miércoles, 30 de diciembre de 2020

- ARMANDO MANZANERO HURGÓ EN EL AMOR ROMANTICO. -



Tú ve y enamórate. Hasta las trancas. Y ella de tí. Mírala. Embelesados. No importa el físico sino la complicidad de sus manos. El uno mágico entre los dos. Es ella. La más que guapa. La más maravillosa. La que te hace feliz. Tu novia, tu chica, tu señora, tu belleza, tu felicidad, tu plenitud, tu estar junto a ella, siempre ella, eternamente ...

Armando Manzanero tuvo ese impacto de encanto. Ese poder de atracción para convertir al amor maya de su Méjico en un sueño exportable, eterno y destacado. Puso sus dedos en medio de los certeros sentimientos, y el romanticismo se abrió en nosotros. Y ese hombre bajito y músico de cuna, genial, incombustible, poeta a mil, inspirado como un Píndaro en la adolescencia de los sentimientos, sabiendo salirse con la suya, vivir, y encantar a generaciones. Ahora, parece todo esto del baile de parejas y del amor apasionado, una suerte de cursilería abobada que da paso a la practicidad de la individualidad intersexual. Y el gran debate es si ha acabado un ciclo y todo queda ya demodé, o si esto es mucho más longevo y universalmente acaparador de lo que martillea la real modernidad. Todo un enigma.

Lo que pasa es que el amor es bonito, ¡recórcholis! Y ellas están ahí. Y entre todas las chicas llamadas amigas, hay una que realmente se constituye en novia. Y entonces, es otra cosa. Y hay muchos profundos preliminares, y hasta ese paradigma de la felicidad que se anticipa a la salud y que está rojo de cariño, de pasión, de delicadeza, de danza, de amor, de compartir una misma estancia, de vivir los momentos presentes pensando y sin pensar que serán eternos, y que en ese goce de la unidad amorosa está el gen de la satisfacción y de la sonrisa eterna.

Ve y enamórate. Y sácala a pasear, a bailar juntos, a las tardes junto a los jardines de los adolescentes, a vestirse guapos y favorecedores, a demostrar estéticamente que sóis una pareja, y que ahí en el medio de la calle de la felicidad os apetece daros un beso profundo y apasionado, y hacer que los demás os miren envidiosos, y a vosotros dos no os importan los rubores porque no existe nada y nadie. No existirá nada mientras ocurra el amor.

Contigo aprendí, porque el amor es sabio y genial. Y tú te has puesto guapa para mí, y has pasado una noche acaramelada e inolvidable. Y pensando en mí. Pero mañana sonará la música del maestro Manzanero, y te volverán a agarrar las ganas de tomarla entre tus brazos y mirarla a los ojos siempre y con admiración y belleza.

¿Te imaginas? ¿Te imaginas perderte con tu chica por la montaña un día de primavera soleada y de naturaleza, y no volver? O, ¿volver tardísimo a casa? O, ¿no pensar en el reloj de la vuelta porque no cabe otra cosa que caminar y descubrirse juntos y sin tiempo? ...

¿No es magia el beso?, ¿alguien puede afirmar que no se enamorará como un dulce y varonil cordero? ¿La suerte está echada?, ¿se piensa que el amor romántico no tiene fuerza cuando es lo más maravilloso y explosivo que hay? ¿No te sientes bien cuando ella recibe tu cariño, y su semblante se torna radiante y expectante?, ¿hay algún impedimento a que te entregues por el amor del que te hablo? O, ¿al menos dejas la puerta entreabierta? ...

¿Por qué no esa tarde o esa noche de estrellas envidiosas?, ¿son mentira los sueños posibles?, decir te quiero con arrobo, ¿es una menoridad? ... Ve y piénsalo mil veces antes de contestar.

¿He escrito sobre Armando Manzanero? ¿seguros que solo he escrito que fue mejicano y que trasformó el amor de varias generaciones de enamorados con sus letras y canciones? No lo sé. Yo creo que lo importante es detenerse en medio del bolero, y del amor, y de la tarde, y de la balada. Y vivir el momento mágico. Y dejar que el paso del tiempo lo decida todo. ¡Mira las estrellas! ...

-Y NO PIENSES EN NADA MÁS-




 

domingo, 27 de diciembre de 2020

- 8H 20 MINUTOS. -



Hace tiempo que no veo a mi hermano. Será mi habitual despiste, unido a que la mascarilla no me deja ver bien. He dicho que es mi hermano, porque lo es. Pero de bien pequeños, nuestros caminos se alejaron y se alejan para no converger jamás.

Nunca hubo nada bueno entre nosotros. Lo único que nos asemeja, es un cierto aire o parecido físico. Todo lo demás es negativo e inexistente. Fatal.

Decía antes que no veo a mi hermano, a pesar de que vive cerca de mi barrio natal y en donde residió él y he vivido yo toda mi vida.

Su mejor cercanía es la lejanía. En todo el tiempo en que convivimos, raro era que en un mes no acercara su frente contra la mía, como hacen esos futbolistas cuando se cabrean y desean domeñar e intimidar a su rival.

Conozco los silencios y hasta las desapariciones de mi hermano. Fueron demasiados años conviviendo. Es un juguete roto. Y en mí, siempre ve su posesión. Emocionalmente es un cero, y aparentemente es un trabajador impecable y veterano.

Sí. Los silencios de la navidad suelen ser tremendamente explosivos para todas las personas. Si no ves contacto, cercanía o efusividad, puede haber algo o mucho más, aparte del formalismo o la hipocresía. O, nada. Este último caso es el de mi hermano.

Mi hermano es su profunda y no aceptada por él, patología. Y es duro decirlo, porque es el único hermano que tengo. Disculpadme si al escribir la palabra hermano, me sobrevenga una risita. Es venial y eso.

Es mi hermano. No me ha mandado ni un solo watsap en todas estas fiestas ni lo va a hacer. Porque su silencio hacia mí no es otra cosa que estrategia de control. Y si él mueve primero el árbol y se hace visible, supondrá para sí mismo una insoportable humillación. Nuestro mejor contacto, es el no contacto. Mi mejor contacto hacia él,-y desgraciadamente-, ha de ser el silencio y la distancia.

Me sabía mal estos días, y hasta he llegado a pensar si le habría pasado algo. Es bueno y aconsejable no mirarle el watsap, porque así le irás dando datos. Quiere el control de mi vida. Saber cuándo le miro el texto vacío del watsap, y a qué hora no. Su control silencioso rebasa muchas lógicas pensantes, y la mejor forma de saber por dónde va conmigo es haberle conocido durante muchísimos años, en los que quiso el destino que tuviese que convivir con él. Hasta que un día yo rompí la cuerda de la hipocresía.

¿Por qué mi hermano hace esas cosas?, ¿por qué no me traga?, ¿por qué desea controlar todos y cada uno de mis movimientos?, ¿por qué es tan cabronazo? ...

Je,je,je ... Perdonad. Cada vez que escribo lo de hermano, me vienen mil sentimientos, y al final decido reírme a pesar del dolor y casi a mandíbula batiente.

Mi hermano no se acerca a mí porque tiene miedo de verse reflejado en mi espejo. En un espejo común y a la vez diversificado. Yo, represento su verdad y su rabia, su dominio y sus errores, su incomprensión y su desconocimiento absoluto acerca de la conducta de mi vida y el encontrarse con la suya errática, cronificada y abracadabrante. Yo soy la verdad que le jode.

Como le jode el mundo, dado que no puede confiar en los demás. No existe, en su pensar, persona que pueda ayudarle de verdad para que su vida mejore y sea otra. Y su frustración se personifica en mí. Y necesitaría y si pudiera, volverme a tener a su disposición para de esta manera hacerme la vida imposible y humillante. Añorará seguro sus exhibiciones de fuerza.

Yo, no le guardo rencor. Lo que hago es vigilar sus estrategias. Intentar a mi modo el controlarle su cabeza, con el fin de defenderme y de que no me haga más daño del que siempre me hace. Soy su chivo expiatorio, su punching de boxear para arrearme su rabia; el resarcirse de sus taimados victimismos. Pero he estado a punto de mandarle un arriesgadísimo watsap interesándome por su salud.

He ido a su watsap y he intuído que nada nuevo le ocurre. Porque su última ojeada a mi móvil ha tenido lugar hoy mismo a las 8 y 20 de la mañana. Todas las pistas. ¡Todo aclarado! ...

He llamado a mi peluquero Ramón, y éste se reía. Me decía que estaba esperando a mi hermano para precisamente hoy, proceder a cortarle el pelo como a mí. Y el bueno del peluquero Ramón, no podía contener la travesura de su risa. De modo, que he decidido coger otra hora, para no coincidir con él y evitar pasar los dos un mal rato.

No. Ni él ni yo somos los culpables de lo que pasa. Ni, mis padres. E incluso, ni mi familia. La llave de la incomprensión y del drama es a veces un azar incontenible e imparable.

-OS LO ASEGURO-
 

viernes, 25 de diciembre de 2020

- DOS BESOS -



Cara redondita con pocas arrugas, bajita y golpeada por la vida. Noelia es frágil, y a la vez, un tremendo torbellino. La tengo simpatía y ella a mí. Hay una conexión viva y auténtica. La conocí hace unos cuantos meses, y ahí sigue su simpatía y respeto.

Noelia es muy educada. Y realista. Tiene voz de locutora de radio, y sabe muchísimo más de lo pueda parecer. Siempre le ha encantado la medicina y la investigación, pero el machismo de su tiempo no la dejó entrenar, acceder, y proyectar su vida.

Noelia es buena y visceral. Se da cuenta de que esto del vivir, son dos días. Por eso sabe que debe seguir siempre hacia adelante. Nunca será una vieja.

Como tantas mujeres, fue maltratada por su ex marido, tanto de palabra como de obra. Y Noelia se sintió en la injusticia desplomada del suelo. Y su herida es abrumadora y sangrante.

Noelia lucha con encanto y empuje hacia el futuro. Le gusta hablar por los codos porque lo necesita, y porque la soledad es una gran putada. Y se une a sus amigas y hace bien.

Sus primeros psicólogos fueron los del 016,-teléfono de la mujer maltratada-. Allí la empezaron a escuchar. A Noelia ha de costarle, porque es como una niña grande y sincera, a la que puedes hacerle daño si le vas con mala intención o sin ideas claritas.

Recuerdo el primer día que la vi. Me hablaba y me hablaba. Me hablaba defensiva de desesperación. Aún tiene más que presente a su ex marido. Y seguro que mientras me hablaba, me comparaba con él. Y mi silencio pareció tranquilizarla. Y le caí bien. Y a mi élla me cae bien, porque yo también tengo heridas y me gusta ser respetado.Y ese respeto yo lo veo en Noelia. Para las navidades, eligió un momento muy oportuno para dedicarme un tiempo para felicitármelas. Pensó y se acordó de mí. Fue la felicitación más real que yo he recibido estas fiestas. Y sin alharacas. Y ya tengo dos entrañables besos suyos en mi mejillas guardados.

Noelia se lanza a lo que sea. Sus limitaciones de salud, las suple con una gran energía. Y yo me doy cuenta de que Noelia agradece mucho los detalles, la sinceridad, y las ganas de que se la respete de una vez.

Me habla de cosas durísimas, de su afán imparable de conocimientos, de que su curiosidad por la vida negada es verdadera voracidad, y además es generosa y se atreve con la tecnología digital y con lo que haga falta.

Noelia es absolutamente autodidacta. Una autodidacta, que sabe leer y que tiene una prodigiosa memoria. Y le gusta tanto la compañía, que a veces pierde las líneas de los autobuses, pero valora su placer de estar a gusto. Y entonces espera a que pasen más autobuses, y mientras tanto sigue observando y curioseando. Y siendo simpática y agradable.

Un día le regalé una begonia yo a Noelia. Y otro día me dejó boquiabierto en el coqueto Jardín Botánico de mi ciudad. Se sabía el nombre científico del noventa por ciento de las especies arbóreas y de las plantas. Y cuando va al médico, los facultativos y las enfermeras se sorprenden de su saber y acierto en su prediagnóstico. Si te ganas su afecto, sales muy favorecido.

Noelia solo trata de ser una mujer consecuente con su personalidad, y no puede evitar chocarse mentalmente con ese ex que la jodió gran parte de su vida. Todavía su fantasma maléfico está ahí, acechándola en su pensar, y distrayendo un tanto su alegría que es innata.

Cuando logre vencer a ese fantasma del pasado, entonces Noelia respirará mejor, y gozará más aún de sí misma y seguirá progresando hacia el equilibrio desde su rápida capacidad de atrapar los conceptos. Y será cada vez, más generosa.

¡SIN DUDA!
 

domingo, 20 de diciembre de 2020

- NAVIDAD INSÓLITA -



Mazapanes, turrón, gambas, medias, aglomeración y coronavirus. Jamón, mallas, langostinos, tradiciones y estupefacción. Lo de ahora es insólito. Va a llegar el hijo de Dios casi al mismo tiempo que la vacuna quasi mágica e imprescindible. La vacuna se ha hecho para salvarnos de una peste bestial e indomable, que se percibió en Marzo, sigue contagiando y matando, y ha obligado a la emperatriz Merkel a confinar a toda la potente Alemania.

Luces y motivos navideños por todas partes, y mucho personal desinfectante de la limpieza en nuestras fiestas más familiares. ¿Alguien vio algo igual en la historia reciente del mundo? Toco madera. Que yo sepa, ni me he contagiado ni me han tenido que ingresar en un hospital. He salvado el pellejo. Sigo vivo. Y ahora me sobreviene la estación Navidad.

Tradición contra sorpresa. Convivimos los sanos con los enfermos. Sin tocarnos y guardando las medidas sanitarias. El virus debe estar frotándose las manos. Todo encuentro emocional y familiar, implica menos distancia y más bajada de tensión defensiva frente al patógeno.

Vanesa habla con Sergio. Y Sergio se caga en todo. Y Julián dice que eso de séis personas es una putada. Y que hay que divertirse, saltar en la playa, ponerse acaramelados, romper la discoteca y estrenar el ocio de una vez. Que, ¡todo esto es injusto! ...

¡Lo es! El virus es injusto. El virus es un canalla. Y por eso es que hay que atajarlo y volatilizarlo. Hacerlo trizas y pasado. Y de paso, reflexionar sobre el porqué está con nosotras y nosotros intentando a la mínima acabar con nuestra salud y hasta con la vida.

Teléfonos móviles, digitalidad, compras por internet, circos apagados, calle triste, campos de fútbol vacíos, familiares a los que este año ya no podremos ver. Y otros familiares que andan lejos, y a los que tampoco podremos recibir y con el cariño que se merecen.

Cifras de muertos. Ropa preciosa en las Grandes Superficies, el capitalismo espantando moscas con las manos, llueve a tristeza endémica, severa y decepcionante. Desde aquí siento cómo la gente está llorando. Por adentro, por afuera; por muchos sitios ...

Inesperado todo este tiempo. Pero Lydia está preciosa en su sonrisa porque en nueve meses se ha conseguido que podamos vacunarnos. Y un rey mago y sanitario se va a presentar un día de estos en esas terribles y abandonadas al lucro residencias de ancianos, y entonces sí que va a llegarles a los viejitos por fin la buena nueva de la protección de su salud. El día en que en estos sitios ya no mueran ancianos por coronavirus, empezaremos a tener cifras realmente felices y de fiar. Y ese marcador o indicador, nos dará a todos la gran confirmación de la alegría y de la seguridad.

El entretanto. Mucho antígeno y mucha prueba elitista e inane. Se gastan el dinero por miedo, y porque lo tienen. Pueden despilfarrar para fingir después su reality social. Y, chucherías, y las chuletas de cordero, y la gastronomía con olor a navidad.

Pero, nada de nada. En las casas se hablará de muchas cercanas y pequeñas cosas, y el espíritu navideño podrá ser una quimera. Habrán humanos besos y abrazos. Y muchas sillas vacías y disimuladas en el corazón. La navidad removerá y repateará nuestras tripas y pondrá a prueba nuestra estructura mental y de sentido común. Y el alcohol será un peligroso refugio.

Fiestas ilegales, tangas rojos, vino, cerveza, champagne, las doce campanadas a media noche, ¡qué modo de toser, Pascual! ¡Vámonos de aquí! ¡Si te vas ahora, para mí estás muerto y enterrado! ...

Ha sido un encuentro entrañable, pero no acerques mucho. Sé cerebral y no lúdico. Masócate fuertemente los deseos inevitables, y no te muestres demasiado. Ama a los demás como a tí mismo, y ponte la mascarilla. Los reyes de la vacuna ya asoman por el arenal. Los magos.Y el verano del 2021 será maravilloso. Podrás revancharte de toda tu actual represión.

¿ACEPTAS EL RETO?
 

miércoles, 16 de diciembre de 2020

- CINE= "NIEVA EN BENIDORM", DE I. COIXET. -

 



Vivir no ha de estar ligado al placer. La decepción, empero, no debe ser una flecha que indique que tu dolor todo lo ha de finalizar. Siempre el cine raro de Isabel Coixet puede y es creativo.

Y yo noto a la directora catalana, enfadada y con ganas de tomarse una pausa. Y ese oasis de la nada y del reality, puede ser ese Nueva York de rascacielos que hay en la Costa Blanca y que se llama Benidorm. Fetén lugar para estudios de sociología. Enclave de evasión.

Meteorología. Sin rayos ni truenos. Sin amenidad destacada en la previsión. Siempre es sol. Y a veces esto es un coñazo. Y a la vez, el motor para un gran evento turístico.

"Nieva en Benidorm" es el deseo de que hasta el imposible nevar, pueda tener magia o gancho. Coixet carga contra la banca y la aética, contra el horterismo y la importancia de llenar el tiempo caducado de la vida. ¡Oh, ese misterio que es Cronos! ...

Le cuesta a "Peter",-personaje interpretado por Timoty Spall-, comprobar que no es su hermano quien creía. No se veían hacía diez o doce años, y eso parece románticamente normal y excesivo. Le tiran del trabajo por mayor, y decide aventurear. Llega a Benidorm, pero allí tampoco está su hermano. Ha desaparecido. Pero la autoridad no parece ser lo que fue, y nadie se sorprende de la abulia o el escepticismo. Ahí, Coixet lanza el dardo a la atomización, al cinismo, y a la falta social del compromiso.

"Daniel", hermano de "Peter", no está. Se ha largado. Y "Peter" está pensativo, asombrado por el descubrimiento del nuevo mundo alicantino, y con peculiaridad y flema también descubre igualmente que ese sol tan bonito que domina su terraza le es tan molesto como insoportable. O, como sus molestias estomacales...

Benidorm es un gran enigma. Un recurrente de gente que decide emprender su ocaso como si nada grave sucediera. Benidorm es un hoyo de guiris y de fiestas locas y excesivas. Y un mundo o planeta,  en donde el dinero y la ambición generan tensas disputas. El sexo y el dinero.

A veces parece que  Isabel Coixet se detiene en Almodóvar, pero ella es también de hincarle el diente a los sentimientos mágicos aparentemente previsibles.

Siempre hay alguien intrigante, bello y desesperado. ¿Quién es "Alex"?,-papel que interpreta Sarita Choudhury-, ... ¿Quien regenta un negocio de diversión para turistas?, ¿Belleza?, ¿fracaso?, ¿desamor?, ¿desencantada y sin sonrisa?, ¿dura tipa de negocios? ...

Ve y pregúntale a "Alex". Cometerás un error. La vida no es tanto el preguntar como el decidir. El destino benidormí junta a "Peter" y a "Alex". Pero sin preguntas.

Ella le dice a él que no intente saber nada de ella. Ni del hermano de él, ni de casi de sí mismo. Porque a veces hay cosas que nunca se van a comprender ...

La directora de la peli explota la belleza de la madura y la del extraño y solitario protagonista. Y le da misterio a la mujer de la limpieza, la cual lanza el polvo a la bolsa del desecho. Limpiar apriorismos. Encontrar lugares nuevos. Internarse en un lugar masificado, para destacar el silencio y lo no concurrido y quieto.

En última instancia, Isabel Coixet huye del fatalismo. Y substituye el drama final de la muerte, por la sorpresa del tradicional y bonito the end. Se pone clásica. Y hasta soñadora. Y aparece el amor y el estar juntos. Y la apuesta por la expectativa natural del día a día y hasta el final.

En última instancia aparece lo bonito de la vida cabrona, y la paz y el relax. Las ilusiones responsables que se vivirán y concretarán en el futuro al menos ideado.

No es "La Librería", ni el mejor film de Coixet. Pero su sello y sus entrañas creativas la permiten de nuevo ser diferente y hasta jugar con los infiernos de la tristeza. 

-SIEMPRE EVITABLE TRISTEZA-

lunes, 14 de diciembre de 2020

- EL MINISTRO DE SANIDAD ANTE "GONZO" EN "SALVADOS". -



Un "sacerdote" laico y social. Junto a Fernando Simón, Salvador Illa,-Ministro de Sanidad-, es el gran psiquiatra y psicólogo de la bestial pandemia en España.

"Gonzo",-el entrevistador de programa Salvados-, era un excelente sparring. Tiene rigor, honestidad y convicción en su trabajo periodístico. Y le preguntó a Illa, sobre todo, repasando la brutal tragedia.

Salvador Illa es nerviosote. Tiene un tic que lo certifica. Pero como buen filósofo, sabe leer las situaciones. Estilo cauto y solemne. Sin florituras ni distracciones. Yendo al grano. Armado con una gran velocidad al emitir sus respuestas. Habla el ministro tan rápido y con tanto acento catalán, que a veces parece no entenderse lo que cuenta o divulga.

Illa no entró al espectáculo o a la frase grandilocuente. No lo suele hacer desde que empezó esta mierda peligrosa del virus. Se limita a ser funcionario de aparente mano blanda, que es lo que no soportan sus cabreados rivales.

Serio. Muy serio. Siempre serio, Illa. Le ha tocado lidiar con un tsunami de visceralidad y de provocaciones, y ha aprendido mucho aunque admita un cierto cansancio. Pero parece que es un cansancio esperanzador.

Dolor es lo que hay en el país y en el mundo. Y cuando Illa sale en la tele no es para ahondar en el terrible dolor. Insisto en que su labor es la de decidir y apaciguar fuegos de emocionalidad.

Habla poco, Illa. Nunca habla mucho. Se limita a focalizarse dentro de su ardua y laboriosa función. Lleva muchos meses así. Arremangándose reunión tras reunión. Y afirma que nunca sintió pánico. Ni en marzo. Porque él no debe mostrar ese contagioso espanto que genera lo desconocido. De hecho, en el transcurso de la entrevista, logró hacer sonreír dos veces a su entrevistador.

Sí. Hay que convivir con el dolor y la preocupación. Hay muchas cosas en juego. La salud no solo es el virus, sino sus consecuencias. La salud es que la gente pueda aguantar hasta la esperanzadora vacuna que calcula que serenaría allá para el verano.

Medicamentos y vacunas. Remedios o antivirales. Lo que haga falta para serenar. Por eso Illa no se alteró cuando escuchó el dolor. No. Decidió seguir con su lema inavirable. Afirma Illa que confía profundamente en la madurez y mayoría de edad de la sociedad española. Aunque solo sea que para ser inteligente es preciso destacar el optimismo y el sentido común colectivo.

El terror navidad, lo toreó con finura y brevedad. Lo citó con riesgo, pero en seguida afirmó que la gente sabe lo que tiene que hacer esos días en sus casas por su bien y por el de los suyos. Que suprimir las navidades a una sociedad con agotamiento, puede ser una idea peor que la propia enfermedad. Hay que buscar momentos sensatos de encuentro humano. Somos sociales y venimos de estar encerrados. Y la Navidad también es ternura.

Se decidió convivir con el patógeno y así va a seguir ocurriendo, con olas o sin olas. Confía. El mensaje del ministro otorga confianza y buenos deseos. Su rey mago, es la idea positiva de la vacuna.

Afirma que todo lo de la pandemia pasó demasiado bestia y demasiado deprisa. No se podía hacer sino lo mejor posible. Cometer los menos errores. Los inevitables. Y tratar de aprender mucho de todo. Se sigue aprendiendo mucho de todo.

Illa no es adivino, pero también ve la luz al final del espantoso túnel. Y vuelve a solicitar la colaboración ciudadana. Porque es fundamental para él y para la Ciencia. Afirma que él se vacunará si se tercia, aunque no es amigo de saraos.

Parece un político gris, con un carisma más de cuidados que mediático. Pero eso le beneficia porque todavía aquí sigue el shock y el temor a que puedan volver las oscuras golondrinas. Y contentar a todos es imposible. Illa afirma que intenta hacer lo mejor posible su trabajo.

-Y NO PIDE NINGÚN HALAGO- 


 

jueves, 10 de diciembre de 2020

- ENTRAÑABLE CARLOS -



Rubicundo, sencillo, práctico, individualista, de decisiones rápidas, y con un gran capote con el que sortea admirablemente los obstáculos que a su vida acaecen y detienen.

Carlos se refugia en su talante y en su capacidad de sufrimiento para no perder los papeles y tirarlo todo a la mierda. Y su aliada es la alegría. Porque a Carlos le agrada fundamentalmente la fiesta y el placer de que no le limiten y de que le dejen en paz.

Bajito, poquita cosa, generoso y agradecido. Pronto cumplirá los setenta y siete años. Y en la cabeza lleva la idea y el anarquismo libertario de su albedrío. No quiere vacunarse nunca de la gripe, parece evidente que padece una más que potente adicción a las máquinas tragaperras, y quien le conoce bien acaba tomándole cariño.

Humilde, de pueblo, tiene fama de tacaño cuando yo le veo generoso; dicen que es muy raro y muy imposible.

Se certifica que fue un excelente y habilidoso trabajador. En concreto, mecánico de coches. Le fichó una fábrica alemana y le ha quedado finalmente una más que envidiable pensión.

La madre del cordero se llama un ictus que tuvo a los treinta y nueve años de edad. Y las secuelas que le quedaron cuando sufrió el durísimo ataque. No puede hablar, tiene paralizada mucha parte del lado izquierdo de su cuerpo, y cada vez más anda torpemente apoyado en su bastón. Debería ir pasándose a la silla de ruedas antes de que se desequilibre, tropiece y se caiga al suelo.

Su mujer, no aceptó lo sucedido. Y, le dejó. Le dejó con tres hijos. Dos varones y una chica. A su hija, Carlos la adora, como a su hermana, aunque siempre están riñendo y discutiendo porque discrepan mucho. No traga a sus dos hijos homos, y no quiere que se hable de ellos demasiado. A menos que haya música de buen rollo. Siempre debe haber música y complicidad alegre. Si no es así, Carlos toma su rumbo y se larga.

¿Carlos quiere un amor? En el fondo, por supuesto. En la realidad, es más que escéptico. Y como vivo que es y está, es capaz de delegar sus cosas o parte de ellas en quien le dé una sorpresa erótica o dulzona.

No cree, Carlos, en que una mujer pueda venirle en el tú a tú. Quizás porque en el fondo, el bueno de Carlos se niega a ser dependiente y serio, y prefiere que algunos amiguetes le pongan en contacto con chicas que le hagan compañía. Y que sean bien guapas, que accedan a su sexualidad, que le hagan compañía, la comida, y lo que le haga falta. Que se queden a comer en la planta baja en donde él vive, que es en un pequeño pueblo pegado a la gran capital valenciana.

Carlos es bueno jugando al dominó. Astuto. Ingenioso. Sus últimas fichas siempre llevan muy poca cantidad de puntos. Sabe guardarse con éxito sus estrategias. Y en la mesa del dominó citado y cuando empieza la partida, Carlos se toma su tiempo para ver sus fichas e iniciar el juego. Y a partir de ahí, comienza todo.

A Carlos le gusta tanto la fiesta, que aunque no pueda hablar, suele emitir unos sonidos con los que canturrea canciones de alegría. Le encanta reír. Pero reír en su justo contexto. Porque cuando acaba la fiesta, sabe parar. Sabe madurar cuando quiere, porque es tremendamente humano.

Sí. Carlos cada vez lo tiene más difícil. Porque las mujeres de hoy ya no son las que él sueña en su deseosa imaginación y profundo deseo. Las mujeres contratadas se entrevistan con él, si tienen muchísimos problemas económicos prueban a ver qué pasa durante un tiempo, pero al final todo acaba mal y se pelean y alejan. Todo es previsible porque solo es el sueño desesperado del bueno de Carlos.

Carlos es hombre de pocas palabras. Pero mientras siga vivo nunca perderá su sonrisa y su obligación de reírse y de ver descojonarse a los demás a su alrededor. Y cuando llega esa santa magia de la alegría a su vera, entonces Carlos se viene arriba y es capaz hasta de ponerse a bailar aunque sea con su quebradizo bastón.

Carlos hubiese sido un máquina si el ictus no le hubiera importunado su estabilidad general. Si la salud le hubiese respetado, Carlos hubiese sido más formal, más serio, e igualmente alegre y desenfadado. Y hasta raro para quien no le conoce.

-CARLOS ES UN TRAVIESO EJEMPLO DE ACEPTACIÓN-
 

domingo, 6 de diciembre de 2020

- ¿LA "¿FLOR" DE ZIZOU?. -



Comparece en rueda de prensa tras un duro partido, el entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane.

- "Buenas tardes, míster. Parece que de nuevo ha salido usted airoso de una situación muy comprometida para su equipo ..

- Z.Z.: "Sí. Pero, ¿cuál es exactamente la pregunta? ..."

- "Eso, míster. Que todos le auguraban hoy un descalabro y ..."

- Z.Z.: "No. Yo no pienso de modo negativo. Siempre soy positivo."

- "¿Pensaba usted entonces que hoy iban a ganar y hasta sin apuros, señor Zidane?"

- Z.Z.: "¡No! Éso, nunca. Nuestro rival es de una gran entidad. Hemos sufrido, y para conseguir este triunfo había que luchar y mucho. Nunca subestimo a ningún rival."

- "Señor Zidane, ¿cree que el fútbol de su equipo está al nivel que siempre se exige a todo un Real Madrid? ..."

Z.Z.: "¡Sí! A lo mejor no se hacen a veces brillanteces o virguerías, pero nuestro fútbol es sólido y eficaz. Y ese nivel es muy difícil de alcanzar. El fútbol es muy diverso. Y la enseña de nuestro club es la victoria. No pensamos nunca en otras cosas."

- "¿Cree que fue su rival el que se equivocó al plantear mal el partido, y eso les facilitó las cosas, Zidane? ..."

- Z.Z.: "Jamás entro en las estrategias de mis rivales porque siempre hay que respetar sus decisiones. Y por este respeto, yo no comento esas cosas. Además, son visiones particulares y meras especulaciones. Solo sé que hoy ganó el mejor. Y fuimos nosotros."

- "Señor Zidane. Parece que usted es especialista en callar las bocas de sus críticos. ¿Qué tiene que decir? ..."

- Z.Z.: "Si callar bocas significa que el equipo va bien y funciona, es mejor. Pero no sé callar bocas. Cualquiera siempre puede opinar lo que sea ..."

- "¿Por qué hay algunos jugadores en su equipo que no están al nivel deseado, míster? ..."

- Z.Z.: "Lo niego totalmente. Todos los jugadores de mi plantilla están a un nivel óptimo. Y no digamos los que convoco para los partidos. Le aseguro que si no lo estuvieran, yo lógicamente ni les convocaría, ni les daría opción de jugar. Puede estar usted seguro de ello ..."

- "Zizou, ¿cree que fue penalty en contra y que debió verse en el V.A.R. una caída de un jugador rival dentro de su área y que no se revisó, mediada la segunda parte? ..."

- Z.Z.: "No recuerdo a qué jugada se refiere. Pero yo nunca opino de los árbitros. El fútbol es mucho más que eso. El V.A.R. te va a beneficiar o perjudicar. No puedes volverte loco con esas cosas ..."

- "Zidane, ¿cree posible seguir adelante en la Champions?, ¿o eso ya es solo una quimera? ..."

- Z.Z.: "Mientras hay posibilidades, yo creo en ellas. Y por eso vamos a jugar al cien por cien. Es nuestra obligación. Y si jugamos así, podemos efectivamente pasar ..."

- "¿Están las lesiones dejando en cuadro a su equipo? ¿Existen circunstancias inevitables que limiten sus aspiraciones, Zidane? ..."

- Z.Z.: "A nadie le gusta lesionarse. Pero un club son muchos jugadores. Y el éxito está siempre en el equilibrio de las diferentes opciones. Nuestra obligación es siempre sobreponernos a las adversidades. Insisto: en darlo todo en el campo con todo lo que tenemos ..."

- "¿Cree que su futuro en el cargo está en peligro, míster? ¿Acaso Florentino ya le ha sentenciado? ..."

- Z.Z.: "Je,je,je,je ... Me conoce usted poco, amigo. Mi función aquí es la de entrenador. Y nada más. Y trabajar en bien de que las cosas vayan, y los resultados vengan y sean favorables. Y hasta ahí puedo y debo responder ..."

- "Pero creo, míster, que usted no ha respondido a mi pregunta ..."

- Z.Z.: "Creo que lo hice. A lo mejor es que no es a mí a quien has debido hacerla, ¿sabes? ..."

- "¿Hay jugadores acabados en el Madrid, míster? Usted sabe que el tiempo no perdona y todas esas cosas ..."

- Z.Z.: El tiempo siempre pasa. Pero no solo para los jugadores. Pasa para usted, para mí y para todo el mundo. No entiendo lo de la expresión de acabado, ¿sabe? ..."

- "Pues es bien claro, míster. Que ya no están para defender esa camiseta ..."

- Z.Z.: "Pero eso puede ser una opinión. Yo no la puedo compartir. Yo actúo con jugadores que tienen todas las condiciones y opciones para ganar. Nunca tiro la piedra contra mi tejado, ¿comprende? ..."

- "Míster, ¿usted nunca se equivoca? ..."

- Z.Z.: "¡Mucho! ¿Sabe? Yo me equivoco como todo el mundo. Como tú, como aquel, o como el otro que va hacia allá. Pero me pagan para equivocarme poco y confían en mí. Y yo me siento halagado por esta elección. "

- "Míster, si me permite, ¿qué tal va su flor? ..."

- Z.Z.: Je,je,je,je... No sé de qué flor me habla. ¿Usted la tiene? Je,je,je,je... No creo que mis éxitos sean fruto de un azar. Al revés. Solo son fruto del trabajo y de la dedicación. No me considero un entrenador de suerte. Eso no cuela tras muchos años aquí. Los éxitos son duración. Lo fugaz no vale nada. Hay que mantener el triunfo aquí durante mucho tiempo. Y datos cantan en que lo he logrado. Pero asumo que no puedo gustar a todos y que siempre tendré detractores ..."

- "¿Necesita Zizou un nueve y urgentemente? ..."

- Z.Z.: ¡No! Confío plenamente en mis jugadores y en la totalidad de mi plantilla. Si viene un delantero será bien recibido, pero si no viene no pasa nada. Mi trabajo consiste en otras cosas, amigo ..."

El jefe de prensa da por finalizada la sesión de preguntas. Y Zizou se levanta rápidamente. No sin antes decir cortesmente un "gracias" ...

-DE NADA-



 

lunes, 30 de noviembre de 2020

- SICARIO -



Aquel nene tenía muy poquitos años y ya era el líder de su pandilla. ¿Sus padres?, ¿su casa? Solo son rumores. Y de lo más desalentadores. Dicen que sus progenitores tiraron abandonado a Marcel por una cuneta, y que la rama de un árbol le salvó de la segura muerte. Y que por eso tuvo mucha suerte y siempre anda envalentonado.

A Marcel lo abordó Maquis al verle en la calle sin rumbo, delgado, sin sonrisas, enjuto y muy alto.

- "¡Eh, huevón! Me han dicho que tienes ya trece años años y un buen par de cojones. ¿Quieres ganarte hoy mismo veinte dólares? ..."

Marcel miró fíjamente a Maquis y no dijo nada. Siguió caminando por aquel lugar lleno de charcos. Maquis le siguió, le tocó la espalda, y Marcel le atizó un bofetón. Le dijo Maquis:

- "Ja,ja,ja,ja. Veo que pegas duro, muchacho. ¿Te gustaría ser un rey del boxeo? En mi mano puedes ver veinte dólares si no eres cegatón. Lo dejo a tu libre voluntad ..."

- "¡No me creo nada! Pero te voy a seguir. ¿Quién dios eres? ..."

- "Tú sube a mi carro. Te anticipo diez euros si lo haces. Pronto lo descubrirás todo ..."

Y Marcel subió al auto. Dirección, San Pedro Sula. Con los diez dólares en el bolsillo, el pequeño sintió la aventura en la sangre. Llegaron a una especie de poblado abandonado. Maquis presentó a Marcel a ocho tipos. Andarían todos entre veinte y cuarenta años. Y Maquis concluyó: - "¡Bueno! Ahora vamos a comer que ya es la hora ..."

¿Qué sería todo aquello?, se preguntaba el adolescente Marcel. Y pronto salió de las dudas. Cada día se peleaba con uno de los ocho tipos con los que convivía. Y, valía todo. Desde palos, a objetos punzantes. Caminaban durante el día sin rumbo fijo. Y nunca faltaba la comida ni la acción. Robos, atracos, drogas, asesinatos, etc. Marcel aprendía rápido la excitación de la violencia. Podía morir en el día a día. Era todo como una película americana de acción trepidante. Y al acabar las jornadas, siempre volvía Maquis. Y valoraba lo que había sucedido. Quedaban en total siete personas allí. Y luego, séis. Y Marcel seguía allí vivo y triunfador, y había aprendido a conducir, y tenía cada vez más dinerillo, y pasaban los años, y el ya joven quería mucho más. Le dijo a Maquis:

- "¡Oye! Quiero subir. Intuyo que esto es una corporación. Un grupo. Pero yo quiero liderar y conocer a los de arriba. Creo que ya puedo ser uno de vosotros. Me dáis comida, casa y compañía, Maquis. Has de comprenderme tú a mí ..."

- "¡Oh, sí, Marcel! Pero para éso, hay que saber hacer grandes sacrificios y pasar pruebas de lealtad ..."

- "¡Lo que sea, Maquis! ¡Lo que se precise, lo hago! Pero, ¡súbeme! ..."

Había ambición en Marcel. Maquis pensó en que solo podía ser un bobo bravucón. Y le soltó a bocajarro: -"¿Tú matarías a quien fuera por nuestro grupo, Marcel? ..."

- "Matar es duro, Maquis. Pero no soy el primero de aquí que lo ha hecho. ¿Sabes que ya sé manejar hace años a la perfección un revólver? ..."

Maquis guardó silencio. Dos minutos estuvo mirando sin pestañear a los ojos de Marcel. Le incitó finalmente: -"¡Tú vas muy rápido, chico! Parece que lo sabes todo. Y aún hueles a mocos. ¿A quién matarías ahora mismo por el bien de la organización, muchachote?, ¿acaso a aquel viejales que ahora cruza la esquina?, ¿ a algún familiar tuyo?, ¿ a alguna chica que te guste? ... ¡¡Dime solo lo que sientas, Marcel, coño!! ..."

- "A ti mismo te mataría ahora de inmediato si eso fuera por el bien del grupo, Maquis. ¡Ponme a prueba! ..."

- "Ja,ja,ja,ja. ¡Qué rápido vas, muñequito! Eres listo. Es importante que averigüe si realmente tienes familia ..."

- "Sabes que haré lo que me digas. Y tú, ándate con ojo, Maquis ..."

- "Ja,ja,ja,ja,ja. Veo que tienes prisa por subir. Te mata la ambición. Mañana te daré un objetivo de fidelidad. ¡Lo prometo, Marcel! ..."

Al día siguiente se presentó en el poblado un carro. Se oían gritos. Dos hombres sujetaban a un hombre talludo. Conducía Maquis. Que fue quien iba a los mandos del vehículo. Llamó a Marcel y le dijo: - "¿Acaso este tipo es tu tío Garico, mocoso? ..."

- "¡Sí, Maquis! ..."

- "¡Acaba ya con él, Marcel! ..."

El joven sacó un arma de fuego, y balaceó sin piedad a su tío. Le lanzó al cuerpo y a la cabeza tantas balas, que Maquis tuvo que gritarle que parara ya. Del ruido de la balacera se hizo eco una unidad policial.

Salieron todos al escape a toda mecha en el coche de Maquis. Pero Marcel, antes de subir al auto, alcanzó vibrante de excitación a un policía perseguidor y lo dejó seco. Aún así,  Maquis y todos lograron esquivar finalmente la persecución policial.

Marcel cumplió veinte años. Y su violencia aumentaba cada año, cada mes, cada día, cada segundo, cada terrible anhelo; cada instante. Era conocido en San Pedro Sula como "el baby Tyson". Fuerte como un berraco, sin control aparente, y con toda la astucia. Maquis ya había quedado atrás. Ahora Marcel se trataba militarmente y sentía devoción por los verdaderos capos de la mara. Y tenía claro que al jefe de una mara nunca se le toca. Ni se le ve. Ni ha de saberse nunca nada de él. Ni siquiera preguntar acerca de su nombre o persona. ¡Cero! ...

Eso es lo que era ahora realmente Marcel. Un capitán terrible de la mara. De, su organización. Y todo su dinero y poder, estaban al servicio de dicha mara. Pero Marcel ya pensaba en vuelos altos. En la capital. En Tegucigalpa. En donde el pueblo se torna ciudad. Y en donde la modernidad se quiere transformar en progreso y esperanza.

Un tipo de dos metros de estatura y bizco, le pregunta: - "¿Tú eres maricón, Marcel?..."

- "¡No, James! He estado y estoy con decenas de chicas. ¿Quién te vino con esa infamia, hijoputa? ...

- "¡Cálmate, muchacho! La serpiente también se llama rumor. ¡Tranquilo! Esto no es provocación, sino disciplina! ..."

- "¡¡Los huevos es, bizco!! ..."

- "¿Y si ahora mismo me bajo los pantalones, tú me darías gusto por obediencia a la mara, Marcel? ..."

- "¡Eso no lo haría nunca, maricón! Lo que voy a hacer es que me acompañes a ver al tipo que te ha dicho eso de mí, James. ¡Vamos! ..."

- "¡Oh, no, Marcel! ¡Te repito que son pruebas de fidelidad, chico! No te pido felación, sino que superes las pruebas. Son enseñanzas. Y, ¡me gustó tu respuesta! Has de tener en cuenta que a mí también me gustan las mujeres como a tí, muchacho. Ja,ja,ja,ja ..."

- "¡He de averiguar en dónde se esconde esa sabandija inmunda que te ha mandado que me provoques, James! ..."

Comenzó a llover con fiereza. Marcel tomó su auto en principio sin claro rumbo. Y pensó en que no valía para la mara. Era demasiado duro para él. Porque tenía principios y valores. Porque era inteligente, y todos los demás unos payasos sin gracia. Una basura de ratas.

Puso rumbo finalmente para Tegucigalpa y vio algo. Entre tres o cuatro hombres de la organización, hacían tentativas y preparativos para violar y matar posteriormente a su viejo conocido Maquis. Se lo había soplado alguien de la mara que confiaba demasiado plenamente en él.

Marcel sacó su fiereza guerrera. Disparó contra todos los hombres que retenían a Maquis, y la sangre sumada se hizo charcos. Desató a Maquis, y le dijo que era un canalla y que le había engañado. En ese momento una mujer bellísima se acercó llorando destrozada de pánico y agradeciendo a Marcel lo que había hecho por Maquis. Era su hija la "Maquita" ...

Pero Marcel no miró apenas a la hermosa mujer ni al apesadumbrado y sorprendido Maquis, al que al salvarle la vida también indirectamente le había condenado a él cuando se enteraran los demás  de lo sucedido. Marcel no podía estar en todas partes, ni amar, no lograba una erección hacía años, y solo la acción le liberaba de su infierno de impotencia. Y pensó en que él tendría un final de venganza. Y se disparó en la sien.

-MARCEL DEFENDIÓ SU HONOR-

 

jueves, 26 de noviembre de 2020

- Y, ¿POR QUÉ TE FUISTE, DIEGO? -



Sesenta años. Los mismos que calzo yo. Joven. Muy joven. Demasiado joven. Tremendamente dolorido, Diego. Necesitabas un descanso. Porque mira lo que viviste tanto, ¡coño! ...

Villa Fiorito o no sé qué. Tu raíz mágica. Eras muy joven y ya sabes cómo es el Sistema este que tenemos. Y, te vi. Y te vieron los tipos del money. Porque desde Pelé nadie veía una técnica como la tuya. Llamabas la atención, cebollita. Pequeñito y fastuoso. Un argentino hasta la médula que partió de la nada hasta enamorarse de una pelota. Y tomaste la pelota y nos dejaste a todos con la boca abierta, vimos que lo de Cruyff tendría toda la continuidad, y que con pibes como tú el fútbol podía seguir siendo un vicio y un opio maravilloso.

¡Qué bien jugabas precozmente en Argentinos Juniors! ¡Joder! Pura magia. Y al pibe le entró el porte de orgullo y liderazgo, y tu look te apodó "Pelusa". ¡El gran "Pelusa"! ¡Eterno! ...

Boca Juniors. Y, ¡a Europa! Al Barça español. Muy pocos años, pero los suficientes para rendirse ante ti, a pesar de la patada de Goiko. Yo te recuerdo, Diego. Eras cercano y un hombre de la calle. Nada de dios o de D10S. Cero de eso. Lo que tenías era ganas de dejar la miseria y de combatir el prestigio futbolístico de la Albiceleste. Tú fuiste más que un Rey. Mucho más. Desde Perón, Argentina no siente lo que está sintiendo en las calientes horas de tu cuerpo finado. Argentina. Los argentinos saben lo que se siente.

Y yo. Porque me hiciste muy feliz, amigo. Y ahora estoy tocado como la leche. Lo confieso. Y te fuiste a Nápoles, y allí lo pusiste todo patas para arriba.

He tenido la suerte de verte jugar al fútbol. Otras generaciones ya hablan de oído o de ver a veces tu fútbol a trozos breves en los vídeos.

Cuando sin éxito se intentaron recuperar las Malvinas birladas, tú se la tenías jurada a los anglos. Y para empezar en aquel partido del Mundial contra la Albion, metiste un gol con la mano, que pudimos hasta debatir. Pero luego llegó la rehostia. La pillaste a la vieja pelota en el centro del campo, hiciste una virguería, te fuiste de todos los rivales que te salieron al paso, y la clavaste y nos sentimos presos de una alegría descomunal. El fútbol era una alegría maravillosa.

Me cago en todos los estúpidos que te ridiculizaron y que te llamaron drogadicto o majara. O comunista, o perdedor. ¿Perdedor tú? ¡Jamás! ...

Es cierto que te marearon bien. Que te llevaron a todos los excesos con los trucos viles y más socorridos. Una panda de mierdas. Y tú eras un hombre, y te gustaban las chicas, y tenías un fuerte orgullo, y tenías una autoridad terrible, y hasta justiciero contra todo y contra todos. ¡Bendito Quijote del balón! Como cuando un día los periodistas salieron por pies cuando sacaste una escopeta y fuiste a por ellos. Confieso que me hacías descojonarme ...

¿Messi? Messi nunca será un personaje como tú. Jugará de cine, pero tú, también. No será tan excesivo ni nada que se le parezca en la vida tan intensa, volcánica y hasta de perros que llevaste, pero tú eres Diego. Y Diego es muchísimo más que el Diego genial futbolista, líder y ganador. Muchísimo más.

Nos diste clases de argentinidad. Y yo te quiero, Diego. ¿Cómo no quererte al regalarme aquellas ilusiones en el césped tan inevitables?

¡Suma, Diego! Suma y verás cómo eres el nuevo Perón. El nuevo Gardel, el más grande, el Alí del fútbol, el maravilloso broncas, el excesivo talante de un tipo de otra galaxia y listo como un lince.

Me la bufa tu decadencia física. Me paso por el forro toda tu vida privada. Solo te faltó ser Presidente de Argentina, cantor de tangos, o misionero en Tanzania. Oye, Diego. El que puede, puede. ¡Y se acabó!

No hacía falta que empezara el partido para quererte y admirarte. Porque tus calentamientos ya eran un show de cinco estrellas. ¡Puro lujo! Cosías el balón al pie porque lo amabas, lo amas y lo amarás. Y él a tí. Y todos los que nos gusta el fútbol nos sentimos ahora como los ingleses a los que dejaste alucinados y noqueados. Pero, insisto: eres el futbolista más querido que ha habido. El tipo más humano. Y tus últimos años que no existieron. Ese otro, fue un doble que se inventó para intentar joderte. Grande. ¡Muy grande! ¿Dejaste a alguien indiferente, "Pelusa"? ¡A nadie! Y eso tiene un mérito colosal.

Miren. Miren las calles de Argentina. Mirad Buenos Aires. ¿Hay alguna duda? La gente está en la calle, llenándote Diego de gritos de alegría y de cariño. Eso tiene mucho tema. El cariño. Somos todos mucha hipocresía. Si toda esa gente que le homenajea le hubiese liberado de esos parásitos que se pegaron a su piel, a lo mejor hubieses vivido algunas décadas más.

¿Tú te crees que me quedan muchas más palabras dedicadas a tu cariño, maravilla? No creas. No debo seguir escribiéndote mis cosas hacia tí. Lo que haré seré poner la tele y volver a verte jugando en el pasto. Porque ahí está la escuela de tu grandeza, pibe.

- ¿POR QUÉ TE HAS IDO, MARAVILLA DE ORGULLOSO?. -
 

martes, 24 de noviembre de 2020

- TENGO LA FÓRMULA -



Mucho antes de que se hiciera público y notorio el acelerón y la presión en los medios de las vacunas anticoronavirus que todos tenéis in mente, yo logré la fórmula de una extraordinaria vacuna, por supuesto de una eficacia más que superior a todas las de esos oportunistas y ambiciosos negociantes que véis en estos días. Sí. ¡Fui yo! ...

Porque en el mismo mes del Marzo español, en donde las bombas y balas del patógeno golpeaban a miles y miles de vidas como un Pearl Harbor y de sopetón, sobrepasando todas las barreras del ejército sanitario, mi mujer y yo decidimos meternos en nuestro improvisado laboratorio a buscar soluciones.

Ni mi mujer ni yo éramos ni somos virólogos, pero siempre nos atrajo el microcosmos, y las cosas pequeñas y aparentemente invisibles o imposibles. Mi mujer se contagió pronto, la llevé al hospital, y allí quedó su recuerdo. Pero yo antes experimenté con ella, y retuve en mi laboratorio casero varios frascos de su sangre infectada.

Y a continuación,-no tuvimos hijos-, y sin decir nada a nadie, yo decidí experimentar en mí, inyectándome fuertes dosis de coronavirus. Antes, lógicamente, preparaba mi cuerpo con substancias que combatirían definitivamente al gran mal que a todos nos ha afectado en mayor o menor medida.

Pronto,-a mediados de Marzo-, me di cuenta de que el virus era muy contagioso y utilicé una mascarilla que yo mismo diseñé y preparé para evitar contagiar a nadie. Soy ateo, pero la verdad es que oré para que nuestras autoridades médicas descubriesen y al mismo tiempo que yo, las peculiaridades y especificidades que planteaba el maldito virus para poder de esta manera actuar en consecuencia.

Os contaré que también creí que sucumbiría a la letalidad vírica, al notar el efecto del maligno Covid-19 en mi organismo. De modo que preparé con mucha antelación un sistema propio  de ventilación y de oxígeno, para salvar mi vida. Asimismo, llené mi casa de víveres, y como mi lugar de trabajo siempre estaba abarrotado de medicación que yo mismo con mi mujer fabricábamos a una escala suficiente para los dos, pude aguantar.

Y, ni policías, ni ambulancias, ni autoridades sanitarias, nunca pudieron saber lo que estábamos haciendo. En mi estantería, podríais ver decenas de volúmenes médicos. Me considero un investigador científico y riguroso, que funciona en paralelo o si se quiere, al margen del Sistema.

Yo había sido profesor de Física y Química, al igual que mi mujer, y un día nos había dado por transformar la espaciosa casa en un laboratorio con medios. Nunca hemos dejado de investigar por nuestra cuenta. Y no solo cuando el cataclismo de Marzo, sino muchos años antes de todo eso. De hecho tengo trabajos ocultos acerca del ébola, del sida, del S A R S, y de otras enfermedades terribles. Y afortunadamente, con gran éxito. Pero nunca los haré públicos a dichos trabajos, porque para eso hubiese necesitado las autorizaciones correspondientes y los títulos a defender, además de informarles de en dónde realizo los trabajos y todo lo demás. No me hubiesen creído, y mi mujer y yo hubiésemos dado con nuestros huesos en la cárcel por continuada ilegalidad.

Mi mujer y yo, lo hablamos en mil ocasiones. Nunca tendríamos posibilidades, a nuestra edad, de sacarnos los títulos de investigadores desde la legalidad, y hubiera sido imposible lograr alcanzar plazas oficiales en los diferentes Centros Oficiales o Escuelas de Laboratorios de Investigación. Pero nos pudo lo vocacional.

Vivimos un infierno, y decidimos morir si era necesario por el país y por la humanidad en su conjunto. ¡Oh, mi pobre e inolvidablemente eterna María! Dio su vida por tod@s. Y nadie podrá sospechar de sus méritos.

La viudedad, como véis, no me arrinconó el buen propósito. Y antes de que acabara Marzo yo ya estaba curado. Había generado inmunidad, anticuerpos, y autoanalicé mil veces a posteriori mi sangre con la intención y logro de certificar la definitiva desaparición de todos los peligros. Soy consciente de que nunca tendré credibilidad, y ni siquiera aspiro a tenerla. Pero yo os digo a vosotros la verdad.

Las alegrías no me vinieron al comprobar que yo lo conseguía, y además, el primero de todos. En Abril yo ya estaba al cabo de todas las cosas. No. Mi alegría vino bastante después. Cuando vi que los progresos en los diferentes laboratorios ya eran imparables. Y además deduje que bien pronto seguirían mis pasos hasta alcanzar mi fórmula pionera por la cual yo vencí al virus y ahí abrí la gran puerta de la esperanza personal y mundial. Os animo ahora en que confiéis en todos estos resultados científicos, y en que optéis y sin reticencias ni dudas, y os dispongáis a poneros las vacunas cuando se os indique.

¡¡No tengáis miedo!! Todos lo tenemos. Lo tuvo mi mujer, lo tuve yo, y es humano que temamos al error y a la imperfección. Pero, ¡hacedlo! Yo ya lo hice, y hace meses que ya no puedo ser objetivo de antígeno ninguno. Yo vencí antes que nadie al virus, y esto da una cierta vanidad. Pero no me muevo por esa circunstancia.

Tras perder a mi mujer, también ha cambiado mi vida. Llevo tiempo desechando material quirúrgico, y haciendo ver que en mi casa ya no hay laboratorio, ni oxígeno, ni elementos terapéuticos.

He decidido dejarlo todo ahí. Porque la evocación de lo que sucedió, me lleva a la figura de mi mujer que ya no está. Y ese vacío es peor que cualquier virus, porque es capaz de matarte el alma y de transformarte las perspectivas personales definitivamente. ¡No lo haré más! Y nadie podrá saber que yo fui el primer humano que percibió el éxito y mi victoria definitiva y pionera ante el espantoso virus. Mi vida ya hace tiempo que es otra cosa.

-Y A LA TUMBA IRÁN MI RELATO Y MIS DESCUBRIMIENTOS-





 

domingo, 22 de noviembre de 2020

- EVANGELINA, VITAL E IRREDUCTIBLE -



Humana. Bajita. Briosa e inconformista. Agradable y suya. Cotidiana y vivida.

Herida. Muy herida por un tiempo que nunca la aceptó. Pero Evangelina, es ingeniosa y tenía preparadas nuevas estrategias. No se iba a conformar con el postergamiento al que fue siempre sometida. Y encima, su ex marido la hizo demasiado daño físico y moral.

Evangelina no se cree ella. Y yo le digo que vale mucho. Y me doy cuenta de que ya a estas alturas de su vida desconfía plenamente de los halagos de los demás. Y tiene un potente genio. A su manera singular.

A veces se vuelve contradictoria y mezcla en el mismo guión certezas y desconfianzas. Ha logrado convertirse en una aprehendedora que se resiste a llegar tarde a las cuestiones. No tiene ninguna arruga, y menos se la nota cuando está más cerca de los setenta que de los sesenta. Se ha vuelto muy difícil. Necesitaba ser muy difícil y compleja, y no dar nada por sentado o decidido, y a la vez desconfiar plenamente de las verdades o axiomas oficiales.

Como una gata negra que tiene. Su gata Mara. Así se siente Evangelina. Sin barreras por fin, con toda la movilidad, el culo inquieto y los ojos bien abiertos. Tratando en el día a día de olvidar el rencor hacia aquellos que decidieron machacar su futuro.

Evangelina me habla con ternura detenida de su padre. Era guionista de viñetas de los tebeos de los cincuenta y sesenta. Creativo e ingenioso, con ganas de gustar con sus cosas a los otros, renunciando a unos mejores emolumentos al rechazar una suculenta oferta de la mejor Editorial de mi país, de aquí, leal y agradecido a sus raíces, romántico, realista y singular. Evangelina tiene mucho de su progenitor. Le cae la baba mientras habla de él. Es una hija agradecida. Pero en un momento escéptico, tuerce el rostro súbitamente, y me dice que era muy bueno su padre pero que no permitió que ella estudiara. Y guarda un musculado silencio.

Evangelina no se fía de los médicos. Ha abrazado la espiritualidad de la Naturaleza y de sus propiedades y sueños. Como si los galenos no formaran parte de tal Naturaleza.

Evangelina es una máquina de aprender. Se matricula en el primer curso que cae en sus manos y que es abordable por su humilde economía que le ha quedado. Le gusta casi todo. Es como si su venganza se basara en hacer ver a los demás que siempre debieron confiar en ella. Pero no concluye con una imprecación en la queja estructural, sino con una bella y coqueta sonrisa. Es su gran corte de mangas a los violadores de su crecer.

Su vocación es la Medicina. Y la Química. Me impresionó el otro día cuando comenzó a hablarme de botánica en el Jardín que este mismo apelativo lleva de mi ciudad. Se sabe mucho. De ficus, de enormes árboles, de hierbas; de los componentes sanitarios de las diferentes especies vegetales.

No. A Evangelina no le va tanto la belleza o la espectacularidad en las especies. Porque cuando se refiere a dichas plantas y árboles, me habla destacándome sus propiedades. Le gusta la química orgánica botánica. Y con su voz de locutora y su exuberancia de conocimientos embolsados y sacados de mil sitios, deduzco desde sus palabras que ella ama más los resultados que las orlas o formas.

Evangelina habla por los codos. No para. Necesita contraatacar a ese silencio de mujer capada que no pudo integrarse entre los de su real nivel. Evangelina va a la suya. Es una suya, que se compone de generosidad y de vivencia personal de su futuro que impulsa su pasado.

Evangelina no tiene guión. Quiere ser viñeta. Actúa, avanza, hace, no se detiene, explora, analiza, sigue caminando aunque no sepa qué hay detrás de aquella calle. Porque tras ese no, hay un enorme vademecum de sorpresas que le van a servir. Y ya ella tamizará sus nuevos senderos. Ya ha llorado bastante. Y entonces el futuro sereno se la va a cargar. Porque Evangelina ya no va a volver atrás. Eso es metafísicamente imposible. Ese es su logro y propósito.

-FUE UN PLACER, EVA. -

 

sábado, 21 de noviembre de 2020

- TRES SETS -



Seguro que será un partido largo para el mejor de los tres sets. Ojalá sean dos y favorables. Pero intuyo que se alargará. Somos muy parejos y va a haber igualdad. Yo estoy por debajo de mi rival en la ATP, pero entre los diez primeros. Y va a ser un acicate para mí. Soy más joven que él, he de tener más energía y reflejos. Más fresco, más vital, más agresivo. He de arriesgar y darlo todo. Hacerle sudar. Que sepa que no le va a ser nada fácil el ganarme. Voy a competir. Y, ¡va a haber partidazo! ...

No hay tiempo para pensar. El juez nos está convocando con el micrófono. ¡Ayúdame, raqueta favorita! Estoy entrenando como un poseso en tiempos asquerosos de coronavirus. Desangela. Como la falta de público. Es un nuevo y añadido enemigo que tengo. Pero eso es también para mi rival. Por ahora no tenemos calor del público en las pistas.

¡Primer set! Saco yo el primero. No estoy fallando apenas el primer saque. Esto relaja cuando juegas en superficie dura. Te da colchón y seguridad mental. Le aprieto ahora en el resto a mi rival. Está agresivo, pero yo también. Creo que los dos estamos jugando muy bien en este primer set. Voy a intentar estudiar a mi rival a medida que van pasando los juegos. Y cada uno gana su servicio. No acertamos con los restos. Estamos sacando muy duro, y .... ¡Doble falta! Pero, ¿qué he hecho yo ahora?, ¿es que no sé sacar dos veces bien? Mi rostro se crispa enfadado. No es cuestión de dar facilidades. Esta pelota es mía. ¡Pero la acabo de tirar fuera! ¡Mal asunto! Voy a esperar a ver si recupero el break que me ha hecho mi compañero. Para éso, voy a poner en marcha toda mi concentración.

¡Joder! ¡Es una máquina! ¡Me tiene ya 40-0! Así es muy difícil. Y a este tipo le noto confiado. Con sangre de horchata. ¡Adiós el primer set! Voy a sentarme ahí a las toallas a reflexionar. Porque estoy jugando muy bien. Por momentos he sentido que mi rival iba a doblar rápido la rodilla, pero no ha sido así. Ahora voy a intentar remontar. No queda otra.

¡Segundo set! Lo pongo todo. Lo doy todo. Casi lo grito todo. Impongo mi ritmo. Bebo mucha isotónica. Le arrollo. Está jugando mal. Y yo en mi línea. Le clavo los puntos de mi saque y le estoy haciendo correr. Ando a gusto. Mi rival está muy serio, cabizbajo, y cuando gana un punto me mira desafiante. ¡Toma! 6-2. Y a por el tercer set. A por mi remontada. Tengo toda la confianza. Va a sudar éste. Porque no le voy a dejar en el set final. Que es el tercero. Estoy un poco cansado. Pero es normal. Estamos saliendo casi a hora por set. ¡Me lo esperaba!

¡Tercer set! He sacado bien y he ganado mi primer juego de saque. Pero ahora, mientras le resto a mi contrincante, no me siento cómodo en la pista. Mi entrenador me pega afirmaciones con la voz y con la cabeza. Pero esto yo no lo veo nada claro.

Porque no es mi juego. Porque no me siento nada a gusto en la pista con mis golpes. No es mi tenis. Y eso que andamos los dos muy parejos en el marcador. Los números no dicen mucho. Pero no tengo soltura en los golpes, porque no siento solidez. Y no es tema físico. Es tema situacional y psicológico. 

¡Coño! ¡Este tío no me deja jugar! Se acaba de apostar en el fondo de la pista y no hay manera de que yo haga nada. Y no hace un tenis brillante ni parece nada del otro mundo. Pero me juega a hacerme la puñeta.

¡Ya lo tengo lo que es! ¡Lo acabo de ver claro! Mi rival no juega para él. ¡No! Lo hace para interferir mi juego. Me está intentando sacar de quicio y ciertamente que lo está logrando.

¡Esa bola no ha entrado, hombre! Y va el ojo de halcón y dice que sí. ¡Pues yo la he visto adentro! Y ahora va y solo logro sacar con el segundo saque, y eso es que estoy atenazado y cabreado interiormente. Porque el marcador sigue ahí ajustado. Pero, ¡mal asunto! ¡Nueva doble falta que he pifiado, y nueva volea fácil a la red que he tirado! Saca él. Con aplomo. Yo ya no me creo el partido. Gana él. Hoy no me he visto nada capaz. Y en el tercer set, menos ...

-ESTOS PARTIDOS ME RECUERDAN A NADAL-
 

martes, 17 de noviembre de 2020

¿EL MISTERIO?



Si nadie mató, ¿qué hacía ese cuerpo desmembrado y sanguinolento en el suelo? ... Nadie dijo nada. La ausencia parecía un tic sin rigor. No. Nadie nunca hizo nada ni fue el hacedor del asesinato.

No hubo juicio. Ni caso. Se dijo que no era un cuerpo humano lo que algunos pudimos ver. Que, era cartón piedra y hasta efectos ópticos y especiales.

Pero yo os aseguro que lo vi todo y no me creo nada. Mataron a una mujer de mediana edad. Nadie nunca me cree. Pero yo estoy seguro de que no va por ahí. Y que lo que se pretende es negar al cadáver para desechar la idea de culpabilidad.

No tengo dudas. A esta mujer la mató un tipo más que poderoso. Alguien con más influencia en la geoestrategia de lo que podáis pensar. Puede que un reputado premio nobel, o un gran estadista, un carismático líder religioso, un veterano presentador televisivo, o un multimillonario que desconoce la enorme magnitud del dinero que tiene. Un líder.

Conozco bien la idea. Se trata de generarme la duda interior. De que yo dude de aquel cuerpo desgraciado que vi. Fue una mañana de primavera, con un sol espléndido, y cuando las primeras flores anunciaban todo el esplendor venidero del ciclo de la belleza.

Pero a mí me falta alguien y soy crítico. Y defiendo mis ideas hasta la extenuación. Mi certeza es plena. Y mi pulso con la verdad oficial es potente. Porque me consideran un derrotado, alguien sin testigos, un charlatán, una birria jurídica carente de pruebas, etcétera. Pero yo sé para mí que no juego a inventarme nada.

Fue en abril. Tengo datos. A aquella mujer la mataron en abril porque yo la vi su cuerpo y poseo retentiva en mi memoria. Y muchas ganas de moverme. Y siempre que termino mi cotidiana labor de periodista, encuentro un hueco para no dejar de perseguir a la gran mentira oficial. Me llaman utópico porque llevo dos años infructuosos y que parecen en vano. Y que todo me será un fracaso. Y que si me meto demasiado en el meollo del misterio sin resolver, aún lo pagaré yo.

Pocos saben que ese fatídico día yo hice una foto con el móvil. Y la guardé en la nube. Y que por mucho que me pirateen o me controlen, la nube me protege y es mi más fiel escudera. La que verifica y certifica mi verdad.

La mujer debió ser hermosa, y humilde, y un día pasó por el deseo de un dios humano en la Tierra, y entonces hubo el consenso definitivo para ellos. Si aparecían vestigios de verosimilitud en el hecho narrado por mí, les iba a costar muy caro. Por tanto colijo que es gente superpoderosa económicamente, la cual ha pactado con el Estado o los Estados un silencio interesado y definitivo.

Pero yo nunca pararé de ser su mosca cojonera y nunca un pelota de tres al cuarto. Aunque no me reciban las televisiones ni los medios ... Incluso aunque pueda ser persona non grata para el face, el instagram o el twiter. Aunque todos ansíen cerrarme todas las puertas.

Y yo sé por qué no me atacan. Y se limitan por tanto a ningunearme. Porque no quieren repetir la experiencia. Si me eliminan, ya seremos dos. La mujer, y yo. No les soy peligroso. Pero, me subestiman ...

Porque no saben que en mi nube de la sensibilidad y de la justicia está el recuerdo ético de aquella mujer que nunca debió morir de aquel modo tan horrible. Y yo sigo todos los días a la mía. Sin importarme el qué dirán. Y hasta el final de mi tiempo de vida seguiré trabajando con la foto de la mujer, y buscando referencias y luchando contra los aparentes blindajes imposibles.

Y, lo lograré. Y entonces muchos peces gordos caerán en la red de la verdad. Y si finalmente no resuelvo, moriré con la mayor paz con que es posible expirar.

-TRANQUILA MI CONCIENCIA-
 

sábado, 14 de noviembre de 2020

- JUANITO SOL Y MI ADOLESCENCIA. -



Trataré en este escrito de volver a mi adolescencia, y desde esta óptica será mejor narrar los sentimientos en mí cuando evoco la figura del gran futbolista del Valencia que nos ha dejado, como es Juan Cruz Sol Oria.

Un niño. Un adolescente pugna por ubicarse en el mundo hobbie del fútbol, como fue mi caso. Y yo soy muy familiar y un día me fui al Mestalla a ver a mi Valencia Club de Fútbol y de mi idolatría. Y cerca de mi ídolo Pepe Claramunt, había otro jugadorazo que siempre me sorprendía.

España era bajita,- yo incluso de mayor lo soy-, y recuerdo que para mí las estaturas de los futbolistas no parecían tener importancia. Y pensaba que que esto del fútbol es el balón y la habilidad, y el regate, y la virguería que te levanta, y el postre delicioso llamado golazo.

Crecer. Quieres crecer. Es necesario. Y más en esa época adolescente. Y va y casi de repente percibí que en otros países la gente era más alta, y que su estética también podía ser hasta rutilante. Más adelante todo quedaría sellado y confirmado cuando apareció el Ajax del gran Cruyff. O Beckenbauer, o melenudos que no solo eran de correr y de porfiar tras un balón. Mi tesoro escondido en el gran cofre del fútbol era el gran Pelé. Bajito también.

Pero el cuerpo te pide crecer. Y no digamos la mente. Y poco a poco, fui descubriendo a un alto melenudo que era vasco, que era el 2 del Valencia, que era espigado y rubio, y que no me lo esperaba todo tanto.

- "¡Que sube Sol!" ...

¡El grito de guerra! Era diferente y bien larguirucho. Alto para ser de España. Rubicundo, melenudo, pero elegante y abierto. El lateral derecho me enamoró. No recuerdo si defendía exquisitamente, pero inolvidable era cuando subía la banda y se lanzaba al ataque. Y cuando Juan Sol hacía éso, entonces unía la expectación al peligro. Como un extremo más que viene de sesenta metros atrás. Aparecía corriendo como un gamo con su zancada poderosa, y siempre centraba. Y ya estaba el ¡ay! en la grada, o sencillamente un remate de algún delantero que acababa en la red.

Sí. No me gustaba Schuster en la Alemania con la que ganó con veinte años casi él solo un Europeo. Luego crecí, hasta darme cuenta de que ha sido el último gran mito vivo del fútbol de Alemania.

Cuesta crecer. A Juan Sol, no. Llegó bien joven de la guipuzcoana Elgóibar, triunfó sin problemas, fue positivo y feliz, le apodaban "loqui", fue internacional absoluto con la Roja, ídolo y mito, fichó ya vetarano por el Real Madrid, y luego se instaló en mi Valencia para siempre. Y nunca fue de creído ni de sobrado. Sol fue el Valencia, como Claramunt, Mundo, Puchades o Waldo. Pero un vasco sencillo, modesto y alegre. Siempre le admiré. Vino en silencio y se acaba de ir sin alharacas. Fue sencillo y enorme. Y más que querido por todos. ¿No es ejemplar y difícil todo lo anterior? ...

Nunca olvidaré el cariño y la admiración que yo le tenía de jugador. Recuerdo una mañana soleada. Creo que no era día de partido. Y alguien y bastante mayor debió de ver y reconocer a Juan Sol en la Avenida de Suecia,-la calle del Mestalla-, viéndole subirse a su coche a punto de partir. El anciano se acercó al coche de Sol, -ya dentro del auto-, y comenzó a aplaudirle con unas palmadas tan fuertes que aún hoy me parece estar escuchándolas. Aquel hombre estaba más que entusiasmado con Sol. Le llenó de piropos y elogios. 

¿Quizás el anciano no pudo crecer y bajo las loas estaba la impotencia de alguien que no era feliz? ... Nunca lo sabré. Pero yo sí que sé que Sol me hizo feliz y descubrir otra forma atractiva y estimulante de jugar al fútbol. Me hizo crecer y admitir a los altos que también son unos fenómenos. Y ya lo dije. Soy bajito. Pero el crecer no solo es estatura física. El fútbol de aquí de Juan Sol me propuso nuevas miradas acerca de este deporte. Y el niño que os escribe, decidió mirar al atletismo como nuevo reto, y correr y correr más, aparte de querer hacer regates y filigranas. Correr era crecer. Era venir del atrás y sorprender. Decidirse. Ser más sólido y tener un nuevo prisma en el mirar. Me pone muy triste su óbito. Pero sé que Sol nunca para de correr y de subir al ataque.

-ALLÁ EN DONDE ESTÉ-