jueves, 30 de abril de 2015

- TERREMOTO EN MI CONCIENCIA -



Soy montañero. Siempre lo seré. Y alpinista, y de los ochomiles, y hay una magia extraña que me lleva a la dureza de las alturas imposibles.
O, por lo menos, era lo que sentía hasta ayer mismo. Porque yo también estuve en ese Nepal terrible en donde ha estallado todo y han muerto miles de personas. He coronado ahora y dentro del shock, la cima de mi conciencia. Soy casi un afortunado europeo y blanco. He sobrevivido. Pero no deseo irme de aquí. No tengo demasiado derecho.
Esto es un lugar terrible. He visto cosas colosales y de espanto. Han volado todas las rocas y ha estallado todo entre mil fuegos y desastres. Se ha modificado en breves horas mi percepción de lo que es el sufrimiento en las duras y heladas alturas. Esto no es el paraíso ni el infierno, sino la realidad. Una, mi nueva realidad.
He ayudado mucho aquí. He sacado heridos de las oquedades rocosas, y niños troceados, y gente viva, y he vivido en mi propio pellejo el dolor y hasta la sorpresa de la heroicidad. He pasado por muchas situaciones tan aparentemente sorprendentes como inexplicables. Me ha sucedido y en breves horas todo un universo cronológico y en expansión que me ha tenido tenso y activo. Mi rostro es otro. No parezco yo. Pero tengo absolutamente claro que soy un mejor yo. Un absoluto yo.
La cima del mundo también podía ser una gran mierda y engañifa además de sus paisajes únicos y del espíritu especial que me hace montañero y de otra pasta. Porque hay y había otra galaxia paralela que me quedaba ciega y muda, anodina y desapercibida. Mi fuerza física y mi arrojo en el apogeo de mi vitalidad, escapaba hacia la aventura heróica del deporte límite con una dimensión irreal y hasta adocenada. No sabía del todo hacia donde iba. Todo podía ser traicioneramente una fantasía y una autotrampa. El cielo era también la Tierra. Lo acabo de probar con el inédito regusto del novato en estos impactos tan mediáticos como reales.
Quiero quedarme en el Nepal. Sufrir con ellos, ayudar, aprender otras cumbres y otros pasos, solidarizarme con los excluídos, abrir el pastel y el paquete de una realidad y de un paradigma más de verdad.
He de ayudar a cerrar heridas, y he de dejarme barba solidaria, y comer menos, y orientar a la gente de aquí, y hacer todo lo que me esté en mi mano para que esos niños huérfanos nepalíes vuelvan a sonreir, y yo quiero ser un montañero de lo cotidiano, y convertirme a la religión del compromiso y del voluntariado sin que me den un dinero a cambio y sin que me embriague la vanidad ni la vanagloria.
Nadie puede de mi familia imaginar las decisiones que voy a tomar. Se quedarán de piedra cuando vean que ya no soy un pijo que se compra piolets y que marca el calzado sobre la roca de hielo para no caerme a los abismos. Sé que me dirán que no, y que vuelva, y que  olvide lo del Nepal y lo del horror. Me rogarán que vuelva ya, y que no haga más el loco y el kamikaze.
Lo que pasa es que ahora estos chinitos me parecen más razonables y suaves, me identifico con ellos y con sus naturalidad, les he cogido un cariño especial, les he visto llorar a mares y me he visto llorar a mí con todos ellos. He hecho amigos aquí  y ya chapurreo su idioma mientras les ayudo y protejo con mis cerca de dos metros de estatura y con mis músculos veteranos y exacerbados. Me siento más siendo de aquí, y el montañismo me parece más una moda y una costumbre. He graduado la calidad de los esfuerzos. Este país no ha de estar cerrado de nuevo cuando pase la avalancha mediática. Porque entonces será bastante mentira cuando unos y otros escalemos el Everest. ¡No! Todo es mucho más social y de andar por casa por aquí.
¡OS LO ASEGURO!

martes, 28 de abril de 2015

- ALBERTO Y SUS FRAGILIDADES -



Me ha llamado esta tarde Alberto, el cual nos releva a mi hermano y a mí en los cuidados necesarios de mi senecta madre. Y su voz era aranera y preocupante a un tiempo. Porque Alberto estaba aupado en la euforia, como reinvindicando su injusto lugar en el mundo, y crecido ante una situación que le perturbaba.
Maldito dinero. Acababa de recibir una mensualidad de miseria,-supongo que coincidiendo azarosamente con las próximas Elecciones-, y desde su particular perspectiva tomaba muy a la ligera algunas decisiones. Porque para él, este fin de semana tenía que ser muy pero que muy diferente a otros tiempos similares y anodinos. Incambiables y resignados.
Tenía un problema acuciante el bueno de Alberto. Que no se fía de sí mismo ni de las consecuencias de algunos de sus actos. Alberto me dice que él no quiere saber nada del número pin ese que dan los bancos para así sacar el dinero que necesita. Quiere que se lo dé el hombre o mujer de la ventanilla, pero como hoy no estaban entonces nos pedía a mi hermano y a mí un anticipo. Y el lunes nos lo devolvería todo. Yo, le he tenido que decir: -"Pero, Alberto, si el dinero puedes sacarlo tú y tal..."
- "¡No! No me fío. Me conozco y no quiero tal número pin ..."
- "Alberto, jejeje, ¡por Dios!..."
- "Me conozco y de verdad que yo no saco nada así. Y como me gustaría comprarme un poco de ropa y bajar al bar a ver al Real Madrid y eso, pues os lo pido por favor y tal..."
He sonreído. Alberto es un hombre bueno con un pasado potentemente adverso. En efecto, como le dé la vena, coge el número pin ese, y cuando llegue a fin de mes no le queda ni un céntimo. Tiene razón. Ha estado demasiados meses sin un euro en el bolsillo salvo el imprescindible para pagar el alquiler de la habitación del piso que comparte con más personas, y comiendo gracias a la misericordia del Banco de alimentos y a lo que le damos por cuidar a mamá. Que es bien escaso.
Alberto y el dinero. Y tantos y tantos Albertos de la necesidad y de la supervivencia. En medio de su merecida alegría, no sospecha que el lunes el personal del Banco o Caja correspondiente, le dirá que saque el dinero por el cajero y que le adjudicarán un número secreto para extraer el money. Hoy estaba Alberto demasiado contento. Sé que nunca se está demasiado contento, y me preocupa ni mezcla de sentimientos y de sensaciones.
Que vaya al mercado y se compre ropa, y que se ilusione un poquito. Es humano como todos y tiene el derecho pleno a soñar y a gozar. Pero no frecuenta Alberto las buenas compañías y eso me preocupa esencialmente porque cuida afanosamente a mi madre.
Sus amigos son un par de alcohólicos que piden limosna en la Iglesia de San Nicolás todos los lunes y en donde les da. Son pareja. Ella es una dejada, y él un hombre muy alto con una enorme cojera que no desea admitir que ha de crecer. Y en medio de esa dejadez que conoce y que les quiere, Alberto corre bastante peligro.
Alberto sigue teniendo vértigo vital. Ha decidido ha tiempo que no aspirará a tener una compañera que le haga sentirse más maduro. Alberto sigue la deriva del derrotado conformón, y se niega una y otra vez a sí mismo la capacidad de pensar con más agudeza en su derecho de prosperar más allá del comodín defensivo inmediato y de oxígeno de supervivencia.
Alberto tiene razón pero ni mucho menos, toda. No tiene derecho solo a aspirar a dicha supervivencia y a no pegarse el gran castañazo. ¡No! Alberto tiene derecho a la dignidad, a buscar unos amigos sanos, a ponerse activo y reivindicativo, a no poner excusas de lesitud para no mirarse el corazón; a demasiadas cosas que le hacen ser casi un viejo prematuro e imposible.
Me duele mi afecto hacia Alberto. Ha hecho y hace una labor abnegada y satisfactoria hacia mi madre. Admirable. Pero me gustaría que se siguiera levantando y reivindicando una mejora personal en su vida.Que se abriera y exteriorizara su verdadero dolor. Pero anda distraído el pobre con otro orden de prioridades. Solo desea quedarse como está.
-Y NO ESTOY DE ACUERDO-

jueves, 23 de abril de 2015

- RODRIGO RATO, ¿DE HÉROE A VILLANO EN UNAS HORAS?. -



El gran gurú de la economía, por los suelos. El sabio y reconocido santo varón de los números parece ahora una estupefacta marioneta a merced de los focos mediáticos. Rodrigo Rato ha sido señalado por el gran dedo del no prestigio. Ya es malo, y sospechoso, y perdedor de las partidas, y cazado, y venado, y los suyos le llaman menos al teléfono, y le esquivan, y hasta se piensan el retirarle un cuadro cuando en la Universidad le proclamaron Doctor Honoris Causa.
Lo que pasa es la velocidad y el estrépito. Pero no un batacazo cualquiera. Ha sido un ruído extraño y como de estrategias electorales. Parece que el Partido que huele a fiambre de Mariano Rajoy hubiese decidido desmarcarse toscamente del que fue su amiguísimo ministro y hasta el gran amigo de sus amigos. Ellos mismos un amigo.
Es lo que tiene el Poder. Cuando estás en la cumbre, entonces va y resulta que que los otros montañeros también pueden llevar en el zurrón y en sus mochilas muchas armas y activos financieros, amnistías fiscales renegadas, y toda la traición. Rivalidad a flor de dientes.
El olor a mugre y a muerto se contagia y propaga en busca de resucitaciones desesperadas o de salidas airosas dentro de la irreversibilidad electoral. Huele a elecciones y todo vale para salvar el pellejo.
Y por encima de todo, la distancia. Rato, bamboleado por los acontecimientos, es un tipo terrible pero no vulnerable. Los estafados de Bankia le tiran todos los insultos que empiezan por la ele de ladrón. Los policías le ponen profesionalmente la mano en la cabeza y le meten en un coche para llevárselo a declarar. Entran y salen de la casa del mito, hay registros una y otra vez, y Rato les dice a los periodistas el absolutamente nada de los buenos días y buenas tardes. Es el gigante pasmado que llegó a ser Gerente del Fondo Monetario Internacional en donde los ricos cuecen nuestro futuro imposible.
Sí. La velocidad preocupa en ese cenagal del descrédito que es España. Menos credibilidad que nunca. Pocos de fiar. Solo buscan el ventilador de la suciedad. Se habla de las leyes, de la amnistía fiscal y del perdón legal a quienes a centenares hacen igualmente el chorizo presunto. Todos se defienden como gato pasta arriba, palmo a palmo, encerrados en su área en busca de que un balón no se meta definitivamente en su portería. Juegan al empate a cero, a que nunca pase nada, y a que jamás les metan por la escuadra el gran golazo de la derrota definitiva.
En el PP se masca la desesperación y el desconcierto. Huele a urnas y a frustración, a tirar hacia adelante y a hacer la aventura de la jungla de la impostura. España está más triste e indignada que nunca. El desequilibrio es el denominador común. Esto no se llama sosiego.
Rodrigo Rato. Ha sido rico, joven y escasamente democrático. Pijo de postín. Peligrosa cuna adinerada que parece que lleva al ocultamiento y a la avaricia. Y en medio de un gris que evoca al franquismo y a la ausencia de asertos claros y convincentes, se arrastra la pena de la lágrima del gran caimán taimado que siempre es el poder omnímodo y fou.
Rodrigo Rato es el síntoma de un gran desconcierto sucio y fatal. Rato es un astronauta de aguas esquivas y procelosas. Un privilegiado que ha logrado hacer un personaje impasable y desconcertante. Alguien, que una vez más, hace que recelemos de las doctrinas económicas al uso y que tan desapercibidas pasan para el honrado ciudadano español de a pie.
¡QUÉ GENTE MÁS EXTRAÑA!

martes, 21 de abril de 2015

- EL PLACER DE MI VISITA -



Mientras el otro día hablaba por teléfono con mi amiga Sidinya, me vino algo novedoso y puro al corazón. Me entró un deseo que tenía que poner en práctica por encima de todos los impedimentos. Y de repente le dije que no  es que iba a ir a visitarla a su casa de Tarragona, sino que le puse fecha y día a esa visita. Asumía mi responsabilidad como amigo, y allá que me lanzaba decidido, asustado y coherente. Ahora ella no podía desplazarse por motivos de salud. No. Ahora me tocaba mover pieza a mí.
Seguí sin pensar demasiado. A veces hay que soltar manotazos sutiles y tomar decisiones necesarias. Tenía ganas de ver a una buena mujer, la cual ha tiempo me otorgó su afecto y confianza. Tenía ganas de disfrutar cara a cara del placer de la amistad. Tenía la responsabilidad decidida de mis cosas bien hechas, de mi detalle del viaje y de mi generosidad concretada.
Fui. Llegué. La vi. La abracé. Me sentí feliz, ella fue feliz, comí con ella y con su hijo en su casa una suculenta paella, y fue un día precioso y realmente grato y sentido.
No. No había sido para mí un acto frecuente ni mucho menos, cotidiano. Era el resultado de un enorme trabajo personal. También yo comenzaba a ser muy amigo de mí mismo. Mucho más que otrora. Me sentía centrado, por el camino que es, liberado de otros tiempos confusos e inexpertos, y sencillamente muchísimo más adulto. El verbo crecer era la constatación de mí mismo. Estaba haciendo cosas que antes no hubiese podido realizar ni vivenciar.
Me sentí pleno en Tarragona, y en Castellón, y en Valencia, y en aquella esquina, y al lado de aquel yate enorme de los árabes en el puerto catalán del barrio de pescadores de El Serrallo donde mora la rubia Sidinya, y en la Estación de los trenes, y asumidor de aquellas reglas del juego lógicas y adultas.
Comí con ella y con su educado y bonancible hijo, y no pasó nada especial de efectos especiales o enormes alharacas. Comimos y charlamos, pero también esta vez practiqué el silencio de la compañía, y escuché con más precisión y atención a mi amiga  y lo que me confiaba y expresaba.
Qué bonita palabra la de la amistad. Y sobre todo, cuando se disfruta auténticamente, cuando se confía y se comparte, cuando Sidi me muestra su casa coqueta llena de originalidad y aprovechando hábilmente los pequeños espacios de dicha vivienda.
Realmente, disfruté. No se puede decir de otra manera. Y me emocioné al compararme con otros momentos. Yo, he crecido. Ya voy siendo yo otra vez. Ya puedo saber posicionarme ante las situaciones y desechando los errores. Fui concreto y claro, alegré el día de la lesa Sidinya, y me alegré por dentro a mí mismo de su buen calor.
Ella es mi amiga. Y yo soy también su amigo. Yo, también. Y cuando Sidi se recupere de las pruebas que la vida de su cuerpo le pondrá por delante, naturalmente que volveremos a vernos. Porque sentiré y sentiremos esa necesidad amical del compartir.
Ya de vuelta en el Talgo para mi casa, todo encajaba. Estaba bien. Mi aturdimiento y mis dudas en la Estación del ferrocarril se debían a mi falta de entrenamiento y a mis primeros pasos en los largos desplazamientos. Y nada más que eso. Yo ya no busco ni necesito muletas o apoyos recargados. Yo lo que me necesito es a mí mismo y a no darle más vueltas a mis generosos y buenos deseos.
Llego al tiempo concreto de la amistad, valoro el fuerte abrazo que di y que recibí de Sidinya, me sentí perfecto ahí, y más grande, y más yo, y en 2015, y en Abril, y en un domingo que nunca podré olvidar. Y que también habrán muchísimos más días de visita.
-Y DESDE MÍ MISMO-

viernes, 17 de abril de 2015

- EL TREN, LAS TAQUILLAS, MIS NERVIOS ... -



Esta vez fui bien decidido, inmediato, contento, rápido e intenso, a abordar una sintomática conquista personal. Acudí al punto de información de la Estación de los ferrocarriles y comencé a preguntar y a preguntar. Mi ansiedad estaba en consonancia con mi sordera y mi inexperiencia.
Me dieron folletos explicativos, pero apenas comprendí nada de lo que me decían. Estaba tomando una decisión arriesgada en mi vida nueva y actual que se consolida y siempre hace mella con sentimientos encontrados pero todos intensos.
Me planté a toda velocidad en la taquilla de los billetes del tren. Había bien poca gente y me tranquilizó este hecho. En seguida lo tendría todo solucionado para poder partir. Ilusa inexperiencia.
La cola se mantenía. No avanzaba. Cinco minutos, diez minutos, casi treinta minutos, yo nervioso, muy nervioso, temiendo que se me olvidaran las cosas que iba a preguntar, y mirando ávidamente una y otra vez a la taquillera para que me antendiera y ya. ¡Por favor! ...
Un encargado de la Estación me dijo que si yo llevaba número para la cola.
- "¿Número dice, señor?" ...
- Sí. Ha de cogerlo. Tómelo de aquella máquina, ¿la ve?" ...
- "Sí. "...
¿Ahora, número para la cola? Cuando volví a dicha cola era muchísimo más grande de lo imaginado. Veinte personas. Quizás quince delante de mí. Pero la cola seguía sin avanzar y mis nervios iban en aumento. Yo había decidido un determinado y amical destino. Pero parecía que dicho destino se tornara en mi contra a base de demoras inesperadas. De modo que decidí finalmente intentar calmarme sentándome en una de las sillas del lugar.
Mas la única verdad es que no quería estar tan sentado. Yo había ido a la Estación a estar en pie, a sentirme de pie, a expresar mi nueva realidad activa y hasta casi retadora. Y debía poco menos que abrir esa mi realidad a manotazos sobre los obstáculos inesperados a la par que cotidianos. La vida es competencia y decisión, esperar tu momento y no permitir que te chafe la adversidad las hermosas decisiones.
Tras casi una hora de espera, me recibió un taquillero. Antipático. La chica taquillera anterior, habría salido a descansar o ella sabría ...
Atropelladamente, le conté mis ilusiones y dudas al nuevo señor de la taquilla. Y el hombre me miraba como un extraterrestre educado y desconfiado, mientras pensaría de mí lo que quisiera su libertad.
- "Pero, ¿usted no sabe qué tren es y a qué hora sale, me dice?, ¿no ha preguntado acaso en el punto de atención?" ...
- "Lo hice, señor. Pero de estos trenes que me interesan más, me dicen que no tienen papeles informativos. De este tren que no me interesa, sí" ...
Casi que improvisé un tren ante el silencio del taquillero. ¡Elegido! ¡Ese mismo! Sabiendo el precio total de ida más vuelta, ya está, ¡va! ...
Me senté casi asustado finalmente en un asiento, y respiré hondo. Si coges un tren de cercanías se llama habitual, pero si tomas otro de media o larga distancia has de elegir tú y la cosa es totalmente diferente.
Con el billlete orgulloso en la mano, volví al punto de información. La guapa chica del lugar no me daba crédito casi a lo que le preguntaba.
Me contestó que era todo amplio, y que la dijera que para qué día habría de ser la información solicitada. Cada día elegido es una coyuntura distinta y puede cambiar en función de la demanda y de la circunstancia.
Cuando te decides a la larga distancia, comienza un vértigo que desconozco y que siempre es de agradecer atravesarlo para ir descubriendo la vida avanzando en el conocimiento y en la experiencia.
Ahora, ya lo sé. Nunca más me volverá a pasar. Ya soy menos inexperto en temas de trenes. Las asignaturas pendientes me pasan factura a mi edad. Pero también me dan una libertad imparable que me hace crecer.
-QUIEN ME ESPERA, YA LO SABE-

martes, 14 de abril de 2015

- HILLARY, POSIBLE PRIMERA PRESIDENTA DE LOS EEUU. -



A pesar de todos los maquillajes y machismos, y tras una Historia estadounidense de 44 varones consecutivos gobernando la nación, sin duda que el hecho de que una mujer aspire seriamente al cetro máximo presidencial del país más poderoso e influyente de la Tierra, es un gran éxito para las mujeres.
Hay lo que hay y lo que dejan los márgenes. Y entre ese espacio de intrigas y angosto, algo casi vetado y nada usual parece componerse y generarse en Estados Unidos. La fuerza del capitalismo y de los resultados prácticos y del Market. El individualismo feroz frente a la idea europea más social.
Estados Unidos es más que un país; un síntoma de un estado determinado de las cosas. Es el Imperio moderno que está en las cúpulas y en todas las élites. Es la cumbre más alta y rocosa del Globo.
La mujer en EEUU. Nada fácil lo tiene si quiere más. Allí hay terribles acuerdos relativos más allá del oropel y del markéting. En otras palabras, que allí tampoco se fían de la mujer. No puede ser cualquiera mujer la jefa o la que decida, sino que se exige muchísimo más.
Por ejemplo, que se mueva ya dentro del Poder y que sea pragmático, y que no grite en exceso. Moderadita y nada radical. Americana, seria, y con glamour contenido. Liberal, ma non troppo. Vanguardista, pero sin pasarse. Guapa, pero no una barbie o una actriz. Mujer, pero con todo el esfuerzo y el deseado consenso siempre esforzado y denso entre la grey masculina.
Relevos marcados y casi ordenados. Ahora está un negro: Barack Obama. Que también es un hito en donde todavía hoy a los policías se les escapan las balas sobre los negros y hacen agitaciones raciales de no integración y de rechazo. Para muchos americanos y blancos, Obama nunca va a representarles. Pero, bueno, su política no parece haber sido tan amenazadora para sus intereses. Obama ha sido anodino y no se ha portado excesivamente mal.
¿Una mujer, ahora? Las piernas, el cuerpo, lo mediático, lo visible, lo frívolo, el machismo, lo pasable y lo impasable, su relación con el ex presi Clinton, y un filón de morbo y habladurías. Le puso los cuernos una becaria.
Pero Hillary Clinton ya ha vivido y había vivido mucho antes de lo que sabemos. Llevaba muchos años trabajando para hacerse pétrea y astuta, y para poder decirle que sí a sus evidentes aspiraciones y ambiciones. Parece de vuelta de casi todo, y eso le resta rechazo. Es como una actriz veterana del Hollywood de las influencias y de los tejemanejes del poder, y en el Himalaya planetario de las influencias. Un negro, ¿una mujer finalmente?, ¿después alguien latino? ... Es como si las realidades y conveniencias fueran marcando los tiempos estratégicos y sucesivos.
La Clinton podría ser la Emperatriz. La señora con el cargo de más poder del planeta. Fue antes republicana y pasó sus etapas de seguridad. Luego fue apostando leve y realmente por el Partido Demócrata, que es por el que está y apuesta para el gran trono de la Casa Blanca. Es muy posible que lo logre. Está muy cerca del gran Everest y no desfallece. Para allá va.
Insisto en esa idea del éxito de la mujer y de los pioneros. Más allá de lo que pueda hacer o decir, Hillary está logrando un éxito sin precedentes. Las mujeres tienden a pensar que se abre realmente su tiempo en el país de la bandera de las barras y estrellas. Una mujer puede mandar en el mundo. Y eso es más que Historia. Casi una revolución.
Es un hito que esté Obama que no es blanco. Pero lo de Hillary,-a pesar de su camino astuto y experienciado-, será revolucionario si se confirma. A pesar de los peses, será sin duda una excelente noticia para las mujeres.
-Y PARA LOS HOMBRES-

sábado, 11 de abril de 2015

- IKER CASILLAS, EL OCASO INEVITABLE DE UN PORTERO DE FÁBULA. -



Todo no lo empezó el taimado Mourinho. Le acompañó el inevitable Cronos y las jerarquías del poder en el Real Madrid. Y la gran irracionalidad que es el fútbol. Todo junto.
Iker Casillas. San Casillas. Uno de los mejores porteros españoles de todos los tiempos. No quiero zaherir a Iríbar o Arconada, y menos robar en la memoria de Zamora, Eizaguirre y todos los hijos de los mitos.
Casillas fue un niño de fútbol y de barriada que precozmente vistió la camiseta del acorazado Real Madrid. Un niño bajito para portero pero felino por sus reflejos y arrojo. Colosal. Se lo ganó siempre todo con creces. Nos hizo Campeones del Mundo con una magia a Robben, de Europa, ganó varias Champions con sus paradones como en la final del golazo de Zidane, y le dió al Real muchísimos títulos ligueros y de Copa. A veces, casi él solito. Sé que suena a exageración. Pero cuando todo parecía decidido y cuando el destino estaba fatal, asomaba Iker y la gente resoplaba de placer. ¡La había rechazado y se había salvado el vicegol inevitable! ¡Increíble Iker! ...
Titular, titular y titular. Siempre titular con creces. Titular con sudor y evidencias. Hombre y chico de la casa. Simpático y normal, como Iniesta y tantos triunfadores y héroes de su generación, y su mágico beso de novios en los labios de Sara Carbonero delante de las mismísimas cámaras televisivas el día del gran orgasmo feliz del fútbol español a nivel de Selecciones. ¡Campeón Mundial! ¡Mágico! ...
El Real Madrid. Todo un arsenal de intrigas palaciegas y de dinero a merced de Don resultado. Obligados a ser enormes y a ganar. Regularidad y sin medias tintas. En la casa de Bernabéu o Florentino no valen milongas. O triunfas, o fracasas. La ansiedad del éxito no se sacia en este club de emblema. La paciencia  nunca existe. No hay facilidades, y un puñado de buitres siempre surca los cielos en busca de relevos y de sucederes. El Madrid es un destino y una meta final.
Ser portero del Real Madrid es estar más solo que nunca y ante el peligro si pierdes, y dejar de ser ídolo en breves segundos. De ahí los enormes méritos históricos en la regularidad de Iker Casillas. Absolutamente excepcional. Y entre los mejores del mundo de la modernidad. Tras Lev Yashine y los alemanes: Buffon e Iker, Iker o Buffon. Pocos mitos más en la actualidad. Saludos a Dino Zoff.
Como todo deportista de elevada élite, llega el momento paulatino de la caducidad y del morbo. Aquí no se salva nadie. Dicen los viejos que en el Santiago Bernabéu se llegó a pitar al mismísimo Alfredo Di Stéfano. Les creo.
Hay que hacerse a la idea. Iker no ha caído en desgracia sino en realidad. Los años no pasan en balde. Se le van balones. Es bajito y además el reflejo cede. Va cediendo. Y los medios agrandan las fisuras. Todo lo estiran. Ahora hay gente del Madrid que no le cree y que le pita por sistema generándose ambientucos preocupantes. Son una minoría que constituye un síntoma real.
El tiempo del gran portero no puede ser eterno. Se irá. Como se fueron todos los grandes mitos. El problema verdadero surgirá con los porteros aspirantes a su relevo. Esos sufrirán en sí todo el gran vacío y la gran frustración de la desconsideración. ¡Pobres! ...
Me quedo con los grandes momentos y éxitos de Iker. Me ha hecho disfrutar como un enano. Me ha enamorado su coraje y su precocidad de ganador, sus estiradas y sus asombrosos reflejos. Ha sido un regalo y un ejemplo. Me ha hecho demasiado feliz para no añorar cuando era joven y nadie osaba lanzarle abiertas discusiones. El niño mimado se lo ganaba y era el capitán de todo. No había caso. ¡Absurdo! ...
Ahora le va llegando su hora. Navas no ha demostrado ser mejor que él, el tiempo de Diego López se lo llevó la historia mourinhista, y ahora quieren fichar a un tercer portero porque ven urgencias en los ruidos. Por eso esta es mi nostalgia y mi admiración ante un portero fuera de serie. Un número 1, un as, el mejor, el más listo de toda la clase.
¡UNA PENA EL TIEMPO!

jueves, 9 de abril de 2015

- MI AMIGO OTTONIEL NO ES EXTRATERRESTRE -



Totalmente terrícola es Ottoniel. Mucho más terrestre de lo que puedas pensar. Y humano. No solo es terrícola o terrestre, sino que también es humano como todos los demás y además tiene sentimientos, pesares y alegrías.
Le conocí de adolescente y casi no se el porqué. Vaya usted a saber. Lo único importante es que han pasado algunas décadas y mi amigo Ottoniel sigue por ahí por el camino de mis cercanías.
Pero advierto que nadie espere de Ottoniel orden o previsibilidad. Es especialista en enfadarse consigo mismo. Los demás no tenemos apenas dones para hacerle contrariarse.
Su discurso es nostálgico en el fondo aunque sus palabras suenen prácticas y concretas. Y cuando divaga sabe perfectamente que lo hace para mostrar una cortina de humo en la que esconder su verdad y para que nunca se sepa.
Es el tipo más raro de mi mundo conocido. Y yo le aprecio más de lo que creo. El otro día me dijo no sé qué de un sorteo de lotería que había tenido lugar hacía meses. Yo pensé al principio que no hablaba en serio y que sus cosas en ese momento solo eran para poder distraer su aburrimiento. Yo debía tener preparada dicha lotería porque había una terminación acertada y cinco dólares para devolverme. No le creí.
Insistió. Dijo que pasaría por casa para pagarme el importe de dicha lotería y yo le dije que sí un tanto alarmado. Cuando Ottoniel dice dos veces una cosa, es que habla en serio y que va a ello. Fui cortés y le dije que todo perfecto y que se pasase cuando quisiese y que estaba todo preparado.
¿Preparado?, ¿dónde diablos estarían las papeletas de lotería de Enero en pleno mes de Abril y con lo desordenado y poco terrícola que soy yo?. ¿Buscar dichas papeletas?, ¿estarían en la Tierra?, ¿las habría tirado sin querer al mar del olvido y de la inercia? ¡Vaya usted a saber! ...
Han llamado al timbre de abajo. Mi cabeza daba vueltas. Mi madre lleva unos días sobrepasándome en su cariñosa tortura. No he oído a Ottoniel. No le he dado importancia a sus cosas extraterrestres. Quería hacer la siesta, no eran horas y no lo esperaba. Pero Ottoniel es tenaz y tiene afán duro como la kriptonita del cine del espacio. Es cabezón y también tierno. No se da nunca por vencido y sus huestes siempre proceden de la contundencia de otras galaxias apenas conocidas y superlejanas.
Me ha llamado al telefóno móvil desde una cabina todo enfadado. ¿Cómo podía ser posible que yo le hubiese abierto la puerta ni le hubiese escuchado el timbre? ¡Eso es inadmisible para el bueno de Ottoniel! ...
Sacó las uñas. No me mandó al carajo porque le atendí y rectifiqué más que pronto. Por puro azar encontré las papeletas de lotería, y más tarde le abrí la puerta. Si no lo hubiese hecho, el enfado de Ottoniel hubiera sido negado por él y por muchísimos meses. Porque su enfado interior es especial y poco aprehensible para quien no le conoce. Por cierto, ¿alguien conoce realmente a Ottoniel? ¡Ni hablar! Ottoniel es el enigma que nunca puedes imaginar y que está por inventar o pergeñarse todavía. Es la sorpresa venidera.
No se ha ido muy satisfecho tras entregarme los cinco dólares. No. Quería gresca y ha hallado zen. Y es la mejor noticia para mí. Si le hubiese contestado lo que pensaba seguiríamos enfrascados en la discusión surrealista algunas horas más tarde.
Esta vez Ottoniel no se ha salido con la suya como otrora. Ha hecho nuevamente lo que le ha dado la gana, pero yo le he puesto las cosas bien difíciles. Porque un choque de civilizaciones nunca es lesivo ni sencillo de acometer. Y también he comprobado que el afecto no entiende de novas ni universos.
¡NO!

lunes, 6 de abril de 2015

- ALBERT RIVERA, EL POLÍTICO DE MODA EN ESPAÑA CON "CIUTADANS". -



Joven, con pinta de arrollador y bien vestido, con modales educadamente enérgicos y mediáticos, surge y sorprende irrumpiendo desde la nueva generación de políticos españoles sin apenas arrugas ni pasado.
De derechas, vehemente, que parece tener mucha decisión en lo que apunta, y que acaba de hacer un excelente éxito autonómico y municipal en las Elecciones de Andalucía.
Es catalán y se llama Albert Rivera, y su partido se denomina "Ciutadans" y se expande en simpatía y oportunismo seguidista al resto de España llamándose igualmente "Ciudadanos".
Dicen que es su partido un PP emergente y que nace y crece a una velocidad casi excesiva y deslumbrante. En una España en donde hacen agua los dos grandes partidos políticos clásicos de la reciente Democracia, es bastante sencillo el descontento que se concreta en la aparición de nuevas formas y aparentemente exitosas de penetración y agudeza dentro de las grandes fisuras estructurales que parecen vejestorias a unos ritmos enloquecidos y propiciadores de gente echada para adelante.
Albert Rivera te dice que él nunca va a robar, ni a ser un corrupto, que tiene una buena colonia con olor a clase media/alta sostenible, y que otro mejor mundo ha de ser posible haciendo las correcciones oportunas. Lo que pasa es que en realidad se sabe muy poco de Ciudadanos y de este Partido que parece salir de la sorpresa para intentar mandar a los de Rajoy al Hogar político del Jubilado.
Es fácil y sencillo que te digan que eres joven y además le crean a uno. Lo que pasa es que en este país la nueva estética no es bueno que venga desde muchas defensas de lo ya establecido aunque se nos diga que haciendo muchísimas enmiendas y correcciones.
Del funeral pestilente y extraño del PP actual no pueden salir pececitos con hambre y con bastante prisa que engatusen y seduzcan a personas indecisas y desesperadas que actúen desde la buena fe. Para eso ya está el mágico y necesario "Podemos" de Pablo Iglesias y Echenique entre otros.
Albert Rivera significa la nueva derecha postmoderna que cree fundamentalmente en la idea unida de España más que en el hecho diferencial catalán. Y que salga un chaval apuestote de las tierras catalanas y que suelte que él es español por encima de todo, y que España por aquí y que España por allá, y que apuesta por la corriente económica que marca Bruselas y que es esa y ninguna otra más la idea de mejora y progreso, tiene la suficiente capacidad de misterio y de seducción para atrapar votos y más votos.
De seguir subiendo en las encuestas, "Ciutadans" de Albert Rivera, tendrá un enemigo más que claro y del que nada bueno o no lesivo habrá de poder esperar. Un PP herido puede ser una máquina de triturar adversarios afines y que puedan oler a traición. Un Partido gigante a las desesperada se lanzará sobre la yugular de Rivera como ya ha hecho con "Podemos" y por tierra, mar y aire.
Estorba bastante Rivera a todos y no digamos a los partidos situados a la derecha ideológica. Metidos en los más exóticos y variopintos fangos judiciales y de credibilidad, a Rivera le van a vigilar hasta el ADN.
Pero mientras tanto, casi de la nada, de una chistera que nace en Cataluña, desde los ojos y voz mediática y presencial de Albert Rivera, que le vayan quitando lo bailado y aguándole el presente de indicativo. Que es lo que es el dinámico y rápido Rivera: un velocista de la política que sabe que sus rivales directos tienen muchas lesiones y bien poquitas estrellas.
-MOMENTOS DE TRANSICIÓN-

viernes, 3 de abril de 2015

- ABRIL, ETERNO ABRIL -



En medio de la sorpresa de la vida, cuando el invierno severo condiciona desde sus garras climáticas el clima y la libertad, aparece casi de repente el mes de Abril. Una rosa enorme en medio del gran páramo de la tristeza y de la desesperación paradójicamente esperada.
Abril es otra cosa, cuando nace un tesoro pequeño y brillante al lado del pino, cuando el calor crece presto y adolescente parejo a la felicidad, cuando se abre el vértigo y la incógnita, cuando el adolescente se pone de pie, y el carmín de los labios de una chica brilla en rojo pasión.
Cuando rebrota la raíz, y el tallo de la planta, cuando las cosas se mueven y renacen, cuando surge el manantial, cuando te pones  una nueva ropa y te cambias el pelo, y haces sudor de deporte, y decides que soñar no solo es una hipótesis sino algo realizable que tienes ahí.
Abril es una colonia invasora y llena de fragancia, el color verde, el globo que tu quieras, la París soñada y hasta las alouettes de la Tour Eiffel.
Abril es todo lo que te va a gustar. Tus medias primerizas con las que hechizarías a tu primer chico, la lluvia que nunca importará en un parque de cariño y vitalidad, el agudo trino de un pájaro que anida donde menos te lo puedes esperar, la llamada con la que nunca ya contabas, y hasta las nuevas amistades que has logrado conquistar.
Abril es un paso y un termómetro, y una constatación, y un verso de poeta, y un beso de Rihanna, y una canción de Bruce Springsteen y hasta de David Bisbal. ¡Saludos a Sabina! ...
Abril es lo que ha de venir, y la Semana Santa, y la semana de la playa, y el mes del mar, y la fuerza del runner al aire libre, y el gran motor de la primavera, y lo que hará mágicamente que en Mayo las flores se pavoneen en su apogeo.
Abril es un mes de meteoros y ciencia, de entrar y salir, de yin y yang, de berrinches y alegría, de preparativos ineludibles, de romper a leer un libro, de afrontar valientemente otras aficiones y anhelos nuevos, de atreverse a la aventura del amor, y del sexo, y del placer, y de la intensidad, y de la gimnasia, y de la enorme sonrisa.
Abril es brillo limpio. Los ojos de una mujer serena y enamorada, el salto récord de un atleta, la patera patética que no tiene buena pinta, la realidad de los desequilibrios y el tiempo de decidirse del todo a triunfar o a decaer.
Abril es tiempo de ser optimistas y positivos, y de salir a pasear al campo para releer el tomillo y el orégano, y las zapatillas planas, y marcar body con ganas de mostrar al mundo que eres únic@ e irrepetible.
Abril eres tú. Y tu actitud. Y tu aceptación y tu tolerancia. Abril es el marathón del gran atleta, y tu implicación cívica como ciudadan@, y estar todavía más en el mundo pegado a tu raíz, y el explorar apasionado senderos y hasta pieles desconocidas, y jugarse el pellejo y apostar, y dejar de ser conservador y hacerse con la tierra mojada un cuadro fresco y comprometido. Un barro de ti. Un perfil.
Abril es descanso y proyectos, el reloj de la continuidad cíclica, los colores que tú vas a elegir, tus juegos y deportes favoritos, tus palabras y tus escritos, tu voz y tu imagen, tu casa, tu cine y tu elección. Tu universo revuelto y activo.
Abril es ese deseo imparable de la Naturaleza que te dice que no te lo pienses dos veces y que te hagas presente y notorio, y que aproveches la luz para vivir más que intensamente.
-PORQUE ABRIL ES ESA LUZ-

miércoles, 1 de abril de 2015

- MATILDE CONESA Y AQUELLOS MIS RECUERDOS -



Aquí, muy cerca de donde hago ahora este escrito, había un enorme aparato de radio, desde el cual mi infancia se transformaba en una extraña fantasía. Y desde tal artilugio, aparecía la voz que suplía a la ausencia de mi familia ilógica y desestructurada.
La voz y la mujer. La dimensión de la radio de aquel tiempo. Y en el tiempo de ocio y de las radionovelas que todo lo copaban, se oía una voz potente y definitiva: la de Matilde Conesa. ¡La reina de la radio española!
Y todo el cuadro de actores de la palabra, como Matilde Vilariño, Pedro Pablo Ayuso o Eduardo Lacueva.
Sí. Mi casa vieja en una familia anodina, cambiaba de color ante las radionovelas. La Cadena SER organizaba su oropel estético y lanzaba a las ondas la obra del autor Guillermo Sautier Casaseca. "Amantes bajo el terror", "Ama Rosa", la infantil "Matilde, Perico y Periquín", y todas las novelas del citado y prolífico autor de amor especial en donde todo el romanticismo y la creatividad se unían a creaciones de voz con un valor calificativo e histórico inolvidables y destacados siempre.
El amor en la radio en los tiempos de Franco, y en el interior de mi casa en donde mi familia distaba todo de ser una familia convencional. La voz inconfundible de Matilde Conesa. La voz de la radio y del ocio. La voz que atrapaba a millones de señoras españolas; la voz del tiempo que se estilaba y alcanzaba éxitos indiscutibles.
¿Dónde estará aquel mi gigantesco aparato de radio en tiempos de smartphones y de wifies conexion? Ya no queda sino un recuerdo vivo. En su substitución desapareció la sociología del franquismo y fue apareciendo paulatinamente la idea libertaria de la democracia.
La gente, decidió renovarse. Y se puso en marcha. Aparecieron los primeros coches y comenzaron los españoles a airearse y a salir rumbo a los alrededores y camino de otros mundos y de otros derroteros. Aunque yo siga en mi casa de siempre, solo quedan los recuerdos inanes de mi nostalgia, y poco más.
Mis vecinos han cambiado, yo he cambiado, esta calle ha cambiado, el mundo es otro, la radio es música en inglés, la gente se fue de las casas o se murieron, y ya ha mucho que mi barriada es una cosa diferente que sobrevive a pesar de toda la especulación organizada y consentida.
Pero en el interior de mi casa y de mis recuerdos de donde sigo, continúan los ecos evocados de un tiempo que existió y que cohabitó con lo que fue mi niñez y mis cosas de nene. La voz potente y decididamente majestuosa de Matilde Conesa seguirá presente porque mis recuerdos también han de ser sanos y oportunos. La voz.
Cuando yo entro ahora en mi casa, lo primero que hago es poner la radio. Necesito ese ambiente y llenar las heridas ausentes. Si pusiera la voz de Matilde Conesa, saltarían como una catapulta todos mis tiernos recuerdos. Y también hablaría mi abuela, y mis padres, y yo, y mis antiguos vecinos, y los sonidos familiares de esa barriada desaparecida casi ya hasta para los nuevos taxistas de la ciudad.
Hace demasiado tiempo que el imperio de las imágenes y de los nuevos tiempos puso ante mí el paradigma de otra realidad. Ahora la radio es actualidad rabiosa, y nuevo fútbol apasionado y amical, y música sajona, y emisoritas compradas por niños con dinero que ensucian el dial y le agregan tedio y capricho. Exceso.
-DESCANSE EN PAZ MATILDE CONESA-