jueves, 30 de agosto de 2018

- MARTINA SWACK -




Potente, oronda, fuerte, temible de cuerpo y nieblas de espíritu. Martina es alta, con corpachón, decidida, realista y desigual. Desanimada, caprichosa, profundamente herida, decepcionada, en plena guerra con los suyos, y con las sensaciones fatales de que nunca nada en su vida se resolverá.
Cincuenta y cinco llorados y misteriosos años en Martina Swack. Y a pesar de que me confía una catarata de desgracias irreparables y quasi imposibles, todavía no quiere decir su última palabra y le gusta como a todos el masaje y el placer.
Los ojos de mirada fija y casi constante de Martina Swack dicen bastante. Son ojos bellos, negros, maquillados, de quien sabe que ha gustado y de que su desesperación actual no cambia la belleza de su mirar inquietante. Son hermosos ojos que nada cambian ni siquiera cuando apuestas en percibirla mal.
¿Por qué Martina Swack me confió sus intimidades? La respuesta es la necesidad y la manía que tiene y que consiste en que los demás no la hacen ya ni puñetero caso. Y entonces se deja llevar por su desasosiego y se pone a soñar mientras se duerme toda alejada de la vida. Y a veces se está casi todo el día durmiendo. Y no come, ni cena, y si eso algo de desayuno.
Pero la cama es traicionera, atemporal y con muchos efectos secundarios. Su estancia en la cama la hace perder amigos y engordar y engordar hasta situarse a las puertas de un defensivo balón gástrico que corten las mórbidas tendencias de la inmovilidad.
Pocas cosas quieren ahora sorprender a Martina Swack. Porque su imaginado negro horizonte y sus rojas y sangrantes heridas, no la dejan pensar que no sea en colores iterados y pesimistas.
A Martina Swack le sorprendió que yo la escuchara. Que le cortase el discurso de su catástrofe y la hiciera enmudecer. No lo esperaba aparentemente. Porque en el fondo, Martina solo desea escuchar la comprensión, el apoyo o el empuje de los otros. Porque Swack cree en ese empuje, aunque se haga contínuamente constantes victimismos y autoflagelos.
Sí. Martina Swack desea ser oída y que le hablen, porque en este momento de su vida es incapaz de escucharse a sí misma. Y entonces su corpachón se erige y sus piernas la levantan de su eterno sofá y de su cama loca, y la dirigen a lo que conserva de sí misma que es el deseo de encontrar algo o a alguien que le saque sus tremendos pesares del fuego.
Martina está cansada de luchar. Agotada. Se siente una inútil quijote luchando contra unos molinos de acero que parece que siempre la ganan. Y siente odio en esas lides, y mira que ella puede ser una máquina de potencia y agresividad; una hembra de armas tomar que lo tuvo todo y que no tiene un pelo de tonta.
La injusticia, según Martina Swack. No sabe por qué se casó y por qué sus padres tampoco la apoyaron y por qué se decantaron por sus otros dos hermanos. Solo supo llorar y guerrear, notar que su corazón fluctúa en patología, que sus psiquiatras le marean el camino más que arreglárselo, y que sabe que todo es trueque de amor.
Adoptó a una nena china y su ex dijo que está loca y se la ha quitado. O eso asegura. ¡La jueza! La jueza es ahora su enemigo número uno. Pero no sabe que su justicia está en una versión renovada y aclaratoria de toda su vida, y ser capaz de comenzar otra y sin temor a mucho. No es boba y sus ojos escarban en la tele y en internet aún con la rapidez del consumidor del capitalismo y de la actualidad.
No sé si hago bien en cogerle el teléfono cuando me llama Martina Swack. Es desordenada y no tiene horas para finalizar la llamada. Se agarra al clavo ardiendo de mi discurso parlanchín y se relaja. Yo le aconsejo que no se rinda, y ella solo interpreta el placer de mi tono de voz.
¡REACCIONA, MARTINA SWACK!

lunes, 27 de agosto de 2018

- AGONIZA MI AGOSTO -




Que no la calor. Mi agosto ha sido duro y muy pesado. Hacía tiempo que no os hablaba de mí. Lo reharé con gusto. Veréis. Quedarse en mi gran ciudad en agosto es una verdadera audacia. Porque yo soy diurno y necesito la luz del día para estar bien. Con un cierto alivio, voy viendo cómo las sombras de la tarde acortan el atronador efecto del sol aniquilador y playero. Está llegando septiembre. Me agarro a ese clavo de libertad.
Agosto, mi agosto, ha sido un mes muy aprendedor. De la dureza siempre se pueden sacar excelentes y fructíferas conclusiones. Y yo necesito esa dureza para hacerme más fuerte. Los retos que la vida cotidiana depara y pregunta, son exámenes que siempre han de aprobarse.
Rosa,-mi mano derecha que me orienta en la casa y a la que yo hace tiempo que la considero ya de mi familia-, ha estado y yo he estado con ella. Viene a mi casa una vez por semana a pesar de sus tremendas enfermedades que la tienen la límite de sus fuerzas, y con una decisión y fortaleza admirables sube los tres pisos sin ascensor de mi más que vieja ya histórica finca, y me tira capotes y más ayudas a cambio de mis abrazos de tronco de árbol.
A pesar del calor que hace aquí en casa, he seguido escribiendo quizás porque cuando escribo o cuando canto, entonces me relajo más y las condiciones adversas de mi casa se difuminan unos ratos. Cuando escribo respiro mi verdad y aparece un ventilador que blinda mi verdad y a mi yo, y entonces aparece la libertad y el placer.
El agosto de mínimas constantes y tropicales, ha arreado duro sobre mis plantas del balcón, que para mí simbolizan la vida. Protegidas por la antigua persiana que subo y bajo diariamente para que los rayos del sol no las maten, he regado en abundancia y me he esmerado para que no aniden las hormigas o campasen los pulgones u otros bichos sobre las citadas plantas de maceta. Y ahí están, y yo satisfecho porque hayan sobrevivido a la experiencia del calor límite, y he experimentado de modo amateur con las plantitas nacidas de semillas. He hecho algunos cambios de ubicación en las macetas, y he jugado con esa decoración que me nace  y sobre cuyo gusto nunca encuentro explicación.
En el agosto que ya se muere y da paso a la reanudación de lo cotidiano con el fin de las masivas vacaciones, he tenido conmigo a voces amigas que conocí en la primavera y que han seguido al otro lado de mi teléfono. He notado traiciones y ausencias igualmente, pero lo más importante es que he logrado atender con un mayor sosiego la adversidad, y he pensado que siendo yo quien decidiera mis cosas se podía esperar a ser un poquito más feliz.
Porque, veo futuro. Porque no me asombra ni preocupa el exigente septiembre ni lo que venga después. Estoy empezando a saborear mis pequeñas cosas. Y ahora que vendrá la temporada más económica de los viajes, lo voy a intentar tirando mano de algún ahorrillo.
Creo que es una de las mis mejores noticias que en este agosto siguen vivas y que me bailan por la barriga hace tiempo. Quiero programarme económicamente unas salidas y no morirme sin visitar algunos monumentos emblema de mi país como puedan ser la Alhambra granadina, la Mezquita cordobesa o la Giralda sevillana. O, más cosas ...
Sí. Salir.  Salir de mí y aventurarme. Seguir perdiendo los miedos a vivir. Construír siempre ilusiones y atacar retos. Que siempre algo nuevo o diferente me aparezca al despertar cada día. Que también tengo derecho a cosillas. Que me preocupa la vida y sus sabores. Y que voy a aguantarme con la mayor paz posible si las cosas no me terminan de salir como deseo. 
Y un fuerte beso de agradecimiento para tod@s mis lectores.
¡GRACIAS!

viernes, 24 de agosto de 2018

- F. FRANCO, EL DIOS ESPAÑOL -




Democracia. 2018. Atemporal. Atado y bien atado. Franco. Nacido en el coruñés El Ferrol. Bajito, militar, voz atiplada, potente, especial ... El dios Franco dio un Golpe de Estado sobre la Democracia y llenó de guerra y muerte mi país, privándole de toda libertad.
Sí. Franco sigue siendo dios en España. La prueba es el pollo que se monta cuando se le intenta bajar del olimpo y depositarlo sobre el nuevo Poder que debe ser la nueva realidad democrática.
Nunca es fácil acabar con la verdad de los dioses. Franco murió físicamente en su cama, pero al no corregirse sus mentiras, logró sucesores que le alaban y defienden incluso hasta nuestros días. El franquismo sociológico.
Y eso pasa porque nuestra Democracia sigue acojonada y enmarañada de leyes que benefician a Franco. El Valle de los Caídos es una enorme asignatura pendiente. Nadie ha tenido desde el advenimiento de la reciente democracia, el coraje de tomar el toro por los cuernos y llevarle a su justo lugar. Ni Suárez, ni Calvo Sotelo, ni Felipe González, ni Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy ...
Franco no ha muerto. Aunque se diga que sí. Hay gente, mucha gente, equis gente en mi país, España, a la que le molesta profundamente que remuevan de su Star Power a Franco y le resitúen en un lugar razonable y democrático.
Franco, insisto, es mucho más que un líder y una referencia. Los Presidentes de la Democracia no son apenas nada para muchos de mis compatriotas. Como la Democracia. Y la Iglesia que alabó al dictador levantándole el brazo y que ahora tiene un regalo llamado Francisco, tampoco ayuda a normalizar y a hacer pedagogía del amor y de la reconciliación entre las heridas entre españoles.
En Alemania y en Italia no hay pollos. Está todo aclarado y asumido. Hitler y Mussolini fueron dos tipos execrables. En España está la tradición que suele marcar un camino de vencedores atemporales y vencidos para siempre.
No ha habido pedagogía y sí un tremendo miedo. En 2018 en España sigue habiendo un miedo atroz a los franquistas solapados de demócratas que hacen piña para defenderle el status. Seguimos viviendo algo parecido a la postguerra.
Franco es la palabra, la imagen , la referencia, el punto sensible, el tocar los huevos, levantar recuerdos; asentarse en la gran decepción que supone para muchos el hecho democrático. En definitiva, que cuando eso se sanee y los muertos de ese sitio humillante sean decentemente enterrados y Franco salga de ahí con Primo de Rivera, nadie pueda pensar que el franquismo haya cesado.
Porque el dios Franco sigue reinando en las mentes y en las conciencias de los poderes fácticos. Franco era fácil y cómodo, no era comunista ni iba a suponer ningún peligro revolucionario. Seguirían mandando los de siempre.
Por eso siempre se ha de ser cauto. Nadie quiere remover nada. Únicamente, que se haga justicia. Que se hagan las cosas bien de una vez. Que la Democracia ocupe el olimpo del asesino dictador. ¿No es mucho pedir? ...
Sí. Costará muchísimo. Costará, porque llevamos una deuda de pedagogía y de valores democráticos en una democracia flaca y casi de papel. El PP y Ciudadanos no se atreven con Franco.  Están atrapados por emociones contrarias y antitéticas. Hay muchos atrapes y muchas cronificaciones ante las brutales negligencias cometidas. Solo el futuro acabará con el Dios Franco en España. Todo lo demás actual son gestos necesarios pero no definitivos.
¡SIEMPRE DEMOCRACIA Y LIBERTAD!

miércoles, 22 de agosto de 2018

- CINE= "BASADO EN HECHOS REALES", DE ROMÁN POLANSKI. -




Filo. Ambiente cambiante. La mente. Cuando termina la película sabes que es de Roman Polanski. Es, su miedo.
Mujeres y agudeza. Distinción. Atmósfera inopinada y necesaria a un tiempo. El mundo de la mujer visto por un director espadachín, zen y diferente. Esta vez va de escritores y de ese mundo de ambiciones y hasta de distancias en los halagos. Puto dinero. Ese motor nefasto.
Contraste. La intriga y la angustia. El mal se mete como los virus. Somos permeables porque estamos vivos y nos mueven y ganan los sentimientos. Crear no es fácil, triunfar tampoco lo es, angustiarse es muy común, y una película de miedo es un reto.
La mujer es un miedo o puede serlo. Su mundo es más extraño que el del bestia varón. Más sofisticado cuando hace daño. La mujer es estratega y conoce sus tiempos. No va a ponerse unos tremendos guantes y empezar a mamporros agresivos sobre sus rivales odiados. No. Lo que la mujer hará, será ajedrez suave y silencioso.
Las piernas y su cruce. El de la minifalda seductora de Eva Green que interpreta a "Elle", la chica loca de la película. El ambiente trata de ser en extremo vanguardista, heterodoxo, original, culto, adinerado y altivo. Pero en las alturas de lo intelectual también habita el mal, y el averno, y la tentación del error.
La locura de luxe. Sofisticada. Las vampiras latentes, a las cuales nunca les crecerán los incisivos ni los caninos. La sorpresa es femenina y tranquila.
La escritora de éxito necesita espacios, y aventuras, y admiradoras que se pasen varios pueblos y que sean inesperadas y más que audaces. La relación de la escritora de éxito.-interpretada por Emmanuelle Seigner-, es liberal y enamorada pero no cosida a las faldas o al pecho. Nada de convencional su amor con su pareja. Actual. Todo de hoy. Como los ordenadores o los móviles.
Carnaval. La admiradora que hechiza y se mete en la vida de su aparente admirada. Como la locura que representa. La locura es un virus libre y letal, que se puede propagar y darle nombre a los ambientes. La mujer loca y sus ojos. Su rapidez. La rapidez de la mujer liberada, moderna, insatisfecha y al cabo de todas las cosas.
Peligro de muerte por invasión tóxica. Trajín mental. Eventos abarrotados de gente que dejan paso a espacios íntimos y progresivos de enorme peligro. La contaminación humana. La dominación de lo inesperado. La sorpresa lenta que cuando quiere darse cuenta ya te ha sobrepasado al límite de tu yo y de tu supervivencia. Polanski, nuevamente. Aunque no en una de sus películas más brillantes. Porque acaba quedando inconsistente o pretenciosa. Inane casi ...
La lluvia. La lluvia y la noche, juntas. La supervivencia. O reaccionas, o te matan. La oscuridad y la tremenda violencia que no deja rastro pero que subyuga porque temes lo que puede venir.
Al final hay cambio de juego de mentes. La admirada vuelve a su sitio de infierno, y la escritora laureada recupera todo su prestigio, realidad e identidad. Pero se nota que ha pasado algo.
Y ese algo puede ser hasta bien creativo, y la buena escritura renacer imparable hacia un nuevo tiempo de éxito. El escritor y el loco. El jefe y la heterodoxia. La ayuda del lejano pero fiel. La gran distancia entre las personas. El desmoronamiento altivo de la loca. El triunfo tras un gran y enorme sufrimiento.
Tras la derrota puede aparecer el buen azar de un nuevo día. Unos trabajadores y un hallazgo positivista. El bien ha ganado de chiripa. El mal es listo e inteligente, pero acaba huyendo y la cogerán. Como toda locura inocentona.
-FILM QUE PUEDE DISTRAER-

martes, 21 de agosto de 2018

- EL MÓVIL -




Lo tienes ahí. A la mano. Siempre, cerca. Es el walkie moderno y actual. El celular que dicen los latinos, y el "móvil" aunque no se mueva como le llamamos los españoles.
El móvil es hoy el mejor invento del mundo. Como todo lo digital, que a nuestras abuelas parecería herejía de pecaminosa magia. Porque el móvil es un trastito pequeño cuyo principal enemigo es el agua, y dura muy poco. Lo fabrican para que se rompa en seguida.
Pero, es igual. Desde esta pequeña cosa, puedes aspirar a grandes retos y concreciones. El móvil ha cambiado la sociedad y el modo de vivir. 
Para poder estar bien informado, vas navegando por su internet,y ojeas y lees todos los periódicos de cualquier tendencia y sin necesidad de bajar al kiosko a enredarte con el papel. El móvil es simplista y su gasolina se basa en la batería y  en los datos móviles. Cuando arreglen esas dos cosas, solo nos podremos quejar de la factura mensual.
El móvil es poderoso porque es socialismo y a la vez te puedes esconder como un virtual. Puedes conjugar lo lúdico y lo responsable, y lograr una creatividad inopinada. El móvil sirve para muchísimas cosas, y si no, pregúntale a tu sobrino veinteañero. Todo lo que no sepas del manejo del móvil, los jóvenes lo saben. ¡Fijo! ...
En su crecer imparable cuyo hándicap y a la vez fascinación reside en su tamaño pequeño, el móvil va pariendo interconexiones e interacciones que se llaman aplicaciones. Todo está lleno de aplicaciones. Es práctico a mil, puedes saber la información sin hablar con nadie, el momento exacto del paso del bus o del tren por tu parada, chatear en carnaval poniéndote máscaras a discreción, ligar sin ligar, amar en sueños, o incluso concertar y con pleno éxito una cita a ciegas. ¿Quién no ha hecho una cosa rara con el móvil? El que diga que no, sabe que miente.
Hoy el móvil es deseo de comunicación amarrategui con alguien y con algo, y sin salir el aparato de tus manos. Es como un amor al que siempre acaricias, y proteges, y saturas, y limpias la memoria como cuando te duchas, masajeas y haces relax. Es tu yo, nuevo.
Desde el móvil puedes ver chavalas y tíos cachas, y documentales de animales, y ver la música, y el cine, y el mundo en miniatura como los japoneses del haiku, joyas de poesía que casi no se piensan y que te hacen a veces meditar.
Al móvil lo jode la llamada telefónica cuando estás confiado y relajado. Ese pitido o musiquita hortera, te chafa tu disney y entonces alguien de verdad te sitúa en el hoy. Puede ser un familiar, un amigo, o una oferta publicitaria de la competencia. Fundamentalmente, será este último tipo de llamadas ...
Pero el móvil triunfa contigo cuando sales tod@ rutilante a la calle con tu calzado impecable y tu ropa cómoda de algodón, y lo esgrimes en el ágora de una gran superficie comercial. Amamos al móvil sobre todas las cosas, y al prójimo que le vayan dando ...
No se puede entender el hoy sin ir pertrechado con el móvil. Sin él estás vencido, te falta algo, te pierdes, te pueden llamar, te pueden watsapear, puedes no acordarte del día en que estés o si va a hacer lluvia o sol de justicia.
Sin un móvil pareces más carne vulnerable que cuando pierdes el DNI. Quizás el móvil sea hoy para ti más importante que el carnet de identidad o que la tarjeta prepago. Sin móvil puedes caer en el pozo abisal de la depresión y del dolor agudo e invisible. Pueden venirte espasmos y dolores desconocidos, frutos de la incertidumbre.
Y en seguida, tiras mano de ahorros cuando ves que tu móvil ya se fue, y comienzas una nueva vida. Te compras otro, que es mejor así. El año, y el día, y el segundo, son básicos. Queremos el amor junto a un móvil, y darle la mano y apretarlo con fuerza y con cuidado. Deseamos agarrarnos al hoy digital y cibernético, como sea. Y tener muchos y selectivos contactos.
-ES UNA CAJITA MÁGICA-

sábado, 18 de agosto de 2018

- DE LA OSCURIDAD A LA REALIDAD -




Ni siquiera es un oscuro color. Es una duda. No puede saberse bien qué sucede. Hay un impresionante silencio como inane. Puede ser la no vida, lo no creado, algo por parirse, asfixiante y brutal. Indefinible e inexplicable, extraño y de zozobra. Donde los sentidos y los pensares no pueden llegar y horadar.
Ahora, sí. Ahora sí que está todo color noche, color sombra, color inexacto y especulativo. Como si mirásemos con extrema miopía desde lo más alto. Es un atisbo, una casi ciega aproximación, unas sombras chinescas, y al fondo un más que tímido sonido podría indicar que algo se ha creado o que hay algo existente y latente.
Aumenta el color. El color del tiempo. No es que salga un sol, sino que unos anteojos o un descender aproximativo hacen vislumbrar un campo, y un tiempo, y a los otros, y formas y conductas hasta ahora veladas e imposibles. La noche ha roto a romper. Y esa ruptura ha traído una cosa llamada viento que es la vida. Y el mar. Porque aquello es el mar. Y el mar de las preguntas que comienzan. El mar de la infancia del saber y del descubrir.
El mundo y los seres humanos. Y los pueblos, y las ciudades, y las voces de las personas y los cantos de los pájaros. El color se ha vuelto vida y realidad. Las gafas han permitido la nueva visión, los pulmones se han clarificado y el respirar es evidente. Es ahora como volar a bordo de un avión que surca y sobrevuela un terreno definido.
Y cuando ese avión aterriza, comienza un tiempo cíclico de esperar y aprender. Es una escuela personal e individual. Hay que ver las cosas, definirlas, aproximarlas y abrir la llave del cerebro del pensar.
¿Qué?, ¿qué es esto y que será aquéllo? Comienza la vida personal, el camino, el reto y el desarrollo. Y todos los porqués. De dónde venimos, hacia dónde vamos, cómo es el amor, el llanto de la tristeza y el dolor necesario de las cosas al crecer.
Aquello es una montaña como lo otro ha sido el mar. Y entonces, uno, desnudo, se tienta la piel y se siente individuo y diferente a todos y a todo lo demás.
Y decide ponerse color de vida, se viste y elige paulatinamente su caminar. Todo siguen siendo dudas. Pero dudas lógicas y necesarias. Siguen los vacíos, lo idiomas, los barrancos, las indefiniciones, las emociones y el entrenar cada uno su propio destino.
Ahora, la confusión es el vademecum de ese abanico elector que forman todos los colores y las complejidades que forjan la decisión del rumbo a seguir. Millones de caminos con flecha de acción aparecen en el cercano horizonte de la autorrealización. Y entonces uno debe tenerse paciencia y calcular mucho antes de tomar cualquier sendero.
Finalmente, está el color del riesgo, de la acción y de la libertad. El gran examen ineludible que manda al sedentarismo y a los miedos al contenedor del gran basurero. Ahora es el color de la responsabilidad y de las consecuencias. El color del compromiso y de la ubicación.
Has decidido meterte en los caminos sanos del laberinto necesario de la vida. Y surcarás cosas que no te van a gustar, y otras acabarán siendo maravillosas poco a poco y paso a paso. Y te curtirás y endurecerás al lado igualmente del amor y de la ternura. De la adversidad y del placer.
-PORQUE ESTÁS VIVO-

viernes, 17 de agosto de 2018

- DIEGO COSTA, ESE TIPO IRREDUCTIBLE ... -




El fútbol parece más sencillo y popular cuando lo hace el singular ariete del Atlético de Simeone, Diego Costa.
Se nota poco que nació en Brazil. Porque su juego es inglés y de choque. Un portento de listeza que también sabe convertirse en finura. Lo suyo es la guerra por el dominio de las cosas en cuanto al árbitro dispara con su silbato el momento del comienzo.
Nadie le tose a Costa en el campo, porque no solo anda pletórico de sí mismo, sino porque no acepta a buenas que puedas superarle. Es lo más antideportivo y antiético que te puedes encontrar, y a la vez un pedazo de jugador capaz de los controles más increíbles y de la extrema e impropia velocidad de un tipo alto, grandote y hasta aparentemente toscón.
Engaña y hasta exaspera Diego Costa. El otro dia, en Estonia, él solo acabó con el Real Madrid con sus pillerías y con su enorme calidad. Y eso que lo que había en el campo de juego era una pléyade de estrellas. La Supercopa de Europa lleva su firma.
Protestón y antifairplay. Un niño grande y poderoso. Un sansón escurridizo, malencarado, chulesco, provocador, pero que al final te saca una sonrisa y te deja pensativo acerca del origen de su carácter. Costa parece alguien de barrios bajos que se labró su porvenir por su capacidad de liderazgo de confusión. De favela o de lugar deprimido, que decidió que el fútbol podría serle una fábrica o una senda para afianzar su carisma en millones de dólares.
Brazil. Lagarto. Todo un reto. Para llegar a las categorías grandes y visibles en ese país continente del fútbol, hay que tener unos activos capaces de destacar del gran nivel general. Ha de pasar algo bien gordo para que un tedioso ojeador dé contigo y te promocione.
Aparentemente, de su tipología de atleta potente, hay muchos por allí. E incluso guerreros que marcan goles como él hace. Pero, que contesten en el campo con el aplomo y la seguridad de Diego hay pocos. De su gigantesca personalidad de eterno adolescente díscolo y a la vez el boss, hay escasez.
Diego Costa no siente demasiados rivales y asume que también él ha nacido para ganar y elevarse. Nada le arruga. Y si le dan, van a recibir, porque él parece tener su propio código disciplinario e indomable. Pero lo que jode es la capacidad con la que se mueve en los líos este portento físico. Parece enfadarse, se encara, provoca, chuletea, parece hasta pasar del árbitro, después se encara con el árbitro, desconcierta, habla, la sigue liando, pero cuando parece que no logra salir de su laberinto irregular entonces esgrime una sonrisa entre irónica, escéptica y hasta desenfadada. Es como si él abriese los jaleos, y él mismo y solito pudiese apagar dicho fuego dándole su impronta sui géneris de naturalidad.
En su discurso no se impone la inteligencia sino la feligresía futbolística. A Diego Costa le gusta esto del fútbol, asume que está en este negocio, y en el césped no le da más vueltas. Recibe en velocidad y se va hacia el área. Como le salga la finta o la genialidad, serás objeto de gol.
Ante la prensa actúa como si nada fuera excesivamente importante, e incluso cuando se le ve incómodo o nervioso decide irse por otros cerros de Úbeda para escaparse de su volcánica emocionalidad. Al Real Madrid le hizo un roto tremendo en el pasado miércoles estonio. Y si le preguntas acerca de si eso es grande o extraordinario, entonces responderá cínica y vanidosamente que por qué no, y que en el fútbol puede pasar de todo.
-TREMENDO JUGADORAZO-

miércoles, 15 de agosto de 2018

- L ´ENFANT TERRIBLE" F. ALONSO DEJA LA FÓRMULA 1. -




Pionero en el gran éxito. Dos veces campeón mundial y casi un centenar de podios. Asturiano y español. Precoz campeón con Renault.
Puso en la tele de moda al deporte selecto de las cuatro ruedas junto al periodista calvo Antonio Lobato. Su éxito hizo que tanto Movistar como el Banco de Santander de Botín acercaran su dinero al patrocinio de su coche.
Estos prototipos de la Fórmula 1, encandilan y hechizan. Cohetes espaciales de tierra. Son símbolos de millonarios de lujo. Seña de poderosos sin fronteras. Negocios y despachos. En el Circo competitivo, hay unas normas, un dinero, unos jefes, unos mecánicos y una tradición. Todo discutible, pero real y existente.
Fernando Alonso llegó desde Asturies para ganar. Y lo hizo en dos ocasiones con la escudería Renault. Nunca antes en España lo habían logrado. Pero había mucho más que todo eso. Alonso era un piloto rapidísimo, con una ambición sin topes, y con un dominio de la conducción fuera de lo común. Un superdotado.
Mala leche. Fernando Alonso tenía mala leche. No ha sido humilde, y eso en este club especial de poderosos intocables, se suele pagar. Gran parte de la enorme clase que tuvo como piloto, la perdió por su falta de tacto y de mano izquierda. No se puede luchar contra los molinos de viento. Pero Alonso, bien que lo intentó.
F. Alonso fue un piloto genial, y por tanto diferente al resto. Le importaron un comino sus compañeros de escudería, y nunca tuvo grandes simpatías entre sus esforzados rivales. Su ego era tal, que pasaba de todo e intentaba hacer lo que quería. Eso fue un exceso de osadía. Si hubiese sido más diplomático,-con su tremendo talento para la conducción-, hubiese ganado muchos más títulos mundiales.
Bajito, regordete, esquivo, irónico, contradictorio, listo y vividor. Ganador y vanidoso, y hasta follonero aunque mostrase pose de modesto y de adaptado al mundo de los coches.
Lo que le motivaba a Alonso, era ganar divirtiéndose. Todo lo demás, como que era algo menor. Pero Fernando no era de medias tintas y perdía gasolina por la boca. Si ganaba, había de ser a lo espectacular, a toda mecha, con incidentes, con su tremendo y temerario riesgo en las salidas que paralizaban a medio país. Sus adelantamientos. España.
Le acompañaban sus fans asturianos y de todos los países con sus banderas azules y amarillas con cruz. Fichó por Ferrari. Los "Lakers" de la Fórmula 1. Pero tuvo muy mala suerte con los prototipos. No fueron los mejores Ferraris ni luego los mejores MClarens. Estos últimos, una verdadera castaña.
No solo Alonso ha sido el primer campeón mundial español de la Fórmula 1, sino uno de los mejores y más habilidosos conductores de todos los tiempos. Un mito. Un icono que se dice ahora.
Tuvo un carisma popular y extraño a un tiempo. Logró que en los bares de mi país las gentes hablaran de ruedas, de garajes, de boxes, de incidentes, de adelantamientos, de llantas traseras, de alerones,  del "Safety Car", o de las salidas de pista. Puso a la Fórmula 1 española en pie. Rememoró a Fangio o a Fittipaldi. Lo popularizó todo. Ha sido uno de los mejores deportistas españoles de siempre.
Pero también emitió un regusto agrio y polémico; como las abruptas montañas astures. No se supo situar con la astucia contenida que a otros pilotos de menos fuste les propició más éxitos que a él. Le costó morderse la lengua o cuidar sus emociones. Siempre le es difícil a un genio como el ovetense. Los genios son para que te alucinen o para cagarla. Sin medias tintas. Al que le gustaba Alonso, podía idolatrarle, y al que le entraba mal, le arreaba a la mínima sin mayores miramientos.
Fernando Alonso fue precoz en todo para lo bueno y para lo malo. Ya está forrado de money. Y ahora que lo deja, pasa a la categoría de deportista inolvidable.
¡BRAVO, CAMPEÓN!

domingo, 12 de agosto de 2018

- LA NUEVA LIGA MADRIDISTA Y POST CRISTIANO -



A pesar de los fichajes y de las nuevas incorporaciones coloridas que Florentino Pérez presentará para la nueva Liga 2018/19 que pronto va a empezar, el recuerdo y la nostalgia convergerán en la gran ausencia.
El verde césped madridista que ya no será pisado más por el singular niño de Funchal, dado que se fue al calcio italiano. Parece difícil hacerse a la idea de que el vanidoso supercrack, ganador de tantas Champions, decidididor de temporadas con sus golazos contundentes y colosales, el gran sucesor mediático de Alfredo di Stéfano, pueda estar ya luciendo otra camiseta.
Cristiano, se consagró en el Madrid. Para lo bueno y para lo malo. Lo ha sido todo en la capital de España. Fue su presentación, sus músculos sexys de chaval en apogeo, su orgullo quasi patológico, su necesidad siempre de terminar las frases y sus colosales ganas de ganar siendo el mejor de los toreros.
Fue el gran chico de la película en su presentación, se mostró todo, se sintió dios y rey; llenó el Bernabéu de gente que fue solo a verle hablar en su llegada. Fue CR7, inventó su sello y marca, y anunció calzoncillos, y las mujeres le adoraron, y los hinchas le tendrán siempre en el póster de su memoria, y marcó todos los goles, y le apodaron "el bicho", y Manolo Lama siempre le destacó y se apasionó con sus cosas, y se hizo gigante intocable, y gritó un uhhhhhh rarísimo el día del balón de oro, y su sonrisa y su efectividad brillaron con toda su salvaje luz.
Fue Tarzán en nuestra Liga, y se esmeró en autodecirse que es mejor que Messi, y magnificó la rivalidad con los culés, y no fue precisamente uno más que pasó por aquí aunque casi se marchó a la francesa.
¡Inolvidable! Follonero y mandón, niño en extremo, martirio de los árbitros, con un ego para hacérselo mirar, capaz de irse solo a una Sala de Justicia para defender sus números económicos sin tener ni idea, y de hacer las cosas menos lógicas y las más que extremadamente carismáticas.
¡Eu! Tremendo. No se le puede substituír por mucho que se busquen perlas. ¡Nadie salvo Messi queda, y Neymar ahora no quiere venir! Será totalmente inútil no echarle de menos, nadie habrá ya con ese desparpajo, con ese porte de dios con botas, sin esa repercusión, sin que haga lo que hiciera se convirtiese en mil, sin su masculino atractivo, sin sus caprichos ambiciosos, sin la sensación de que sin CR7 esto se irá todo al carajo, sin la idea de que se pierde una decisiva posición y activo salvador,
Hasta que no transcurra la Liga y el Madrid arriba no empiece a meter sus goles y a coronar el primer o segundo puesto de la tabla clasificatoria, todo serán temores y dudas.
Ahora hay exuberancia de porteros, buenos centrocampistas, pero mucha cojera emocional arriba. Dios se le ha ido al Real Madrid. Su Messi altivo ha desaparecido y el club de Lopetegui ha perdido antivirus y se muestra verde y hasta facilón. Inconsistente y hasta escéptico ...
Cristiano no va a volver. Toda su magia y su circo están ahora con la Juventus, en Turín, en donde la Sábana Santa del Cristo, en un lugar que será referencia solo para mirarle de reojo. Muy lejos para no volver. Un recuerdo del pasado, una nostalgia difícil de digerir, unos decibelios menos en las gargantas de las gritonas celebraciones de los goles, y un motivo morboso para analizar el juego y el resultado madridista por la noche tras los partidos.
Pero todo es emocional. Y transitorio. Nada se acabó. El Madrid dejó atrás a Puskas, o a Di Stéfano, o a Gento, o a Pirri, Santillana o Butragueño. Y nada cedió. Porque el fútbol es cosa de once y siempre.
¡ADIÓS, TARZÁN!                                                                  


viernes, 10 de agosto de 2018

- ATRONADOR -




En el cielo había guerra en la Canícula. El calor del infierno se apoderó de las cosas con la hegemonía de un tirano sin tiempo. La temperatura marcaba los quehaceres, y la estabilidad anticiclónica era un arma de doble filo.
El verano se confió y gozó su bacanal. Éxtasis, placer, inmovilismo, prepotencia e irregularidad blindada. Poder sobre todas las cosas, y el agua del mar convertida en sensación de caldo de pollo.
Y, de repente, llegó la nube esperada. Todo se fue cerrando camino de la angustia y del miedo. El verano se quedó atónito y sin comprender. De su opulencia a la austeridad no habían transcurrido sino escasísimas horas.
Pero la masa fría violó el corazón de la calor. Enemigos irreconciliables y antipódicos efectos. Lucha inicial. Resistencia del calor y hasta del sol frente al nubarrón cuyo ejército se multiplicaba cerrándolo todo a la velocidad de la fantasía.
Y ya en medio de esa incertidumbre, una señal gritó un cambio, una derrota y una sorpresa. El sol hizo fuerza acompañado de su vaho de calor. Pero solo consiguió el efecto contrario al deseado.
En medio de todo y de todas las alturas, se escuchó un tremendo trueno. Y luego, muchísimos más. El contraataque estaba funcionando. Llegaba la gran anarquía de la borrasca. Muchos más truenos, y los árboles y la foresta expectantes. Los animales, replegados y escondidos intuyendo lo peor.
Otros tremendos truenos llenaron el espectro general. Primero, se notaron unas agradecidas pequeñas gotas, pero solo fue un principio tímido y suave. Porque el agua tomó soltura y fuerza. Las gotitas, fueron creciendo y juntándose pariendo la lluvia continuada y consistente. Y en progresión, se gestó y estalló una descomunal tromba de agua imparable y evidente.
Dicen que un árbol emitió un quejido y que una planta gritó su adiós por ahogamiento. Y que una adolescente frunció el ceño dado que la lluvia torrencial le impediría acudir a la excitante cita con su nuevo conocido especial, y los bomberos se pusieron en acción demandados a causa de los efectos acuáticos, y algunos osados tomaron su tabla de surfing y juguetearon temeraria y gustosamente con las olas trempadas, e Isabel se mojó toda porque nunca usa paraguas y porque cuando hace el amor con Guillermo lo hace fascinada por el ruído de la lluvia, y la señora Rolindes se resbaló y no podía levantarse de la calle Murillo, e Ingrid temía que detuviesen su tren en marcha  camino de L´Alfàs del Pi, y los futbolistas de la pretemporada huyeron a refugiarse en los vestuarios, y tú me diste un beso con la mano desde un coche y yo casi no me di cuenta.
Y el cuento de los soldados del verano se interrumpió, y entonces los heladeros y horchateros cerraron antes de la hora prevista, y un loco corrió desnudo completamente y gritó por toda la Gran Vía sin que ningún policía le persiguiera, y la ciudad quedó plagada de charcos y de inconvenientes. Hasta que finalmente otro tremendo trueno volvió a surcar los cielos encapotados.
Ese último orgasmo de ruído atronador, ya fue diferente. Se entregó y cedió. Mostró su cara derrotada, y los soldados de la romana Canícula se rehicieron y besaron la lógica de la estación. Y corrió el viento a deshacer las nubes, y el imperio de la sequedad normalizó los partes meteorológicos y el sol ganó. Los árboles se tranquilizaron y nació otra planta. Los bomberos volvieron a sus cuarteles, reabrieron las horchaterías, la adolescente vio a su nuevo amigo, el loco se vistió y se tranquilizó, los surferos regresaron a la orilla, los futbolistas volvieron al entrenamiento, Isabel gozó plenamente con Guillermo, la señora Rolindes está escayolada y a salvo en su casa, Ingrid llegó a la magia que es L´Alfás del Pi a la hora prevista, y por fin vi tu beso nuevo y de trueno deseado en el centro de mis labios.
-Y NO QUEDÓ NI UN SOLO CHARCO-

martes, 7 de agosto de 2018

- CAROLINA MARÍN, OTRO PORTENTO DEL DEPORTE ESPAÑOL. -




En el fondo es un nuevo éxito de la mujer española en un tiempo en el que a las féminas nunca se les miró bien en el mundo machista del deporte.Pero más allá de estas evidencias, parece existir en España una pulsión general que estalla exitosamente en las competiciones individuales. Desde Santana  a Ángel Nieto o Nadal, desde Arantxa S. Vicario a Mireia Belmonte, llegamos hoy a Carolina Marín. Asombra allá por donde va. 
Ese tenis de pista con una pelota que no lo es y que se llama "volante", se originó en Asia y los aristócratas ingleses le dieron el copyright y le llaman Bádminton. En dicho Continente asiático es masivamente practicado, y en China una cuestión nacional.
Sí. Cien millones de chinos juegan a esto que en España ni se podía advertir de su existencia hasta que una delgaducha chica de Huelva comenzó a derribar murallas. ¡Increíble! ...
El otro día me fijé un poco más en este deporte. En el Campeonato Mundial de Badminton,-ya deporte olímpico-. Jugar a eso requiere algo especial que se llama reflejos, resistencia, velocidad, precisión y mente. Toda la concentración. Es un deporte sin concesiones, con el tai chino bien de frente, de sufrir y de fastidiarse. Es un deporte salvaje y a la vez sufrido y de contención.
A la jovencita Carolina Marín,-la chica que le ha puesto en el resto del mundo el sexy y la transparencia al Bádminton-, le entra un talento y unas ganas absolutamente irresistibles. Cuando afirma que su ídolo es Rafa Nadal, no lo tengo que creer viéndola jugar.
Es jovencísima, onubense, andaluza atlántica que escucha fado y fandango, de donde nunca espera que salga una deportista tan colosal.
Sí. Vi cómo se las gastan jugando. ¡A toda leche y a toda mecha! Eso es una verdadera guerra sin cuartel y con un importante riesgo de lesiones dados los alardes que hay que hacer para devolver el "vuelo".
Carolina Marín se iba al fondo de la pista y lanzaba unos tremendos latigazos a lo que sería bola en el tenis. Esmachaba desde atrás girando arriesgadamente su espalda, pero no solo golpeaba con potencia sino con precisión. Lejísimos de la red, pero dándole con una maestría que sobrecogía y admiraba. Y una vez en la red, llegaba a todas las bolas, aguantaba con rapidez y elasticidad la resistencia, se mostraba incansable, y leía el bádminton casi como si lo hubiera inventado ella. Una verdadera tiranía de ganadora.
Imaginad a millones de chicas chinas que no pueden con Carolina, o hindúes, o de cualquier otro país de solera de este deporte poco mediático u occidental.
Carolina Marín es tan pionera y genial, tiene tanta clase y nivel, que no puede jugar en España dado que aquí no tiene rivales. Es una estrella que si jugara aquí debería hacerlo como si lo hiciera con chicas de Regional o de Cuarta División. Por eso se ve obligada a jugar en India, que es una de las potencias mundiales.
Su mirada de provinciana maravillosa, no esconde su palmarés. Lo ha ganado y varias veces absolutamente todo: Juegos Olímpicos, Mundiales, Europeos y lo que le echen. Y ahora solo tiene veinticinco años. Se tienen que acabar todos los piropos y calificativos hacia su juego y figura. Es una fuera de serie tocada por los dioses asiáticos y universales.
Es una niña todavía, espontánea, con carácter, de Huelva, bien española, rutilante, feúcha y terremoto. Ha tenido problemas de motivación al verse tan superior en su precocidad cronológica, y los ha sabido superar porque tiene la cabeza fuerte y sabe madurar.
Todo el mundo,-como cuando la ondina Mireia-, le pregunta dónde estará su techo. Y ella no parece complicarse demasiado. Vive el día a día, disfruta con ese deporte que la apasiona y donde domina, y trata de ser plenamente feliz en lo suyo como cualquier chica de hoy. Este país tiene en ella una crack y un orgullo deportivo.
¡BRAVO, CAROLINA MARÍN!

domingo, 5 de agosto de 2018

- MIRANDO POR EL VENTANAL -




Gerard. Como envejecido o alhelado. Es su fascinación. Acurrucado en un rincón, otea la vida que pasa. Pero es la de Gerard una mirada extraña, como si algo le atrajera sin dar el paso hacia sus deseos. Como si el ventanal defensivo en el que pone sus ojos, le liberara de obligaciones y de responsabilidades.
Dicen que Gerard está loco. Y que no le interesa nada. Entonces, ¿por qué se pasa las horas mirando y mirando? ...
Un día, distraído por el calor y potentes aditivos, perdió el control de su vehículo y mató a dos chicos atropellándolos causándoles la muerte. Lo llevaron a prisión. Pero antes de su triste suceso, Gerard ya era extraño.
El juez le preguntó a Gerard si tenía algo que alegar antes de escuchar su sentencia condenatoria. Y entonces  Gerard se mesó extrañamente sus cabellos, se tocó la ropa, y finalmente clavó sus ojos en los del juez. Este le insistió instándole a que reaccionara ante sus palabras. Pero Gerard siguió mudo mirando a su juzgador. Mirada, mirada, mucha mirada, toda la prolongada mirada ...
Fue sentenciado a veinte años de prisión. La familia de Gerard había perdido contacto con él algunos años antes. Porque no le comprendían. Y finalmente le rechazaban y se alejaban. Gerard se negaba a trabajar, a ir a un psiquiatra, a relacionarse de manera sólida y franca con los otros. Nadie se explicaba el porqué de su actitud.
Ahora, anda en un penal de Cantabria, y se limita a hacer el aseo diario, pero no va a ningún taller a aprender cosas. No quiere aprender absolutamente nada, y solo espera su momento clímax. Que es, asomarse a un ventanal desde el que puede ver foresta, y hasta pueblos cercanos. Y entonces ahí clava Gerard toda su energía. Y han de gritarle y hasta sujetarle los carceleros para que vuelva a la realidad cotidiana.
¿En qué puede estar pensando Gerard cuando mira obsesionado y más que relajado por el ventanuco?, ¿acaso en su libertad?, ¿en un nuevo tiempo?, ¿en que nada le interesa y quiere morir?, ¿en recuperarse y tomar su coche y surcar viajes por las carreteras de sus sueños?, ¿en darse a la droga o a la bebida?, ¿en frecuentar putas en los clubs de carretera? ...
Nunca se sabrá. Es cosa de él. De Gerard. Porque a lo mejor la idea general cambia drásticamente de rumbo y lo que quiere ver el hombre desde el ventanal es a su familia, y darle un beso a la nostalgia de su pasado, y ponerse en acción, a estudiar, a abrazar y pedir perdón a sus padres, a encontrar una mujer que le quiera y unos amigos  honrados que le den compañía.
Lo único que se puede ver e hipotetizar de Gerard es su mirada fija, fría, mistérica como los jeroglíficos de una pirámide egipcia, real como que está vivo aunque no lo parezca; una mirada limpia y azul ...
Es un mirar poliédrico y cambiante, pero predominantemente estático y nunca catatónico. Gerard es raro pero no ido ni taimado. Gerard parece pasota y ajeno a la lógica del mundo, pero se le nota dolor. Gerard tiene nombre, y apellidos, y una resolución de sus cosas aparcada por indolencia y seguramente por su propio escepticismo.
Gerard quizás solo mire por expectación y nunca por concretarse una felicidad. Mas no hay que sacar demasiadas conclusiones y buscarle respuestas. Es callado, no confía en nadie, y parece poseído por un espíritu desconcertante. Aunque sea él tremendamente humano.
-Y NUNCA UN MONSTRUO-

viernes, 3 de agosto de 2018

- EL BAÑO FURTIVO -




No teníamos veinte años, pero casi. Era verano y toda la vacación del calor. Yo conducía un coche de esos rápidos y negros que a mí me gustaban, y tú me habías adivinado el pensamiento. Porque bajo la ropa llevabas bikini y yo no te había dicho nada de mi plan para esa noche que se cerraba dando paso a la travesura abierta y concreta de todo calor.
Seria. Tú siempre estabas muy seria. A mi lado en el auto, seria pero cómoda. Muy felices los dos.Y contradictorios. Porque una cosa era el deseo, y otra cosa la concreción de nuestros novedosos hechos. Yo, muy callado. Pero tú no me dijiste nada cuando le di la vuelta al volante del coche y dejamos la zona de interior camino a la costa cercana.
Una cosa es un rollete,y otra cosa crecer y quererse. Porque aunque éramos cronológicamente dos pipiolos, teníamos o idealizábamos una tierna e impropia madurez. Nuestra fantasía y nuestra realidad jugaban a un confiado juego de necesarios creceres.
No me gustaba que te llamaras con el rimbombante nombre de Pamela, y a ti mi nombre de Víctor no te desagradaba.
- "¿A dónde vamos a estas horas ya de noche, Víctor? ..."
- "No pasa nada. Y apaga el móvil o tus padres empezarán a darnos la paliza, venga ..."
- "¡No quiero! ..."
- "Allá tú ..."
No le daba miedo todo esto. Era valiente como yo. Audaz y hasta nocturna. Como un búho. Suerte. Esta mujer me daba suerte. Su sonrisa era una fortuna, alta como yo, tremendamente segura de sí misma, y todo el encanto que hay dentro de un cofre de especial feeling. No le llamaremos amor sino un experienciar. El amor se sitúa entre los veinticinco y los sesenta años. Todo lo demás son erróneas elucubraciones carentes de todo rigor.
Aparqué al lado de la orilla de una playa nada concurrida. Solo había silencio, intensidad interpersonal, complicidad y algún temblar de piernas. Pamela sacó un cigarro y un mechero. Y me ofreció otro pitillo a mí que le negué. Solo estaba muy concentrado en unos hermosos deseos. Ella, Pamela, quizás también. Por eso no fumaba como siempre y esquivaba mi mirada.
Abrí de una vez la puerta y le dije a Pamela que yo no llevaba bañador, y que me encantaría combatir el calor y hacer a su lado la libertad de las aguas cómplices que amansaba la noche sin luna llena ni nadie mirando. Pamela dijo: - "¡Pues yo sí llevo el bikini! ..."
Seguí sin decir nada. Solo, hice. Abrí la puerta del auto y cerré. Al pasar por delante del cristal anterior le tiré una sonrisa y una seducción. Ella puso cara de no darse cuenta de nada.
Me metí en el mar y me hice unos largos. Hasta que minutos después, impaciente y más que bonita, Pamela apareció corriendo, se metió en el agua, y una vez adentro se levantó desde una ola y tiró su bikini en dirección a la orilla. Sin éxito. El agua desde la arena devolvió la prenda al mar. Y entonces ella se puso toda de pie, cogió las dos prendas y las puso a salvo en la arena. Y volvió al mar, mi mar ...
Yo, me descojonaba. Pero no me reía por las cosas de Pamela sino porque me sentía muy feliz. Como ella. Y tanta traca de mi risa terminó atrapando su atención y ella también comenzó a reírse.
Fui hacia ella antes de que me protestara, y la abracé. Ella no puso demasiada resistencia para abreviar protocolos, y se limitó a mirarme divertida a los ojos. Y nos besamos casi más de la cuenta.
Y yo recuerdo su piel. Su piel era diferente a la mía, y sus movimientos, y toda su diferencia maracaba un imán. Con tanta agua, cogimos frío y salimos hacia la arena en donde lo hicimos todo. Estuvo bien.
Nunca había hecho antes esa locura cómplice, y Pamela me confesó que tenía quince llamadas perdidas de sus padres y que no las había oído.
-LA CREÍ A PIES JUNTILLAS-

miércoles, 1 de agosto de 2018

- "VALLE DE LOS CAÍDOS". -




Franco. Cuarenta años de dictadura. Golpe de Estado. Fin de la democracia y de la República española. España. La postguerra. El Generalísimo Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios, para salvar a España de las hordas marxistas,nostalgia, fratricidio, Carrillo, Paracuellos, Pasionaria, Primo de Rivera, ¡presente!, la batalla del Ebro, las venganzas o el gran monumento: "El Valle de los Caídos por Dios y por España..."
Democracia. Contextualización. Atisbos de libertad. Suárez. Años setenta. Intentonas de Golpes de Estado y de ruido de sables a toda hora. Franco puso al Rey Juan Carlos y no a Don Juan, su padre. La Transición. La endeble Transición. Todos los paños calientes eran pocos. Se podía fastidiar la incipiente Democracia. La Memoria Histórica. Caso perdido. En aquel tiempo se apostaba entre reformas o rupturas. El "Valle de los Caídos" no percibirá el cambio democrático. En absoluto. Siguió ahí como si nada. Presidido por una enorme cruz. Franco no solo no moría del todo, sino que a su alrededor se gestaba y eclosionaba el franquismo sociológico incluída la Iglesia. Hoy en día sigue muy arriba y muy presente ese franquismo del miedo y del tabú. Hay mucho impostor que se dice demócrata y que prefiere dejar las cosas y las represalias de Franco tal como están y estuvieron.
Esa construcción es una vergüenza para un sistema que se dice democrático. Ese símbolo del pasado es una mancha negra en el gran gen español de la democracia. Entonces,¿qué hace toda esa gente republicana y maravillosamente roja ahí sepultada y humillada? Es la gran cuestión que tapa la verdad interesada. Franco sigue muy vivo todavía, y el franquismo más. Hay hasta leyes, recelos, odios y todo tipo de sentimientos encontrados. Es como si Franco quisiera ganar otra guerra y en 2018. La guerra que él jodió de la justicia democrática.
Muchos abuelos ya murieron. Pero a algunos les han contado milongas de revanchismos. Sacar a Franco de ahí, y liberar a los muertos republicanos procediendo a su justa disposición para su digno descanso y acabar con el castigo de seguir jodidos después de muertos, es una de las grandes asignaturas pendientes de la Democracia.
¿Quién le pone el cascabel al gato sin que se monte la de dios es cristo? ... Pedro Sánchez quiere asegurarse bien. Los cuarenta años de dictadura y los otros cuarenta de democracia tabú, le han enmarañado la justicia y ahora debe hacer cirugía de laboratorio y microscópica. Ahí hay leyes megacaspa, y hay que hacer los movimientos sin gritos y con la estrategia glacial de un jugador ruso de ajedrez.
Romper todo ese "Valle". Hacer otra cosa menos de vergüenza. Templar las gaitas y los odios heredados. Pasar con un gran carpetazo la finalización de una construcción como la que todavía hay en 2018 y a la que acuden los findes algunos morbosos y fachas.
En Alemania por Hitler no hay nada así. Está prohibido. Lo mismo que a Mussolini en Italia. Hay distancia arquitectónica hacia los nazismos y fascismos. En España, no. En España, 2018, sigue toda la mandanga ahí. Y a pesar de que es imprescindible acabar con éso, habrá que reconocer que las nuevas generaciones no lo ponen fácil para que respire el nuevo oxígeno de la Libertad.
Franco y el "Valle", y el fascismo, siguen teniendo un gran imán en mi país. Un hechizo de nostalgia evidente y hasta fou. No. No es fácil quitar eso de ahí, porque en muchas mentes está enquistado el mito. Aquel tiempo sigue estando cronificado en muchas cabezas. En demasiado miedo cobarde a otras guerras imaginadas.
-SOLO VALE LA DEMOCRACIA-