miércoles, 25 de enero de 2023

- NIÑO DE FUTURO. -



Algo se ha abierto de repente en la calzada de una pequeña carretera, la cual va atravesando y curveando por el Valle del Fornés. Y no solo se ha abierto el suelo, sino que ha asomado un sonido inclasificable, junto con una mano asiendo un gran cuchillo en punta. Alguien ha visto a un extraño ser, con cabeza parecida a la de una serpiente y mirada similar en agudeza a los seres humanos.

¡Roger! Solo Roger ha visto éso. Y también, cómo, al verse descubierto, el extraño ser ha tapado la grieta y ha sellado toda huella. Ya la carretera presenta un aspecto normal. 

Roger tiene diez años. Está estupefacto. Sorprendido y asustado. Cuando vuelve del colegio hacia su casa, piensa que lo mejor es no decir nada. Así se evitará un millón de preguntas, empezando por las de sus padres y su hermana Marta.

Pasan los días y las semanas, y Roger mantiene la actitud. Hasta que escucha en las noticias que ha habido un accidente de circulación en el citado Valle del Fornés.

Dicen las autoridades que la causa ha sido el reventón de las ruedas de un camión que transportaba sacos de cereales. El camión perdió el control, y embistió a un coche que venía en dirección contraria. Cinco muertos. Roger se pone a llorar y se va a su casa.

Y al día siguiente cuenta a sus padres sus verdaderas causas del reventón de las ruedas del camión. El suceso ha tenido lugar en el mismo sitio en donde vio el extraño fenómeno que nunca a nadie contó.

Los padres del chico lo llevaron al psiquiatra. El médico le prescribió unas pastillas para que pudiera dormir, y le remitió a un psicólogo. Y Roger durmió más tranquilo unos días. Pero pronto volvió a sentirse inquieto. Sobre todo, cuando escuchó en las noticias que a unos escasos cincuenta kilómetros del Fornés, había tenido lugar otro similar accidente de carretera. Tres muertos más, y dos heridos.

El psicólogo escuchó estupefacto a Roger, cuando este le habló de inteligencias de naturaleza extraterrestre y maléfica. Que esto era una invasión. Y que le extraña que los investigadores hubiesen aceptado la tesis de un accidente convencional. Y que la única explicación podía consistir en que los extraterrestres hubiesen procedido tras atacar a las personas, a dejarlo y a transformarlo todo en un nuevo y convencional reventón de las ruedas. Como si lo hubiera sido realmente ...

Roger fue internado en una institución psiquiátrica, y sus padres lloraban el aparente extravío emocional de su hijo. Y cada vez y para no verle sufrir, espaciaban sus visitas hasta que dejaron de visitarle finalmente.

Por intachable conducta, el niño fue puesto en libertad diez años después. Y no había perdido el tiempo. Se había pasado todos esos años estudiando, y tenía enormes conocimientos de psicología, física, matemáticas y química.

Cuando Roger volvió a casa, sus padres habían preferido no estar. Entonces, salió del lugar y se detuvo exactamente en la zona del Valle del Fornés en donde tuvo su primera experiencia con aquella fuerza misteriosa. Y parecieron de repente escucharse unas carcajadas. Horripilantes, pero carcajadas al fin y al cabo. Pero Roger no se afectó, sacó un folio y escribió la palabra Sience, que significa Ciencia ...

El joven, lo comprendió todo. Aquel ser o seres, no solo habrían hecho posible los accidentes y los muertos derivados. No. Habían querido que lo tomaran por loco, y que el único testigo de lo ocurrido se quedara sin argumentos.

Roger marchó a la Universidad y con varios objetivos. Conseguir certificar y concluír sus carreras preferidas, y a prender el mejor inglés. Y en cuanto pudo, se dirigió en persona, correos electrónicos y todo tipo de comunicación, para darse a conocer y ganarse influencias. Militares, políticos influyentes, centros de inteligencia internacional, expertos en fenómenos aparentemente extraños, y gentes que nunca se podrá averiguar lo que saben.

Al principio, no le hicieron caso. Pero cinco años más tarde, Roger sonrió por vez primera tras muchísimos años de rostro sombrío. En una zona de máxima exclusión, unas máquinas están en el Valle del Fornés con todo tipo de soldados y personal laboral y de emergencia. Actúan con explosivos, y todo lo justifican ante la prensa por detonaciones controladas y previstas. Hablan de necesarias actuaciones para corregir elementos orográficos que pueden causar peligro para la población del Fornés y aledaños.

Mas no es verdad. La lucha entre los militares y los extraterrestres es encarnizada. Ya van dieciséis soldados muertos, y varios heridos de distinta consideración. Pero parece que los humanos están ganado la batalla. A algún general, Roger le ha visto cómo se le escapaba una sonrisa de satisfacción, y le guiñaba cómplice un ojo. Acaban de dejar pasar al joven Roger Esvárs. Nunca nos lo dirán los científicos ni las autoridades. Pero consideran a Roger un héroe. Gracias a él, el mundo ha podido despertar de un peligro latente y evidente. Aunque nunca el Poder ni los medios, dirán nada. Es el pacto básico para evitar que las gentes entren en pánico.

¡ROGER ES UN VALIENTE!
 

martes, 17 de enero de 2023

- POBRE PAJARILLO. -



Le recuerdo, le tengo alto, enjuto, larguirucho, de vestir elegante y hasta un tanto pijo y anticuado. Estaba ahí,-parece mentira que no esté-, orgulloso, al lado de su anciano padre, jugando al dominó con nosotros, y siempre interiormente cargado de sí mismo.

En el buen Juan Ángel, he visto muchos contrastes. Podía ser el tipo más atento de las reuniones, y a la vez pasar de todos los asistentes, de mí mismo y de él.

¿De nuevo los enfermos mentales? Apenas nada, en el caso de este pajarillo carente de ayuda familiar. Casi siempre era pacífico. Casi nunca la liaba, y hacía lo que podía para cuidar a su padre. O lo que él creía que podía ... Porque tiene un hermano en Alemania que pasa de él. Y supongo que también tendrá familiares aquí en España, los cuales están a sus cosas diarias y cotidianas. ¡Terrible! ...

El diagnóstico me parece el mismo consenso. Para todos ellos Juan Ángel está loco de remate, y no hay nada que hacer con él. Este consenso es toxicidad para Juan Ángel y para muchos que están en su situación. Eso de, "dejarlos por imposible", acaba marcando y sentenciando las situaciones. Lo mental, nuevamente como estigma.

Sí. Le recuerdo. Recuerdo a Juan Ángel. Hablaba por los codos, no cuando estaba a gusto, sino cuando precisaba de la verborrea para sentirse algo lógico y razonable. Para no sentirse una mierda que va cayendo por un sumidero hacia la nada y el absurdo.

Recuerdo que Juan Ángel era rápido de movimientos. Era, y es. Lo será siempre si no lo sedan.

Este hombre está enfadado con el mundo, porque no es feliz. Y es cierto que la gente que en general se le aproxima, no le muestra un cariño excesivo, y sí mucha palabrería hueca y hasta absurda.

Juan Ángel ha estado en la venganza permanente desde que le incapacitaron para trabajar. Se lo tomó a mal y buscó enemigos. Pero calculó mal, y al final resultó que su principal enemigo era él.

A veces podía elegir algo, pero muy pocas veces. La familia le endilgó el mochuelo de que cuidara a su padre, venía su hermano una vez al año, comían todos juntos, y después, "si te he visto no me acuerdo"...

El padre de Juan Ángel pegó el clásico bajón y todo fue yéndose a hacer puñetas. Los mayores necesitan nuevos y más potentes cuidados, y mucha más consideración para los cuidadores-, aunque puedan tener carencias mentales-, y los Servicios Sociales llegaron aún casi más tarde que el hermano de Juan Ángel.

Fueron a la casa que compartían padre e hijo, vieron que no estaba en condiciones, y se llevaron al padre a una residencia. ¡Lo que le faltaba a Juan Ángel! Su impotencia y su rabia, estallaron del todo. Se pegó con las autoridades policiales, les insultó hasta que se cansó, y se actuó sobre él. Le dieron una paliza para que se calmara. Le hicieron daño, y Juan Ángel perdió por completo los papeles.

Decidió intentar morir. Inició una sui géneris huelga de hambre. Dejó de tomarse la pastilla y esas cosas. Quería morir, jodiendo. Todo era rabia. Impotencia, sensación de injusticia, yo digo que abandono real, y un jueves pareció cambiar la película. Ir concluyendo ...

Entraron las autoridades a saco en su casa, y se lo encontraron en el suelo. Lo han llevado a la Unidad de psiquiatría de un Hospital, y ahora no sé si podré volver a ver a Juan Ángel jugando con agilidad a su adorado dominó, o lanzando salivazos a la escupidera del twiter. Supongo que le vacunarán del covid si no lo dejan bobo con las sedaciones, y prefiero no suponer demasiado más.

Quisiera que volviese a nuestras reuniones, a nuestras comidas, que optara por una nueva ubicación en el mundo, y que desmitificara con su conducta a todos los putos sambenitos de loco o de prescindible que parece llevar socialmente consigo.

Y que se cague en Podemos si quiere, o que defienda a Franco, o que exprese su discurso absurdo y verborréico. Pero, ¡que vuelva! ...

Que no lo metan en un manicomio. Que no se derrumbe todavía más. Que se quede como está. Que no se venza todavía más a sí mismo. Ojalá mi deseo se pueda cumplir. Pero me temo que a Juan Ángel le ha vencido la diosa del infortunio.

¡LO SIENTO, POBRE PAJARITO!


 

domingo, 1 de enero de 2023

- EXCESO. -



No recuerdo nada. Y eso que ya es de día. Estoy cansado, pero debo levantarme porque voy a vomitar. Me va a venir justo. Me he equivocado de sitio. Era una habitación con gente. Por fin encuentro el cuarto de baño y la santa pila salvadora. Lo tiro todo. Y me vuelvo a la cama.

En mi cabeza tratan de abrirse los recuerdos. Era de noche y había mucha música. Era una discoteca plagada de gente. No había chicas sin sonrisa, ni minifalda; todo buen rollete. Todo era alcohol . Y yo estaba estresado. Incómodo. Yo creo que fue una chica la que me tiró burundanga en el vaso, pero mi organismo la toleró y en vez de sueño me cogió más vidilla.

Un camello nos ofreció costo. Porros, y cocaína. Sí. Nos. Éramos una pandilla e amigas y amigos. Pero por ahora no soy siquiera de recordar mi nombre. El móvil no suena, porque no tiene batería y no me da la gana buscar el cable de conexión que debe andar por el suelo. 

Yo creo que esto es España. Creo que sí que soy español. He cogido una cogorza de mil pares de voltios. Y me parece que hemos creado la competición, que consistía en haber quién tomaba más cerveza y cava. ¿Cava? Entonces esto debe ser Barcelona, o Cataluña. Yo, creo que me llamo Andreu. Me suena mi nombre. Me molesta la cama porque se ha deshecho. Me tiro al suelo. No hace frío en mi habitación. ¿Me llamaré Andreu? Me intriga. ¿Quién soy y a qué me dedico? ...

¡Coño!, creo que soy de banca. Soy director de Banco. Qué triste si me vieran así. ¡Ah, sí! Ya recuerdo. Mi chica se largó con otro hace una semana. Sí, sí. Anna. Se llama Anna. Buscaba mi dinero. Era una doña nadie. Y un día les pillé in fraganti en la cama ...

¡Joder, se abre la puerta! Son dos chicas ...

- "Andreu, toma esta copa. Sirvésela, Nuria. ¿A que está bueno, chico nene mío? ..."

- "Eres Elisenda. La rubia y alta ..."

- "¡Coño! No voy a ser tu prima. ¿Nos dejas pasar a tu cama, Andreu? Estamos cansadas. Y nos hemos tenido que quitar la ropa. Hace calor aquí. ¡Y es fiestuki, Andreu! ..."

- "¡Estoy jodido! No podría con vosotras ... Tengo ganas de vomitar ..."

- "¡Aguafiestas! ¡Cabrón! Ja,ja,ja,ja ... Haznos sitio, Andreu, ¡venga! ..."

Me tendré que ir de esta cama, porque estas niñas son incapaces de ponerse en mi lugar. ¿Dónde estará mi cartera, mi móvil, mi DNI, mi tarjeta sanitaria? ¿Dónde estoy?, ¿dónde vivo? ...

Aquí hay más habitaciones. ¡Ahora ya lo sé! Esto, lo reservamos para la fiesta, nuestro grupo de amigos. Por fin voy recordando algo. ¡Estoy en política! Dicen que soy un facha. Pero yo sé que tengo un buen futuro en la política. Que rabien. Vienen elecciones y se enterarán ...

¡Coño, las cámaras! Ya sé. Soy de Vilanova y la Geltrú. Y me siento como el culo. Como si tres camiones me hubiesen pasado por encima. Peor, que cuando me pusieron la vacuna.

Pues yo, a ese cuarto no entro. Están fornicando a base de bien. ¡Ostia! Acabo de ver mi documentación y mi móvil. Están adentro de la habitación en donde están jodiendo. Intentaré ir con sigilo reptando. ¡Uff, ya lo tengo todo! ...

Me llamo Andreu Alex Capdevila. Soy un hombre profesionalmente valorado, alto, distinguido, culto y elegante. Y me están viniendo ganas de defecar. Tengo el estómago destartalado por la noche de desenfreno. Si me han grabado estos hijos de puta, adiós a mi carrera política. Pero, no creo. Ellas y ellos están en peores condiciones que yo ...

Yo no cojo mi coche. Vivo en la Diagonal. Pero daría muchas eses. ¡Ahí veo un taxi! Acabo de subir a él. Es mujer taxista. Casi no me habla. Me lleva a casa, le pago, y adeu. ¡Que se joda! Lo que le pasa a esa tía es que no se divierte. Fijo.

El ascensor de mi casa, no va. Séis pisos ahora, son el Himalaya. Me acurrucaré en el zaguán. Si me caigo por las escaleras, la hemos jodido.

¡Ostia! ¡Un puto perro casi me muerde! Es el del vecino del segundo. No falla. Siempre es el mismo. Y el cabrón del dueño me sonríe. No me queda otra que subir las escaleras. Me caigo tres veces. Esto es el Calvario. Pero llego a mi sexto piso. Que,¿si me volveré a ir de farra? ¡Jodeos! ¡El próximo finde, repito!

¡ALE!