6:31
jose vicente ortí
En activo. De ahora. Lo que pasa, es que no pienso daros la menor pista de mí. Veréis. Voy a contaros cómo me siento en medio de este gran negocio de altísimo nivel. A éllo voy ...
Soy un futbolista de mundial fama. Y me considero un hombre más que afortunado. Como si una vara mágica, me hubiese elegido. Porque sin duda que he tenido mucha suerte. Y la sigo teniendo y la tendré, si como ahora me respetan las lesiones.
Todo empezó, en mi humilde pueblo de cuna. Como todos los niños, me chiflaba ponerme a jugar al fútbol, y hacer virguerías con la bola, y los regates más imposibles. Era mi momento mágico y en el que el día se volvía fantástico. Feliz.
Un día nos llevaron al equipo del pueblo a la gran ciudad, para jugar un partidillo juvenil con un equipo capitalino. Y aquello estaba lleno de ojeadores. De, descubridores de talentos. Y yo hice un gran partido y metí tres goles. Se ve que gusté, y que alguien importante tomó notas.
Ya en el pueblo, al día siguiente, mis padres estaban nerviosos y hasta asustados. Un tipo de poder del fútbol, me invitaba a jugar a prueba unos meses en las categorías inferiores de un gran equipo de la Primera División.
¡¡ Increíble !!... Tan increíble todo, que yo no quería ir. Yo quería seguir en mi humilde pueblito, y ser dependiente en cualquier comercio de allí dado que no tengo estudios y tal. Pero, la decisión, se tomó una semana después: todos de camino a la gran ciudad del gran equipo ...
Y, sin comerlo ni beberlo, allí andaba yo jugando con chavales de ciudad que jugaban de cine, y que tenían una técnica depurada y enseñada en las caras escuelas del fútbol de base.
Allí empezó el lujo. Yo, era un paleto en medio de la gran ciudad y del dinero. Y no digamos, cuando el entrenador del primer equipo me dijo que me fuera preparando, porque iba a debutar substituyendo a un titular indiscutible, que empezaba a ser demasiado veterano para este deporte.
Un año más tarde, fuí ya titular e internacional. Tenía veinte años, y a veces me pellizcaba porque no me lo creía ni yo. Pero tuve buena cobertura. Mis padres y mi representante, siempre estaban ahí cubriéndome las espaldas y los dineros. ¡Cuánto dinero! ...
Pero a mí me costaba adaptarme a la gran ciudad fría y a la enorme popularidad. Eso de la fama, es la releche. Y no digamos, las chicas. Íbamos los más jóvenes con un tremendo y moderno cochazo, y las chicas más guapas y más sexys, nos acosaban casi. Nos seguían, admiraban, y nos decían que querían tener un hijo nuestro. Mío, vamos ...
Yo, estaba todos los días en las portadas de los periódicos y en el hablar de los periodistas de la radio y de la tele, y de tanto oírme acababa saturado y un poco quemado. Lo que al principio era mágico y feliz, comenzaba a ponerse pesadito e insoportable.
Se lo dije a mi familia, y pedimos consejo a los grandes y potentes psicólogos y consejeros del club y de otros muchos sitios. El diagnóstico fue claro. Lo que me pasaba es que estaba abrumado por tanto Olimpo y oropel, y corría serio riesgo de creerme un dios del balón y de la vida. Una especie de supermán de cartón. Que, nunca perdiera de vista, que ésto solo era fútbol y unos pocos años de mi vida.
Sí. Fue muy duro estar en el cielo. Yo quería y tenía derecho a ser un chico como todos los otros, pero no te dejan. Te pasas todo el día entrenando y jugando y jugando más y más partidos, y casi acabas loco o como un esclavo lleno de dólares.
El tiempo libre empezó a ser más que excitante. Mi vida era un torbellino muy peligroso, y era básico que aprendiese a toda velocidad en medio de la tempestad de placer. Situarse en el medio del equilibrio entre las realidad y la ficción de la ambición, era un reto y una delgada línea roja.
Tiempo libre vivido a tope. Chicas increíbles, estrellas del cine y de la televisión, invitaciones de señores riquísimos e importantes de todos los sectores del país y del extranjero, dinero y más dinero, fama, glamour y más chicas. Vida de lujo y de marajá. Un rey jovencito que todos aplaudían y adoraban.
Hasta que me di cuenta, de que había que seguir y sigo en esto del fútbol, pero de un modo más real, y sin creerte nada del todo. Y conocí a una chica guapa y a la vez buena gente, y me enamoré no solo de sus piernas y todo éso. No. A esta chica la quise y la quiero más aún que jugar al fútbol. Y mi contacto con la familia sigue ahí. El periodismo tiene un gran poder, y te puede derribar. Y luego están los resultados y el azar. Afortunadamente, yo me crezco ante los rivales y las dificultades. Sé que también tengo enemigos, y que hay gente que está deseando que el paleto se derrumbe para poderse poner éllos. La rivalidad, es bestial. Hay que tener la cabeza muy dura para seguir aquí. El dinero y el placer te pueden tumbar. Hay que protegerse e ir siempre con tiento. Y fiarse sólo, de aquellos que sabes que te quieren y que siempre te querrán.
Ir por la calle, es imposible. Gafas de sol, y viajes lejanos con mi chica. Y ni aún así a veces te libras. Y me escapo con ella al pueblito en cuanto puedo. Y nos vamos en muchos viajes relámpago a escaparnos, y a visitar lugares preciosos. En definitiva, que creo que lo que hace que no sepa lo que es la crisis y que parezca vivir exento en otro paradigma, es el cariño y la cabeza fría. A nivel humano, yo siento la crisis y me pongo en lugar de los demás.
Sé que ésto es fugaz y pasajero, y que en cuanto toque los treinta años, me pondrán pegas y otros tomarán mi posición de privilegio. Este negocio es así. El amor y el cariño me protegen. Son mis grandes aliados. Siempre es así. El amor y el cariño me protegen. Son mis grandes aliados. Siempre seré de pueblo y a mucha honra. Mi familia y mi chica están ahí.
-Y GRACIAS POR APLAUDIRME TANTO-
9:22
jose vicente ortí
Aunque la contrato como señora de la limpieza y todas esas cosas puntuales, Rosa es para mí, yo que crece, algo más relevante que una mera asistente de mi lar. Veréis.
Cuando el otro día entré en mi casa, vi algo contrariado lo que sucedía. Porque había objetos y enseres que no estaban en su lugar habitual, y éso no me hacía demasiada gracia. Es como si alguien intruso se hubiera tomado excesivas libertades, y hasta rebasado mi confianza. Lo confieso. Me entró algo de idea de intrusismo.
Pasaron algunas semanas. Y el otro día, voy, y noto algo que me agrada. Poco a poco, me voy dando cuenta de lo que sucede. Rosa está ordenando, disponiendo adecuadamente las cosas, conociendo mejor el lugar en el que va laborando, y de paso me va conociendo mejor a mí. Se adapta por conocimiento a una realidad mía que solo podía saber de oídas. Ahora, ya la va conociendo por sí misma. Tiene una perspectiva más clara del sitio que pisa ...
Si algo es Rosa, es practicidad. Y, espíritu alegre. Y lo más importante en ella es que te lo hace todo con gran claridad y profesionalidad.
Rosa se pone a canturrear abiertamente mientras hace las labores encomendadas, es delgada y rápida, y tiene el aspecto de alguien que debió de rehacer su vida y superar obstáculos. Aún no tengo la suficiente confianza, ni me incumbe el preguntarle acerca del pasado de su vida. Quizás más adelante lo haga. O, no ...
Sus ojos no dicen mucho acerca de su persona y de su realidad. Es como si su porte, perteneciera a la modestia de un tiempo desfavorable y desafortunado. Lo que pasa es que tiendo a acertar en las intuiciones. Rosa, es noble. Es lista, estratega, y le encanta charlar por los codos a pesar de que esconde mucha timidez. En realidad, mientras te habla y te habla y tiene los conceptos claros y expresivos, lo que hace es tratar de descubrirte lo que tienes debajo de la máscara. Posee una gran sensatez y mucha comprensión, y sin necesidad de haber cursado evidentemente los estudios superiores.
Es lo de menos. A Rosa no la ha he contratado para que me dé clases de filosofía o de sociología. A Rosa la he contratado para que me ayude. Para que me mantenga la casa libre de polvo y suciedad, y para que cuando mi madre ya no esté y ya pueda vivir allí, entonces conserve mi lar la decencia y la higiene, y la disposición necesarias. Y, pueda yo, tomar el relevo de su ejemplo práctico.
Yo estoy solo en la casa. Creciendo desde mi posición de hombre adulto. Soy y fuí educado en el machismo, y me di cuenta de que una mujer como élla era importante para ese mi sacro lugar.
En el nombre de Rosa, en su labor semanal o quincenal, en su practicidad y en su ayuda de mujer válida, quiero destacar en este escrito que como hombre le estoy más que agradecido. Va viendo la casa poco cuidada, se va soltando, me voy soltando la timidez, y ella me indica cosas que se podían mejorar y a pequeño truco e inversión económica. Y cuando me quiero dar cuenta, la pizpireta Rosa desaparece rápidamente entre sus elementos de limpieza y adecentamiento, camino de su trabajo y quehacer. Parece una ardilla escurridiza y menuda, y a la vez toda una mujer de gran valía y notable seriedad. Su rostro, engaña mucho. Vale mucho esta mujer ...
Y en mi nombre, siento la oportunidad de comprobar que tengo a alguien que ayuda a mi afán de aspirante a escribidor al darme un pelín de más tiempo, y me da seguridad el saber que Rosa está ahí, y que puedo comunicarle con mis ojos mi satisfacción. Casi apenas nunca he tenido a alguien que me eche una mano, y ahora mientras en la casa de mi hermano extiendo la totalidad de mi tiempo hacia los cuidados de mi senil madre, siento la tranquilidad de la precisa ayuda de Rosa.
-Y TE DOY LAS GRACIAS-
9:55
jose vicente ortí
Te pongas como te pongas, ya está ahí la tradición de la Navidad, que transporta su gran y arrebatador buque de emociones en dirección al gran negocio actual del consumo.
Los primeros brotes verdes de la Navidad ya están a la vista en los grandes comercios, que son los grandes cebos que precisa en ocasiones la inmensa vida moderna. Las luces, los decorados, y las alusiones a un tiempo para los sentimientos familiares y cercanos que van proporcionando una caldo de cultivo que atraviesa todas las agendas. Las de los ricos, y las de los pobres. Las de las familias desestructuradas y rotas, y las de las familias unidas y reales. Todos los polos y geografías.
Época de preparatorios psicológicos ante un período religioso, tradicional, gastronómico, familiar, y de liturgia caritativa y pose alegre. Y, también muy triste, en función de las barriadas emocionales y de las circunstancias personales. Construímos y fabricamos unas fechas demasiado cercanas como para pasar desapercibidas.
No es mala idea tener excusas para estar juntos, frente a unas reglas del juego tremendamente individualistas y de distancia real. La Navidad está en la agenda. No se puede dar el salto desde Noviembre hasta el día siete de Enero. Se intenta en ocasiones, pero muchas veces fallan las fuerzas, y te pones nostálgico, o alegre, o triste, o vives tan condicionado por la tradición y la costumbre que acabas viviéndola como si fuera en una actitud práctica e inevitable.
La industria de la Navidad, se pone las botas. Que se preparen las cajas, los vestidos a adquirir, los turrones a los estómagos o los champagnes a los gaznates. Hacer cena distinta es algo que se va a hacer, y se va uno a reunir con sus jefes y compañeros haciendo de tripas corazón, y le comprarás a tu chica el regalo inesperado que ella siempre intuye, y les entregarás a tus nenes queridos ilusión de juguetes de Papá Nöel y de los Reyes Magos, y serás un niño grande, bueno y satisfecho, porque así sonríen y no se decepcionan los peques frente a los demás en su tiempo de vacación invernal.
Proyectos y lotería, el azar y la adivina vidente que se impone a las infantiles previsiones del BCE, y harás confetti y matasuegras en medio de un encierro de funcionario sanitario que está de la privada hasta más arriba de los testículos u ovarios. Doce uvas.
Y nacerá el niño Jesús, que sería de izquierdas humanistas y sin fronteras, o la Virgen María que nos protegería a todos de los deshaucios y del letal paro, y de la corrupción o de los desequilibrios. De todo y de todos ...
Tiempo de niños y de ternura, tiempo de soledad que pica duro en el alma porque esa silla ya está vacía definitivamente y le querrás siempre, y saborearemos esas gambas carísimas, y nos ajustaremos brutalmente el cinturón comiendo unas chuletillas de cordero y un vinillo familiar y afectuoso. Caluroso y sabrosón.
Será la Navidad más terrible que se haya podido seguramente vivir jamás, y los niños nunca podrán sospechar lo que se esconde tras la crisis, y los ricos que han roto la paz social invadirán los grandes hoteles y las avaras suites para dar rienda suelta a su obscena indiferencia desde el Poder.
Y habrá nieve, y más reflexión que nunca, y más tristeza que siempre, y nos dirán cual Sermón de la Montaña que saldremos de la crisis, y que el Reino de los Cielos será para los desahuciados de vivienda y exclusión integral social. Y va y entonces les creeremos, y saludaremos haciéndonos los bobos a nosotros mismos un tiempo venidero y de espera de oro, incienso y mirra.
Y nosotros seremos los Reyes Magos de nosotros mismos. Por la cuenta que nos trae, seguiremos confiando en la magia de la sorpresa y del deseo inevitable de seguir viviendo convencidos y con sentido.
-NO ES MALA IDEA-
6:12
jose vicente ortí
Amor sin edad, amor de arrugas con tersura, de pausas y de tiempos vitales, amor que parece ocultarse debajo de una piel auténtica y quizás esotérica.
Lo que importa es el tiempo de la levedad y del bienestar, de estar a gusto, y del no tener la necesidad de entender por qué ha cedido sorprendente y gratamente la barrera de Cronos y de las dos fechas de nacimiento. ¿Qué es el reloj del estrés? ...
Ni meses, ni años, ni presiones morales. Solo es una naturalidad de seducción que no se sabe cómo surge, pero que está ahí. Se acoplan las diferencias, se aceptan ambos ritmos, y la belleza es un consenso de miradas limpias y auténticas.
Puede ser posible el amor aparentemente fou o inaceptado, sin matices excesivos. Es un amor donde miran las nubes y se posan los vientos que prefieren observar con nitidez el arrobo del afecto impensado.
No se cavila, ni se especula, ni se cae en trabas excesivas. Solo se es valiente, se deciden, se miran con respeto y fijeza, y algo les une y les atrae. Escapar alegres de la censura de la hipocresía.
Capar la atracción, ponerle zancadillas al campo de lo inevitable, no querer conocer la verdad, atacar algo que sale del corazón con el manotazo del miedo, o la sensación de rechazo o de maldad de muchos otros. Lo esperable.
Entre el amor casi imposible, entre la atracción fatal y gustosa, en medio del azar que es verdad que sorprende, a través de algo real que envuelve y ayuda, un par de seres humanos alcanzan una mutua comensación de sus sueños y aventuras. Una cima de magia.
Arrugas y robustez, experiencia y audacia, galantería y femineidad eterna, golpe posible de sorpresa con olor a café compartido o a siesta furtiva tras una comida cómplice y anónima. De discreción.
Huye lo inusual de la fama y de la notoriedad, porque hay una atmósfera que no quiere lanzar como un megáfono los sentires hacia los cotillas, y escapa de la gran normalidad de la algarabía algo puro como es un beso capaz de hacer caer las fronteras o los tabúes.
O los cuerpos con DNI mayores de edad, con un vasto y extenso espacio para el juego y hasta para el virtuosismo elástico, físico e intimista. Sí. En el interior de las relaciones humanas y sin trampa, hay una rotura que hace filtrar los jugos aparentemente intolerables que abren el camino de una nueva y hasta sofisticada aventura del afecto y también del amor apasionado donde todo está para caber.
Cuerpos y almas que se aceptan, que se respetan, que se protegen, que se miman, que se dicen todo lo que nunca se reprimen, que dan rienda suelta a algo que está ahí más vivo que las estrellas del horizonte despejado. Que, el mundo ...
Y en el interior endógeno de un tiempo feliz, hay bailes y posturas, juegos y aullidos, sudor y calores, intercambio de amor y de excitaciones, los libros del buen amor indagan en los pliegues entreabiertos, y se atisban todas las capas de la cebolla. Nada queda sin ver.
En el núcleo duro del amor sincero y descarnado, también naturamente brilla la ternura, y la delicadeza, y el silencio, y la quietud, y las manos diversas entrelazadas, y los descansos, y los síes, y los impulsos de pasión, y las pausas, y las entregas deseosas, y hasta la pizpireta y maravillosa manía que lleva al placer y a la felicidad.
-VIDA Y AMOR-
9:56
jose vicente ortí
La gran participación del seny o sentido común de los catalanes y demócratas en sus elecciones autonómicas, le dan reválida de gran pueblo y de gran referencia admirable.
Aunque ha ganado el convergente Artur Mas holgadamente, para poder gobernar ha de pactar pues no ha logrado los apoyos suficientes.
Sí. Artur Mas es el gran derrotado ganador. Mas, leyó mal el mensaje y las emociones de la Diada de Cataluña de su 11 de Septiembre. Y fue como ese delantero que se pone a correr la banda a tanta velocidad, que acaba saliéndose del campo con el balón. Artur ha errado en su ambición y en su caballo veloz, y ahora deberá detenerse, mirar hacia los lados, y buscar referencias reales.
Lo que Mas vió el día de su gran fiesta catalana, no fue el deseo mayoritario de separarse de España. Tenía algunas fuertes razones e intuiciones, pero fue demasiado simplista, descontrolado y menos creíble. Los catalanes son duros de pelar. Su mensaje de distancia no terminaba de convencer. Porque la idea de la identidad, se estrellaba contra una realidad potente e ineludible. Los recortes sociales y el cabreo ante una crisis brutal, parecía hacerle ver a Mas que era el perfecto momento de las audacias. Erraba de plano. Porque ha ganado su Convergencia i Uniò, y en realidad ha sido la victoria más triste. Ver su cara, y no digamos la de Durán y Lleida, eran todo un recital poético. Desolados vencedores.
En la Diada de Cataluña, se gritaba rabia de pobre frente a un poder conservador disfrazado o envuelto en la sacra bandera de la Senyera. Éso, lo leyó bien la Esquerra Republicana de Oriol Junqueras. Esta formación, ha más que duplicado sus escaños en el Parlamento de Cataluña. Representa la izquierda viva y audaz que se moja el culo, la que sale a la calle a parar los deshaucios, y la que le dice al Sistema que nones. Se ha valorado.
También ha perdido pero menos de lo que se esperaba, el candidato del Partido Socialista catalán, Pere Navarro. No ha sido ningún Titanic. Había demasiado miedo previo, porque el Psoe ha tiempo que no rasca bola. Pero a pesar de la sensación de la izquierda cansada e impotente, el socialismo catalán ha mantenido la decencia en los votos. Respiros.
El trabajo laborioso de la españolista del PP Alicia S. Camacho, ha logrado mantenerse tras Navarro dentro de la dinámica de triunfo general catalanista. La fuerza conservadora, ha aguantado con consistencia los avatares. España sigue resistiendo en una Cataluña diferencial y responsable. Aún está.
Joan Herrera, de la Iniciativa de la izquierda, ecologista y verde, también la obtenido buenos resultados. La contestación a la crisis y el gran cabreo, igualmente han encumbrado al Parlament a dos nuevas formaciones: el Ciutadans per Cataluña, y el CUP Alternativa de Esquerres.
En definitiva, que se ha impuesto el sentido de la responsabilidad de un pueblo sabio y maduro, frente a la Disneylandia excesiva e imposible. Ha ganado el catalanismo moderado y responsable, y la izquierda sensible y convencida de que hay que seguir luchando contra un temporal exterior y peligroso. Ahora, Artur Mas dormirá su euforia y se pondrá otro prisma y otras lentes. Guardará más silencio y aguzará sus oídos.
-ES SU OBLIGACIÓN-
6:55
jose vicente ortí
Noventa años. Toda una vida de cómico popular. Tony Leblanc. El "tigre de Chamberí", o "el Astronauta", como dos películas significativas y de él.
Tony Leblanc fue siempre polifacético y laborioso, como lo son los grandes cómicos de la legua. Cómico. Esa palabra, le va al pelo a este hombre que fue el rey de la comedia en este país y en las películas en blanco y negro de los años cincuenta. Y sesenta, y setenta, y sin tiempo, y en color ...
Tony Leblanc. Tiene la fuerza y el impacto en el nombre y el apellido artístico. Ya no pertenecía a estos tiempos por edad, y sus últimos pinos cómicos y de actor, los hizo cuando Santiago Segura se acordó de él y le dió protagonismo y reincorporación en varios de sus "Torrentes".
Tony fue guapo y delgado, boxeador y seductor, y con una gran velocidad de habla y movimientos. Un atleta español del escenario. El número uno de su tiempo. Simpático, familiar, sensible, y tremendamente querido por los españoles. Fue uno de los grandes chicos mágicos y graciosos de este país, y en tiempos terribles como fueron los del franquismo.
Leblanc, sacaba la ironía y la comicidad. Aunque fuera sin ganas y a la desesperada, finalmente el fondista de la pantalla y de las plateas aparecía y te llevaba a su mundo siempre en ebullición y en aventura. Seductor.
Tony era de Madrid y fardaba de éllo. Su humor era pícaro y de castizo, de truhán y de superviviente inevitable. Un enorme trabajador, y devorador de guiones de aventuras profesionales que casi siempre acababan bien. Y como madrileño que era, iba de sobrado, y como si ya nada en el mundo pudiera estar en disposición de poderle sorprender. Leblanc fue Madrid, y toda España, y hurgó siempre desde esa mágica labor de muecas y gestualidades que es la de actor cómico. Actor y cómico. Actorazo sensacional, y humorista de situación y de contexto. Tony se atrevía a lo que hiciera falta, y podía salir tigre de ring o astronauta de espacios imaginados.
Sí. Se ha ido uno de los grandes iconos de la idea de la comicidad. Cómicos. Cómicos de aplausos y de risas, de burlas y mayoridades, de arte y de anécdota, de prestigio y minorías, de masas y modas, de raza y corazón. Hacer de los otros. De otros.
Ser cómico tiene que ser la releche. Es un mundo dicen que cerrado y lleno de puñaladas traperas y de niñas casquivanas. Es un mundo bohemio y apasionante. Un universo durísimo y vocacional a mil. Una atmósfera que nos representa mucho más que los políticos o los administradores de fincas, unos tipos que se visten de otros y que se ríen como los otros, y que imitan a los otros.
Porque los cómicos están para hacer reír. Y para hacer llorar, y para hacer pensar, y para tener personalidad propia, y para triunfar si éso a lo grande, como en el caso del nonagenario y ya mito Leblanc.
La estética de aquella España ya se fue o cedió. Pero en el fondo, sigue. España lleva ahora un traje inexacto y mejor vestido, pero en el fondo no engañamos a nadie. Tony Leblanc fue y es, España. Y Madrid, y fue capaz de encandilar a hembras majestuosas o fumarse un puro viendo a Di Stéfano o a Maradona. Y pudo ser hombre y ciudadano medio, y rey del mambo, y rey igualmente de Chamberí, y tocar el piano con o sin huellas, y comerse una manzana insólita en un show de José María Íñigo ante el estupor de éste. Y ésto, y ésto otro, y aquéllo, y lo de más allá. Se van noventa años de vitalidad y exhuberancia que dieron para mucho.
- ¡VIVA TONY LEBLANC! -
23:00
jose vicente ortí
Hola, amiga y amigos que me leéis habitualmente. Andaba yo preocupado por que parece que los avatares de internet no os permitían dejar los comentarios habituales.
Creo que el tema parece resuelto. Con un beso mágico que os he puesto de comentario, he tenido la satisfacción de comprobar que se pueden dejar los comentarios debajo de los escritos como siempre.
Es donde dice "Sin comentarios". Le dáis ahí con el ratón, y tras dejarlos os saldrán unos caracteres que deberéis poner donde se os indica, y a continuación, ¡son publicados!
Me basta con un saludo, con un beso, con cualquier comentario sobre lo que os de la gana y lo que deseéis. Me honro de tener unos seguidores y leedores de mi blog de primer nivel, y qué mejor forma de corresponder a vuestra atención con la recuperación de los comentarios, sin los cuales este entrañable niño blog pierde cercanía. La vuestra, y la de vuestras presencias y dientes de vuestras sonrisas. La vida.
Animaos, que ya se puede, tened paciencia con el paso intermedio que os indico antes, y a comentar cuanddo queráis.
Ya sabéis: es darle con el ratón un clik debajo de los escritos y donde pone "Sin comentarios".
Mil besos y abrazos del mago y poeta. Os quiero.
José Vicente.
8:45
jose vicente ortí
Me despierto hoy sábado en el medio de mi casa entrañable. La sensación inicial, es de estupor alegre en mi libertad. Sí. El viernes por la noche sí que duermo en mi casa. Y el alba me sorprende con la potencia de su bienestar.
Puedo permitirme el lujo de pensar en mí desde la plenitud personal. Admiro más si cabe la aventura de las cosas, y puedo detenerme encima mismo de mi verdadera realidad. Nadie ha podido condicionar las reglas del juego de mi vida. Absolutamente, nadie ...
Me levanto de la cama ligero como una pluma, y me es indiferente si hace frío o calor. Estoy hecho a la dureza y al contraataque. Me siento fuerte como una roca, y rezumando vitalidad por todos los poros a pesar de mis confesos cincuenta y dos años. Soy feliz en mí.
Y en cuanto me levanto, agarro mi estufita de hilillos eléctricos, y la pongo cerca de la cama para caldear la habitación. Pero os aseguro que lo hago por mi salud física y la conveniencia de portarme bien con ella, y evitar los resfriados en esta mi Valencia que ya sabe a fresquito y a Diciembre. Pero en realidad y en cuanto me visto, lo que me apetece es salir al balcón para ver toda la sorpresa de lo que sucede, quién pasa y quién vuelve, cómo andan mis plantas de la entraña, o cómo suenan hoy los trinos de los pájaros que acampan y se acunan en las copas de los árboles de la Gran Vía.
Todo es nuevo y coherente. Me despierto descansado, y no solo físicamente recuperado y feliz. El descanso ha sido mental, psicológico, emocional e integral. He descansado de mí, de los que me rodeaban y no me querían, he elegido con acierto el lugar exacto en el que debo ser y estar, permanecer y soñar. He dormido en mi barriada de toda la vida, en donde está mi cuna, y en donde nació mi magia. He dormido y descansado en mí, en donde me da la gana y en donde es. En el lugar más deseado y bello por mí y para mí.
En donde conozco todos los olores y sonidos, en donde poco ya puede sorprenderme, y en donde de más mayor, apuesto que sea profundamente dichoso.
Raudo y pesaroso a un tiempo, me preparo y dispongo, y me voy a la casa de mi hermano para cuidar a mi madre. Mis piernas son dos juncos de agilidad, y mi fuerza os confieso que hasta a mí me sorprende. Camino como un atleta o un militar, no me duele nada, y siento que mi ritmo se llama triunfo y convicción. Estoy creciendo. Lo estoy logrando. Estoy ahí ...
Cuando llego a la casa de mi hermano donde reside mi progenitora, todo es diferente. Nada es igual. Allí no conozco a nadie, y todo es el imperio de lo extraño y de los desconocido. Todo es mentira y de prestado. No me identifico con la gente de allí.
Ellos abren sus potentes garajes y airean sus ruidosos vehículos y sin miramientos, hablan del tiempo en el ascensor para no decirse nada, y murmullan sorprendidos mi potente vitalidad y resolución mañanera entre un mundo de consumidores y acomodados. Es otra vida, otras reglas del juego, otra visión de las cosas, y hasta otro paradigma social. No me gustan.
Por éso quiero volver de nuevo a mi casa en cuanto pueda, y jugar a mí, y a planificar mis tiempos y mis sorpresas, y a apañármelas conmigo mismo y sin curiosos, y a ponerme la felicidad de mis zapatos por mí elegidos. Aunque aprieten algo. Me es igual.
Y a llenarme los bolsillos de fuerza y de decisión, y a marcar mis rumbos y mis horizontes sin el menor de los temores, y contar en mi cuaderno personal y de la bitácora que leéis, que vuestro mago y poeta de las emociones sigue hacia adelante, descansado y hermoso por adentro.
-BIEN POR ADENTRO-
10:00
jose vicente ortí
Soy bastante más joven de lo que aparento. Soy negro del África subsahariana y de las selvas profundas y olvidadas. Mas nunca tendrás mi identidad. Si te la digo, estoy muerto. No creas no obstante que la muerte me preocupa en exceso. A mí, lo que me preocupa, es la vida.
Es por éso, que me he hecho a caminar desde que tengo uso de razón. Puedo asegurar que es realmente duro el hecho de dejar tu aldea, tu familia, tu tribu y a todos los tuyos. Pero me dice el talento mágico de la supervivencia, que más duro es ser un moribundo proscrito y sin futuro.
Mi país, es una mierda porque está en guerra. Y está en guerra porque no hay dinero para hacer escuelas, y porque la desesperación que todo lo impregna, hace que los militares y dictadores del abuso y de las armas, tienen el poder. La selva de mi país de origen, es realmente la pobreza y la violencia. Mi suerte va por ahí, y por eso huyo y me muevo.
Lo mejor es la decisión, y lo peor son las zancadillas. Cuando mataron a mis padres con los machetes, entonces decidí enterrarlos yo no revolverme. Me costó no revolverme. Pero me di cuenta, de que los buenos y los asesinos éramos todos marionetas de los ricos blancos. África no existe. África es una molestia para el mundo que cuenta. No hay futuro, y a mí me da la gana labrarme el futuro ...
No es nada fácil no desmoralizarme camino de la esperanza. Hay que levantarse,comprender las cosas y seguir el camino. Ya he atravesado barreras intentando no matar a nadie, y si le he hecho daño a alguien, solo habrá sido para defenderme y para proteger mi libertad. Sí. En mi camino hasta el Estrecho de Gibraltar, he tenido que sortear y doblegar a ladrones, violadores, animales salvajes, hambre, falta de sexualidad, cansarme como una bestia, sobrevivir comiendo excrementos y hierbajos, y vender todo lo que pude conseguir para de esta manera formar parte del pasaje de una patera de miseria y mucho riesgo. Casi letal ...
Emocionado estaba cuando llegué a la acción. Desde allí, se podía ver Tarifa y el mundo de los ricos blancos. Lloré a mares de alegría. Y el día que burlamos la barrera de la ley vigía de los policías y nos metimos en silencio absoluto en la patera, fue posiblemente el día más intenso y emocionante de toda mi vida. ¿Podría finalmente ser posible que yo pudiera aspirar algún día a ser como los blancos y poder soñar? ...
Desgraciadamente, el temporal era enorme, y las patrulleras nos vieron. El frío que pasé, fue mayor que el miedo a que los polis me lanzaran los disparos de disuasión. Me tiré al agua, y a tomar por saco. Cuando pensaba agradecer a mi corta vida la alegría de haber intentado ser feliz y viéndome ya muerto, alguien de la Cruz Roja me abrazó con una manta y me secó la piel. Me dieron unas ropas secas, y mi cuerpo reaccionó. Soy fuerte. Logré tomar algo caliente, y me sentí yo de nuevo aunque pálido y asustado fuertemente. En shock.
Unos días más tarde, me tiraron de vuelta en terreno de nadie, y me pegaron una tremenda paliza de muerte. Cuando desperté, mis huesos rotos me permitían acceder a un lugar escondido, desde donde logré sobrevivir y rehacerme. Sigo cojo y para siempre, pero el otro día vi dinero y logré hacerme con él. Ya me sé la vía, el trajín y el camino. Con este dinero que robé, me alimentaré, sobreviviré y pensaré mucho. Sé que no peco, y que todo está bien para poder intentarlo pronto de nuevo.
Llevo días comiendo bien, y estoy preparando un nuevo robo. Cuando lo logre, me iré al jefe de otra patera. No me importa morir. De hecho, me siento muerto si no logro cruzar el mar. Nada podré perder.
-Y QUE TODOS ME PERDONEN-
9:42
jose vicente ortí
Resiste y existe, el residuo de lo que fue otrora el pueblo vivo y de todas las edades. Aguanta y respira la villa olvidada que vive de la nostalgia de la cuna del viejo y de la moda dominguera y campestre del turismo de interior. Senderismos y asados con risas.
Barrera impasable que protegen los pinos eternos, olor a pureza y a naturalidad, clima duro y conocido, y una ventana a un tiempo que quizás ha mucho que ya se fue.
Pan de pueblo, casino de viejos jugando a la manilla o al dominó, barero serio y cordial, porrón de vino orgulloso, y coñac que sirve para que la alegría y el sopor se lleven bien. Relax y normalidad.
Nada de sorpresas y poderes previsibles, la santa Virgen en el venerado patrón del milagro esperado, la vigencia del poeta y de la moral de la Iglesia, el cura modernizado, y el respeto que acaba en el consenso de la paz. Tiempo para la zona republicana y de orgullo.
Un pueblito de interior es natural y lógico, aburrido o fantástico. Está ahí, con su campanario presidiendo el cogollo de todo lo que se mueve. La actividad del tractor agrícola, el almendro bello, o la labor del foráneo temporero que viene a sudar y a sobrevivir. La fiesta, el sendero donde el joven pastorea y el viejo ya no sueña por acudir, la caza mayor y menor, el armero y la comida fraterna. Las carnes y el gazpacho. El queso y el pastel, y el autobús de ser identitarios de una raíz pegada a una forma heredada de ser. Niños sinceros y atrevidos, que juegan con perros y gatos, y que de vez en cuando sueñan con un viaje y con un futuro a la gran capital.
Pueblito perdido para los poetas y científicos, sabiduría de labriego con tierra en las manos comprobando la fertilidad o el desastre de las cosechas, caballos y vacas pastando al sol, granjas que sirven para decirnos que hubo un tiempo en el que Perales hacía de lo rural un regalo en forma de canción maravillosa. Doña Asunción.
Cinco de la tarde y son de campanas, flores bellísimas en cualquier estación, sol puro y neto, lluvia que sabe a amenaza y a alegría de campesinos y de dueños de campos de labor. Ríos de agua pura.
Jotas y bailes autóctonos, energía en un porrón, mentiras que se antojan previsibles, y sabios autoconvencidos de los pesimismos de este valle de lágrimas. Color negro y de aceptación. Dios bendiga cada rincón.
Me gustan los pueblos interiores, perdidos e independientes. Las voces de la calle que ganan por goleada a las del diccionario, el atleta rudo y sin glamour que sorprende en las competiciones por su fortaleza que el gen le dió. La casta del irreductible, y hasta el tonto del pueblo novelado. ¿Nunca importó que no llegara la modernidad o la sofisticación?, ¿quién se para a saberlo? ...
Pueblo libre, diverso y con ideas claras, sin remilgos ni gomina, austero y lógico, duro y generoso, de doncella hermosa y salvaje, o de abuela sabia que es capaz de tomar unas hierbas medicinales y hacerte soñar con su magia elaborada en el fogón.
Lavandera convencida y resignada, ser que parece huír del confort, amor profundo al lar que le ha parido, machos y mozas en acción, domingos que saben a miércoles y a poco de vacación. El monte, el campo, la tradición y la costumbre, el olvido, la lluvia, y alguna canción que hace sonreír. Son pegadizo y beso convencido de amor. Lugar de otro tiempo y contexto, sitio distinto y eternamente bello. Caricia de temible y pino grande.
-SIEMPRE POSTAL-
10:08
jose vicente ortí
Andaba yo durmiendo tranquilamente en mi casa de la entraña y de mi libertad, cuando me desperté súbitamente sobresaltado.
El goteo del agua de la lluvia, se desmarcaba desde un sonido preocupante y extraño. Increíble. Aquéllo, debía de ser una gotera. De modo que me levanté de la cama, y me aproximé al lugar desde donde procedía la gotera ...
Me sorprendió gratamente el hecho de no ver agua por el suelo, y eso me tranquilizó algo. Era una gota extraña. Porque era una gotera que no parecía dejar marca. Miré hacia el techo, y observé que se había formado una llamativa grieta. Decidí volver a la cama. Seguía la gotera amenazante, pero mi techo paraba su penetración o inundación. Hay que tener en cuenta que vivo en el piso de arriba de la finca.
Yo no era consciente totalmente del peligro que suponía la situación de riesgo. Un tanto nervioso, volví a dormirme. Pero no fue un buen sueño. Dormí francamente mal a pesar de mi gran cansancio, producto del extenuante trabajo que lleva implícito el cuidado intensivo hacia mi madre.
El episodio encadenado de varios días de lluvia en mi Valencia, estaba poniendo de manifiesto que algo irregular y desconocido amenazaba de modo difuso mi tranquilidad en mi casa de la alegría y de mi cuna.
Mas el miedo y el nerviosismo, parecieron detenerse o tomar un inciso, de la misma manera que parecía estabilizarse el tiempo. No había lluvia, no había gotera, no habían miradas furtivas hacia las grietas, y era como si necesitase que el peligro pasase al bolsillo del olvido irresponsable y temeroso. Era un miedo negativo y sin reacción, que parecía esconderse en mi indiferencia.
Hoy he llamado a un buen hombre de mi barriada que es pintor, hemos visto lo que había pasado en mi casa, él le ha puesto a las grietas elementos de protección para las humedades y orificios generados entre las paredes que componen el techo, y al terminar su trabajo me ha dicho que solo había hecho algo parcheado. Que lo suyo no valía para nada. Que el problema estribaba en que las tejas ya no protegían algunas zonas del techo de mi casa, al haberse deteriorado gravemente. Y que una sola gota de agua, ya producía la permeabilidad. Y que solo la masa que compone el techo, contenía el agua generadora de la humedad y del peligro casi inminente.
No reaccioné de inmediato. Vi cómo estaba todo ya tapado, y me sentía satisfecho. Hasta que esta tarde me ha entrado un maravilloso pánico de responsabilidad. Mi casa, mi finca, mi situación, mi derredor, lo mío, los míos; el futuro de mi finca y de todo, estaba al albur de los pronósticos del tiempo.
Bendito pánico aclarador. Mi inquietud aumentaba por momentos. ¿Qué hacer?, ¿cómo hacer?, ¿a quién más y a quién menos oportuno el dirigirme? ...
Eran las once y media de la noche. Hora, totalmente inapropiada. Mas pidiendo previas disculpas, he podido hablar con una amable voz interlocutora y vecinal, la cual se ha echo eco de mis urgencias y de las de la finca. Inminentes. Mañana, decidiremos, y haremos las cosas que en estos casos han de hacerse.
Sí. Han de hacerse. Se harán. Las haré. He comprendido mi miedo bisoño y potente del despertar. He tomado conciencia clara y tranquila de los verdaderos problemas. Ahora, voy manos a la obra.
Soy práctico conmigo mismo mientras aprendo a destiempo, y con sensación de olor a intemperie personal. Mas no es cierto. La gran lección es que estoy aprendiendo a marchas forzadas y a buena velocidad a protegerme a mí mismo.
-GRACIAS, MIEDO MÍO-
10:13
jose vicente ortí
Extraña y estratega, seductora y contradictoria, y con una bella sonrisa que salía de sus eternos ojos azules.
La directora del coro era ambiciosa y viva, quería más cantidad y calidad de cantantes, y se quejaba una y otra vez de que la gente no venía. Siempre se lamentaba, y pocas veces amaba la autocrítica del porqué el coro no crecía. Y es que, a veces, con buenas intenciones no es suficiente.
Elisa, era cantante además de directora de directora coral. Ya era un síntoma, y no solo de vitalidad exhuberante. No. La directora de aquel coro lo que quería era elitismo y brillo, y en el fondo despreciaba a las voces menores y no destacadas. Primaba a las sopranos sobre las contraltos, o a las voces graves sobre las más agudas o incómodas para la confección de sus sonidos corales finales. Quería notoriedad con gentes amateurs ...
A la directora coral, le encantaba mandar y mandar correos y más correos, en los cuales hacía una crítica fuerte y contínua de los nuevos modales que el poder político se gasta. Pero su insistencia, mutaba en pesadez. Su razón y afán, se perdían por su incapacidad de no medir que avasallaba y cansaba con sus referencias, y que hubiera sido mucho más efectivo que hubiese mandado menos correos y más selectivos o convincentes. Pensaba que, llenando, haría robusto el músculo de su crítica.
Y éso, lo trasladaba al coro. Yo, me daba cuenta. Elisa quería llenar. Llenar, como fuera. Llenar de brillo y de irrealidad las cosas, y con rigor académico y hasta sin miramientos. La directora, era una malísima divulgadora. No lograba enganchar a sus pupilos, y luego se perdía en el lamento o en la tristeza personal. Se ponía seria, y nosotros perdíamos la alegría del cantar, o la proximidad, o la cercanía con élla, o el estímulo básico que necesitábamos y necesitaba el coro para solidificarse y crecer. Elisa, ha fracasado. Y además, ha huído. No ha dado explicaciones sobre el porqué del cese definitivo de la acción coral.
Y eso el pasa a Elisa, porque en realidad no estaba ella dispuesta a afrontar la humildad o la menoridad. El coro había de ser élla y solo élla. La vi rara como un Judas, en la última cena del entrañable grupo cantor ...
Elisa parecía ya tener decidido su futuro, pero nunca dijo nada. Nos dejó tirados, y sin dar la más mínima de las explicaciones. Jugó con nosotras y nosotros, y acabó con mil ilusiones a causa de su orgullo de buenas dosis de egolatría.
Era rencorosa y frágil, y yo me daba cuenta de que casi todo en élla era vulnerable, inseguro y hasta una pose directriz. No era de fiar. En las cenas, no hacía grupo. Se escondía entre temas anodinos, y no permitía relevos de protagonismos. La cena también debía ser élla y solo élla. Siempre Elisa y su ego.
Estoy convencido de que lo que la ha hecho dejarnos tirados y sin dar la menor de las explicaciones, ha sido nuestra distinta posición. Se ha dado cuenta de que los cantantes éramos muy distintos entre nosotros, pero no ha logrado percatarse de que ese reto podía ser un maravilloso activo grupal. Para el cantor y para la amistad ...
Ella notaba que se quedaba en un segundo plano, y aquéllo no la hacía la menor gracia aunque siempre sonreía. Nunca una mala palabra, y siempre muy poca chicha en su verdad. Elisa nunca fue quien yo pensaba, sino un ser egoísta y decepcionante. Me sabe mal sobre todo por el grupo al que parte, y también en algún modo por ella misma. Ojalá yo yerre, pero allá donde Elisa vaya, cometerá indénticos fallos.
-NO SABE SER HUMILDE-
6:38
jose vicente ortí
En medio de una determinada zona desértica, hay un dispositivo militar tan impresionante como sorpresivo. Nadie puede sospechar lo que tiene encargado el citado operativo bélico. Lo que dichos soldados van a tener siempre que neutralizar.
No es fácil acceder a dicha zona de seguridad. Y cuando llegan sin querer a dicho lugar, nunca esperas que de aquel desierto salgan unos hombres vestidos de paisano que dicen ser los amos del terreno árido, y que te apremien a empujarte cortés y firmemente de sus aparentes lindes. En realidad, se trata de soldados vestidos de uniforme irrelevante y hasta creíble. Y si te pones valiente y les pides acreditación y hasta la identidad, e incluso si llamas a la policía para que te confirmen si los señores están diciendo la verdad, dicha polícía no tiene el menor inconveniente en aclarar e investigarlo todo. Y en efecto y finalmente, te llegan las noticias. Los amos del terreno árido y solitario, son legales y tienen todas las razones y permisos. Nada pues que hacer. No hay caso. Todo okey.
O, lo parecería. Porque en realidad, y debajo de aquel terreno sin vida aparente, hay centenares de soldados de la inteligencia que en turnos rotatorios garantizan la seguridad de las actuales reglas del juego social que rige el Mercado.
Hay demasiado miedo a lo que hay en aquellas instalaciones carcelarias y veladas a casi todos. Y el caso es que solo es un ser humano, el cual discrepa de todo lo que hay y de cómo se hace. Mas el miedo no estriba en su rebeldía y en su inconformismo, sino en su capacidad de acción y de concreción de sus ideas ...
El cuerpo del gran y rebelde enemigo, es fuerte y alto como una máquina de acero, sabe todas las claves que permitirían ir desmontado los asertos de los hombres del Poder, y no se vale cómo es capaz de poner en jaque a todas las barreras existentes. En su mirada y en su mente, está la revolución y la posibilidad de acabar con las grandes mentiras a los que las que los ciudadanos del mundo acaban siendo sometidos.
El hombre especial, es capaz de concentrarse con su mente y provocar efectos compulsivos en las computadoras que puedan sembrar la zozobra entre los Bancos, la Bolsa o cualquier arteria de carácter financiero. Ha nacido con unos poderes innatos, que son a la vez su derrota. Porque nadie en su sano juicio, podría afirmar que un humano con poderes extransensoriales puede acabar con el sistema de las cosas. El hipotético bulo, no podría ser por nadie creído.
Mas, lo logra. Todos los días, el salvaje bueno rompe con su mente las cadenas que le atan a su silla de hierro, recupera sus constantes vitales a pesar de los diarios intentos de darle muerte, vive del aire, casi nada come porque no parece necesitarlo, y encima busca desde su tercer ojo del chakra del entrecejo visualizar los ordenadores de los grandes centros de poder mundial. Y lo jodido, es que logra desestabilizar temporalmente algunos vitales sistemas informáticos. Los soldados y científicos, con contundente violencia, lograr neutralizar a base de golpes al gran traidor, hasta que se duerme derrotado durante unos cuarenta y cinco minutos.
Este ser, no es batible sino meramente neutralizable. De momento, no parece que pueda romper nada evidente del Sistema aunque tenga potencialidades más que suficientes para lograrlo. La única clave y llave posible, está en el turno represor y permanente de los soldados que cumplen escrupulosamente todas las órdenes. La idea es de guerra. El rebelde no debe nunca salirse con la suya.
- ¿HABLADURÍAS Y BULOS? -
7:18
jose vicente ortí
Ahora, ¿qué quieres, tío Miliki?, ¿que quede bien?, ¿que me limite a escribir unas frases para que todo el mundo espera para glosarte cuando te has ido? ¡Ni lo sueñes! ...
Mi infancia no se puede conocer del todo sin tí. Eras la leche, nos ponías a todos los niños patas p´arriba retorciéndonos de la risa, los sábados por la tarde en la tele eran sagrados, y dejas el vacío de Alberto Cortez: "cuando un amigo se va, queda un espacio vacío" ... Me lo ha chivado tu amiga de todos, la poeta genial y niña Gloria Fuertes. Todos somos niños y nos entendemos ...
¿Hay alguien que no haya llorado al saber que el gran Payaso y tierno maestro se ha ido a meterse unas eternas vacaciones para componer más canciones de magia e infancia de tesoro? Por si acaso, queridos niños de todas las edades y países, os diré quién fue el gran amigo y maestro Miliki.
Miliki, fue para cuando los niños estábamos tristes y un tanto aburridos. Mi tío Miliki era ganas ganotas ganotísimas de hacernos reír y soñar. Miliki fue un regalo, un azar majestuoso que daba besos. Sí. Todos los besos. Nada de abrazos ni leches. Daba besos y nos ponía en el medio del juego, en el centro del corazón, en la mitad de la sorpresa y de la ilusión.Todavía nadie puede describir con palabras lo que es la ilusión. O la sonrisa de un niño. Y Miliki, era un catedrático en darnos ilusión a todos los niños de todas las edades y de todos los países.
Miliki fue un genio de la ternura, un mago ingenioso, un padre, un tío, un animador de corazones, y un tipo alegre y profundamente listo. Sí.
Miliki era un sabio, porque sabía que la infancia es el núcleo clave desde donde nos hacemos mayores y que si ese centro emocional no juega o no se descojona, entonces los mayores nos ponemos serios y absolutamente insoportables. Y Miliki decidió plantarle cara a los serios. Y si se ponían serios, trataba profundamente de hacerles reír. Y el cabronazo maravilloso, lo conseguía.
Sí. Ya sabéis que yo soy emoción. Hoy, ando tocado. Se me ha ido como a tantos millones de seres y de niños eternos de muchos países, un trozo mágico de la infancia. Nunca podré olvidar al gran Miliki cuando salía y nos decía a los cuatro vientos: -"¿Cómo están ustedes?". Y sobre todo, cuando repetía una y otra vez:- "¡No! ¡Más fuerte!" ...
No quería Miliki que contuviéramos interiormente las emociones. No. Todo para afuera. El niño interior debía salir al exterior y romper todas las vergüenzas ésas de ponerse rojo. Oh, la libertad, los sueños, el imaginar cosas imposibles con visos de ser posibles, y respeto absoluto por la etapa de la infancia. A los niños no se les toca, ¿vale? ...
Sus canciones. Cuando te milo chino del alma, chinito de amol, la gallina Turuleta, ¿sigo? No es necesario. Si rascáis un poco en vuestro tierno corazón, es que salen toditas todas, ¿eh, Susanita tiene un ratón? ...
Payaso. ¿Quién habrá sido el imbécil que decidió hacer peyorativo a este oficio mágico? No. Miliki me enseñó a no enfadarme, a cuestionar todo lo reglado, y a perdonar con una sonrisa y con una canción.
Claro que sí. Ya véis que estoy llorando y que apenas puedo escribir ésto que leéis. Pero también me enseñó Miliki, que llorar llorudo es de seres humanos, y que cuando se llora por alguien de la familia que tanto has querido entonces no solo está bien, sino que dice mucho de tí. Si sonríes y lloras a la vez cuando ésto lees, si te emocionas como yo, es que has tenido la inmensa fortuna de haber disfrutado del calor del gran amigo. De la gran persona.
-TE QUIERO Y TE QUIERO-
5:50
jose vicente ortí
En el medio de mí y en el de mi corazón, se abren y bifurcan mil senderos maravillosos, los cuales llevan a increíbles y posibles aventuras y a miríadas de horizontes. Estrellas de explorar.
Yo, mí, todo mi ser, puede ver cómo la vida me propone un camino que se llena de todo. De bienestares, de audacias, de soledades y de gran familia. "Todojunto", mal escrito adrede.
Cientos de zapatos me llevan a la vida. Decenas de pantalones y camisas, y la sensación de que la maravillosa esfera del vivir es una oportunidad única y de libertad. Pese a nadie.
Afirmo mi mente y también mi cuerpo, hacia un tiempo venidero y hasta mil veces esperado. Tiempo que me lleva, que me sigue, que me acompaña, y que me saluda. Tiempo propio y personal, tiempo de mi DNI y de mis defectos, virtudes, matices, tonos y toda mi personalidad. La que sea.
El tiempo del futuro ya me acompaña, como a esos videntes de nacimiento o de estrategia comercial de la televisión. Huelo mi tiempo, casi jugueteo con él, me siento curioso de descubrir una realidad que me hace caminar y equivocarme, soñar, y hasta acertar plenamente.
La vida me pone un resultado audaz y favorable en la quiniela de mi paso por el mundo, y deja atrás momentos oscuros, y sobre todo, extraños. Mi presente de indicativo, soy yo mismo y mis ojos abiertos y vitales después de un dormir de descanso y de plena realidad.
Me abro a la lluvia que besa otoñalmente mi Valencia, y me doy todo a mi respirar hondo y profundo. Sí. Ahí está todo. Ahí están todos. Ahí estoy yo en el centro de mi vida. En el medio de mí, pilotando mi propio y modesto barco que zarpa rumbo a donde sea, pero con energía y combustible para dar y tomar. Travesía decidida.
Me dejo ver, te estoy ahí, soy consecuente con el viento y con la coyuntura de un clima, o admiro el cuerpo rutilante de una eterna chica maravillosa, o bailo sobre las canciones de Joaquín Sabina, o salto dubitativo como lo hace una mariposa roja.
A piel abierta, y sin malas conciencias, dándolo todo de mí, otorgando mi beso real y tierno a aquellas personas que se ve que nunca nada pueden aportarme a la serenidad o a la sonrisa.
Elijo, decido, hago, cambio, vendo, compro, propongo, salto, sueño mil veces, y me pongo una ropa deportiva y juego a ser Gebreselassie o Usáin Bolt. Ambicioso y tozudo, ingenioso y valenciano, excesivo y renovado, negado de vida, y dispuesto al frente de la batalla del amor y con la naturalidad de la cabeza levantada y de la mirada limpia.
Sí. Se abre el tiempo de mi cuerpo y de mí, me gusta asombrarme ante lo que no conozco, sonreír a lo ya familiar, escalar con mi juguetona imaginación los mares de tí, y darte una rosa y un beso, un día especial entre lo laboral, una fiesta entre el tiempo de descanso, y una felicidad auténtica que brota de entre mis venas.
-PARA MÍ Y PARA TÍ-
9:52
jose vicente ortí
¡Gaitas! Ni anciana, ni vieja, ni leches. No acepto nada de esos rollos que los míos me sueltan todos los días. Porque, mira que son cuentistas toda esta gente,¿eh? ...
Es verdad que tengo ochenta y séis años, porque nací en el año 26 del pasado siglo. Y si hago las cuentas, salen ochenta y séis años. Pero, ¿y qué? Lo que pasa es que viene la gente, y me dice no sé qué que nunca entenderé de los cuidadores o no sé cómo se llaman.
¡No y no! Mis curiosidades, no son nadie. Mis hijos, son mis hijos. Y ya es un rollo que siendo yo la madre de los dos, no pueda yo levantarme por las mañanas como siempre he hecho, irme solita al baño como siempre, y asearme y limpiarme. Sí. Como siempre he hecho, ¡leñes! ...
A mis hijos, a mí lo que me gusta es verles sonreír y nunca darles la matraca, y ver que se encuentren bien, y ver a ver que no me fío mucho de éllos porque siempre han sido hombres y desastrados, y todo éso propio de los hombres. ¿Qué ha de saber un hombre de la casa, y cómo se ponen los vasos o se hace la colada o se planchan las camisas. Bueno, pues va y ahora me salen con que quieren hacerlo todos éllos, y sólo éllos ...
Y ahora, yo, me siento como una inútil que no vale para nada, y para levantarme necesito de sus brazos y de sus manos, y hasta me han de limpiar, e incluso me siento mal porque les soy una carga, y me llevan en una silla de ruedas a los jardines, a la calle y a todas partes.
Fíjate tú. Yo, en una silla de ruedas como los cojos y los impedidos, cuando toda la vida de Dios he caminado con mis propias piernas y sin el menor problema, y les he ido a comprar, y les he hecho la comida, y todo de todo. ¿Qué sabrán éstos? ...
Y, espérate, que hay más. Ahora resulta que me vienen a casa unos tipos raros que se llaman no sé qué de cuidadores. ¿Cuidadores a mí?, ¿me tienen que cuidar unos chicos que seguramente no sabrán ni llevar una casa, ni tendrán sabiduría, si sabrán hacer un pimiento? Maldita sea. ¡No es justo! ...
¿Sabéis lo que hago yo con los cuidadores? Os lo contaré, pero guardadme el secreto. Veréis. Como no sé quiénes son y están de paso,-porque de vecinos somos todos muy buenos y además a éstos los pagan-, lo que hago es no tomarles mucho en serio en esa cosa de los cuidados, y como los veo que en el fondo son unos infelizotes a los que les estoy dando la tarde, decido que lo mejor que puedo hacer es cuidar yo de éllos. Pobres chicos ...
Y trato de ser una madre para con éllos, y en realidad soy yo quien les cuida, y trato de que vean la tele y estén bien y a gusto en la casa, y si tengo que sacrificarme mis cosas para que no se cansen o se incomoden, entonces me callo y no les digo nada, a la espera de que vuelvan mis hijos. ¿Cómo voy a fiarme de extraños, a pesar de que se portan bien?,¿quiénes serán esos chicos que cobran por estar aquí en la casa conmigo, que no sé por cierto para qué tienen que estar? ...
Y, he de reconocer, que cuando se van y regresan mis hijos, es otra cosa. Porque entonces puedo decir y hacer lo que quiera con naturalidad porque son mis hijos. Y éso que dicen mis hijos de que les doy guerra y que no le dejo ni respirar, estos tontos del capirote. Menos mal que tengo paciencia con éllos, y me hago la tonta y la boba. Ya sé que mis piernas y mi cuerpo no van como antes iban, pero, ¿es que soy tan vieja para todas estas cosas? ¡Ni hablar! ...
-NO ESTOY DE ACUERDO-
6:23
jose vicente ortí
Negruzco sentimiento indeseado. Tormenta de senderos que se pierden camino de un error. Tempestad personal bizca y con gafas, desamor hacia uno mismo, niebla que parece que se te traga entre gritos hoscos de negatividad. Violencia más que gratuita y sin aclarar. Empujón.
Rabia, impotencia y agujas en el alma. Cercanía al cánido furtivo que vive de la supervivencia y de la menoridad. Fuego destructivo e inexacto que es capaz de detectar un árbol majestuoso o unas maravillosas piernas de mujer.
Ira sin contener, vendaval de autocastigo, casa de locos interior, ideas que protestan y dudan entre sí, infierno sudado y amor desorientado. Instantes o meses de nubosidad estancada y de desarrollo vertical. Lluvia de torrente que no logra salir de las venas, y que recorre todo el aparato circulatorio sin hallar un adecuado drenaje de serenidad.
Malditos cuernos punzantes, navajas que se mueven solas, rostros terribles de seres malvados, sueños de pesadillas de piel vulnerable en crisis de peligro, apocalipsis interior, acción y efecto de no pensar, y vuelta a la infancia desgraciada e imposible.
Rabia gris de derrota y anodina, ser de hierro y de imprevisibilidad, poco amigo de un amanecer, y fan de los efectos especiales que llevan a un horizonte perdido.Fuerzas naturales desatadas y sin bridas, caballos alocados que escapan de los lobos, maléficos respirares que atraen a la apnea que lleva a la deuda del oxígeno del pensar.
Tsunami de maldad, imperio de la venganza, reino de la furia, capricho de un ser inferior y matón, duelo de tahúres bebidos en el medio de un saloon, quimera loca que hace la lucha libre en la madrugada inexorable de una libertad que se llama odio.
Rabia de color feo e irreal, rabia incolora y sípida, babas que rodean a las comisuras de los labios, y tumbas inéditas que solo pueden abrirse bajo la venganza azarosa y para dar muerte y terror. Sensaciones cansadas que no pueden acompañar al sueño reparador. Muro infranqueable en el que se topan los cerebros que nunca podrán brillar. Castigo y adversidad, mal y terror, uña larga que duele al chocar con una rosa silvestre en el medio del camino de la libertad, ceguera del ser, inciso fallido que lleva al sitio más desafortunado y al que adoran los corazones de cemento y de ausencia de un afecto. De un amor ...
Rabia ilegal, cara de rata o cola de ratón de alcantarilla, rostro feo y arruga de dejadez que nunca nadie loa ni acaricia. Si estás en rabia, sientes que un viento helado pasa demasiado rápidas las hojas de un libro lleno de sabiduría, y entonces no puedes tomar concentración en lo que lees. Hojas demasiado inalcanzables y furtivas.
Sumas que restan, gravitaciones horizontales, bocas trilingües, triángulos uniformes y dictadores que rompen el ingenio y la creatividad, mar secado, peces que vuelan hacia la estratosfera camino de un tiempo luz que nunca puede existir.
Rabia al revés. Al revés de todas las cosas de la realidad. Calcetines doblados, santos encanallados y demonios con aroma a santurrón. Ángulo de curvas e incorrecto, perspectiva ida, kilogramos y más kilogramos de dolor, desierto de piedras huecas y pájaros frágiles de cartón.
Rabia que rompe, daga que habla, mujer que se va, amor que no te mira, dama que no te hace caso, mueca en tí que asusta, máscara potente y de hierro que no deja saltar. Ni soñar, ni bailar, ni hacer un poema, ni llorar de verdad. Rabia maldita que quita la sal.
-RABIA DE UN MAL-
10:16
jose vicente ortí
Lo decía hace bien poco una excelente periodista y escritora. Es difícil hablar de buenas noticias y poder sonreír. Los noticieros y telediarios, se llenan de nuevas tristes y decepcionantes. Los pájaros nos miran extrañados. No nos dejan ser nosotros, y encima se pide sumisión y entrega.
Hoy, se celebra y tiene lugar un hecho ciudadano, que se antoja tal y como están las cosas, como un privilegio quasi mágico. Un gran desahogo. España es un gran megáfono que reinvindica una esperanza, y que lanza indignados improperios a aquellos tipos que les han agredido, cercenando sus derechos, y traicionado.
Hoy España puede decir en su calle lo que le parezca oportuno decir. Sí. Huelga General. Descontento absoluto y total. La gente está hasta los mismísimos, de que se mofen de ellos. Y no digamos, las clases más desfavorecidas. Mas los ciudadanos, tienen en su masiva presencia un enorme triunfo progresivo. Están ahí. Forman parte. Son. La soberanía y el derecho está en éllos. Es buena gente a la que les han quitado los trabajos, y han hurgado y hurgan demasiado en su felicidad. Y, la paciencia, tiene unos límites. Humanos.
Hay ahora un objetivo prioritario de combate. Se trata de luchar desde el contraataque de las ideas para concluír en la recuperación de la moral gastada. En otras palabras: el Poder pretende hacernos ver que no podemos lograr nada a pesar de que salgamos a la calle. Que, el salir y estar en el ágora, será siempre anodino.
Ahora, es ésa la prioridad de la lucha. Girar la tortilla, y lograr autoconvencerse de que se pueden lograr muchas cosas. Que todavía somos útiles y capaces de modificar paredes aparentemente infranqueables. Lo del tema de los deshaucios, es un ejemplo fenomenal. Han acabado desdiciéndose, nada menos que los jueces, los políticos y hasta los banqueros. ¡Sí se puede! Es evidente que sí se puede.
Se puede ser compasivo, solidario, sensible, luchador, tenaz, sensible, y hasta soldado de uno mismo y de todos. Hay gente de poder que empieza a sentir vergüenza de lo que ve y por lo que ve. No todo han de ser órdenes y rigurosidades sin contemplaciones.
Todos juntos. El pueblo, unido. La voz fuerte y libre de un pueblo bueno, alegre y laborioso. Un país culto y valiente, de buenas intenciones, y tremendamente acogedor y hospitalario.
No es chauvinismo a la española. Las gentes del extranjero que realmente nos conocen, ven en nosotros a excelentes locos bajitos de buen corazón. Que, España no solo es una marca, sino que también es una buena universidad y un ejemplo excelente de sensatez y de sentido común. De valía ...
Somos gente de paz. Siempre anida en nuestras vísceras el imperio de la palabra y también de la fiesta extrovertida. Y por éso es, que merecemos otro trato y otra cosa. Otra política exterior e interior, una confianza y un afecto, un beso de comprensión y una dignidad.
España no es inferior a nadie. España es gente normal, y clase media, y ciudadanos cultos y talentosos con derecho a soñar. Sí. Bendita y alabada sea la gran voz común y mayoritaria.
-ESTA ESPAÑA-