23:56
jose vicente ortí
El silencio de lo conservado, colisiona de modo flagrante con el nuevo ruído. La mujer. La mujer que ya no se calla frente a ese machismo asesino. En la esencia de la sentencia de la chica violada por unos indeseables en Pamplona, se esconde ese machismo ventajero y cabrón. Parcial y moralizante. Preservación de los valores y las prebendas masculinas frente a las sucesoras de Eva.
Es una realidad la de la calle que en otro tiempo no se esperaba. Pero ahora la calle suena. Toda España sale y saca su ruído y su furia de convencimiento.
Entonces, si la calle que ya ha estudiado brama, ¿qué ha pasado con la sentencia del gran escándalo?, ¿a qué esa brutal disonancia? Y la respuesta no puede ser otra. Las cosas estaban legalmente mal para las mujeres. Y lo siguen estando. La sociedad de los hombres, sigue sin contar con ellas.
Ese maravilloso ruído revolucionario. Justo y necesario. Actual y rompedor. A la mujer se le han hinchado los ovarios y ya no traga las jergas mareadoras de desorientación.
"¿La manada?" La nueva mujer ya puede al menos gritar su rabia. Y lanzarse camino del Juzgado en Navarra masivamente en espontánea manifestación amagando con romper el cordón policial. Refuerzos.
Se reclama la seguridad femenina que está en el aire. Y sobre todo, se desexualiza a la figura de la mujer que ya no será plato de segundo florero. Se han movido las estructuras, hace viento, hay verdad en las gargantas y clamor común. Dígase lo que digan los leguleyos y las maneras de pensar, mucho más de medio país sabe que la sentencia se ha pasado demasiados pueblos. Y que las mujeres tienen unos límites. Porque ansían de su sacra libertad, ahora castrada.
La verdad, la ideología, la atmósfera de los consensos, el modo de pensar, siempre van modificándose y ahora para bien. La sexualidad femenina es exactamente igual que la masculina en cuanto al respeto y a la consideración. Y ya se han terminado las supeditaciones y los ruegos al macho de la tribu. No. La mujer ya sale a cazar y a pescar, y no como pasaba con los primitivos ex simios que evolucionaban por físico y kilogramos de peso.
Sigue el clamor y el golpe en la manifestación. Potente, muy potente. Como los tambores de Calanda en abril. La conciencia caverna se desmorona. Hay que moverse.
Y parece que amaga con moverse. El Partido Popular habla de modificar tipificaciones de leyes al respecto. Ya es un logro. Los demás partidos dicen lo que todos. Que esta sentencia es una agresión hacia las mujeres y que solo puede producir asco y rechazo.
Sí. Mucha distancia hay entre el Poder y la calle. Y eso no puede ser. Porque el Judicial también debe ser femenino y la calle, para que pueda serse una verdadera justicia representativa y ejemplarizante.
Violar a una mujer es un acto ventajero y repugnante. ¡Ya está bien! Ahora toca ponerse las gafas sociales y contemplar su realidad desde otro prisma distinto. Esto es peor que la sentencia de la chica de la minifalda. El varón debe hacer autocrítica. Antes de la sentencia de estos días había menos indignación. Y cuando las cosas no casan con el sosiego general, entonces no queda otra que modificarlas. Empezando por la arcáica mentalidad.
-ESTO ESTÁ MAL SENTENCIADO-
5:21
jose vicente ortí
Emoción. Emocionado. Sentado en el banquillo tras ser substituído para el homenaje en los últimos minutos de su nueva y última Copa del Rey. Andrés Iniesta lloraba de saudade y nostalgia. Sabe que se va, y para él es una putada irse de una cosa que le ha hecho gigante, querido y millonario: el fútbol.
Un niño de pueblo. Un chico de Fuentealbilla fichó por el Barcelona. Bajito, acusado de demasiada poca cosa, pero con movimientos antológicos. Únicos. Tuvo suerte. Se disiparon las dudas. Y le dejaron ponerse la primera camiseta de su único club, el Barça, y Andrés a nadie defraudó.
Y además se encontró a Valdés en la portería, A Puyol atrás, a Busquets y al gran director Xavi Hernández a su lado, y arriba tuvo a Villa y a Messi. Y el mago Iniesta comenzó a gustarse y a hacer de las suyas. Tenía cara de joven inocente, se mostraba deportivo en exhuberancia, carecía de vanidad, ponía sangre de quien es de pueblo, y un virtuosismo y una creatividad que empezaba a dejar perplejo al personal. Un artista. Un brasileño a la europea, capaz de mover el balón rapidísimo en menos de una baldosa. Algo de asombro.
Lo ganó todo. Pero ha ganado muchas más cosas que las futbolísticas, que han sido todas. Porque además, el carisma del mago se hizo inmortal y general cuando osó meter el gol que hacía a La Roja Campeona Mundial y por vez primera. Nadie había escrito antes esta historia de hazaña. Porque aquello fue una hazaña.
Muchos años siendo el centrocampista más genial de la Liga. Poníamos la tele para ver jugar a Iniesta. Cuando el partido se ponía aburrido y con niebla, de repente Andrés hacía que saliese el sol.
No ha sido Xavi, porque este era director. Imprescindible director. Ni tiene que ser comparado con él. Pero Andrés era tan de dibujos animados como el coloso Leo Messi. O más.
Porque con Iniesta ibas a tener jogo bonito, estética no necesariamente vertical, talento, intuición para ver cuál es el momento del pase letal, el que puede hacer rondos y más rondos hasta hacerte sonreír, y si eres del Barça para que no desvíes la mirada hacia otro sitio y para que mantengas el foco en lo que puede que haga. Y que hace.
El mago Iniesta ya ha mucho que es inmortal. Y que no se puede hablar de historia del Barça, de la Selección, o del fútbol en general sin mencionarle.
Solo le ha faltado ser proclamado mejor jugador de Europa. Eso es un tabú que solo se reduce a los goleadores. Pero Iniesta pertenece a ese Himalaya de los más que grandes.
Andrés, es sencillo. Uno de los valores humanos más difíciles de ver en este furibundo negocio. Iniesta nunca ha ido a la bronca ni al lío, y siempre ha apostado en el fútbol con el traje de futbolista que se divierte con todos y que nunca ha mostrado tirrias ni rivalidades definitivas.
Andrés Iniesta ha sido un amigo. Un tipo tranquilo, familiar, sin ganas de joder a nadie, sencillo y equilibrado. Un as irrepetible que ha llenado de alegría y de color los campos que ha pisado con sus botas de siete leguas.
Será difícil ahora que lo va dejando, que pueda aparecer otro chico español de su talla y carisma. Es una institución. Es la dulzura magistral y la lección continuada. Andrés ha medido a Cronos en el tiempo. Y quiere irse casi como llegó. Limitándose a jugar un fútbol de fábula. Y después que los que amen de follones y polémicas se apañen.
¡¡ QUÉ GRANDE, ANDRÉS !!
14:19
jose vicente ortí
Repleto de plantas. Así se halla mi balcón. Tengo muchas variedades de ellas, como por ejemplo un hermoso y siempre verde geranio.
Para mí, contemplar y evocar las plantas del balcón tiene un significado que tiene que ver con la vida y con el aprender. Y en mi mes favorito como es el actual de abril, dichas plantas entran en actividad patente y vuelve la amenidad y el trajín. Se vuelven a desarrollar, y crecen. Exactamente como yo.
Hace muchos años que el geranio estaba activo y potente. Crecía y crecía, y el verle así me llenaba de alegría y de suficiencia. Pero parecía el geranio sin flores, porque año tras año y con la llegada de los primeros calores, su energía se desinflaba amarilleándose las hojas.
Yo, contraatacaba tiernamente. Agujereaba la tierra de la maceta para darle oxígeno, trataba de ayudarla a permanecer prometedora, pero bien es cierto que asumía que me conformaba con que no muriese el geranio aunque nunca pariese floración.
A veces me sorprendía ir a los mercadillos o a las grandes tiendas de plantas y ver a los geranios exuberantes en su plena floración. Pero era una sorpresa pasajera y menor. Yo, parecía resignado pensando en que mi geranio era especial y que todo intento de floración era soñar con imposibilidades.
Sí. Mientras el frío y el frescor arreaban, crecían los tallos, y las hojas se mostraban verdes, grandes y consistentes. Pero la llegada del calor parecía el stop y el techo de las expectativas.
Porque poco a poco empezaban a amarillear, y yo entonces además de oxigenar la tierra, podaba las hojas amarillotas que pretendían y lograban con enorme facilidad contagiarse entre sí y echarse a perder el crecer y el desarrollo natural y completo.
Y me sorprendía la fortaleza contradictoria del geranio. Porque tras la poda que le arreaba y sin mirar mucho la estación, la planta se recuperaba y volvía indómita a erguirse y a resucitar. Revivían nuevos tallos.
Yo, cometía más errores. Porque las regaba en exceso sin saberlo. Hacía homogénea la humedad del balcón regando todas las plantas con una frecuencia de agua similar. Hasta que un día alguien me dijo que la posible causa del ajado del geranio quizás fuese el exceso de agua. Y espacié el riego. Y sin éxito.
Pasó el tiempo, y decidí no rendirme con el geranio. Seguía cada vez más extrañándome la falta de floración, pero me asaltó un punto de rebeldía. Entonces, fui audaz, y me dirigí a una casa de plantas que hay muy cerca de mi casa aquí junto al Jardín Botánico de mi Valencia.
Ahora sí que era ambicioso y mucho menos conformista. Les comenté lo que me sucedía con el geranio a las chicas de la hermosa tienda, y con simpatía me dieron unas ampollas líquidas con un preparado que debería mezclar con un litro y medio o dos de agua. Y pulverizar sobre todas las partes del geranio a partir de abril una vez a la semana y no parar de hacerlo hasta llegado el mes de noviembre. La idea es acabar con una mariposita que le pone huevos y pudre y limita al geranio.
Obedecí, y puse esperanzas. Hice lo que se me dijo. Pero al llegar los primeros calores extraños del cambio climático, temí lo peor. Las hojas empezaban a hacer lo que siempre. Hasta que el otro día me sentí más que satisfecho. Lo que había pasado con el geranio en años quedaba atrás. Aparecía una corona de capullos de flores que poco a poco se consolidaban como realidad. Ya está. Conseguido. En breve se abrirán y aparecerá el triunfo del geranio sano, florido y como los demás.
- GANÓ MI APRENDER-
23:42
jose vicente ortí
Vital, rápida, excesiva, potente, orgullosa, condesita y periodista. Catalana, cuerpo gym, veterana, eterna, televisiva y con todo el genio. Mujer avanzada, pionera, pasional, mediática y nada pudorosa. Desnuda su alma y su vida delante de esas cámaras que le han dado personaje y personalidad. Es, Mercedes Milà y así la veo.
Historia viva de la radio y de la tele de mi país. De cuando no se podía y ella lo hacía. Ambiciosa, sensible, exigente y nuevamente muy desnuda.
Sincera hasta la herida, locuaz, potrillo sin domar, terremoto de verbo y ego, contadora de lo confesable y de lo menos confesable, mujer sin límites ni trabas. Intentando hacer ver que la televisión puede ser una originalidad más que un academicismo o un pozo profundo.
Desde deportes a mocos de adolescentes, entrevistas a líderes políticos y a ultras violentos de olor a trullo. Mercedes. Mercedes Milà. Una bomba de pequeña estatura a la que debió aburrir el corsé de su mundo aristocrático, adinerado, y tremendamente tedioso.
Milà intentó como fuera salir de ahí de su rol de mujer anodina y capada, y en una de sus experiencias se topó con la tele de aquella democracia que se necesitaba para no ahogarse una en el fondo de la nada.
Mercedes ha querido ser alguien y lo ha logrado. Su triunfo de mujer es imbatible e inapelable. Ha hecho mucho lo que le ha dado la gana y su estilo de lengua puntiagudo la ha llevado al cénit del share. Porque sin audiencia la ambición no está colmada, y entonces te conviertes en alguien fugaz al que le acaba temblando la sonrisa y entonces se va de allí. Mercedes Milà quiere volver siempre a donde está a gusto.
Trabajó y movió su cabeza en exceso. Y un día en pleno plató y casi en directo, empezó a sentir cosas extrañas que paralizaban su creatividad.
No tenía ganas de nada y se fue. Lo peor para la Milà son siempre las extrañezas y las incertidumbres. Ella no es de esas y necesita encontrarle lógica a todo. Era la puta depresión. Era una hachazo bestial para una jabata inquieta y nerviosa.
Ahora afirma estar mejor, pero sabe que no debe bajar la guardia porque está el traicionero Damocles preparado para dar por saco. Mientras se rehace su presente, Mercedes afirma que existen las energías, y la meditación, y los yogas, y los grandes placebos que con el gustirrinín todo lo explican y le dan sentido. Y su psiquiatra y psicólogo.
Mercedes Milà es el poder de la sociedad catalana con rancio abolengo. Estatus y espaldas cubiertas. Estar en casa es un tormento.
Por eso se escapó a entrevistar a Niki Lauda, convivió con sus motos de la familia de la marca Montesa, se convirtió en una referencia del periodismo incisivo y agudo de la primera democracia tras el franquismo, y luego se autobanalizó entre el Gran Hermano y sus chiquitos de afección quasi apadrinados. Y se volvió sobre su reto de difícil salida y se pasó de frenada y se estrelló y estrelló contra ella misma.
Ya no hace los sesenta años, pero su figura siempre es rápida y juvenil. Y amadora, y vital, y llena de inquietudes. Sabe que la tele de ahora se parece a la buena y la seria de antes, lo que un huevo a una castaña. En su currículum está esa misma evolución. Dejó lo serio por el circo y comenzaron a picarle los extraños elefantes y a mirarla la trapecista zíngara.
Siempre el discurso de la Milà es Ave Fénix. Y le dice lo que sea al Rey, o a Rodrigo Rato, o a los fácticos Poderes, mientras confiesa que le gustaría entrevistar a Francisco. El Papa.
-QUE HAGA SU LIBERTAD-
1:21
jose vicente ortí
Mirada dura. Demasiado dura. Herida evidente en un mirar de dolor. Eugenia engaña mucho. No es la que parece. Ahora no es libre, sino una yegua desbocada en conflicto sin resolver. Tiene fibromialgia y sus cercanos la rechazan. Ahora se defiende con su pose contundente y su verbo definitivo y sin miramientos.
Eugenia se revuelve y prefiere el terrible silencio de leona. Porque si se enciende, entonces sacará su fortaleza y meterá la pata. Hablará más fuerte de lo que toca hablar, se sentirá muy triste, y entonces contagiará esa su fuerte tristeza de tránsito.
Porque Eugenia seguro que reposa como la paella y el buen vino, y el día de su primavera menos esperado sacará toda su femineidad y pasión y volverá sobre sí misma y sobre su realidad.
Pero por ahora los valores oscuros la asfixian y la condicionan. Demanda masaje y mucha autopaciencia. Salta si le dices algo, y le has tocado los ovarios y su agresividad sin proponértelo. Está tan frágil que muestra ahora su lado contundente.
Busca Eugenia lo que ya tiene. Pero no puede saber que también el amor de los otros es potente y acogedor. Se cree que todo es un camino sin mucha salida y yo sé que no.
Voy conociendo mejor a Eugenia. Está en tránsito y en evolución. Trabajó mucho en Mallorca, y un negligente galeno convirtió parte de su espalda en una rémora. No puede apenas agacharse, ha de tener cuidado con los movimientos, y hoy por hoy no puede olvidar ese pasado ni este presente.
El otro día me miraba mientras jugaba con ella a un juego de mesa en compañía de unos amigos. Y entre mi sorpresa se incorporó al grupo. Yo, la miraba con una mezcla de respeto y temor. Sus nervios son muy potentes y la pueden traicionar. Pero me gustó la espontaneidad de su audacia aunque fuese un poco brusca. Eugenia es inteligente y vivida, pero su impulsividad y sus problemas familiares la agobian. Se siente incomprendida y eso la jode mucho. Por eso intenta incorporarse mil corazas para que no descubran quién es.
Eugenia es alta y muy rubia y guapa. Y si se suelta el pelo y cruza las piernas como ella sabe, tiene pocas rivales estéticas. Ahora la mujer busca no caer en mayores desesperaciones y trata de no comerse demasiado la cabeza en su casa.
Aún es joven. Y tiene muchos retos y muchas metas. Lo vi cuando miraba con decisión y acierto las fichas del dominó. En estos pequeños detalles sociales se puede auscultar una personalidad y una realidad. Y en cuanto vio que yo la sonreía, Eugenia hizo el gran esfuerzo de esbozar una sonrisa. Ya es, dada su situación.
Sí. La primavera de la madurez estará con Eugenia. Y el tiempo de la luz y de la playa hará que los hombres vuelvan a fijarse en su persona y en su peculiaridad.
Su tránsito, su parón actual, sus dudas que lanza como pedradas al aire, dejarán paso a prosas y hasta a poesías que volarán en paralelo a las gaviotas desenfadadas del mar en donde se extiende la gigantesca arena de La Malvarrosa. Y el calor le quitará drama a sus momentos de invierno.
Voy creyendo en Eugenia en la medida en que ella se da cuenta de que puede variar su acento y convivir con sus adversidades. Y ha de saber que puede ser feliz con su fibromialgia, y con los desencuentros,y tirar a la basura toda la violencia amarga de su dolor.
Sin ser explosiva, Eugenia es mujer plena y atractiva. Y su mayor activo será su serenidad y su personalidad. Y con el azúcar del tiempo, yo sé que un día volverá a la noche y aunque no haga un baile salvaje y dinámico eso será lo de menos. Y entonces un beso de lapa y de amor la envolverá.
-SEGURAMENTE-
8:26
jose vicente ortí
Rubia, madrileña, actual, juvenil, atractiva, habilidosa y aprendedora. La sucesora y rival de Esperanza Aguirre: Cristina Cifuentes.
Pija de hoy, adalid de la nueva limpieza renovada del PP, y en esa renovación permanente el nuevo periodismo justo y femenino. La periodista de El Diario Digital, Raquel Ejerique. Mujer contra mujer. La fuerza y la credibilidad de la prensa humilde digital frente a los grandes colosos convencionales. En el pequeño medio perodístico, también se pueden hacer excelentes logros. Como destapar las trampas de los Másters de la Cifuentes.
Cristina. Lo niego todo. Es una cacería. Sus videoblogs. Su poder. Su nada distancia de sus compañeros en sospecha. Bienvenida al club de la tristeza y de la trola.
Cifuentes y Cuencas. C.C.C. Punto. Como Mariano. Cristina no se presentó a los exámenes y por tanto no pudo aprobar. No hubo nada. Todo, mentira. Los jerifaltes del Poder de la Universidad pública Rey Juan Carlos dieron una esperpéntica rueda de prensa inicial justificando y apoyando a la Presidenta la la Comunidad de Madrid. Luego, se lo pensaron mejor ante los avances de la prensa real y eficiente, y comenzaron a marear la perdiz y a buscar oxígeno de credibilidad haciéndose los ofendidos. Parece que el Rector carece de talla. Como otros prebostes de allí. Hay mucho personal que ha hecho lo contrario. Están tristes, porque todo esto es para estarlo. La Universidad está triste. El país, más decepcionado si cabe. España.
Cristina Cifuentes guardó silencio estratégico. Le hicieron otro currículum falso que no coló. Raquel Ejerique no pone orlas ni es expresiva. La periodista sale, es escueta y no va a la floritura ni parece perseguir la fama. Solo es periodista. Aunque se acabe de consagrar con su gran logro.
Convención del PP. Están todos. Se hacen los suecos en público. Aplausos y más aplausos. El Partido no va bien y ahora solo falta lo de la rubia. Más aplausos con las cámaras delante. Adhesión inquebrantable. Imperio de la hipocresía baja y de la estrategia inmoral.
En petit comité, está la autenticidad del funeral y de la cara triste. La preocupación está en toda la piel del equipo de Rajoy. Si echan a Cifuentes,-dado que no parece tener intención de dimitir-, peligra su victoria en sucesivas elecciones.
Lo que pasa es que no todo vale. Ni los aplausos, ni las defensas acérrimas, ni los despejes a córner, ni echarle el muerto a otros. Raquel Ejerique ha pillado en plena trampa a Cristina Cifuentes y no hay tu tía. Esperarán a que baje la olla mediática para darle boleta y quitársela del medio político. Ahora están pactando con Ciudadanos y con un Albert Rivera que no sabe qué cara poner. Hasta las encuestas de El País hablan de un repunte de Podemos. Está la cosa bien delicada para ser sinceros.
La opinión en la calle se hace más contundente. Todos han de ser unos tramposos y corruptos. Los políticos. Y que den más dinero para las pensiones y para los chavales de los trabajos basura. Mi España.
Cristina Cifuentes. Madrid. Rubia, de poco fiar, superviviente de un feroz accidente, final agrio, ella parecía diferente. Como Gallardón. Como de otra pasta distinta, de otro talante peperil, más de ahora, de hoy, moderna, y hasta coqueta y bastante mediática. Ha habido un Máster anhelado de realidad y muere la trampa.
¡HASTA NUNCA, CIFUENTES!
1:39
jose vicente ortí
El viejo y fiero invierno se estremece entre dolores pretéritos de la caducidad. Será una desaparición lenta y a cachos, a esos sobresaltos de pervivencia que le otorgará su benévola estación amiga de la primavera.
Y el niño de la primavera es abril. Un abril tímido y quasi esotérico, obediente, cíclico como todo, blanco y lleno de luz. Abril se amparará en la botánica y en el deseo para ir dejándose notar. Es un mes sensible y delicado, solo al alcance de las pieles inconformistas de las personas que no apuestan por el estruendoso colorido mayo de la eclosión de las flores, tan vistosas y mediáticas.
Abril es un mes quedo y discreto. Y a la vez contiene la fórmula y la esencia de la vida que reaparece y se renueva admirativamente. Es el mes de la básica vital, de las estructuras, de los amagos y de la firmeza.
La fuerza de abril reside en la aparición de los cambios. Esos brotes que se aprecian en los árboles y en las plantas tienen una fuerza revolucionaria, explosiva, necesaria y definitiva.
Abril pasará por el viento, y por el fresco potente, y por la lluvia acaso persistente, o por la sequía, pero tendrá a la luz y a la lucidez como su gran motor y su gran sentido.
Es un mes de repente. Es una fuerza de sangre interna que traspasa lo ideado para ir haciéndose patente y hermosa. Nada ha muerto. Las plantas aburridas de la estación anterior solo están esperando su exitoso y paritorio momento del alumbrar.
Abril es crecer, perseguir vida nueva, cantera de retos, miradas intersexuales que llevan al encuentro del uno y del amor. Abril es la cópula indefectible del primer beso, del primer atreverse a tocarse, de juguetear con las distancias y de disponerse a la relación compartida y fructífera.
En abril todo ya se está potenciando y moviéndose. Las ramas crecen en riqueza nueva, y desde esa fuerza de la novedad comienzan a rehacer y rellenar las formas compactas de los árboles de la hoja caduca que machacó y destruyó el frío.
Para seguir creciendo, ha de tenerse esa base prudente y decidida de la audacia cambiante. Porque es un mes de muda, variado, caprichoso, absolutamente inseguro e inesperado, imposible de descifrar y de definir plenamente.
Abril es cuerpo y alma, pero sobre todo, es proceso. Abril es un camino de dirección natural. Es el puente que lleva desde el frío, camino del calor desde la luz creciente.
La luz natural es abril. Donde todo se va alargando. Donde te moderas, donde tomas tus precauciones necesarias antes de lanzarte a la gran excursión del amor y la vida.
Abril es salir. Rebrotar desde la noche hacia la normalidad de todos los sueños. Abril es un mes joyita o haiku japonés, un mes poesía engañosa porque en sus rimas está toda la dinamita del placer y del nutriente definitivo.
Y las chicas se ponen con precaución sus medias favorecedoras que hacen de su piel una preciosa liberación y lucimiento. Una mujer en abril es otra cosa. Es el atractivo imparable de la belleza, como de la misma forma son las alas del gimnasio de un cuerpo de varón.
Abril es mi mes preferido porque se adelanta a su tiempo aparentemente. Es primavera con olor a azahar y a invierno inestable, y a chico revoltoso en busca de la adolescencia del no se sabe qué. Abril es la necesaria austeridad y la precisa ansiedad virginal de un tiempo de vértigo deportivo e incertidumbre. Porque siempre es delicado que crezcan los huesos y que la ropa se torne inservible. Abril crece imparable hacia la suave y certera lógica de la verdad. Hacia los ojos grandes y tu boca en flor.
-DELICADA-