0:07
jose vicente ortí
Es pequeñín y anticarismático. Y el mejor escalador que parió Colombia tras el rey Lucho Herrera. El mejor trepador actual del planeta. Y por eso ha ganado el Giro, y la Vuelta, y no se sabía muy bien qué le pasó con sus timideces de fuerzas en la Catedral del Tour y del ciclismo mundial.
Por fin, y entre parajes míticos y hasta insólitos, en los cuales nunca se oculta el sol de la belleza asturiana y en cuyas carreteras los mitos del ciclismo lograron consagrar su sello, le petit Nairo Quintana se decidió a atacar. Dicen que quien como él se pone líder en los Lagos de Covadonga llega de rojo a Madrid. Un especie de nuestro Alpe d´Huez. Más mitos.
Corre Quintana con un equipazo que es el Movistar , y eso le permite mostrarse confiado. En esta Vuelta 2016, y tras el mal fario atávico de Contador, todos los españoles tirábamos de sentimientos para con el alegre escalador y veterano campeón de Pinto.
Cuando Nairo demarró, no optó por las dudas sino por su prestigio. Y a su ritmo nadie hoy en día le puede seguir. Alberto Contador fracasó en esta idea noble de ir tras el de Boyacá, y sus fuerzas se resintieron. España torció el gesto, parece que los años del pinteño no pasan en vano, y que tiene media Vuelta suya más que perdida salvo milagros venideros. Sigue siendo un portento de corredor.
Pero, hablando de portentos, pocos ciclistas profesionales y comentaristas de prestigio pueden explicar claramente la singularidad de la biología del británico nacido en Kenia Chris Froome. Porque parece muy extraño y sorprendentemente admirativo y nunca teatral, que un tipo como él en rampas del diez por ciento se note mal y se quede, y que escasos minutos después logre recuperar su majestuosidad nada estética y se rehaga como ha hecho nuevamente ahora camino de Los Lagos de Enol. ¿Todavía más mitos? ...
Froome se rehizo con asombro y aplauso, comenzó a comer cadáveres, logró llegar a la estela del desfondado Contador, le sobrepasó, y no le pudo llegar a Nairo porque eso parece vedado cuando todo sabe a dureza y a montaña.
Nairo parece que ganará la Vuelta, a pesar de que Froome siempre es una maravillosa sorpresa y tiene una contrarreloj para contraatacar. Todavía no se puede sentenciar nada, pero casi.
No hay ahora demasiadas motos en carrera, las imágenes televisivas son manifiestamente mejorables a pesar del empeño de los locutores de la 1 en hacer énfasis iterativos y loas constantes a los que van en las escapadas por delante con bravura pero que no cuentan para la clasificación general final. Nos aguantamos la no nitidez de lo importante que va sucediendo en carrera, si esto propicia una mayor seguridad para los deportistas y un menor desmadre intolerable de espectadores en las laderas. Es peligroso. Se vio en Francia recientemente.
La Vuelta 2016 es un lujo de etapas de montaña en donde corren los tres mejores ciclistas que hay. Eso es emoción. Y concreción ha sido el as Nairo, que sabe que su verdadera asignatura pendiente no es otra materia que los Campos Elíseos enfundando el maillot jaune. Lo otro es calendario, profesionalidad, clase, talento, regularidad, cuidarse, y seguir demostrando al mundo que es capaz de todo por su enorme calidad.
¡BRAVO, QUINTANA!
1:45
jose vicente ortí
De repente. Sobresaltos. Terror traicionero. Del todo a la nada. Los dioses eran otros. Terrible sorpresa demudada del sismo fillo de putana. Los dioses convencionales parecieron largarse, dejando al hombre como a un muñeco vulnerable, volteado y sin dignidad. Porque estas muertes nunca son justas y solo son maldiciones concretadas y paridas desde la adversidad.
La terra, trema en la bellísima Amatrice. En el medio de los Apeninos, solo hay desgracia y nervios rotos. El canalla sismo se ha comido el pueblo de montaña y nunca nadie de bien lo ha podido esperar. Hay centenares de fallecidos y el mundo está estremecido ante lo descomunal y dantesco que las imágenes nos enseñan.
Espanto, horror, terror, derrota, nada que hacer, estar ileso es haber ganado por goleada; la herida es el nuevo icono de toda la sorpresa apenina. Algo nunca tolerado para menores, ni para mayores, ni para nadie ...
Amatrice, Italia Central, interior, historia y gérmen de la referencia moderna. Italia está demasiado cerca de la modernidad y las placas tectónicas son las que marcan con sus reglas del juego terroríficas las verdaderas deidades y autenticidades que a todos nos pueden afectar.
Italia. Europa del euro. No parece nada claro en medio de la polvareda caída y derruída del polvo del horror. En Japón son azotados por este eterno castigo de las fuerzas telúricas, y decidieron contraatacar al sobresalto entre muertos y prácticos.
El terremoto de Amatrice sobrecoge a todos quienes tienen sentimientos y capacidad de empatizar con el dolor. Pero además hay más terremotos y réplicas que caminan en torno y al margen de pueblos como el que mediáticamente ha nacido a la par que fallecía.
Mientras, militares, soldados de la solidaridad, policías, voluntarios y todo el amor , buscan desesperadamente cuerpos entre la monumental y pérfida escombrera, y la puta realidad que no se detiene nos ofrece comentarios peliagudos, atávicos y espantosamente pesimistas. Porque en Amatrice no solo se ha violado la estabilidad de la cotidianeidad de la vida. Hay más. Un espantoso más.
Italia no logra saber defenderse. La maffia sigue ahí. Cambiarse el poder parece una quimera excesivamente optimista. Resulta que gran parte de los edificios se han caído porque no respetaban la normativa de seguridad ante la amenaza sísmica. Las construcciones no podían bailar para aguantar sin ajarse o romperse. Todo daba igual para los constructores sin escrúpulos que esnifan el dinero y la sinvergonzonería. Se ha podido evitar mucho dolor, pero la chusma se ha hecho la sorda anteponiendo el dinero. No les ha dado la gana dar al pueblo una básica seguridad.Los dioses de la destrucción han jugado con muchas ventajas. Hay degenerados que han sido ateos de la realidad. Y ahora, dichos dioses de la muerte sísmica, están casi tan estupefactos como nosotros además de vencedores.
Ha ganado la vil muerte en Amatrice. Ojalá la estructura maffiosa se vuelva disidente con las fuerzas de la desolación. Hay siempre que esperar una reflexión en un país atormentado por el infortunio. Sobra compasión y hace falta sensatez. Todo honrado es poco ante el seísmo. Frente al mal del fuego de la Tierra, solo vale el imperio consensuado de la inteligencia y de la justicia.
Ahora todo no puede ser otra cosa que un fúnebre hueco lamento que sabe a desgarro y a atrás. Ahora pensar en apenino es pensar débil y con poco oxígeno. Ahora es tiempo de orar y llorar. Y de tratar de hacer entre todos la conclusión sanitaria de un mundo más sano.
¡PORCA MISERIA!
1:49
jose vicente ortí
El señor Pedro está triste. Muy triste. Tampoco parece haber sido un alegrías. Porque cuando crea una situación cómica, o la proyecta levemente, o lo hace casi con temor a que le noten expresivo o emocionadamente activo. No quiere creerse la alegría.
El señor Pedro fue siempre independiente, claro y hasta testarudo. Ebanista. Se sintió fuerte y emprendedor, laborioso hasta el exceso, libre en su singularidad, y contrario al Régimen de Franco y a meterse demasiado en los líos. Es inteligente y agudo, parece faltarle empuje, pero ve las cosas con una perspectiva mayor que alguien de extracción obrera como él es y se siente.
Lo que le pasó hace un par de años fue la putada más inesperada. Cronos lo tiró a la segunda división. Porque le entró un ictus y el señor Pedro no siente ya que tiene setenta años, sino ciento setenta.
Apenas puede andar. Unos pocos minutos con el tacataca y a sentarse de nuevo. Teme y puede caerse si avanza más metros de los que debe. Y está tremenda e indignadamente triste ante su injusticia. Realmente, es una injusticia cuando te coge un ictus a los setenta años. Y el señor Pedro, además de que no lo termina de concebir, es que él nota que su vida era vitalidad. Y ante tal panorama, opta por su sufrimiento interior incomunicativo e inexpresivo. Decepcionado.
Pedro me dice que su familia ya no le quiere, y puede que tenga algo de razón. Su vida es una carga prematura para él mismo, para su juvenil mujer, o para sus hijas.
Un día, Pedro también me confesó que la riada del 57 se llevó a su hermano y que él estaba allí en el momento de la tragedia y nada pudo hacer. Llora. Y eso que nunca llora. Pero, debería llorar más. Lo que pasa es que si lo hace, su familia le querrá menos. No sé. Puede que tenga razón el señor Pedro.
Rehacerse. Esa es la asignatura pendiente del señor Pedro. Comprende la distancia de su familia. La comprende demasiado, pienso yo. Sabe que tienen una cosa que se llama libertad y vida, y es consciente de que él nunca podrá estarles ya a su vera en ese aspecto. Él siempre parece que se sentirá adosado, rémora, segunda fila, olvidado, postergado y haciendo sufrir a quienes más quiere. Es su gran contradición. Que piensa con tanta puntería y claridad que no logra ser egoísta.
A veces, voy y le cuido. Y creo que él me conoce ya mejor a mí que yo a él. O, empatados. Y el señor Pedro agradece mi presencia, y que pueda desahogarse porque delante de los suyos es demasiado delicado lo que diría. Adora a sus nietecitos.
Observador. Observador pesimista, definitivo y triste. Fuerte físicamente, y con una lucidez mental que parece mentira que el ictus no le haya apenas tocado sus ideas matriz.
¿Hacer que el señor Pedro esté más alegre y no acabe por ser uno más entre los abuelos regañones? No es tan así. Lo que quizás puedo hacer es esbozarle ideas para que él siempre decida. Porque el señor Pedro sigue siendo el jefe sioux de sus tristezas y decepciones, de sus sensaciones conclusas que no dan positividad, y está cansado de no ser ni sentirse nadie.
Nunca le diré ni se me ocurrirá decirle al señor Pedro lo que debería hacer a partir de ahora. Craso error. Solo él puede ser capaz de descubrir otra forma de decirse a sí mismo que sus limitaciones actuales no son su derrota. Yo solo podré lanzarle versos sugerentes.
-EL SEÑOR PEDRO ES EL JEFE-
11:49
jose vicente ortí
No se va nunca. Está siempre. Lo que pasa es que cuando llega Junio, guadianea y se toma una pequeña modorra. Me refiero, naturalmente, a la Liga de fútbol español, que ya da sus primeros pasos.
En verano, con temperaturas límite, desde la tradición, cuando los Juegos de Río ya saben a pretérito y con las etapas televisivas de la Vuelta a España que ya ha llegado, aparece nuestro deporte rey. Nuestro deporte más querido y popular. La tradición.
La Liga, va a ser como un pulso de vitalidad sedante y de atractivo, que caminará durante casi todos los meses del año convirtiendo a la competición madre en algo permanente y perenne. Es hora de consultar de nuevo todos los horarios, de ver qué días son los partidos, y de redescubrir quienes puedan todos esos Estadios de fútbol que se volverán a poblar y que explicarán nuestro tiempo y nuestra pasión. Nuestros equipos, nuestro escudo, nuestra NBA, nuestro Grand Slam, nuestra Super Bowl de todos los días, nuestras quinielas, las repeticiones de las jugadas, los penaltyes, las polémicas, los árbitros, la gente que se pondrá las camisetas de sus genes y los gritos de apoyo que culminan con el gol tan anhelado y sexy.
La mejor Liga en las alturas. Solo dos equipos. El Madrid y el Barça. Quizás la moderna sorpresa del Atlético con su Simeone. Lo demás será menor. El desequlibrio no parece tener remedio ni deseo de corrección. Las reglas del juego de los millones marcarán el mando y las directrices.
Dos selecciones mundiales y quizás los de Simeone, encabezarán la clasificación y marcarán todos los goles, y volveremos a ver al ahora rubio Leo Messi y al chico díscolo Cristiano. La Liga imposible y casi dual y maniquea. El monumentalismo de las grandes urbes enfrentándose a barriadas como la del Leganés, que estrena División de Honor.
Todo será de nuevo saberse si los de Zidane o los de Luis Enrique tendrán encima a los del Cholo, o si siempre caminarán unidos y solos hacia los títulos y triunfos que les dé la gana. Lo demás, la otra Liga, consistirá en conocerse quién bajará al pozo de la Segunda. La clase media en la Liga ha desaparecido como en los social, y todo se ha polarizado e institucionalizado en un, ¡no se puede! ... La dictadura de unas reglas del juego que permiten que el dinero aúna en el mismo escudo a los mejores futbolistas por puestos y del mundo, hacen que los demás solo sueñen con las utopías. No obstante, obervaremos curiosos la magia del Villarreal irreductible, o los nuevos proyectos del Sevilla de Monchi ahora sin el carismático y excelente entrenador Unái Émery.
La radio será por la noche un combate calcado de tertulias y con una novedad: José Ramón de la Morena estará ahora en Onda Cero. La Cadena SER parece ser gafe para con los mejores periodistas deportivos españoles. De ahí se fueron todos. José María García, la voz del fútbol y del deporte que es Manolo Lama, el gran director Paco González, o el publicista de tradición y gallego Pepe Domingo Castaño. Gana el dial y pierde dicha Cadena de emisoras. Desde la marcha de González, Guasch o Pérez de Rozas, la SER en deporte nunca puede llegarles a los otros. Ahora, pierden al creador de "El Larguero".
Pero la vida, sigue. Y el fútbol español es sangre de tradición, y el MARCA y el AS volverán a ser devorados, y los hombres y algunas mujeres siempre hablarán de fútbol desde Agosto hasta cerca de Julio, siempre, y a los que el fútbol se la traiga al pairo vivirán en minoría esa aplastante realidad profesional y creada.
La Liga no debería ser un coñazo entre blancos y azulgranas con alguna intrusión. Pero es lo que hay. Los dos más potentes trasatlánticos del mundo son los grandes favoritos en donde Zidane sonríe, Luis Enrique refunfuña, y Simeone dribla con acierto argentino y habilidad.
La Liga será la gran compañera de todo el ejercicio frente al bocadillo en el bar, el paso del otoño suave y el invierno capado, y alcanzará el músculo saturado de la primavera del Abril y de las decisiones de Junio. C ést la vie.
¡VIVA LA COMPETICIÓN MÁS NUESTRA!
12:35
jose vicente ortí
50 Kms marcha. Final olímpica. Épica. Volvió Grecia y el drama, los gladiadores y las suertes finales. Un calor brutal y unos atletas fantásticos haciendo portentos por la senda de los límites humanos.
"¡Dios! No puedo más. Mi cuerpo no da más de sí. Esto no se acaba nunca. No voy. Mis piernas no van. Mi cuerpo no puede más. Me duele el alma. No sé qué hacer en medio de la duda. Todo parecido con el placer es pura coincidencia. Dolor. Todo es dolor. Son cincuenta kilómetros. Pero tengo que llegar. O, no ... "
Robotizada la manera de andar del marchador. No pueden estar los dos pies arriba porque entonces es la trampa y se llama correr. La regla es la que es y si uno se hace el libertino llega un tipo con una tarjeta y te da por saco y te aja la ilusión. Pero nadie obliga a nadie a desafiar a la distancia, a discutir la esencia peculiar del marchar, y todos han partido desde el metro cero de la salida porque han querido, han entrenado, se han ilusionado, y porque les ha dado la gana.
Apenas veo países o nacionalidades. Solo veo héroes entusiastas y apasionados y decididos a poner su pie al otro lado del kilómetro 50. Son hermanos de fatigas que saben sufrir y que han inventado una nueva fuerza para combatir la adversidad cuando las potencias se van a la basura.
La mente. El 5o marcha es como esos partidos de tenis cuyos sets no terminan de cerrarse y te llenan de dudas y de intensidad. Hay que ser médico de uno mismo cuando la carretera es larga e interminable, monótona y morrocotuda, cuando compites contra otros fantásticos fondistas que te pueden ganar en cualquier acelerón. ¿Quién puede criticar a estos galácticos? ...
Sufren todos. Y cuando no sabes si seguir, acelerar, pararte, o absolutamente todo esta rojo y abrupto, entonces solo gana la inteligencia. Los 50 Kms marcha no se pueden completar y mucho menos ganar si no tienes costra en la cabeza y toda la experiencia del mundo. Es la literaria soledad del corredor de fondo que inauguraron los del marathón y Filípides.
Hay un nuevo impulso que se llama modestia y autenticidad. Es cuestión de medirte, valorarte y desnudarte delante de tí mism@ y de todos. Mantener. Retener el ritmo. Aguantarte las vísceras aunque te veas capaz de batir todas las plusmarcas y retos y convertirte en un semidiós.
Eso ha pasado en esa final descomunal de Río post Bolt, en donde en la línea de meta los gladiadores se caían a plomo como sacos inertes en el suelo con un silencioso y demoledor rictus de límite. Exasperaba ver los siglos que tardaban en aparecer los servicios médicos de Brazil. El héroe se había caído a la lona y necesitaba una sonrisa y una presencia, un empuje y una cordialidad. Ayuda. Mucha ayuda ...
Pinchazos desesperados intramusculares, pájaras bestiales, un marchador francés de apellido Diniz que acabó diploma olímpico por santos cojones, el majestuoso ganador eslovaco Tóth, testosterona, sudor a mil, fortaleza de elefantes, disciplinados, superdotados; el fondo tiene un mérito que nunca valora el espectador al que le aburren tantos kilómetros ...
El fondista tiene un espíritu especial. Una nueva fuerza que se inventa todos los días y que supera valentías y estereotipos. Y en medio de esta loa necesaria a un deporte titánico y siempre minusvalorado, un tipo que anda cerca de los cincuenta tacos y que se llama Jesús García Bragado, llega a la meta, me emociono, le aplaudo, le admiro, y me importa un carajo el puesto que ocupó.
¡CHAPEAU PARA TOD@S!
8:38
jose vicente ortí
La creatividad más brillante y el ingenio más destacado, no están exentos de intrusismo. Nunca nadie es invulnerable a nada. Dicen que Bobby Fischer ha sido el ajedrecista más genial de todos los tiempos.
Ajedrez y locura. El ser humano. Nos cuentan que Bobby siempre se creyó tanto dios, que le fastidió demasiado tenerlo que demostrar.
Su gran rival, Boris Spassky, se dio cuenta. Y aquellos bien pocos que decidían anteponer su persona a su genialidad deportiva.
La partida número 6 del Campeonato Mundial frente al ruso, es lo más grande que nunca pasó en ajedrez. Puede que les crea.
Bobby, maltratado y enfermo desde niño, no pudo crecer socialmente y solo su energía majestuosa se hizo obsesión genial en ese deporte de la frialdad y de la estrategia como es el ajedrez.
El ajedrez son matemáticas. El autoproclamado y dios Bobby Fischer, se decidió a sí mismo que podía convertir ese sesudo juego en algo decididamente malabar y hasta de improvisadas salidas. En sus delirios que se hacían realidad, Bobby se perdía, y ganaba a todos, y se desconcertaba, y generaba ilusión, interés y nacionalismo americano en plena Guerra Fría.
El mejor, no era el tema más delicado de Fischer. Lo peor es que se sentía el único capaz de marcar unas superiores reglas del juego.
En el mundo, no habría nadie válido. Un niño. Y cual dios constituído, podía acudir al insulto, a la descalificación, a la bohemia, a la extravagancia, a la heterodoxia, a la tontería, y a sus tremendas limitaciones psicológicas en un contexto,-la pugna sorda entre EEUU y la URSS-, en donde el maniqueísmo le devoraba. Él, dios Fischer, era antiruso, antimundo, antioposiciones o antiprevisible. Anti él mismo ...
El lío nacionalista americano de la bandera y el dinero, tratarían de convivir inútilmente con un hombre joven sin tratamiento, sin atención; un superviviente a su estilo que se sentaba al lado de un tablero de ajedrez y se sentía feliz y dichoso rompiendo barreras y rivales. ¡Campeón del Mundo! ...
Pero lo jodido para Fischer podía ser ese destape y ese descubrimiento. Porque él quería la grandeza para sí mismo, y como los demás se la traían al pairo, cuando el mundo se dio cuenta de su genial talento, se quedó desnudo y se enfadó.
El enorme triunfo abierto y social, fue la tremenda bofetada que le tumbó. Perdió en su locura Fischer aquello que le daba sentido a sus imposturas y excesos. Le "robaron" su tesoro íntimo. Se acabó su deidad enigmática. Ahora, todas las personas podrían saber de él y abrir en canal hurgando sobre sus auténticos sentimientos.
¡Huída y retirada! ¡Adiós y hasta nunca! No quiso nada. Se fue camino del olvido hacia la paranoia y el negro panorama del deterioro sin futuro.
La partida de su vida,-siempre un desastre-, fue un jaque mate tras otro jaque mate a merced de la merma paulatina de sus patológicas facultades mentales. Casi todo ya fue patético en el gran rey demostrado del ajedrez. Pero racionalmente casi siempre lo fue. No estuvo bien ni teniendo un talento descomunal. Éso, solo puede ser una de las mil vías de la locura.
-DURO FILM-
12:35
jose vicente ortí
Ni siquiera la samba académica y sexy fue creada para el as jamaicano. Rodeado de bellísimas mulatas que bailaban su exotismo nacional a ritmo de sambódromo, belleza e idiosincrasia, Usain Bolt se hacía al baile para quedar bien con la alegría de un pueblo y de un baile singular y plenamente africano. Pero no era su baile. Porque los bailes del genio que ha ganado por vez primera tres oros olímpicos consecutivos en los 100 metros mediáticos y lisos, son danzas de libertad y de creatividad.
Las carreras del dios del atletismo fueron meros trámites obligados. No tuvo rivales y jugó con sus piernas eléctricas subiendo de nuevo a su olimpo. Los cien metros son ya poca cosa para su reto. Ya no puede rebajar la marca. Solo ahí Cronos puede con su veteranía. Pero Usain Bolt se va sin rivales de entidad. Ha jugado en Río de Janeiro 2016, y con su llegada ha sacado la verdad de la alegría. Le necesitamos ahora que nos va dejando. Casi tan importantes como sus autoritarias e inapelables victorias magnas, es su show posterior. Si Bolt no la montara posteriormente, nos enfadaríamos con él. Es la leche que amamanta al atletismo y la savia que necesita el rey de los deportes para que se incorpore a las primeras imágenes de todos los telediarios.
Ahora, en lo deportivo, el cuatrocentista sudafricano Van Niekerk y sin carisma, es su sucesor. Batió el mundial récord de Michael Johnson. ¡Impresionante! ...
Esto actual de la alegría dentro de la gran tensión y seriedad universitaria y deportiva, empezó a demostrarlo el estadounidense Willie Banks. Y cada vez que se iba a hacer su triple salto, se dirigía a los espectadores y les invitaba a aplaudir y a emocionarse. Cuando se retiró Banks, volvieron a contenerse e interiorizarse los grandes asombros y las grandes emociones.
La cultura de Jamaica es la heterodoxia y la danza. El atleta libre que puede sacar sus músculos y correr descalzo por entre la hierba bien rápido y cerca del mar. Jamaica es isla de negros y de enorme tradición atlética.
Y de esa cultura nació Usain Bolt. El bailarín, el hombre icono que hace la imagen del arquero, el creador de mitos, su necesidad de tirar a la basura todo el rigor y de jugar a correr y a divertirse. El especialista en quitarle solemnidad a esto del deporte. El deporte es más libre y para todos gracias a él. Los grandes ases no deben ser meros representantes diplomáticos encorbatados de embajadas y paridos para lo correcto.
Ahí se desmarca Bolt. Que no se cuente con él para una queja o para un lamento de la tristeza fatal. Usain Bolt es joven y ganador, y quizás no quiera saber que es el mejor. O, sabiéndose el mejor con diferencia, lo que desea no sea otra cosa que reivindicar el desnudo y despelote absoluto de sus emociones más evidentes. El ganador puede ser un chico simpático y distendido que sabe más del efecto mediático que el propio Muhammad Alí que se nos acaba de ir.
Bolt es un periodista más. El actor de Hollywood siempre dispuesto a irse a la discoteca de los platós atléticos. Le ha ganado a su temida lesión de hace un mes, se ha sabido el mejor de principio a fin, ha hecho lo que le ha dado la gana porque lo vale, y ha sido obediente con toda su expectativa de hacer felices a mucha gente entre la madrugada del Hemisferio Norte en la cálida noche de Agosto. Como un Wilie Smith o Eddy Murphy. Como esa alegría genética de su raza negra que es el ejemplo de la emoción abierta y contagiosa.
¡NO TE VAYAS, COÑO!
10:20
jose vicente ortí
Maravillosamente vehemente y claro, polémico a mil, apasionado absolutamente por la verdad de la madre filosofía, y castigador implacable de los mediocres o de los poco claros. Heterodoxo e intocable.
Gustavo Bueno no pasaba de todo. Eso no se puede hacer. El viejo profesor fue pensador y abrió la mollera y la testa de muchos con su magistral y hasta insólita audacia. Tenía el maravilloso vicio de ser espontáneo, y cuando estaba convencido de una cosa argumentaba y te dejaba absolutamente descolocado. Era una fiera del saber y del conocimiento.
Bueno, quería aclarar y matizar. Ir al río, mojarse y lavar. Su mundo era todo lo contrario a los modismos y verdades creadas del capitalismo. Era pureza y bisturí, impecabilidad y personalidad, protestón obligado, y necesitado de respirar su aire blanco, asturiano y universal.
Pensar. Pensar en pensar. En calentarse los cascos para poder ver mucho mejor. Porque la filosofía es amor. Pero si Gustavo viese esta frase, seguro que empezaría a matizarla y a buscarle necesarias y magistrales cosquillas.
Para el mejor filósofo español de los últimos tiempos,- incluyendo a Marina o Cruz-, no se podía estar bien sin el pensar activo, sin aclarar los conceptos, sin mover las ideas en el medio de su gran ágora y de su gran tiempo. Por eso Gustavo Bueno coqueteó con astucia con la radio y con la televisión. Se dio cuenta de que si no tocas no te ven. Que si no te haces un poco visible, suelen aplastarte un regimiento de mediocres. Que debía alzar la voz, y hacer de su vehemencia un pozo de oro y verdad. Una brillantez desatada y en estado puro, un volcán de ideas y sin impermeable te caía encima, y entonces estabas obligado a prestarle atención.
¡Fuera los correctos! El pensamiento y la filosofía te han de ser mediáticos además de densos y complejos. No me gusta la gente que no sabe llegar a los demás y que habla bajito. ¡Oiga, la Universidad de Oviedo podría ser muchísimo más importante que cualquier anécdota menor! Más sexy y atractiva que El Molinón o el Carlos Tartière.
Esa puntería y ese magisterio filosófico y maravilloso es lo que más me impresionó de este catedrático asturiano. Que, debía ser delantero, y crack, y echado para delante, y sin pelos en la lengua, e insistente, y tocahuevos, y la nota inesperada y hasta discordante. Gustavo Bueno pensaba con tal libertad que no había barreras sino necios delgados. Y el filósofo lanzaba llamaradas de ideas frente a los mercaderes que han convertido nuestro mundo en algo tramposo, de posturas, miedón, falso, hipócrita e indigno.
Lo que me llevo del gran Gustavo Bueno es su capacidad para saber apasionarse e interrumpir con acierto un argumento menor. Gustavo era un personaje. Y él se daba cuenta de que la filosofía y el puñetero tiempo de hoy precisaba de personajes filosóficos que estuviesen en la mente de muchos. El no recuerdo sería el no existir. No acordarse de Gustavo Bueno era olvidar los zapatos en invierno, o los pantalones en una cena social y prestigiosa.
El placer de la sesuda provocación. La verdad es magna desde mucho antes que Grecia o Jonia. El pensar no es otra cosa que buscar una y otra vez el mejor de los caminos. Pero hay que llevar mazo, cayado o huellas. No hay que perder nunca las referencias que nos lleven al crecer y a la libertad.
Un loco maravilloso. Ese fue Gustavo. Alguien capaz de decirle que no a quien fuera, si así lo consideraba y argumentando. Bueno, era cosa clarita y se le entendía todo. Quería que no nos durmiera la comodidad y el convencionalismo, y por eso era ruidoso y parecía que en cualquier momento perdería los estribos.
Lo que pasa es que esos estribos son la filosofía y la verdad desnuda, y ahí el profesor era un potentísimo estribo fiable, y desde ese puntal de sabiduría todo el mundo conocido le admiraba y quería.
-SUS ALUMNOS, POR EJEMPLO... -
8:45
jose vicente ortí
Mireia Belmonte. Catalana y mágica. ¡Oro! Una de las apuestas españolas olímpicas consensuadas. Iba a ganar. Todos confiábamos en que lo iba a hacer y lo ha hecho de nuevo.
Pequeño inciso. Michael Phelps es el mejor atleta de todos los Juegos Olímpicos de siempre. Que no os hablen de Bolt, Carl Lewis, Jesse Owens, Bubka, o quien os digan. El americano, es el gran dios de ésto.
Vuelvo a Mireia. En su apellido se dibuja la inmigración pretérita, y en sus palabras decisión consecuente.
Mireia ya no es la niña prodigio. Es ahora la mujer evidente que admiramos y que nos asombra. Tiene veintiséis años y representa el triunfo del trabajo, el tesón, el sacrificio y la madurez.
Ha sacrificado sexys momentos de su más tierna juventud para anclarse dentro de las piscinas para hacer marathones de entrenos. De bien joven empezó a asombrar. Poseía una resistencia y unas facultades inhabituales.
Mientras lograba títulos mundiales y marcas de vértigo, Mireia Súperstar no hacía más que formarse y crecer como nadadora. Pegada a su enorme clase natural y a su finura muscular de niña preciosa, empezaba un trabajo demoledor y también reflexivo.
Renunciar. Renunciar desde la cabeza bien amueblada. Tiempo habría después de recuperar la clausura social y los condicionamientos exquisitos y necesarios para competir con todas las garantías sobre las diversas y más que exigentes disciplinas de la natación. Mireia asumió el reto con esa ingenuidad y a la vez con la alegría dulce que siempre la acompaña.
Es guapa, ya mujer hecha, veterana joven, consagrada en el Olimpo, y sabe que sus palabras ya no son las de una niña a la que pueda nadie ruborizar o mediatizar. Fue y es lista. No bastaba ser muy buena para estar delante de todas. Sus vídeos los verá todo el mundo y a todos hipnotizará. Pero pocos veremos sus sudores y su cara de agotamiento tras las sesiones hercúleas de entrenos que anunca salen en la tele.
Mireia ha madurado precozmente y sin salir de la piscina. Ha crecido y se ha superado con el bañador puesto y mientras dormía le aparecían zapatos de tacón de aguja y hasta melenas de exceso y de actualidad. Pero, al alba, Mireia se iba a entrenar y a estudiar la seguridad en su hábitat magno que son las piscinas.
En Río de Janeiro ha vuelto a lanzar a los cuatro vientos que es la mejor nadadora española y con diferencia, de siempre. En Río, nuestra tarzana de Badalona inolvidable, se ha puesto y hasta soprepasado el nivel de Gasol y demás ases varones. Ha dado un nuevo manotazo y empuje al deporte femenino nacional y se ha reivindicado como mujer. Mireia es el agua, la seriedad, el sufrimiento y la enorme calidad.
Su carrera de los 200 mariposa, puede definir y sintetizar quién es en la piscina. Aguantó, cerebral, aguantó, pensó, siguió, creció, continuó, aguantó, atesoró su enorme talento, siguió continuando, y a falta de cincuenta metros soltó su hachazo. No fue fácil, porque las rivales australiana y japonesa la tenían a segundos y centésimas. Pero ese es el terreno de Mireia. La seguridad en sí misma. Y no se arrugó al ver a sus rivales tan de cerca. Decidió no mirar y que su gran rival solo sería ella. Siguió, continuó, no pensó sino en lo que podía hacer y haría. Impulsó toda su potencia, calidad y brillantez, y su mano histórica tocó la pared de la piscina del último instante. Y al darse la vuelta, su sonrisa se volvió campechana y pletórica. Lo había conseguido. Ahora ya puede venir el tiempo del descanso y aquellos tacones finos que apenas pudo ponerse.
¡MIREIA, ESPECIAL Y LA MÁS GRANDE!
1:33
jose vicente ortí
Me ayudó el silencio. Sidinya pareció darse cuenta algunas horas después de nuestro encuentro amical. Habían diferencias. En otras ocasiones, siempre había preponderado mi verborrea sobre el diálogo.
Y no es que esta vez todo lo entrenara mejor desde mi Valencia en Euromed hacia su casa tarraconense, sino que en el interior de mí estaba el decidido deseo de escuchar sus cosas, sus circunstancias, su actualidad, su tiempo distinto de ahora, mi posición ética, mi crecer, mi generosidad y mi adecuación ante una de las personas que más quiero en mi vida. Posiblemente, la que más ...
Sidi necesita congeniar y casar su orgullo dolorido con su talante de siempre. Yo, soy mucho para Sidi. El palazo que la vida le está dando es potente. Sidi quisiera recuperarse del todo en su autonomía, y al ver que no lo logra se pone muy triste.
Y no se abre fácilmente salvo que te quiera. Es selectiva, mucho, y tiene una tendencia de dignidad que la lleva al orgullo de la eterna mujer imparable e infranqueable. Vivida, y hasta capaz de visualizar el futuro, y por supuesto intuírlo. Como a mí me intuye, como a mí me sabe, como a mí me aprecia, como aprecia a sus hijos y le cae la baba con sus nietos, como adora la pintura abstracta y la originalidad, como anhela fuertemente recuperar sus estímulos y volver a sonreír como solo ella puede ser capaz de hacerlo.
No. Nadie debe saber que Sidi tiene unos tremendos dolores. Con que lo sepamos unos poquísimos, más que mejor.
Ella quería y se preocupa por su impresión que me causaría, y que yo la nostalgiase como aquella arrebatadora máquina vital que te puede hechizar a poco que se lo proponga. Pero pronto se le fue el temor. Me es igual la cara de su físico, o sus circunstancias pretéritas. La acepto como es, con todo mi potenciado cariño desde una palabra mágica que se llama amistad pura y sincera. ¿Qué más puedo querer? ...Debajo de la jaula de su periquito "Sandokán", Sidi tiene una terraza desde donde se divisa toda la tranquilidad y el paso de los trenes que simbolizan la vida que se mueve. El puerto de su paz y reflexión.
A eso de las cinco de la tarde, el sol besó nuevamente los cabellos de mi amiga, haciéndolos brillantes y atractivísimos, construyéndola eternamente juvenil y mágica. Lo es y será siempre.
Me contaba sus cosas y hacía pausas. En esas pausas habían lágrimas y toda la concentración de silencio de escucha. Por eso Sidi me contó su estar, su dolor, su final convicción de que va a saber convivir con todo esto que le sucede, y que finalmente los nubarrones que ahora le tiran tormentas dejarán paso a un anticiclón de estabilidad y de recuperación de sus emociones.
Acabó confesándome que lo va a conseguir. Que, más allá de sus movilidades, achaques o dolores, logrará una meseta necesaria y deseada que vencerá y se erguirá entonces sobre sus inesperados factores enemigos.
Reconoció que lo va a lograr, y que por el camino deberá dejar decepciones, gente que la ha fallado, deseos personales de fantasía, y que convivir con su realidad no es en el fondo más que una cosa que va a estar a su alcance.
Tiene los nervios de la ganadora. De quien teme que alguna puñeta más pueda desviar su rumbo hacia el placer de sí misma. Pero también pudo concretarme que podrán pasarle todas las cosas del mundo en su vida, y que en esos momentos también volverá a ser Sidinya y a sacar su tremenda y devastadora fuerza interior que casi todo lo puede.
¡ENHORABUENA!
9:13
jose vicente ortí
Eso es lo que ponía en el último whatsapp cuando le miré el privado por última vez a Paco. Sí. Última vez.
Nunca le comprendí bien. Cada vez que le trataba me sorprendían más aspectos en él. ¿Por qué vino al grupo de amig@s de la web? Con sus virtudes de hombre culto, activista, educado, físicamente poco agraciado, atento, sabedor de escuchar, cinéfilo, apasionado por la vida y por la vitalidad, ¿qué demonios hacía en un grupo menor? ...
Huír. Huír de sí mismo y a la desesperada. Hacer de tripas corazón, y distraerse. Tratar de olvidar y de olvidarse a sí mismo. Imaginar que su desesperación se podría así mitigar. Porque Paco regateaba con un drama y necesidad imperiosa su deseo de sentirse realmente mejor consigo mismo.
Logré afinidad con él; nos quisimos mucho. Él me comprendió evidentemente a mí, mucho más que yo a él. Me siento y nos sentimos en la deuda de no haber entendido sus demandas urgentes y habernos quedado todos en la puta inopia.
Había regentado negocios de bares en su Cabanyal natal y siempre reivindicado y de entraña, hablaba valenciano con los que más confianza podía tener, mantenía la raíz y su ideología anarquista y siempre de izquierdas, había luchado contra el franquismo, conocía a gente importante e histórica en política, y con su estilo educado y suave ilustraba más que narraba los hechos y sucederes en sus discursos orgullosos y amables a un tiempo. Seductores. Nunca se enfadaba,-o casi-, y al final siempre le acompañaba una sonrisa agradadora y de picardía y paz.
A algunos nos confiaba su tremendo deseo de ver a su hija y de darle besos y abrazos. Cosa que no podía ser y que él atribuía a la nefanda influencia de su ex sobre su hija. No había trato, por mucho que él lo intentaba. Se desesperaba ...
Se metía en el cine, y sin moverse y como un clavo, era capaz de tragarse las películas que le echaran en doble sesión. Hasta, triple, dado que era exageradamente cinéfilo ...
Todos sabíamos que le encantaban las mujeres. Y a pesar de su inicial timidez y pose incómoda o condicionada, acababa concitando el interés de algunas mujeres por su labia, savoir faire, cultura, y todas las demás cosas de Paco.
No.Paco estaba, más que decepcionado con su tiempo y su sociedad, lo que estaba era demasiado pesimista sobre las cosas. Lo que sucede es que lo disimulaba y lo interiorizaba todo tan bien, que era difícil sospechar su tremendo drama.
Esos grupos de webs de internet, nunca eran para Paco. Sus grupos serían la actividad política y social, la charla virgen y educada, densa, reflexiva, y la quietud de su anhelo y deseo que se llamaba libertad hurtada.
Paco era tan profundo y complejo que ni él mismo se dio cuenta de que su pesimismo brutal podía tener paliativos y hasta remedio, y que las cosas negras podrían pasar a grises si lograba soltar el lastre de sus toneladas métricas de dolor interno que acabaron pasándole la fatal y definitiva mala factura.
Sábado, 2 horas y 31 minutos de la madrugada. Abandonó una fiesta aduciendo que se encontraba constipado o algo así. Tres días después, un forense averiguó que no tenía ningún constipado. Y que eso explicaba por qué no contestaba a un teléfono o a unos whatsaps que se habían detenido alarmantemente a esa hora de aquel fatídico y puto día.
La tentación le llevó a escribir una carta, y posteriormente a atiborrarse de pastillas. Se sentía patético y había tomado la nube negra de la decisión imparable y dolorosísima para quienes no podíamos imaginar acerca de su tanto dolor ni intenciones acuciantes. Y mis ojos lloran dolor de impotencia.
¡LA VIDA Y LA MUERTE!
8:58
jose vicente ortí
Mi vida cambió por completo cuando tropecé y caí por un enorme agujero que había en el trazado de una ruta de excursión de vacaciones por la zona aborigen australiana. Zona de tribus y magia.
Aún hay lugares que el mundo de los blancos y del dinero todavía no desean ubicar en el mapa. Porque si descubriesen que bajo el trazado de este camino turístico hay algo de tabú, entonces desaparecería considerablemente el dinero del turismo en esta zona. Y eso no gusta.
No se lo pongo fácil a nadie. No tengo hijos, mi última mujer ni me recordará, y mi familia siempre fue un mero recurso literario. Cuando me caí al agujero, solo le interesé a la Agencia de viajes y a las Autoridades de por aquí. Supongo que se cansaron de buscar una aguja en un pajar, y más cuando fueron descubriendo que nunca nadie de mi familia me reclamaba. Soy un caso por resolver, imagino. Un desaparecido más ...
Tras caer por el agujero y perder el conocimiento, me impresionó además del tremendo miedo que tenía a que alguien me matase, que la tribu de los Smets me acosaba pero no me daba la estocada final de mi muerte. ¿Por qué no lo hacían? ...
Me tenían a prueba. La creencia de los Smets es que todo foráneo ha de ser eliminado y destruído. Para ellos, los extraños somos un peligro dado que consideran que podemos aniquilar sus vidas y costumbres. Caparles la identidad y la raíz. Además, el agujero no era ninguna trampa de guerra diseñada por ellos, sino una mera circunstancia en el camino. De hecho, los Smets ya taparon el agujero. Solo desean la paz, defenderse, y que les dejen tranquilos. Se sienten muy acosados y mantienen muy alto el orgullo tribal.
Pronto me di cuenta del porqué de mi no ejecución. Aquí respetan a los hombres viejos. Cuando me caí yo tenía setenta y cuatro años y todas las canas. Ese fue el motivo de su consideración. Era un retenido bastante respetado. Mucho.
Cuando decidí que nunca podría salir de este mundo, opté por estudiarles y hacerme a ellos. Comencé a sonreírles y a adoptar sus ritos y costumbres. Me hice Smet. Les ayudé en todo lo que pude, protegí a sus niños, les enseñé arquitectura dado que fue mi profesión, admiré a todas las mujeres con las cuales practiqué sexo dado que son polígamos, y por encima de todo decidí que lo que podía esperar al otro lado del hoyo tampoco me satisfacería tanto, sino que esa sensación aparente de libertad estaba preñada de demasiada fantasía e idealidad. ¿Iba a ofrecerme el capitalismo un nivel mayor de felicidad que el proveniente de mi convivencia y conversión en Smet? Tuve claro que no. Lo tengo claro.
Estoy absolutamente convencido. Aquí es el mejor lugar para mí, y un honor el ostentar y representar actualmente la máxima jerarquía de reconocimiento para esta tribu. Hace algún tiempo que me nombraron el Rey de los Smets. Poque soy viejo, porque los viejos de aquí mueren pronto dado que su niñez y su vida en general tuvo el condicionamiento de la dureza, y mi resistencia en mi senectud es vista como una magia y una virtud especial y única.
Los Smets me quieren y yo a ellos. Porque ahora ya no me siento de ningún país conocido, sino un Smet más. Somos un pueblo maravilloso que admira a sus mayores, que tiene la nobleza en el gen, y que solo atacamos cuando nos sentimos en una situación de peligro. Adoramos a los espíritus de la Madre Naturaleza que nos mece, y somos como véis absolutamente contrarios a la violencia.
Quiero morir aquí. Entre ellos. Entre mi pueblo. Soy, ellos. Todos somos una familia cuyo único objetivo es ser felices y que otros intrusos no nos digan cómo se consigue éso.
¡ SMET !