene.
Pero esta gran final de la Copa de Europa de Kiev, la número trece para las vitrinas del Real, se va a recordar por algo realmente decepcionante y que tiene que ver con el ayer desaparecido en combate Cristiano Ronaldo.
Al acabar el choque, Cristiano estaba sorprendentemente enfadado. Como suena. ¡Enfadado! Y ante la prensa, la acabó de liar.
En pleno césped y con un egoísmo de patología, dejó caer que se va y que en los próximos días dará una rueda de prensa. Al parecer quiere largarse ...
¡Inaudito! Nadie va a dudar de que Cristiano es y ha sido uno de los mejores delanteros de la Historia del fútbol. Es una obviedad. Pero ayer volvió a demostrar que como persona no merece la pena. Ni llevar la camiseta del Real ni de ningún club de nivel. Es un crío egoísta y absurdo, alguien que no logra crecer, y al que no le importa hacer el aguafiestas haciendo el bocazas dolido.
Ahora hay fiesta futbolística en Madrid. En la Cibeles, en las calles, en el autobús paseando camino del Bernabéu. Pero además hay un estúpido a bordo que a ver qué cara pone ante sus aficionados.
Más surrealismo. Desde luego que la final de la Champions de 2018 será de todo menos olvidable. Y marcará un antes y un después. El Real Madrid está muy por encima de las sandeces de ese vanidoso absurdo que se llama Cristiano. El Real es una fuerza de muchísima gente. Él, es una pieza más. Importante sin duda, pero nunca un club ni un proyecto. Él ha faltado el respeto a sus compañeros, a su presidente y a toda la afición que es nacional e internacional. Debe ser echado de ahí. Y que nadie se preocupe porque su ausencia no se acusará. La fuerza del Real es retroalimentarse continuamente desde la unidad y la pasión de futuro y de triunfo.
¡Ni caso al divo! Ahora toca centrarse en el nuevo éxito y en los nuevos proyectos. Que la alegría circule por mayo camino de junio. Culmina y con éxito para el Real Madrid la gran fiesta de los campeones. Pronto habrá más. El Mundial de Rusia y contra Portugal. ¿Alguien da más morbo? ...
¡HALA, MADRID!
12:36
jose vicente ortí
Le tenía yo manía a ese desconocido que era Chris Froome. Un tipo de raros movimientos sobre la bici, inglés nacido en Nairobi, amarrategui, fuerte, delgado y estratega.
No me gusta ese ciclismo conservador y aburridote. Le ganaba a Contador y a quien hiciera falta. Hasta que pasó el tiempo, pude ver su rostro de inglés deportivo y simpático, y me ganó su personalidad y enorme talento sobre la "burra". Un ciclista completísimo y regular. El último gran corredor, a menos que se espabile de una vez el colombiano Nairo.
Le han acusado de todo. Como a Perico o a Contador. Los jueces tienen cara de poca chiquita con el dóping. Hacen bien en arrear sin miramientos. El deporte y la trampa son antípodas.
Tras la exhibición desde la Cima Coppi que ha hecho tres días antes de que termine el Giro del potente Dimoulin, he vuelto a sentir la épica que me hace saltar del asiento.
Era subiendo la Coppi, llamada Colle Delle Finestre. Froome demarró a ochenta kilómetros de meta hacia la maglia rosa, animado por el descalabro de Yates. Coronó dicha magna cima, y ya no lo dejó, y en solitario completó los puertos de Sestrière y de Jafferau. (Etapa Venaria Reale con Bardonecchia) Todo Alpes. Y emuló al "Tarangu" Fuente, y a Pantani, y a Merckx, y a Ocaña, y al loco Contador, y a todos los grandes y valientes caníbales de las dos ruedas con manillar.
¡Mentira! Hoy todo es mentira y son fábulas. Froome no puede llevar ningún motor en la bici ni ponerse morado de dóping. Lo primero es trola y lo segundo cosas veniales de su asma real. Incluso lo primero es de un tramposo que se dopaba prepotente y suciamente y que se llama Lance Armstrong.
La montaña es ciclismo magistral cuando no se espera a los tres últimos kilómetros a ver la cara que pone quien tienes al lado. Para hacer lo que ha hecho Froome en la durísima montaña del Giro, hay que tener en el cuerpo el talento de un genio. Y cosas como las de hoy en la Coppi son las que besan al ciclismo y lo convierten en permanente y eterno. Como Cristiano o Messi en el fútbol. Se necesitan cosas así.
Hoy ha ganado el ciclismo y el Giro. Esa bestial aventura de la primavera cambiante italiana. La carrera más estética y aventurera que puede haber. Porque el Tour es una institución y una cátedra, y la Vuelta es un recurso de bombón pero ya cuando huele a septiembre. Su tiempo fue abril.
Y como gana el ciclismo, cuando pasa lo de Froome en la antepenúltima etapa, este deporte recupera el atractivo y la divulgación. Es durísimo, los corredores se juegan el pellejo mientras entrenan, y se sabe muy poco de esa dureza y de esa preparación. Queremos robots y héroes limpios y mágicos, y lo demás nos suele importar un comino.
El ciclismo se ha vuelto un deporte de paseos o de locos ultrafondistas que hacen natación y marathón formando otra cosa que es el triatlón. Pero su esencia sigue ahí, viva y vigente.
Chris Froome ha construído una hazaña. Un alarde. Protegido por musas de la resistencia hercúlea y del enigma. Es un campeón. Comparable a los grandes de la Historia de los gigantes de la ruta. Es un ídolo. Ese one que todo deporte precisa para no morir.
Imagino cómo estarán los corredores tras tres semanas de hacer burradas por ahí arriba. Su ácido láctico. Su moral. Sus cabezas y sus piernas. El Giro de Italia es como una moza hermosa que no lo sabe, y que exhibe su encanto casi sin darse cuenta. Como la primavera del ciclismo. Hoy Pantani ha sido homenajeado mentalmente por todos los que le admiramos y lloramos su tristísimo final de las trampas definitivas. Y hemos recordado muchísimas cosas bellísimas que siempre están.
Han reaparecido estos deportistas colosales, el ciclismo de ataque esta vez encarnado por el dios Froome, y toda la virtud de este deporte tan maltratado como grandioso. Ahora Froome es rosa, y seguramente lo será al final. Y ha hecho que este color se reactive, y que lo haga el Giro, y que nuevos Pantanis o Contadores se afanen en salir al deseo de las carreras y de las épicas triunfadoras.
Inolvidable el ciclismo cuando es sensacional y pizpireto como el del atractivo Giro. Pronto llegará la catedral del Tour y todo se oficializará y se hará maestro e institucional. Es la carrera de carreras. Y nunca admitirá comparaciones. Ni debe.
¡BRAVO, FROOME!
7:48
jose vicente ortí
Alto, cartagenero, apuesto, bien plantado y con un discurso contenido y sagaz. Hábil comediante, excelente actor, encorbatado, panocho, audaz y más que ambicioso.
Dejó atrás sus timideces juveniles,-si las tuvo-, y se lanzó al poderoso ataque de la supervivencia. Seductor y trilero, sospechado por más de medio país, sobrevivió cerca de viente años a los requerimientos de la bella Justicia.
Creó un magma y una atmósfera de impunidad. Fue a por la pasta pero con talento. Nunca se fió de nadie. Fue un maravilloso lobo solitario con terror a sucumbir. Se hizo grande, poderoso, abrazó a las señoras y señores de todos los poderes fácticos, lo ganó todo en política o lo que fuera lo que hizo, y aparentó elegancia en su paso por la audacia de suave chulería desde su poder.
Acento de escurridizo. De osado. Ministro, Presidente de una Comunidad Autónoma, directivo de enormes empresas, y un decidido lince para esconder el dinero aunque fuera en los calcetines o baldosas.
Eduardo Zaplana fue deseado, imprescindible, con pegada estilizada, alto, grandote, hurtó los cielos y lo que no está en los escritos, dribló a todas las evidencias, y vivió como un dios del Olimpo de la "Honorable Societá" ...
Hizo todas las golferías que un político peso pesado jamás debe hacer. Se saltó todas las éticas y los principios, siguió aparentemente victorioso a lomos del Sistema picarón, y podría formar parte del Lazarillo de Tormes o de la Pícara Molinera.
El PP fue ganador en sus momentos y tiempos, y show, y oropel, y serenidad en las definitivas defenestraciones, y su playa morena de jacuzzi rutilante en el rostro suscitó todos los comentarios. Mucha envidia y admiración cuando formaba parte del equipo titular y blindado de Aznar. Fabricó telebasura en la caja tonta, y fue más que rápido en su tiempo de rapiña dinérico. Estaba aquí para forrarse, y a fe que lo logró.
Se asesoró bien. Tiene el dinero en sucesivas sociedades encubiertas de los paraísos fiscales como hacen los golfos de luxe. Pero nunca perdió la veta práctica de su raíz de inicio. Esconder un dinero en su casa era para él tan importante como la timba del juego del IBEX.
Todo le salía bien. Impecable y hasta sexy. Más lujo. Solo el puto cáncer le desmejoró la imagen. Hizo suya toda la información, y desde su serenidad se mostró capaz de todo y de acojonar enemigos sin perder la dulzura hipócrita de sus sentencias a cumplirse a rajatabla.
Julio Iglesias,el IVEX valenciano, su mal rollo con Camps, su empatía con sus chicas Consejeras y con sus amigotes de Xirivella y de donde hiciese falta.
Las andanzas de Zaplana son las de un tipo misteriosamente brillante para lo mediático y para el trile. Hace poco le hicieron un homenaje y él se quitó aparentemente toda la vanidad. Trató de ser modesto en el discurso, hasta acabar acusando a todos los demás políticos de no estar a la altura de lo que España exige hoy.
Un mago. Un gran prestidigitador de la mentira. Un feriante de la irresponsabilidad, un truhán que dejó el señorío para el aspecto de sus trajes caros e impolutos. Una mentira democrática que algunos quisieron creerse, pero que la gran mayoría sabía que olía a Reggio Calabria.
Lo de ahora, muchos años después de las sospechas, pone en jaque la no celeridad y la gran demora judicial. Y cuando hay demora, la Justicia no puede serlo tanto.
En su detención hay surrealismo y muchos gatos encerrados. Lo más relevante aparte de sus astucias seductoras, es que siempre fue hormigaza que guardó un as.
-NO SE FIÓ DE NADIE-
4:45
jose vicente ortí
Golpes y dureza. Se coge el escenario de la América profunda y paleta, y desde ahí se estira hacia adelante. El director británico Martin McDonagh, acierta plenamente en su excelente película.
Lo primario como creatividad destacada. Todo a lo bestia, pero que acaba rezumando ironía y ternura. En realidad se huye de los canallas. Los desalmados son ellos y sus circunstancias.
La ley del golpe duro ofrece espacios de acción y calidad. Adiós al maniqueísmo y adelante la acción de la realidad.
Resulta que la extrema violencia es a menudo frágil y lógica. El límite no es marciano sino explicable en esa pulsión.
Una mujer con un valor de plomo, unos policías escépticos y de supervivencia, el Oeste clásico, lo localista, y el racismo y la hipocresía. Todo junto.
El fin no justifica los medios que se llaman ley. Pero el personaje que encarna la excelente actriz Frances McDormand es inteligente, y su discurso es irreductiblemente malhablado pero justicieramente positivo.
Tres anuncios. Tres. Lo mediático. Si te falla la cosa, haz ruído por si acaso. Y desde el ruído y los golpes, hay un río de vida que se llama película más que interesante.
Porque en el fondo, todo son dudas. Tras las aparentes definiciones y acciones claras, se esconde un universo de vértigos y fallas. Agujeros de infelicidad y deseos profundos de escapar para vivir. Que son dos días ...
Es todo muy humano con apariencia de primaria bestialidad. Hay unos diálogos crudos y excelentes, inteligentes como piedras sinceras. Y la interacción no conoce concesiones porque es sentida y auténtica.
Hay valentía y resolución. Y tiros, y venganzas, y tipos siniestros, y más dudas, y acción, y dinámico paisaje, y coches que se conducen con decisión, y negros maltratados que se defienden con la mejor astucia.
El color rojo de los tres anuncios de las afueras en donde se denuncia la ineficacia policial, es a la vez vida y sangre. Pasión y dolor. Amor y valentía. Utopía y ovarios. Sorpresa y rechazo a un tiempo.
Aquí hay libertad. En los escenarios más pueblerinos y en las esferas menos oxigenadas por la costumbre y la circunstancia, hay gente que respira acción y resolución. Resolver sus vidas y sus situaciones a golpe de emociones sinceras.
Mucha violencia en esta película. Pero no es gratuita sino significativa y cerca de ser divulgativa. Excelente actores y una gran idea casi experimental del director.
La muerte y la vida son una misma cosa cogida por los pelos, pero lo mismo. El mismo cordón. Y en medio de las pedradas también puedes reírte inteligentemente y hasta a carcajadas. Parece paradoja pero es ingenio.
Lo brutal y hasta tétrico cobra hilaridad, y la actualidad y los actos concretos triunfan sobre los hechos cotidianos.
La madre llora en las afueras reclamando justicia hacia su hija cuyo caso está sin resolverse. Y aparece una ternura de fantasía y deseo. Un tipo dominado por su madre y al que echan de policía, pero que se va superando sin perder el límite y el contexto. Cree dar con el paradero del asesino, pero no es. Hay llantos pero no rendiciones.
Al final de la película, el director quiere que todo se mueva y continúe con el peligro habitual pero con nuevos retos y direcciones. La madre y el ex policía siguen buscando ahora en otro lugar al asesino hipotético. No se sabe si lo van a lograr. Pero lo que sí se sabe es que ahí está el coche y la carretera, y la busca, y el no quedarse parados a ver. La vida se diferencia de la muerte en que es dinámica y en que está llena de carreteras y de sucederes.
-MÁS QUE RECOMENDABLE FILM-
8:35
jose vicente ortí
En mi Valencia luminosa que avanza suave pero firme camino del verano, el domingo un banderazo se agitará dinámico sobre buena parte de la sociedad deportiva valenciana: ¡La Volta a Pèu! La carrera de unos ocho kilómetros llenos de familias que recorrerán con sus zapatillas todo el Centro Histórico de mi ciudad para desembocar arriba del río Turia y en el tradicional final del Paseo de la Alameda.
Os cuento mi reto que voy a lograr. No la voy a andar ni a correr. Porque me quiero mucho más y me siento satisfecho por mi mayor madurez en la decisión tomada.
Claro que me gustaría estar ahí y con tod@s. Mi vida ha sido el deporte en muchas facetas. Como el marathón, el ultrafondo o el senderismo de nivel. Yo he disfrutado mucho con la Volta a Pèu. En función del tiempo y de la evolución de mis cascadas rodillas.
Me he metido en el pelotón, he tirado como un salvaje, me lo he pasado bomba con el sudor del esfuerzo, y después me he hecho séis kilómetros más con la camiseta obsequio al hombro, para llegarme hasta mi casa.
Este año he estado a punto de nuevo de caer en la tentación. Me encanta mi cuerpo en acción. Mi resistencia, mi fuerza, mis ganas de competir, mi capacidad de sufrimiento, mis remontadas en la carrera, mi vanidad y todo mi exceso. Pero, ¿para qué? ...
He sido operado en dos ocasiones de la rodilla, y padezco además un potente proceso artrósico prematuro. El cuerpo me pide que me deje de cuentos y que me vaya a La Alameda. Y que juegue a héroe y disfrute, y que sorprenda con mi vitalidad y mi orgullo.
Pero la cabeza me dice exactamente todo lo contrario, y en un acento e idioma racional y científico. Que no corra la Volta a Pèu, porque me haré todavía más daño en las rodillas y aceleraré de este modo todo el proceso inflamatorio y artrósico posterior.
Es dura la lucha y a veces flaqueo. Como casi todo en mí. He de renunciar a cosas que me gustan, pero que nunca serán convenientes. ¿Cómo combatir mi dualidad de deseos encontrados? Es una lucha mental dura. Una lucha que pasa afortunadamente por un punto nuevo y mágicamente positivo.
No es tan importante mi deseo vanidoso. Todo es un gran espejismo embustero. Eso no es pasármelo bien, aunque mi fantasía pueda llevarme camino de otras conclusiones. Hay algo más. Seguro que hay algo más. Que el deseo es un caramelito envenenado que puede hacerme mucho daño.
Cuando al día siguiente de la carrera certifique que no he tomado parte en élla, entonces deberá surgirme el placer de la seguridad de mi fortaleza. Esa renuncia será placer, coherencia, amor propio y sudor brillante y sedado.
Precioso. Atrás las fantasías de una Valencia con zapatillas, y adelante la autoestima de mi vitalidad. Me quiero más que antes porque pienso más y mejor. Logro reaccionar anteriormente a la hostia, no necesito caerme para certificarme el daño, soy consecuente con la lesitud de mis articulaciones inferiores...
¡Esa es la fuerza real! La que me hace el bien, la que me cuida, la que me hace descubrir que se pueden las cosas, la que ha de dar paso a una consecuencia mucho más brillante y feliz. Y tras contaros ésto, dar la enhorabuena a tod@s los amig@s y participantes en la carismática Volta a Péu.
¡TODOS LOS ÁNIMOS!
14:06
jose vicente ortí
Antonio, no lo tengo seguro. Pero estamos aquí para intentarlo. No tenemos nada suficiente, pero la ley del derecho a la vida está con nosotros.
¡Límite! Esto es límite. Mas nadie nos ha empujado a venir a este lugar. Lo sabemos. Ahí tenemos a centenares de personas a la deriva. Les estamos diciendo todo lo que podemos decirles. Cada vez veo más gente en las pateras. El agua del mar no permite tanto peso.
Sí. Yo les estoy diciendo que se calmen. Pero están ateridos de frío y hambre, y apenas pueden oír mis palabras de esperanza. He preparado junto con los demás voluntarios todo el protocolo de supervivencia. Les hemos lanzado los chalecos salvavidas y dicho que se muevan los menos posible. Y que debemos esperar. Las autoridades han de darnos el consentimiento o no podemos ayudarles y será doloroso y frustrante.
¡Mira, Antonio! Es el momento ya de actuar. Parece que no nos dicen nada los que mandan aquí, y esa inacción significa que apretemos los dientes y nos dispongamos a lanzar nuestra ética sobre los semináufragos de color. ¡Pobres! ...
¡Venga! Tranquilidad. Hemos venido a salvarles. Estamos aquí para ayudarles. ¡Cálmense! No pasará nada. Por favor que les pedimos que contengan su miedo y su ansiedad o puede ser duro. Somos amigos. Estamos aquí para recibirles y porque sabemos que vienen y que su vida corre peligro. ¡Atención! Si alguien desobedece nuestras indicaciones, entonces puede pasar que esto se rompa y se caigan al mar. Su confianza en nosotros debe ser absoluta. ¡Paren su miedo! ...
Lo intentan, Antonio. Sé que lo hacen con todas sus fuerzas. Pero las dudas les comen. Aquí hay mujeres embarazadas, niños,y un sobrepeso bestial. Y un acojono lógico de mil pares de narices. Yo también estaría aterrado. Les oigo rezar. Están encomendándose a sus dioses y espíritus protectores. Y hasta cantan himnos de esperanza y de positividad.
Antonio, ¡veo más pateras de las previstas! ¡Esto nos está superando! Y además veo que la están cagando. Hay patrulleras que les van a a parar sin miramientos y de forma directa e inhumana. ¡Hosti! ¡Hasta a nosotros que nos conocen nos han hecho una pasada rápida con el fin de asustarnos y de alejarnos de nuestro deber! ...
¡Se nos caen! ¡Se van al fondo! Algunos no saben nadar. Hay mucho caos y desconcierto. Se quieren mucho entre sí. El cariño no mira de trabas. Hay gente que hace segundos estaba, y ahora ya no. El griterío de horror y la desesperación preside nuestra labor. ¡Hacemos con rapidez ahora lo que podemos! He estado a punto de caer al agua. Mis compañeros han tenido suerte parecida y ...
Tenemos a algunas barcazas a salvo. Falta mucha gente. Les decimos que no miren atrás. Les lanzamos algo para que coman y beban. ¡Ya son nuestros aunque no todos! Las mujeres y los niños no van a morir. Algunos adultos sorprenden con su enorme fortaleza y esta vez se han salvado. Otros, no ...
Ya están en nuestro barco. Ahora los entregamos salvos a las autoridades del Mediterráneo. Es la ley. Procederán. Antes les hemos dado ropa seca y toda la energía emocional que hemos podido. ¡Un niño tiende a sonreír! ...
¡Es nuestra misión, amigo Antonio! Tú también haces lo mismo que nosotros porque perteneces a nuestra misma ONG. Te escribo esta carta para desahogarme y dormir y recuperar mejor. Te evito los detalles más escabrosos porque tú ya los vives y no es necesario repasar el horror. Ahora voy a descansar. Tenemos que relevarnos. Mañana te tocará hacer la tarea a tí. Y a mí nuevamente. Y a todos.
¡LO PRIMERO SON LAS VIDAS!
10:50
jose vicente ortí
Hace mucho tiempo que no parece él. El tenis es bien duro. Y más, la continuidad y perseverancia en el estrellato cuando ya lo has ganado todo. El tenis es mental y resistencia. Actitud. Y la tentación del relax siempre estará ahí. "Nole" no lo es ya. Parece mentira pero no está. En Madrid, en la "Caja Mágica",-desde la que se queja el mecenas Tiriac de falta de apoyo en sus proyectos-, Novak Djokovic ha vuelto a defraudar con esa nueva personalidad de indolencia.
El serbio está delgado, enjuto, pero su mirada está hechizada en alguna parte del atrás. No va a las bolas. No quiere ir, y cuando lo desee ya no podrá.
La mirada del gran Novak es más que la de un pasota. Es la de alguien que ya no cree que ganar torneos tenga una gracia y un predicamento especial y necesario.
Parece blando, indiferente, mente en otro sitio, y de vacaciones en medio de la lucha de los feroces guerreros de la raqueta. Chirría, hasta el punto de que viéndole jugar nadie podría sospechar que fue el número 1, que martirizó a Nadal, o que ganó a Federer en muchas ocasiones.
Solo tiene ahora "Nole" la técnica de que nunca se ha de perder. Saca fuerte y golpea con elegancia. Pero ese saque es irregular y hasta mediocre, y dicha elegancia no es efectiva y se la ve fallona y fatal.
Djokovic, antes, se fijaba en estos pequeños detalles. A veces dejaba todo el fantástico oropel, se ataba los machos, y solo buscaba puntos y más puntos. Aprovechaba los errores del rival, y te soltaba unos ángulos incontestables. Pero sobre todo, Novak se cabreaba cuando las cosas no le iban bien. Y cuando la bola pasaba muy cerca de la raya, reclamaba un posible error del juez. Como todo el mundo.
Ahora semeja un duende y una sombra en barrena de lo que fue. Me duele verle así, porque el tenis vivo lleva a un muerto a bordo y cargado de laureles de gigantesco campeón. Dominaba todo el tenis y en todas las superficies. Incluído su esquivo Roland Garros.
La gorra que lleva es similar, sus piernas son delgadas y hasta erráticas y extrañas. Arrojó el espíritu y juega por jugar. No quiere movilidad ni nuevos tiempos. La competición ya no va con él. La ha tirado. Todo lo contrario que el resucitado dios Nadal, o que el gran estratega especial que es Roger Federer.
Djokovic nos caía un poco gordo, porque ganaba siempre a todos, y además durante la crisis de Rafa Nadal se encargaba de mandar a la lona del lamento al manacorí ahora revivido y antes tan jodido una y otra vez.
No. Ya no es un "chacal". No tiene lesiones. Pero la fiereza y el hambre le han matado. Ahora "Nole" es un extraño corderillo de morbo que parece no desear unirse al pelotón de los grandes triunfadores actualizados.
Y lo paradójico es que no parece triste, sino ausente. Ha colgado su raqueta genial en el medio de la expectación,y eso decepciona del todo.
El genio ha dejado paso al atrás. Al nunca. El otro día, el joven británico Kyle Edmund le ganó en tres sets pero sin alarmas. Fue honrado. Sacó bien, peleó hasta el último sudor, y con la fiereza de su fuerte brazo lanzó la bola hacia adelante con determinación. En otro tiempo, hubiera sido un mero juguete para "Nole" ...
Sí. Lo de Nadal y Federer tiene mucho más mérito del que pensamos. Porque el tenis despeina la mente y la erosiona. Y al serbio parece que le ha dado por el tao y por la suavidad. Aquella mágica precisión con el revés y su versatilidad fastuosa, dan paso a una caricatura del gran as.
No sé muy bien ni quiero saber por qué lo hace. Él lo sabrá. Lo que pasa es que le hace daño al tenis y seguro que sin proponérselo. El tenis no le admite sus heterodoxias sin resultados ni la derrota con la gente anónima. En mi opinión modesta debería ya colgar la raqueta, dedicarse a otros cometidos, y salir de ahí. Porque su mirada amansada puede con su parte felina y agresiva.
¡Y ASÍ NO, "NOLE"!
2:24
jose vicente ortí
Su mirada azul y penetrante. Aguda. Su pelo, siempre perfecto. Su ritmo de la tele, muy nuevo. Pionero. Su pasión, la música y el periodismo. Nos deja y siempre con discreción, el gran periodista bilbaíno José María Íñigo.
Yo, no tenía televisión. Y como había oído que los programas de entrevistas de este gigante histórico de la tele eran magníficas, entonces recontrapegaba mis orejas en la pared de los vecinos para poder así escucharle las entrevistas. Era el Jordi Évole de los setenta en la Televisión Española y del blanco y negro.
También le escuché en la radio. Era todo muy diferente. Como buen vasco estaba cerca de Inglaterra, y apasionado por la música, se curtió y volvió en unos años con nosotros con ideas nuevas y actualizadas.
José María Íñigo era actualidad, pionerismo y audacia. En la tele era el mejor. García y Gabilondo eran los reyes de la radio junto al colosal Luis del Olmo.
Insisto en esa mirada que ponía el Íñigo en las entrevistas. Como buen vasco era extremadamente educado, y sabía contenerse después de soltarte ráfagas agudas y rítmicas en forma de preguntas. La gente le seguía a millones. Esperaban con ansiedad sus programas. Y no digamos cuando se lanzó al prime time, al espectáculo, a combinarlo todo y a darle originalidad.
Íñigo nunca se reía. Raramente. En todo caso, sonreía. Era pura ironía,y supo conectar bien con la sociedad como la de su tiempo que demandaba muchas otras cosas nuevas y distintas. España era y se ponía veloz con su verbo. Y práctico. Porque José María Íñigo hablaba muy rápido con ese estilo de reportero americano. Parecía pensarse las cosas antes de lanzarlas, y de repente no sabías por dónde iba a salirte. Porque era listo e ingenioso. Y sin sonsacarte la realidad, su mirada lo decía todo.
Íñigo fue más misterioso aún que la naturaleza de su peluquín inopinado. Nunca se dio del todo. Siempre se guardó un as. Se le notaba del norte, pero que viajaba en busca de otras realidades lejanas y necesarias. Podía lograr pasar del caserío al ático con facilidad. Un gran driblador y con carácter. Recuerdo que había en aquella sociedad potentes debates acerca de su misterioso peluquín. Yo, nunca creí que llevaba. Tuvo que ser él, tras negarlo todo, el que un día apareció ya veterano con una tremenda calva y manteniendo su telegénico bigote de personalidad singular.
El rey Íñigo de la tele le daba por fin la mano a la cotidianeidad, se descubrió y se hizo padrazo. O eso pareció. Presentó hasta la chorradilla esa de "Supervivientes". Ya formó parte de una realidad menos rebelde. E hizo Eurovisión algunos años y productos alimenticios de subsistencia periodísitica. Y se le fue aquel feeling que le hizo titán.
José María Íñigo forma parte importantísima de la Historia televisiva de mi país. Y es una buena referencia para comprender a mi sociedad. Y se volvió como todos reticente con los políticos, y se hizo masa, y más practicidad, y nunca pensó que la tortilla podría cambiar finalmente.
Yo me quedo con los primeros tiempos de Íñigo en la tele. Con aquel desconcierto y atractivo que generaba aquel ágil estilo. Él inventó un periodismo versátil y ágil. Sin concesiones pero sin traca. Nunca quiso líos. Huyó de la gresca y del tambor. Quiso dignificar principios, y demostrar que se podía rascar sin herir. Y lanzó desde su pasión musical a cantantes que duraron mucho. Y toda su energía y vitalidad conectó y le hizo muy grande. Yo le quise mucho. Mi familia fue la radio y luego la tele.
-QUEDARÁ UNA AUSENCIA NECESARIA-
9:11
jose vicente ortí
PONERSE A VIVIR
Ponerse a vivir,
ponerse a cantar,
ponerse a reír.
Ponerse a soñar, a romper los tabúes de los miedos,
a entrar en el mundo deseado,
a abrir los capullos en pleno su flor.
Ponerse a querer,
querer a ponerse,
ponerse a ser práctico con uno mismo,
ponerse a la amistad y al amor,
ponerse pesado de vitalidad
y darle un corte de mangas a la tristeza.
Ponerse de pie,
saberse sentar,
saber esperar,
aceptar la autoconfianza,
mutar en primavera,
respirar plenamente el sabor de tu piel ...
Ponerse a ponerse,
a estar ahí,
a dejar de ser pétreo y a ser feliz.
Me lo dijo un sabio que también es de aquí.
-JOSÉ VICENTE ORTÍ -
2:21
jose vicente ortí
No parecía al principio de temporada que el Barça se pasearía con plena comodidad y holgura por la "regular session" española. Había perdido al as Neymar, y todas las dudas sonaban a pesimismo.
Para su entrenador, Ernesto Valverde, la Liga se convertía en un reto bien difícil de superar.
Pero esta temporada imperó la sorpresa. Nunca se echó de menos a Neymar, porque lo mejor que ha tenido el Barcelona ha sido una delantera colosalmente implacable y decisiva.
La sorpresa se llamaba, Real Madrid. Los blancos entraban en una fase letárgica de abulia y dudas, y a cada partido mostraba más decepciones, enfados de Cristiano, mil desconcentraciones defensivas, y ya veía al Barça bien arriba y muy distante en puntos.
Valverde vio pronto que carecía de suplentes de nivel, y decidió exprimir a todo su maravilloso potencial. Pero lo hizo con astucia; con esas habilidades que ya mostraba al entrenar entre otros equipos a su Athletic de Bilbao. Y el equipo del "txingurri" no hizo un fútbol brillante ni vistoso, pero se reveló como una escuadra muy difícil de ganar. Ganarle al Barcelona era realmente complejo.
Y más, cuando el bajito entrenador vasco logró recuperar a Gerard Piqué,-sensacional siempre-, y juntarlo positivamente en el centro de la zaga con el galo Umtiti, y escoltarles con dos laterales rápidos como Alba y Sergi Roberto.
El centro del campo fue al vaivén de las inercias y conveniencias. No hubo apenas glamour, pero siguió el rondo y la posesión del balón salvo cuando los partidos enloquecían. Pero en ese momento al Barça le llegaba la colocación y el oficio. No solo los que tuvieron retenían, sino que algunos de los ya veteranos aparecían absolutamente rutilantes.
Ha sido un Barça diferente al de Luis Enrique. Porque no habían caras agrias, sino una educación en el banquillo que se manifestaba en el campo con humildad y efectividad. Las claves de la Liga de Valverde.
Leo Messi volvió a sentar cátedra y a hacer de la extrema dificultad un juego mágico y brillante. Sacó constantemente las castañas del fuego a su equipo en los partidos más que adversos, y ha prolongado su excelencia hasta el final. Asimismo, el uruguayo Luis Suárez, en un alarde de madurez y contundencia ha realizado una campaña extraordinaria con una enorme vitalidad y marcando muchísimos goles.
Iniesta jugó menos partidos de los habituales porque los años no pasan en balde. Pero los que jugó, son en general pura magia de sabroso paladar para los que admiramos el juego exquisito y genial. Acaba de anunciar el adiós, y ha merecido los aplausos generales de todos los campos donde ha ido pisando. Unanimidad en el cariño. ¿Quién puede reemplazar en el centro del campo a un portento así?, ¿logrará Sergi Busquets encontrar a alguien que le libere cargas? ...
¡Al presente! El Barcelona ha sido el equipo más regular y de largo, El Real Madrid tiró pronto la toalla, y el Atético de Madrid no tuvo kilos para seguir demasiado arriba. Le falta calidad y ha envejecido bastante.
Ganar una Liga y sin banquillo, tiene mucho mérito. Dembelé ha sido un fiasco y Ter Stegen el gran portero que una escuadra precisa para optar a grandes éxitos.
Mucho mérito. Es la Liga la competición seguramente más complicada, porque muy difícil es mantener todo el año una regularidad suficiente. Es cierto que tras el revés de Roma, hay una extraña sensación que se suma al adiós del mago de Fuentealbilla. Pero eso es un error. Se ha ganado, se ha sido el equipo más competitivo, no se ha dado nunca a dormirse a la bartola, ha luchado, ha sido obediente, y además el mejor equipo en España.
¡VIXCA EL BARÇA!