Agosto. Champions League del virus 2020. Portugal. El Barça se desploma y desnuda definitivamente en la lona. El Bayern München le ha soltado ocho golpes de derecha. Un k.o. colosal. Una vergüenza. Hoy, ser del Fútbol Club Barcelona es menos importante.
Hundimiento, debacle, "Titanic", desastre, ridículo, lamentable, pesadilla, pesimismo, humillación, vergonzoso, lamentable, impropio, y caída libre y definitiva. Ha llegado el momento,-si se tiene amor al equipo-, de cambiarlo todo de la cabeza a los pies. Veo demasiado dolor. Lógico dolor.
Yo siempre recuerdo a los nombres del Barça y a su grandeza. Desde Ramallets a Kubala, Asensi, el dios Cruyff, el maestro Guardiola, Schuster, Maradona, Xavi Hernández, Puyol, Iniesta, Villa, Rifé, Gallego, Torres, Miguel Reina,Romario, Ronaldinho, Rivaldo, Villa, Neeskens, Sotil, Figo, Migueli, Luis Enrique, Alves, o a cientos de jugadores sensacionales. Destacados. Grandes. Enormes e inolvidables ...
El Barcelona lleva camino del abismo demasiados años y con una indolencia general de pérdida de honor y dignidad deportivas. Y no merece Messi tener a su lado a tanto petardo. Tanto bluff. Tanto jugador que no tiene categoría y hace muchos años, para jugar en este más que atractivo y simpático club catalán. El Madrid de Cataluña, el Barcelona de España, el "centropoder" que les hace a las competiciones la emoción de poder equipararse al Real tanto en España como en Europa. Hace mucha falta el Barça. Da sal y distinción. Diversidad ...
Es un entierro esperado y definitivo. El Barcelona del año 2020 no tiene nivel. Ni juega bien, ni gana nada. Pierde todo. Y entonces solo se me ocurre,-y sin caer en exageraciones-, que ha llegado el momento de romper todos los libretos actuales y casposos, y estrenar cosa seria. ¡Ciclo nuevo y a todos los niveles del club! ... ¡Dimisiones!
Los jugadores veteranos han de abandonar la camiseta de ese club grande, enorme y carismático. ¡Ya se ha acabado lo de hacer el ridículo año tras año! Ya lo dijo el dios Messi: "Con este equipo que no da ni para la Liga Nacional, lo más probable es que también perdamos en la Champions". Y si alguien sabe de fútbol, es Messi. Y cuando habla,-que es nunca-, es para guardar silencio y saber escuchar.
El Barça necesita cambios drásticos y urgentes en todos los estamentos y empezando por el lamentable Presidente Josep María Bartomeu y toda su directiva. ¡Todos! ¡Aquí no se salva nadie! ...
El Barça no merece ésto. Este funeral. Merece, otra cosa. Es el gran club de Cataluña y el de muchísimos aficionados en todo el planeta del fútbol.
Ahí sobran parásitos millonarios y muchos acémilas futbolísticos. Lo decía quemado Piqué. El capitán. "Si se necesita sangre joven y nueva, yo me voy. Esto es una vergüenza ..." ¡Evidentemente!
No es un cambio de ciclo. ¡Ojo! El ciclo se acabó ya hace años. Desde la excelencia del gran Guardiola y algo de Luis Enrique, todo se derrumbó. Y hay que dejarse de nostalgias porque el fútbol, sigue. Que se vaya Bartomeu, que venga gente con ideas claras, que desaparezca de ahí Setién; que los jugadores acabados sean empaquetados hacia otros lares y equipos. Es el momento de que el cataclismo sea abordado y que no devore la dignidad que ahora no se ve. Se acabaron los paños calientes y las impunidades. Es la zona cero azulgrana ...
Si para que el Barça pueda recomponerse como bloque deba salir Leo Messi, el as debe irse de ahí. Ya no vale de que el argentino haga camarillas y que los no amigos queden postergados. ¡ C ést finie! ...
El Barça está por encima de Kubala, Cruyff, Guardiola, Reichach, Migueli, Iniesta o Messi. El amor al Barcelona, va por otros vientos. Debe volver paulatinamente la lógica a este maravilloso club histórico y entrañable. Leed si podéis al sabio y veterano azulgrana y poderoso, José María Minguella. O, escucharle siempre que podáis. Está en las alturas y sabe el porqué de todo este desastre.
Messi es el mejor jugador del mundo. Pero no debe medrar por el vestuario. Quien debe mandar es la solidez y la confianza. El consenso. El aficionado, la actualización, el futuro, un nuevo Presidente, unas nuevas actitudes y un buen entrenador. Y actores eficaces. Los jugadores no han de ser tan importantes. Si uno no vale, siempre hay otros ...
¡VIXCA EL BARÇA!
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