jueves, 30 de diciembre de 2021

- FEO. -



Un escalofrío recorre mi alma cuando escucho a Marisa. Casi no recuerdo cuándo la conocí. Es posible que haga ya dieciocho años. Y ahora, algo extraño parece que sigue rodeando la psique de esta mujer.

Yo sé que me quiere. A su manera, pero me tiene aprecio. Cuando la conocí, ya era ciega. Invidente, solitaria, inteligente, espabilada por vivida, agria, amable y hasta cortante. Y extremadamente sensible. Recuerdo una vez que se aprovechó de unos amigos como yo, y nos instó a bajar precipitadamente los enseres de un piso en el que vivía, allá por el final de la Avenida del Puerto.

Debíamos bajar sus enseres en un lugar prohibido cercano a su vivienda, alguien llamó a la policía, yo vi venir el tema, y finalmente me alejé de ella y de su casa. Me lo tomé muy a mal. Nos había tomado el pelo.

Sí. Hoy me ha impresionado esta extraña mujer. Conservo su teléfono, y muchas veces no me contesta. Hoy, lo ha hecho. Está hundida. Y no ha soportado ponerse a llorar. Cuando no ha logrado controlar su emoción, entonces ha colgado. Hay gente que solo desea sufrir en el anonimato.

Siempre me ha sorprendido su itinerancia. La he conocido viviendo hasta en cuatro casas distintas. Es como si huyera. De sí misma. De su fracaso como esposa, madre y mujer. Como persona. Y se flagela una y otra vez. Y odia a los caseros.

Marisa huye de su ceguera y de su vulnerabilidad. Como si eso fuera posible. Se presenta habitualmente con una aparente fortaleza que da escalofríos. Ahora, teme volverse completamente loca. Perder el control ...

¡Paco! Paco es su gran excusa para no desnudar su alma lesa. Su ex marido se constituye para ella como el gran cabrón maligno que le jodió toda su vida. Y, encontrar el límite entre su discurso y la verdad, solo está en manos de profesionales o de manos amigas y magnánimas. Pero Marisa utiliza un tic de venganza contra aquellos que le dan el no. No está dispuesta a ser ayudada. Es extremadamente cortante y flageladora consigo misma. Ella no quiere darse cuenta de que no es Paco, su ex.

A Paco le responsabiliza Marisa de haberle ocultado su enfermedad que la dejó ciega y casi muerta. Al médico de aquel tiempo, le odia. Afirma que le ocultaron sus derechos de conocer su verdadero estado de salud.

Para Marisa, Paco nunca se agota. Y su influjo se proyecta y prolonga hasta sus hijos y una de sus nietas. A su hija la trata con una frialdad de escalofrío. Su relación nunca fue buena. Para Marisa, su hija tiene secuestrada el alma por su Paco. El efecto Paco lo condiciona todo.

Marisa cogió un coche con diecinueve años, y se puso a trabajar. En su época raramente las mujeres podían salir de su casa y de su pata quebrada. Pero con valentía, Marisa tiró todas las tradiciones al carajo. Y finalmente, se hizo fija en un Banco. Y allí conoció a Paco y se casaron. Marisa llegó a ser sindicalista en Banca, y tiene profundas convicciones. Es ideológicamente de izquierdas, aunque no cree en revoluciones ni en cambios drásticos. ¡¡ De repente, su ceguera !! ...

Es Navidad. Pasa el tiempo. Le cuesta dormir por las noches. Paco nunca está, pero Marisa le siente por todos sus flancos. Es como si necesitara a su gran opositor para explicar sus desgracias y su alejamiento u ostracismo social.

Marisa no tiene amigos porque no logra ser amiga de sí misma. Y yo me quedo con sus verdades y mentiras, y con un tono de voz que me conmueve. Es una voz triste y casi metálica, de derrota y desgarro. Trata de mantener siempre el tipo y la frialdad. Apuesta por no descomponerse. Me confía que el otro día riñó con los suyos. Y que hace poco se despertó a las dos de la madrugada y se puso a comer. Y sostiene que los psiquiatras no la aciertan con la medicación y la demoran las visitas. Hay un gran mal y un gran gafe de vacío en su vida que ella define con el nombre de Paco.

-Y ES ELLA MISMA-
 

viernes, 24 de diciembre de 2021

- EL PUTO VIRUS ENSUCIA LA NAVIDAD. -



Cansancio mental. Mucho tiempo así. No nos suena a justo. El virus se ha adueñado; es el gran Señor de la Tierra. Y lo jodido es que es una micra de nada, es tan ínfimo que no se le puede ver que no sea a través del microscopio. Es una suerte de emboscada universal. Como un ciclón procedente de otros mundos. Sí. Se ha adueñado de nosotras y nosotros.

Y encima ha llegado la Tradición  de la Navidad, que además de espiritualidad se llena de encuentros familiares, paquetes de regalos, y de comidas pantagruélicas y entrañables. Porque en el corazón de estas fechas también reina el alma y festiva. Es muy importante y necesario que nuestro ser demande calor humano y todo el divertimento. Pero la borrasca nefanda del virus, no se va. Y sigue la lluvia de contagios, el goteo de los muertos, y todo lo raro que empezó el año pasado sigue siendo un enigma por resolver. Una cuestión pendiente.

Son momentos de medir y equilibrar. De hacer funanbulismo entre lo que a uno le pide el cuerpo y lo conveniente para evitar el contagio y el dolor.

La Economía se tapa los ojos ante el desconocido Drácula, pero también  deben existir muchos más valores que los economicistas.

La pugna política está en todo lo alto. Si cierras mi bar, me matas. Si no nos juntamos para la comida navideña, es un desastre. Si los niños se ponen tristes, se pone el sol. Si no puedo ver a mi chica, puedo ser capaz de todo.

Choque de trenes y de libertades. Dilemas hipócritas y científicos. La sociedad es diversísima y cada persona es un mundo. Incluso unos necios niegan toda la catástrofe que está sucediendo, porque sencillamente no lo pueden soportar.

Afortunadamente, hay gente que estas navidades las va a pasar y concienzudamente en el interior de los laboratorios científicos de investigación. Porque no se consideran unos esclavos del tiempo, sino unos soldados de la Ética y de la Ciencia.

Esos soldados, siempre serán admirables y más ahora. Se ponen la mascarilla, se lavan las manos, se ponen gel hidroalcohólico, y ya se han vacunado. Y aún así evitan las aglomeraciones y reducen potentemente sus contactos de otrora.

Su único afán, es ayudar. Es estudiar todas las mutaciones y derivaciones del Covid 19, ensayar otros procedimientos vacunales estudiándolos más a fondo y con más perspectiva, analizan igualmente el comportamiento social para evitar los estados de pánico, y yo les aplaudo mentalmente cada día.

La Ciencia y nunca la tradición, va a derrotar al virus. Porque aunque en las UCIS solo hay dolor, terror, y patologías por carencia de oxígeno, todo va encontrando su guión. Las vacunas son las vacunas. Ya no estamos desnudos ante un mortífero patógeno. Hace un tiempo, carecíamos de todos los escudos. Ahora hay más cosas que el duro confinamiento, y eso es para ser y estar más positivos y esperanzados.

La Navidad 2021 será un sarcasmo o una farsa necesaria o inventada, pero hemos salvado el pellejo y procuraremos seguir salvándolo. Y las sociales aglomeraciones desbordarán líneas de paciencia y llenarán las colas de los ambulatorios y hospitales. Y tras estas semanas de tradición que no se podrán disfrutar bien, los científicos seguirán a la suya que es sacar la verdad y seguir protegiéndonos, orientándonos y ayudándonos.

Y se avanzará en la perfección vacunal, y se conseguirán medicamentos mucho más eficaces, y volverán las oscuras golondrinas, y nadie ayudará a los países subdesarrollados, y todo acabará concentrándose en el llamado vergonzosamente, Tercer Mundo. La tercera división del mundo.

El Sistema es más potente que las injusticias y las melonadas de los humanos, y seguirá ahí. Pero, insisto, a pesar de todos los peses, los científicos avanzarán sobre el virus y le darán muerte y residuo inapreciable. Porque la Ciencia siempre es admirable.

¡SIEMPRE!
 

domingo, 12 de diciembre de 2021

- MANOLO SANTANA ABRIÓ EL CAMINO EXITOSO. -



Sus dientes al sonreír. A mi madre le hacía gracia esa sonrisa. Y a través de este gesto, mi progenitora supo quién era Manuel Santana. Y que había una cosa que se llamaba tenis.

Madrileño, inteligente y educado. Orantes fue mi ídolo. Y Santana, una leyenda mágica que se oía por todas partes. A Santana, por edad, solo pude oírle. Luego, le vi sus cortos y me encontré con todas sus hazañas.

Era un niño de Madrid, pobre, de la postguerra, y que tuvo suerte. Porque gente adinerada le arropó y le lanzó a la plataforma del éxito. Un chaval se convertiría en un genio. Ganar dos Garros, un Wimbledon y un Open USA, y en aquella época en la que los únicos deportes eran el fútbol y el boxeo, se puede considerar y sin duda, que una hazaña total. Y hubo un año,-creo que 1966-, en el que fue proclamado el mejor tenista del planeta.

Ganar Wimbledon, tuvo especial mérito. Porque en España no existían las pistas de hierba. Con eso está dicho todo.

España y el Deporte en aquella funesta y oscura dictadura. La fortuna vital acompañó a un muchacho con una muñeca deliciosa y versátil. Y a través de él, nuestro deporte comenzó a respirar. Se abrió a otras cosas. Al mundo. Santana fue ese pionero que parió nuestro tenis y que le puso en la órbita de la popularidad. Porque en mi país, amamos a los héroes.

Todavía recuerdo en aquella tierna infancia, que yo estaba debajo de una de aquellas enormes y decimonónicas radios que habían. Debajo de una que había en mi casa, me afanaba por ponerla fuerte y con vida, ya que era un cacharrazo viejo que yo no sé siquiera cómo podía funcionar. Seguía como un fanático a la Copa Davis. La Copa Davis era como un partido de la Selección de fútbol o como un combate de Alí o de Perico Fernández. Algo muy importante para mí. Algo mágico como una caja de zapatos la noche de Reyes. Y logré, a trozos, oír a los corresponsales de Radio Nacional, narrando los partidos de Santana, Orantes, Gimeno o Arilla. Y fue el único trofeo que le faltó a Santana. La Copa Davis. Pero lo mejor es que jugábamos las finales. Y la gente no prestaba atención a Dennis Ralston, Edison Mandarino o a Rod Laver, pero para mí aquello era como una aventura de viaje de chiquillo. Algo especial.

Manolo Santana puso el tenis en mi país. Sobre la mesa. Lo familiarizó, como luego lo harían con lo suyo Ángel Nieto o Seve Ballesteros. Le dio estructura y consideración al tenis. Y ese nuevo mapa mundi se expandió y cuajó. El periodista Juan José Castillo y su "entró entró", o el influyente y poderoso Juan Antonio Samaranch y sus Juegos Olímpicos. Todos amantes del tenis y del deporte. En Madrid, en Barcelona y en muchos sitios. Ya veis hoy a Nadal o Alcaraz. Tremendo éxito el legado de Manolo Santana.

Al retirarse, Santana supo posicionarse y promocionar en la tele y en mil sitios su deporte, el cual ya se ha transformado en un evento absolutamente popular.

Manolo Santana  fue el tenis, y un mago con la raqueta, y positivo, y un bon vivant, y amante de las mujeres, y saboreando la vida con pasión pero sin dar la nota o hacer estridencias.

Santana fue alguien muy querido en muchísimos sitios. Un personaje internacional, también marbellí, moderno, que dio muchos pasos acertados adelantándose a su tiempo en muchísimos aspectos. Director, organizador, y de todo del tenis. Un personaje realmente histórico.

¡GRACIAS, DON MANUEL!

 

miércoles, 8 de diciembre de 2021

- ¿JORGE ERA RARO? -



Jorge iba a mi clase en el Instituto. Dejábamos la niñez, y desde nuestra plena adolescencia nos impulsábamos camino de la primera juventud.

Yo era amigo de Jorge, así como algunos otros compañeros. Eran los inolvidablemente creativos años setenta, el mundo era otro, pero la esencia del futuro yo creo que se mantiene.

Jorge era larguirucho y tremendamente callado. No era un brillantísimo estudiante, pero tampoco de los mediocres. Yo creo que le apreciábamos porque era físicamente más grande que nosotros y un bonachón. Mejor dicho: eso de que era un bonachón será siempre un misterio. Jorge era como era, y ya está. Nunca se metía en líos ni parecía gustarle el deporte. Y cuando nos poníamos a jugar al fútbol, entonces él se sentaba y se quedaba quieto. No quería jugar, y yo juraría que jamás le vi practicando el deporte de Pelé y Maradona.

En la clase, pude ver o intuir, que aunque era correcto, muchas veces fingía. No parecía motivarle la asignatura franquista del F.E.N. (Formación del Espíritu Nacional), parecía pasar de todo y disimulando en matemáticas, cuando le llamaban a la pizarra se limitaba a escribir los ejercicios y a guardar silencio. Y con el cura que nos daba Religión, era desconcertante. Jorge miraba muy intenso al sacerdote. No a lo que decía el sacerdote, sino al porte y a la mirada del hombre de Dios. De hecho, algunos amigos le apodaban "Dios", y otros "el Buda". Y a Jorge no le afectaba. Era casi imposible reírse de él, porque cuando le picábamos o nos metíamos con él y con su singular personalidad, Jorge hacía una mueca casi indescifrable. Movía muchos músculos de su cara, y eso nos causaba hilaridad y remitían nuestros deseos de darle por saco. Y esos gestos raros, hicieron que le quisiéramos más, que le aceptáramos acríticamente, y hasta que tuviese un nuevo bautizo de apodo: "el extraterrestre" se le decía. Porque no parecía de este mundo.

A Jorge le gustaba estar solo y a veces en la playa y cuando ya todo el mundo se iba, solía exclamar: - "Ahora sí que se está bien aquí, ¡coño! ..."

Yo, a Jorge no le vi gay ni le pensé trastornado. Y un día les dijo a sus padres que esta sociedad no iba con él. Sus padres intentaron cambiarle su modo de pensar, pero fueron muy suaves y generosos con él. Y un día, sus amigos nos enteramos de que se había hecho seminarista. Pero yo le dije un día si creía en Dios, y Jorge me confió: - "Soy ateo. Pero no me gusta el mundo, y si quiero la soledad es un buen camino para alejarse de todo ésto. Y prométeme que me guardarás el secreto ..."

Nada de secretos. Yo se lo conté a todo el mundo. Me preocupaba el alejamiento físico y químico de Jorge. Y su cinismo, o como se llamara su confesión ...

Dice la leyenda que se hizo jardinero, misionero, sacerdote, mañoso, y que sabía dominar la supervivencia. Y un día me fui a la casa de sus padres, y su progenitor me dijo que no me preocupara porque Jorge no se metía en líos y que tenía buen corazón. Que se lo había dicho el cura de su pueblo. Y, los curas de varios pueblos ...

- "Vive solo. Está solo. Pero le veo bien ..."

- "¿Seguro, señor? ..."

El padre de Jorge, asintió con un cierto pudor y con todas las ganas de convencerme. Anda por Elche. Nadie puede verle. Y me desconcierta. No sé qué pensar de Jorge. ¿Estará loco?, ¿tan cabrón es el mundo que hace que algunas personas decidan abandonarlo?, ¿se negaría en redondo a salir de un hipotético armario?, ¿por qué finge orar y laborar cuando es mentira que sea creyente y pugne por nuestro bien? ...

Si me pongo frío, entonces solo puedo reflexionar acerca de lo social y de la libertad. Jorge es un ser social, ¿y a nadie quiere ver?, ¿no podría estar entre nosotros y seguir teniendo las ideas de introspección que le llevan?, ¿ a qué esa pasión por no relacionarse con los demás?, ¿para qué hacerse invisible?, ¿realmente habrá alcanzado la felicidad interior sin ver a nadie?, ¿y si finalmente le respeto y dejo de especular sobre él?, ¿por qué no le permito ser libre? ...

¡QUE HAGA LO QUE QUIERA!


 

domingo, 5 de diciembre de 2021

- PASIÓN Y HOMENAJE. -

 



De otro tiempo. Homenaje a un torero tremendista. La sala está repleta de fans. Poco joven, y de esos, bien contados con los dedos de una mano. Ellos van de aspirantes a valientes, y ellas lucen palmito e igualmente tratan de destacar con su desparpajo y belleza.

Es la presentación,-en un lugar histórico y hace tiempo que un tanto casposote-, de un libro que los amigos le han escrito a su amigo torero tremendista. Lo que veo es muy popular. Clasicote, tradicional e inmovilista, en una sociedad que camina y se transforma a la velocidad de un marchador de élite.

El toreo. El toreo nació como necesidad. Como una oposición ramplona que buscaba el humilde ante su futuro desesperanzador. Le tiró bemoles. por no decir, cojones. El libro presentado se llama: "Con dos bemoles". Y en esa charla homenaje, todo es nostalgia de un tiempo que ya va dejando de estar y que poco a poco se le irá calificando de pintoresco.

El torero. El maestro. "J.Sáez" se dio pronto cuenta de que habían otras llaves para abrir la puerta grande de un futuro impensado y a la vez mágico y maravilloso. Y "J.Sáez" no tenía ni idea de torear. Y siempre tuvo poca idea de los cánones acertados del buen torero. Pero "Sáez" siempre pensó que hay durezas y durezas. Y que no es lo mismo estar toda tu vida no siendo nada, que jugándose el pellejo con la ocasión de ser muchísimo. Y además, muchísimo dinero.

En ese homenaje y promoción del ex diestro, me impresionó negativamente el cerrado consenso de todos. Gente mayor, con otra vida, con trenes similares que ya transitaron, con otra sociedad, con otra psicología, con polvo en la palabra, y con nostalgia de aquel tiempo en el que "J. Sáez" les hizo vibrar y sacar de su rutina.

"J. Sáez". Tremendista. Tremendo. Temerario. Listo como el hambre cuando clava las fauces en el alma. Un toro era la ocasión. La gente va a ver si el toro vence al hombre, y cuando sucede al revés, entonces la afición se desbordaba y le aclamaba tanto, que era su niño, su maestro, su querido eterno; su intocable ...

Pero, es éso. El desafiar a una fiera de seiscientos kilogramos, tengas recursos técnicos o no. Era el boxeo. Ese bombardero que no sabe defenderse bien, pero que si te arrea con una mano ya no te puedes levantar y entras en sueño. Casi todos los grandes ídolos del box,-quizás si se exceptúa al dios Alí-, eran pegadores natos y decisivos. Raramente una orla o una estética: ¡leche y a dormir! ¡Campeón! ...

"J. Sáez" venía de la nada. Y como el dinero también es la nada aunque parezca todo lo contrario, sigue siendo un humilde pastor jovencito que ya ha dejado su pueblo humilde. A pesar de todas las loas.

Al tremendista le llamaban suicida, y exagerado, y temerario, y hasta tan bajo en autoestima que su fin era mostrar el poderío contra las reses bravas bien hermosas.

Fue carne de enfermería. Más de veinte cornadas, diciéndole a los amos de este negocio que sí en voz queda y obediente, y con unas facultades físicas y mentales que le hacían reponerse y seguir con su masoquismo de éxitos y de triunfos taurinos.

Su hablar en la sala del homenaje y de la presentación de su libro, era el desparpajo y la chispa. Se sentía comodísimo. Y siempre sonreía feliz y satisfecho. Y hablaba en ideología conservadora y como Dios manda. La tradición tiene ese lenguaje religioso, humorista y real. Esto es otro mundo que cada vez le pierde ritmo al movimiento de la modernidad. Había música de pasodobles y las clásicas hembras con piernas de flor. Y "J. Sáez" ya no pisa su pueblo y vive instalado con holgura en la gran cuidad.

-NO HA DE SER CASUAL-

viernes, 26 de noviembre de 2021

- NUNCA SEPARADOS DEL TODO. -



El otro día, encontré azarosamente un cachito familiar de mi barriada, la cual ya no existe que no sean las fachadas de sus edificios. Porque hoy no es el ayer. Y los idiomas se antojan antipódicos e incompatibles. Es otra sociedad. Y yo a veces, añoro la que no está. Por eso saludé el otro día a Luz.

Luz, es de las poquísimas personas que van quedando en mi barrio cuna. Y ni tan siquiera eso. Porque la mujer vive a caballo entre dos casas, y pasa la mayor parte del tiempo en la que no está en mi barrio. Yo sigo viviendo ahí, cual testigo eterno de un cambio de paradigma.

Luz, hace mucho tiempo que se separó de Garico. A Garico le veo menos aún que a Luz. Pero a ambos les recuerdo bien. Han pasado muchos años desde que tengo noticias de ellos. Son bogotanos. El primero en venir a España, fue Garico. Bajito, mañoso, y echado para adelante. Astuto, silencioso y hasta vengativo. Su presencia me impresionó por el tremendo choque cultural. Venir desde el hambre y la violencia, es una decisión alocada, muy triste, necesaria, rebelde, con sentido, compleja y valiente.

Garico, se puso a vivir en la puerta de enfrente de mi casa. Nunca olvidaré que siempre iba con una llamativa furgoneta azul y se declaraba albañil. Y que decía ir por su cuenta. Y un día sorprendió a mi madre, cuando tras pedirle un balde de agua para una obra que se estaba él haciendo, mi progenitora se fue sorprendiendo no solo porque Garico le pedía resuelto baldes y más baldes de agua, sino porque al quejarse mi madre por tanta demanda del líquido elemento, el hombre bogotano le soltó: "-¡Señora! ¡El agua nunca se niega a nadie! ¿Sabe usted? ..."

Mi madre se dio la vuelta y cerró la puerta tras de sí. Garico no solo parecía ser un listo, sino que encima el maleducado pretendía dar lecciones de una extraña e inexistente ética y demanda. Desde aquel día, ya decidimos no dirigirle jamás la palabra a Garico.

Garico era realmente alguien especial. Huía del alcohol. Nunca reía ni sonreía. A veces se traía a casa a algunos amigos o más bien conocidos suyos, y montaban un pollo hasta las tantas de la madrugada. Quizás por no tener enfrentamientos con él, se le dejó hacer.

Poco tiempo después, se trajo a España a su mujer, Luz. Y a sus cuatro hijos, tres de ellos, varones. Recuerdo que los niños estaban muy despiertos y espabilados, y se notaba que venían de un tiempo y lar en extremo competitivo. Discutían entre ellos, y las riñas eran constantes.

Luz no era muy distinta a Garico. Luz era sufridora y estratega, lista y superviviente, decía como su entonces marido pocas verdades seguidas, y mostraba siempre un porte orgulloso y a la vez retraído o tímido. Yo creo que Luz era mucho más lista que Garico. Y el tiempo me fue dando la razón.

Los follones en la casa de los bogotanos, marcaron un antes y un después,-además con variados incidentes con los vecinos de mi barrio-, cuando uno de los hijos de Garico decidió plantarle cara a su padre y hacerle ver que no le tenía ningún miedo. Empezaron a gritarse mutuamente, y a continuación se escuchó desde el interior de mi propia casa la bofetada que el hijo de Garico le arreó a su padre. Garico repelió o intentó repelir el golpe certero, con toda la furia. La reacción posterior fue de rupturas y alejamientos. No sé si Garico tiró a la calle a su hijo,-el cual dormía en la escalera-, o si fue su hijo quien finalmente decidió largarse a la casa de algún colega.

De aquellos cuatro niños muy despiertos, hoy solo quedan dos. Porque los otros dos, fallecieron. Uno, en accidente de carretera, y el otro para comprobar si la pólvora de unos petardos en Fallas estaba vigente o apagada. Metió su cabeza en una carcasa aquí al lado en una coqueta plaza contigua, y la pólvora fatal estalló destrozándole el cráneo. Y, la vida.

Fue lógicamente un duro palazo para la familia. Garico y Luz se reprocharon mutuamente las responsabilidades en la educación de los hijos, y el matrimonio naufragó. Pero jamás vi en público pelearse o alterarse a Garico o a Luz. Por eso sorprendió en el barrio la ruptura.

Garico seguía haciendo chapuzas de obras.-y con bastantes defectos ostensibles-, y siempre le recordaré con aquella casi emblemática y grandota furgoneta azul, la cual aparcaba en donde la parecía bien. Mi madre le apodó: "el jefe de la estación", por su descaro en el modo de comportarse y en su nulo comportamiento de las normas de urbanidad.

Garico, siempre fue muy complejo. Afirmo que los dos ex componentes del matrimonio fallido, deseaban volverse a Colombia. Pero fueron fríos. Decidieron que el dinero y la vida, suelen estar e ir bastante parejos. España les ofrecía el sueño de la seguridad, aunque les mirasen mal o les dijeran sudacas y de todo. Garico entraba a los golpes, enseguida. Luz, prefería atacar defendiéndose desde la interposición de denuncias y cabeza fría. Pero yo siempre pienso que Luz y Garico son muy iguales, y que aquí solo sobrevive el más listo, y solo el último deberá apagar la luz y joderse. Ambos son de una competitividad más que notable en la defensa de sus respectivos intereses. Y creo que gana, su ex mujer Luz.

Tras separarse, la mujer consiguió hacerse con buenos abogados. Hubo rumores de todo tipo acerca del modo en el que la mujer logró la contratación de los picapleitos. Garico, siguió levantándose por la mañana a la hora habitual, y subiéndose a su eterna furgoneta azul y puede que fálica. Y se despreocupó de la escolarización de los dos hijos que sobrevivían. Y tampoco Luz apostó por el método educativo como forma de salida de futuro de sus vástagos supervivientes. Y el hijo varón que quedaba, un día se fue de la casa y se lanzó a la aventura de la supervivencia. Y el chico decía que se sentí plenamente español y no colombiano. Y en cuanto pudo, se enroló como soldado en el ejército de aquí. Y en cuanto a la única chica, conoció gracias a su encanto y belleza a diferentes novios, y vivió muchísimo. Se hizo plenamente una mujer adulta, y en la mirada siempre se le notaba que tenía una plan B o una escondida bala en la recámara. Porque también la chica tenía bien claro, que esto de la vida no es sino pura y descarada supervivencia.

Sí. El otro día la nostalgia me hizo abordar a la ex vecina Luz. No había cambiado un ápice en todas estas décadas. Lo que pasa es que como me conoce y yo a ella hace tantos años, podemos mensurar hasta donde ella y yo podemos llegar.

Con la excusa de la rehabilitación de su finca, mientras Luz me hablaba, yo me reafirmaba en el poder superviviente de la pobreza. Me dijo que Garico vivía en un sitio distinto en donde ella moraba, que las obras de la rehabilitación solo duraron dos meses,-aunque en realidad se prolongaron cerca de un año de constantes golpes y molestias a toda hora-, y mil asuntos inexactos contados desde la estrategia de seguir teniendo Poder y derechos en tal finca rehabilitada, que es la que está pegada a la mía.

Me dijo que ella tenía algunos pisos, y que los ponía en un alquiler barato porque la gente lo está pasando mal, y que su ex, a pesar de que anda ya cerca de los setenta y muchos años y tras muchos de ellos bien trabajados, le ha quedado una pensión de escasos ochocientos euros. Y, el golf ...

Sí. Luz me dijo que su ex, Garico, jugaba muy bien al golf. Que era muy bueno en ese deporte. Parece evidente que en el juicio de la separación del matrimonio, Luz había ganado por goleada, dado que vino a España con una mano delante y otra, detrás. Y que Garico se había confiado en exceso.

Pero Luz no atacaba ni martilleaba en absoluto a su ex, Garico. Al revés. Casi parecía como si continuasen juntos. ¿Jugar Garico al golf cobrando una modesta pensión?... Eso es más que extraño.

Luz y Garico nunca se sabrá si se odian o si todo son pactos interiores y personales de supervivencia. Yo creo que siempre habrá combate nulo entre ellos a pesar de los peses. Y que los dos ex, mostrarán al exterior civismo y vanguardia. Porque para los dos, lo que ha de predominar es que los pájaros trinen todos los días al amanecer. Y eso significa que siguen vivos. Sí. Mientras escuchaba a Luz, también podía ver al bravucón Garico. La desesperación siempre generará sorpresas inéditas y consensos extraños. Y unos choques culturales bien potentes.

-RELATO BASADO EN HECHOS REALES-
 

sábado, 20 de noviembre de 2021

- DENTRO DEL SUEÑO. -



James Viktor tuvo un día muy ajetreado. A pesar de que su energía y también necesidad le permitía acometer tres trabajos diarios, hoy se sentía muy agotado. Es como si algo o alguien le hiciese ver que lo mejor que debía hacer era acostarse en la cama y ponerse a dormir.

En efecto, James Viktor se puso a ello. Cenó frugalmente,-cosa poco habitual en él dado que era un comilón irredente-, rápidamente se quitó la ropa, se puso el pijama y se acostó. Apagó el hombre toda luz, y a los escasos minutos Morfeo ya le tenía a su merced. Una respiración acompasada, rítmica y potente, hizo tener la absoluta certeza de que dormía profundamente.

Y así era. Y James Viktor comenzó a soñar. Y soñó con que le entraban unas tremendas ganas de dormir. Y seguía, y seguía el sueño. Y soñó finalmente que,-a pesar de hacer mil esfuerzos para no quedarse dormido-, no podía evitar caer en dicho sueño definitivo. Y se dejó ir. Y no sintió nada. Como si fuera un cuerpo muerto. Un ser sin vida, y muy alejado de la vitalidad y dinámica que se produce al despertar. 

James Viktor no se dio por vencido. Y comenzó a soñar,-en sueño REM-, moviendo los ojos rápidamente, que cabeceaba de un lado a otro para salir del hueco u hoyo de su sueño vencedor. Y siguió soñando el bueno de James, que lograba salir del sueño inmovilizador, frustrante y asfixiante, y entonces ya pudo soñar con muchas cosas más activas y bien diferentes.

Soñó ahora Viktor que empezaba a recuperar la sensación de los latidos de su corazón y que caminaba sudando pero feliz por unos senderos montañosos. Y el hombre se sintió muchísimo mejor, y le pareció que una hermosa muchacha le seguía coqueta haciéndole guiños alegres por dichos senderos de montaña. Y que la mujer era rubia, esbelta, de largas piernas y extremadamente amable y graciosa.

De pronto, pareció escucharse un ruido en la habitación. Como el de una puerta al cerrarse, o como si se hubiera desprendido de la pared un objeto metálico. O, esa sensación le dio a un James Viktor, el cual seguía durmiendo y soñando.

Muchísimo más tranquilo, el hombre pareció agradecer el efecto sonoro que debió haber acontecido. Y acabados todos sus sueños, James Viktor reparó en que aunque ya no soñaba, seguía durmiendo y durmiendo. Y al día siguiente debía levantarse temprano, y James comenzó a soñar que si seguía sin despertarse, podría llegar tarde al más tempranero de sus trabajos.

Algunas horas después, James abrió los ojos y dio tres puñetazos furiosos sobre la cama. Se había despertado de un tremendo mal humor, agotado, sin haber recuperado sus fuerzas, y bien frustrado. Y dio cuatro puñetazos más encima de la cama, y blasfemó sin miramientos.

Trató de calmarse antes de tomar su potente desayuno. Y lo logró. Pensó que la cosa no era para tanto. El día acababa de comenzar y no era cuestión de mostrar enfado. Tiempo tendría de ponerse crispado a lo largo de los sucederes del día. Y James Viktor logró serenarse tanto, que empezó a notar una especie de pereza para levantarse de la cama. Hacía fresco, llovía afuera, y en dicha cama se estaba de maravilla. Y como había dormido mal, a James comenzaron a cerrársele los ojos con el tremendo peligro de dormirse de nuevo y casi definitivamente.

Mas tuvo suerte. Afuera, en la calle, alguien nada cívico había decidido darle al cláxon de su automóvil una y otra vez, con el objeto de que un compañero suyo que vivía en la finca de James le oyese la insistencia para que bajase y se metiese en su coche para ir juntos al trabajo en un Polígono industrial. James Viktor no lo dudó esta vez. Se recuperó, saltó de la cama, corrió por el pasillo y se puso a desayunar. Se le estaba haciendo tarde.

-UN POCO MÁS, Y SE VUELVE A DORMIR-


 

lunes, 15 de noviembre de 2021

- ESPAÑA, ¡ AL MUNDIAL DE FÚTBOL DE QATAR! -



Contra Suecia hubo película de suspense con final feliz. ¡Yo soy español, español, español, español! ... Los finales felices de la Roja se añoran mucho y gana la nostalgia. El fútbol es una pasión.

Sevilla tiene un color especial. Se llenó el campo para animar al equipo nacional. Suecia se ordenó atrás y no dejó espacios. ¡España! ¡España! La afición hispalense lo dio todo. Impecable. El Pizjuán parece un valladar inexpugnable. El acento sevillano está lleno de pasión y amor futbolístico.

Luis Enrique, borde, tapabocas, increíble muchas veces, absoluto, nada de concesiones a los medios. Se le odia mucho. Y también muchos le respetan cuando las cosas van bien. El astur, siempre genio y figura. Delgado y enjuto hasta la exageración, dinámico, claro, prepotente y provocador. Pero al final salió como Curro Romero. Por la puerta grande.

España no podía ayer meterle un gol a nadie. Porque jugaba sin delanteros. Porque este chico del Español, Raúl de Tomás, estaba demasiado solo ante una defensa ordenada y de mucho físico vikingo.

Setenta minutos después de que empezara la cosa, y ya con dos delanteros arriba, como Rodrigo Moreno y sobre todo, Morata, la historia se hizo más fácil y positiva. El penas Morata, empezó a dejarse ver. Es un delantero de verdad, contrastado, tímido, goleador y también discutido cuando falla goles con toda la portería para él. Pero posee la veteranía y la garantía de que algo pasará si se le saca de titular y se le deja jugar.

Los nervios los paró el jovencito Gavi, que tiene diecisiete años y una bravura y unas ganas sin igual. El azulgrana, tiró del carro en los momentos más vertiginosos. Y corría y volvía a correr. No paró de hacerlo en todo el partido. Es un adolescente con un gran porvenir si no se aja.

Eso es la Selección española. Un equipo adolescente y azaroso, capaz de ganar e igualmente de perder. Luis Enrique juega a mago improvisado, trayéndose gente a la Selección que no sabemos apenas quiénes son. Pero les da marcha y confianza. A algunos jugadores les tiene vedados, y otros siempre estarán en su once. Ha escogido el asturiano chicos sorpresa, aprovechando el tremendo vacío de calidad que hay, tras el final de la generación 10 de Iniesta o Xavi Hernández.

Pero ahora todo es trepidante. Se ganó. Se ganó el billete y sin repesca para ir a jugar un Mundial al surrealismo climático del dinero de Qatar. Allí esperan temperaturas nada aptas. Y todo será un mucho kafkiano y surreal. De adaptarse, o morir.

Sevilla y la alegría de la victoria. Ya no nos acordamos de Juan Señor frente a Malta, o de aquel cabezazo clasificatorio de Fernando Hierro. No faltamos a un Mundial desde 1978. ¿No es maravilloso? ...

Luis Enrique vivió su presente pese a hacer cara de palo durante el partido de Halloween. Una castaña de choque. Y saltó, brincó, y vibró Sevilla y toda España, y la luna llena siempre será de nosotros, y soñaremos con que todo sigue funcionando y que los resultados pueden acompañarnos.

¿Opciones serias para ganarle el Mundial a Brasil o a Francia? Es honesto decir que no, y que hay que ser tremendamente cautos y optimistas. Y que volverán Pedri y Ansu Fati. Y que la Roja siempre tiene bemoles, raza y olé. Porque el fútbol es una pasión que emerge tras una calamidad de partido o después de un mal pensamiento. Hoy es el presente de vivir. Y se ha ganado. Quizás faltara un poco de arte.

¿Y QUÉ? ...


 

viernes, 12 de noviembre de 2021

- AQUELLA TARDE DE OTOÑO. -



Ya la tarde se comía las luces del día. El sol se rendía ante el avance ineludible del tiempo. El tiempo es implacable. El viento, era el hilo musical y desagradable de esa tarde. Molesto y despeinapelos, húmedo y penetrante; anunciador de nuevos cambios. Y llegaron unas nubes sin agua pero con amenaza.

Me refugié en la biblioteca. Tú también habías permanecido sentada en uno de los banquitos del jardín coqueto exterior que rodea al museo de los libros. Rubia, alta, delgada, con pelo largo, y aspecto tan juvenil que podías tener cualquier edad que atraías igual.

Una vez dentro de la biblioteca tomé un libro, traté de no pensar en tí, y me concentré en un volumen de Juan José Millás. Era un relato de dos amores imposibles. Quizás como tú y yo ...

De repente alcé la mirada y te vi. Estabas a dos mesas máximo de la que yo me había sentado. Volví a mirar, y va y entonces me sonreíste. Y yo me quedé gratamente sorprendido por tu gesto expresivo y amable. Y traté de seguir leyendo al maestro Millás. Lo que pasa es que estaba tan pensando en tí que me era imposible concentrarme en la lectura.

Dejé mis cosas sobre una de las mesas, y bajé a la cafetería de la biblioteca. Al pasar por tu lado, noté que hacías ademán de imitarme y de levantarte igualmente. Mas no fue eso. Lo que hiciste fue hacer un amago. Y como llevabas una falda corta a pesar del fresco, pude ver tus piernas largas, suaves y depiladas. Y de soslayo me lanzaste una nueva sonrisa.

Pedí un café al camarero del bar de la biblioteca. Me senté. Habían dos sillas junto a una mesa, y yo ocupé una de ellas. Y a los pocos minutos apareciste tú. Y me preguntaste si podías ocupar la silla que estaba enfrente de mí. Asentí, y tú volviste a sonreirme. Y me diste las gracias, y sin preguntarte nada te dirigiste a mí y me dijiste que te llamabas Esther. Yo, te dije mi nombre, y que estaba acabando mi carrera de Derecho. Y tú me dijiste que ya eras abogada, y que incluso dabas clases particulares de Penal. 

Tendrías unos pocos años más que yo, y en tus manos no vi anillos ni alianzas. Y me confiaste que eras una chica poco convencional y muy heterodoxa, y charlamos y charlamos mucho más.

- "¿Sabes, Esther? No me apetece hoy leer. ¿Damos un paseo?, ¿te apetece? ..."

- "¡Oh, sí! Ja,ja,ja ... Pero deberemos buscar un sitio donde no dé este viento tan molesto, ¿no crees? ..."

Y ante mi sorpresa y cuando llevábamos quinientos metros paseando, hiciste un gesto y me diste una palmada en el hombro. Y luego, comenzaste a reír como una adolescente que quiere ser ya mujer.

Entramos en un pub. Fue una apasionante tarde otoñal. Me contaste muchas cosas de tí. Que no estabas separada, que no creías en el matrimonio, y que te habías casado por comodidad social y un poco por amor, que te gustaban los hombres un poco más jóvenes, y que cuando veías a uno como yo, pues no dudabas. Pero que solo eso. Charlar. La fidelidad era prioritaria en tí.

Yo, estaba en el medio de una aventura especial y positiva. Tenías unas confirmadas piernas de escándalo. Eras culta, decidida, educada, y embrujadoramente especial.

Me dijiste que no me ibas a dar el teléfono, que gozara del presente, que no me hiciera ilusiones, y que podía irme de allí cuando quisiera. Esa franqueza me gustó. Y en un momento, me levanté y me despedí. Nunca más te volví a ver.

-LO SABE EL OTOÑO-
 

lunes, 1 de noviembre de 2021

- RECUERDA TU HALLOWEEN. -



En el medio de la fiesta del susto y el miedo, luces tus medias de lycra tatuadas de amor, y tus labios adquieren la tonalidad pintada y deseosa de una naranja y nunca de una calabaza.

Me asusta con dulzor tu modo de mirarme a los ojos y me alegra sobresaltado tu minifalda cortísima de bruja de lujo. Ahora no tienes edad. Ahora solo eres mujer y fiesta, y gritos y risas desatadas, y mucho Halloween cuando cruzas tus piernas más que depiladas y atrevidas.

Y entonces la calle se hace subversiva y dulce, y alegre, y la noche da paso a tu sol deslumbrante y a tu primera juventud y eterna adolescencia. Y tus amigas juegan a chocolate y fresa, y a medida que avanza la noche se ponen a buscar la piel y a competir sobre cuál de sus amigos tiene sobre la piel el mayor número de tatoos.

El grito y el misterio se vuelven absoluto placer y bienestar, y nuestra carnaval de ternura se hace paz y magia. Y hay un campeonato de dulzura y belleza. Y tú ríes más que yo aún, y tus manos son sedosas y profundamente femeninas, y el móvil es un motor que siempre funciona a base de corazones de batería y de amistad.

La calle social y la fiesta interior, está decorada por esa Disneylandia heterodoxa que nos gusta y en la que todo es sorpresa. Y me sigues mirando con cara de Cruella, y yo te doy mi primer beso de la tarde y de la noche que se hacen interminables y a la vez más que veloces.

Y unos chicos te piden fuego y tú les complaces. Fuman y se ríen. Uno de ellos es morenazo de ojos claros y sé que te gusta. Pero yo soy mago y espíritu que viene del otro allá, y te dejo que juegues a ser niña mala, y a que coquetees hasta caerte de tanga, y que hasta saltes de desinhibición buscando admiración y libertad.

Y una chica que tiene tus ojos y que es rubia, va y aparece haciendo plas a mi lado. Es una mujer con pantalones ajustados y un escote de miedo. Exuberante como una top, me ofrece una copa de vodka y no la rechazo. Y luego, a continuación, bailamos como dos niños malísimos y traviesos, y en algún momento podemos darnos cuenta de que nuestros pies no tocan el suelo, y estamos jugando levitando en el aire.

Y mi Cruella vuelve a mí, se desnuda, y se disfraza de calabaza coqueta y con rombos a lo Ruiz de la Prada en el suje. Y esta noche iremos y viajaremos a todas las playas de Brazil, y nos perderemos por donde digan los tréboles de La Malvarrosa o de La Concha. Porque hoy podemos elegir avión y destino, y no hacer cola en internet, ni pagar nada con tarjeta porque todo es gratis y nosotros somos capaces de hacer toda la vida del mundo como una pata de rana y el salto de una luciérnaga gritona como energía necesaria.

Tú y yo somos energía. Porque somos de miedo. Porque me gusta verte la lengua cuando ríes a carcajadas por la cosa más tonta y a la vez sutil. Porque no nos da la gana tener frenos ni barreras. Porque volvemos de nuevo a ser felices, porque mañana será otro día, porque hoy somos nosotros de la mano del miedo sexo, y porque tu piel es amor.

Porque los coches están llenos de enamorados, y porque solo se oye a Toquinyo y a Vinicius de Moraes haciendo poesía y bossa nova. Y porque Michael Jackson baila genial sobre su tumba, y todos sus zombies admiramos su danza de terror en el eterno misterio.

Y nunca parará Halloween. Jamás. Hasta que no queramos todos, y a pesar de que los vecinos den por saco en nuestra privada fiesta. Esto la gozamos todos los alegres que nos gusta la fiesta del vivir y los labios de tu cocacola y del Mercadona. Hemos inventado la excusa de un tiempo extra de cielo con celofán de invierno. Y hemos sido los muertos más sexys del mundo. Y tus bragas saben a huesos de santo, y mi sudor es exactamente tu alegría.

¡SHHH! 

domingo, 31 de octubre de 2021

- CINE DE ESTRENO= "EL BUEN PATRÓN". -



Fernando León de Aranoa,-el director de la inolvidable "Los lunes al sol", vuelve a darle la mano y el protagonismo absoluto de "El buen patrón" a Javier Bardem. Es una comedia de humor satírico, pero que en su interior no faltan los retratos cercanos, la terca realidad, la ideología y la visión social.

El personaje de Javier Bardem es aquí el puto amo. El puto jefe. El puto poder. Cínico, con una sangre fría parece que exagerada pero que nos toca, y cuyo personaje principal lo hemos padecido en mayor o menor medida a lo largo de nuestra vida.

Los ojos de Bardem por encima de sus gafas y con una mezcla de ironía y mando, hacen parecer a veces que no es el actor. Soberbia interpretación. Aquellos que dicen que lo de Bardem es un tema ideológico, bluf, o de subvención, no podrán evitar estar silenciosos si quieren reconocer su extraordinario trabajo en esta estrenada película.

Te hacen reír las situaciones que suceden cuando todo el poder parece asentado y decidido. Cuando lo sentenciado que marca la lava del neoliberalismo, se deshace y bifurca a través de la magia del humor.

Subido a una grúa y en el medio de la planta industrial, el jefe de la fábrica "Básculas Blanco", habla a sus directivos y demás obreros y trabajadores en clave familiar. Son una "familia", él sufrirá con ellos sus tristezas y reirá con fuerza y euforia sus enormes alegrías. El gran patrón deberá según el discurso del jefe, alguien como lo es un padre, y todo se arreglará con buen propósito y hasta diálogo. Pero naturalmente, la gran impostura será vacía. Nadie cree en nadie. El Poder está individualizado y seccionado. Ahí solo manda "Julio", el patrón de la empresa "Básculas Blanco". Es decir, que el jefe será solo un cínico casi psiquiatra, que lo único que buscará será mantener el lujo y el poder delante de todos. De, absolutamente todas y todos. Es un pequeño pueblo, pero nada cambia. Es cualquier pueblo, cualquier ciudad, cualquier planta de producción, cualquier lar de trabajo obrero, todo siempre similar y estandarizado. Aranoa se acerca a través del humor y de Bardem, a ese mundo que apenas tiene voz y que sin embargo, existe.

El superjefe de "Básculas Blanco", quiere notoriedad. Se va a otorgar un premio regional en el que cabe que sea su empresa, y desde ese momento el personaje de Javier Bardem y la película se ponen en acción.

Un tal "Miralles" se irá a la puta calle. Lo ha tirado el jefe. Y "Miralles" sacará su conciencia de clase, y se negará a ser comprado. Y le monta un pollo y se asienta en la misma entrada a la planta industrial, con el fin de que se le readmita. Sigue ahí el orgullo del obrero bien arriba, a pesar de la mirada embustera y siempre rezumando poder del jefe "Julio Blanco". El amo, no renuncia al galardón que se ha convocado así como así. Lo demás, es para verlo riéndose.

Su relación con su mujer es de pura rutina en la convivencia y de pérfida complicidad. Se está bien al lado de un triunfador millonetis y socialmente todo aparenta impecabilidad.

Todo, mentira. En cuanto el jefe ve a una joven alta y nueva que está de becaria y probaturas en la fábrica, el jefe de "Básculas Blanco" se decide a buscar su cama y su seducción. Porque la jovencita,-que interpreta la actriz revelación Almudena Amor-, es una chica que sabe más que le han enseñado a pesar de su precocidad, y por esa bragueta machista se le pueden ir muchas cosas de las manos.

Pero el puto amo de "Básculas Blanco", lo espera siempre todo como jefe estereotipo que ya nunca cree en nada especial. Engaña, convence a matones locos, folla con quien le apetece, despacha a los trabajadores cuando le parece oportuno, y casi nunca se baja de su coche fálico, el cual evidentemente representa su idea de Poder.

"El buen patrón" nunca se baja de su plana ambición y afán de fardar, y a partir de ahí, toda su familia de empleados y trabajadores, deberá al menos formalmente seguir su credo comediado. La idea de León de Aranoa se define graciosamente con el principio de que todo esto del capitalismo y de la empresa como referencia es una filfa mentirosa que solo causa la nada y hasta una fuerte hilaridad.

¡SOBERBIO BARDEM!

 

viernes, 29 de octubre de 2021

- R. KOEMAN, CESADO DE UN BARÇA DE HALLOWEEN. -



Pesa mucho la realidad. El Barça es un grande. Y no se va a aceptar la transición por un desierto de menoridades. La presión es una dura y anhelada costumbre. Los errores del pasado dejaron a los azulgranas sin dinero.

Ronald Koeman es un tipo duro y peculiar. La prueba es la dificultad que tiene para hablar correctamente el castellano a pesar de los años que transcurren. Puede ser una pista.

Como jugador, Koeman fue elegante, de pase largo desde atrás, y con un excelente toque de balón. En el Barça fue entrenado por el dios Cruyff, y le dio al Barcelona su primera Champions al lado de Zubizarreta, Bakero, Laudrup o Romario.

Nunca ha sido santo de la devoción del nuevo presidente, Joan Laporta. Le mantuvo de entrenador por meras conveniencias económicas, pero nunca creyó en él. Las derrotas han segado la continuidad del entrenador.

Koeman sorprendió con sus cosas entrenando al Valencia, en donde riñó y dejó fuera a mitos como David Albelda o Santiago Cañizares. Este asunto, sorprendió y emborronó su trayectoria, apareciendo las primeras dudas acerca de su capacidad como entrenador de fútbol.

El Barça es ahora un equipo que se ha quedado sin grandes jugadores. Y eso no resta muchas ideas y pretensiones. El Real Madrid y el Barcelona tienen el deber histórico de estar arriba. Son los equipos de las dos ciudades más potentes de España, y con toda la tradición de historia y éxitos.

Sin apenas jugadores sólidos, el margen de maniobra se contrae. Si juegas atrás y sin defensas de fiar, puede ser muy feo, y si atacas y no tienes goleadores te pasa algo parecido. Es lo que hay.

Koeman tiene un carácter fuerte. Es orgulloso, y piensa que tiene suficiente experiencia para que pocas cosas ya le sorprendan en el juego del fútbol. Pero ese carácter potente, puede tener también reversos de moneda cuando no logra manejar adecuadamente el vestuario.

Además de las derrotas, Koeman no ha sabido motivar a sus jugadores, y ha querido ser una estrella más. Y en el Barça, no está el horno para alardes o frivolidades. La prensa es muy exigente, como lo es la de un club tan enorme. Y en los últimos tiempos, al holandés se le notaba demasiado tenso y fastidiado cuando hacía las ruedas de prensa. Apenas esbozaba una sonrisa. Se quería ir. Y estas cosas son muchas veces lógicamente determinantes. Llevarse bien con los medios, siempre es mucho más efectivo.

Koeman lo intentó con los juveniles cuando se notó que los veteranos solo podrían darle disgustos. Pero no logró hacer mixturas. Y cometió muchos errores estratégicos de disposición de los jugadores en el campo.

Mas no hay que engañarse. Koeman ha sido cesado por el damocles de las derrotas. En fútbol, si pierdes, lo pierdes todo. El Barça está viviendo unos momentos de enorme debilidad e inconsistencia. Y la marcha de Leo Messi, levantó todavía más la manta de la verdad y de la realidad.

Acabado Koeman, coincidiendo con la americanada de los sustos del Halloween, el relevo solo podrá inicialmente ser anímico. El Barça está para pocos sustos y calabazas, para pocas bromas adolescentes y para pocas leyendas de optimismo. Le falta muchísima calidad, y todo son buenos deseos.

Hasta que no llegue dinero, el Barça va a sufrir. Pronto se sabrá si con Xavi vuelve la ilusión imprescindible. Xavi es un icono en Can Barça. Ha sido uno de los mejores directores de juego del mundo como jugador, pero ahora debe refrendar como entrenador lo que sabe como sensacional futbolista.

La única esperanza es el orden. Que Xavi Hernández les dé un libretto y un patrón de juego más claro a sus futbolistas. Quizás con ese orden fruto de su sabiduría como jugador, el equipo pueda aguantar por arriba y no ser susto de decepción. El futuro del Barça es largo, preocupante y lejanamente triste. Por éso, Koeman ya sobraba. Ahora toca meter sal y tener paciencia a largo plazo con la reconstrucción deportiva.

-NO QUEDA OTRA- 
 

lunes, 25 de octubre de 2021

- GUSTO A BINETTI. -




Delgado. Flaco. Muy flaco Binetti. Y larguirucho. Calvo. Casi, sin pelo. Rápido, dinámico, juguetón, contradictorio, homosexual, y evidentemente reprimido.

Es un hombre marcado por su indecisión. Nunca dirá que le gustan los hombres, aunque le gusten. Tiene cara de formal, de anónimo, roja la piel por la fuerza del sol que disimula sus rubores. Porque Binetti, se ruboriza. Debe tener unos sesenta y cinco años. Le gustan los hombres más jóvenes, los asequibles, los que él piensa que le dan terreno, los asustadizos, los mirados, los momentos propicios para sacar su verdad; un tremendo afán para no mostrar ni pizca de amaneramiento.

Binetti se muestra sonriente y gran jugador de dominó. Se sabe bueno, muy bueno en este juego de mesa, se deduce que ha jugado miles de partidas, y que en realidad aunque le encanta este juego, en el fondo todo es una excusa para disimular su sexualidad. Binetti prefiere estar, sin estar.

Las partidas, le permiten realacionarse con otros hombres. Lo que pasa es que este juego es muy machista y muy de mostrar poder y machismo haciendo ruido fuerte golpeando las fichas sobre la mesa. Y ahí se suele hablar de hembras. Mucho más en esa clave, que de mujeres que son personas igual que nosotros los varones.

Binetti se pone contento cuando ve alguna posibilidad de ligar. Me lo imagino en sus años jóvenes descubriendo su sexualidad castrada por el Poder y por sí mismo dándose placer, soñando con quimeras imposibles y con pieles reales y totalmente prohibidas.

Binetti denota en sus movimientos que es un homo activo. Que juega con la risita y la cosa tontorrona para alargar sus manos, cerrar las distancias y los espacios, y ponernos a prueba a los demás. Binetti es apasionado y memorión, ya un jubilado que en tiempos debió de ser más de ciencias que de letras. Le gusta vestir ceñido sin que se note, y como está muy delgado se le perdona y acepta. Su ropa deportiva le sienta realmente bien.

Yo, le gusto. Le gusta mi cercanía, interpreta mi sonrisa como feminoide, y todo eso que le pasa a uno cuando siente atracción por otro. Y cuando juego con él al dominó, entonces se muestra más que accesible, gana pero se deja perder algunas partidas para intentar ganarse mi condescendencia y cosas así. Es listo.

Confieso que eso de gustar a hombres, no me hacía maldita la gracia. Si hubiera gustado a mujeres, la cosa hubiese cambiado plenamente. Pero, pasado un tiempo, cuando le ves molestia porque solo soy un sueño para él, ¿por qué no sentirme halagado?

Binetti es insistente pero no descarado. Cuando se acaban las partidas de dominó, hace lo posible por acompañarme hasta la estación del metro con la excusa de que él también lo coge. De modo, que aprovecho cuando está despistado y a otras cosas, para levantarme de allí y poner tierra por en medio.

Compadezco a Binetti. Si le dijera que sí, que bien, que vale, que todo, que me amara, que me metiese mano, que subiera a mi casa, que se acostara conmigo y todo eso que él desea, sería algo querido por Binetti pero no por mí.

Creo que en el fondo Binetti no me ve con demasiadas expectativas. Sabe que habrá un final rápido, un corte, una cosa esporádica y azarosa, habrá sacado igualmente sus propias conclusiones y seguramente cuando por la noche nadie le vea, entonces dará rienda suelta a su extrema fantasía.

Sí. Binetti parece haber llegado demasiado tarde al tren de su realidad. Jamás saldrá de su armario, el cual no es su zona de confort sino su pose temerosa vital. Ha decidido que actuará clandestinamente y que nunca dará un paso de más y huirá de líos. Sabe que se juega mucho. Ya sospechan cuál es su orientación sexual, y juegan con él los demás tíos porque sí, porque le ven bueno y competitivo jugando, porque sabe y genera nivel, y todas esas cosas. Más yo solo veo noes a Binetti. Aunque esos noes sean un tranquilo silencio. Lo siento, Binetti. Yo no puedo ser.

-SUERTE-
 

miércoles, 20 de octubre de 2021

- DE LOS MÍOS. -



Es castizo. Valenciano. De aquí. Rubicundo. Pelirrojo. Ha venido varias veces a mi casa, para efectuar trabajos con el fin de protegernos de la intrusión de esas ratas del aire que son las palomas, las cuales son capaces de introducirse en el falso techo de la finca, con el consiguiente riesgo de degradación y no digamos para un lugar que tiene más de ciento veinte años de edad. Un lugar histórico habito.

Se llama, Javier. Y lo que  hace este experimentado obrero, es hablar mi idioma y tener características de su tiempo que es el mío.

Es difícil encontrar a gente así hoy en día, porque aquella atmósfera hace tiempo que se fue, y el perfil de los profesionales suele ser el de mantener una actitud impostada, interesada, agresiva, competitiva, puntual y hasta prepotente y antipática. Hablan otro idioma.

Mi barrio ya no existe. Solo quedan de aquel tiempo los edificios, muchos o la mayoría de ellos, en interminable,-por molestias y ruidos constantes-, y continua rehabilitación.

Los míos, se fueron de aquí. Los abuelos ya faltaron, y los hijos decidieron dejarse de nostalgias, abrazar la practicidad de afincarse en barrios y pisos más modernos y actuales, y vendieron dichas viviendas a los habituales especuladores.

Javier, lo sabe. El obrero bien valenciano de las palomas, me recordó con su peculiaridad y cercanía, que hubo otro tiempo y que existió otro idioma y otra actitud. Y por unos minutos pensé que mi barrio resucitaba de entre el pasado, y volvía afortunadamente al presente.

Javier se nutre de la experiencia y de esa calma que tiene la gente agradable que mima éticamente al cliente. Porque percibe al cliente como bastante más que a alguien que solicita un servicio. Javier sabe ponerse en su lugar. Lo mismo que hacía el panadero señor Salvador de toda la vida, o la farmaceútica que te quería más que te orientaba, o hasta el empleado de banca que te aconsejaba si tenías pasta, o el frutero que era mucho más que un busto parlante. O que el cartero, al que tantos años seguidos de no ser deslocalizado, era también del barrio. Y conocíamos su nombre. Sí. Aquella cercanía de aquella sociedad.

Cuando sea mayor, quiero ser como Javier. Y que no me afecte tanto el cambio social y los nuevos tiempos tan distantes y para mí profundamente fríos y extraños. ¡Oh, aquella idea de la real vecindad! ...

Mientras hacía sus trabajos, el rubicundo Javier no dejaba de sonreír y de quitarle drama a las cosas. Hablaba clarito pero sin molestar, medía sus palabras pero te hacía poder entender su argumentario. Y cuando se percataba de que no le habías entendido, se daba cuenta y te lo repetía hasta que se cercioraba de que lo habías pillado.

Javier, además, conoce aquella Valencia que es mi cuna y mi verdad. La otra. La de mi idioma de antes, sabe de sus calles, tiene una visión general de cuanto acontece, y no parece especializado en nada en concreto. Mas lo suple con su aplastante sentido común.

El hombre ve los errores y las imperfecciones que asolan el barrio, pero más que rechazarlas lo que hace es explicarlas. Utiliza evidentemente su sentido crítico, pero también es capaz de ponerse en la piel de los protagonistas de la nueva sociedad. De la de 2021.

Yo, le he entendido. Javier no cierra los temas a pesar de su currículum extenso. Sino que decide ser práctico, aunque no olvida. Y elige los momentos para ser condescendiente o criticista. Te mide, te ve, te examina, le importa la cara que pones y se basa en ella. Se pone individual y en tu piel. Sabe ser humano. Y me quedo con esta frase. Ser humano.

Javier ha mamado la esencia de un tiempo,  y no pierde esa referencia a pesar de todos los enconos imparables de nuestro tiempo que también es el de mí. El hombre sabe que hay que reír también, que hay diversidad, y que la vida es muchísimas más cosas que ponerse serio y aséptico.

-COMME IL FAUT-
 

domingo, 17 de octubre de 2021

- LA NUEVA PELI DE ALMODÓVAR= "MADRES PARALELAS". -



Parir. El personaje "Janis" de Penélope Cruz, grita y grita dolor y vida. Está pariendo. Y en ese momento de fulgor, dolor y creatividad, hay un misterio femenino que siempre será sentido. Una madre, las madres, quien da la vida, quien se dispone para dar a luz; la creadora de algo que está por llegar y llega.

El cine de Pedro Almodóvar siempre es diferente. No es esta su mejor película, pero su sello, está. Ese mundo femenino que se rebela y sorprende, que descubre; que se mueve en una suerte de curvas directas y efectivas.

La sexualidad, los tabúes, la belleza, la trasgresión, la ruptura cinéfila de las barreras; ese universo de las nuevas mujeres que se enfrentan a todos los retos y obstáculos. Esas obsesiones del director manchego que itera y presenta expectación. Chicas jóvenes de todas las edades. La bisexualidad de una "Janis", que borda Penélope. La Cruz está madura, delgada, juvenil, fresca, con labios eternos de adolescente y preciosos ojos.

No hay demasiadas mentiras aquí. Se toman decisiones impulsivas por sucederes humanos y extraordinariamente reales. Hay voces quedas que no encubren el machismo sino que lo trasladan con su propio ritmo camino de la conclusión definitiva.

En "Madres paralelas" hay ironía, hay cosas que suceden en la realidad, hay complicidades de estigma y estereotipo, reivindicaciones que caben con calzador, justicia política de un tiempo dormido y contumaz, anhelos de huídas para escapar de errores cometidos, y una suma de elementos a veces deslavazados o desencajados. 

Hay criadas, mujeres poderosas, machos implacables y fértiles, estudiosos y educados, desestructuras, la esencia básica del cocinar en el hogar, guiños a mujeres de ayer y de siempre, inconsciencia y pasión.

Este film está lleno de sentimientos y de reacciones humanas y de hoy, teléfonos móviles que marcan nuestro tiempo, condicionamientos y corsés, bellezones que posan para una cámara de fotos, vitalidad, modernidad, y abuelos antiguos que tendrán toda la razón.

Son los grandes tics de un Almodóvar que se sigue definiendo son mayores escrúpulos. "Janis" se lanza al amor total con la joven que le gusta y que parió en su misma habitación, y no renuncia a su amigo que desentierra enigmas y que por el camino hace cama, fecundidad y placer con la hermosa "Janis".

Penélope está espléndida en un guión intimista que no renuncia a las aperturas y a los exteriores. Es una comedia que no te sorprende porque de Almodóvar puedes esperarte hasta cualquier casticismo.

Sí. Parir, amar, dar a luz, ser paralela en la cercanía y en el sexo, diferenciarse aunque no del todo de las oponentes o de las distintas. Aquí hay mucha libertad para la mujer su look social cambiante y estético.

Fenomenal Milena Smit en el papel de la joven más que amiga de "Janis", así como Aitana S. Gijón en el papel de la madre del personaje de Milena, sobria y oportuna Rosy de Palma, esta vez con poco juego de protagonismo en el guión.

Es la vida la que se menea imparable, y se asume con riesgos y con heterodoxia y exceso, con valentía y verdad, con besos de lengua y recepción clara de la atracción; con un universo personal y propio.

Insisto en esa idea del parir. De la necesidad de que todo salga del cuerpo y también del alma. De que no hay concesiones entre el pasto de los sentires, y de que la película puede ser más pero ha salido, has ido y la has aceptado.

El sentir almodovariano no se acerca en esta ocasión a una espectacularidad que no sea la magia actuativa de Penélope. Pero a pesar de las menoridades, la curiosidad está ahí y se llama clave mujer. Y los hombres pueden hasta ser personajes recurrentes y hasta secundarios, y las chicas llevan la película, y la femineidad diversa se hace con poderío y verdad, y la cosa se pone original y distinta.

"Madres paralelas" es darle cancha a la mujer inconformista que va a su inteligente bola y que nada tiene que envidiar al varón. Y es nuestra mujer, nuestra amante, nuestra madre, nuestra paralela, nuestra magia y nuestra verdad.

-TODO ALMODOVARIANO- 


 

lunes, 11 de octubre de 2021

- LA FIMOSIS. -



¿Cuarenta años? No. Yo no tenía aún cuarenta años, pero bien pocos me faltaban para alcanzar dicha edad. Me había pasado demasiadas décadas en el desierto de mi salud. Trabajándola. Y poco a poco, comenzaba a obtener los frutos deseados de mi autoestima de superviviente. Creo que es el mejor epíteto que puede definirme. El de la supervivencia ...

¿Mujeres? Eso estaba bien para el soñar y para la pulsión de una condicionada autosatisfacción. Poco a poco, decidí tomar mi decisión. Y me fui al médico del ambulatorio de la Seguridad Social.

Mi madre, parecía tenerme en mis manos. Tenía en su poder hasta mi tarjeta sanitaria. Gran parte a causa de su afán posesivo, y gran parte parte por mi delegación, desorden y dejadez. Yo seguía creciendo a pesar del estigma de los otros.

- "Pero, hijo. ¿Por qué quieres ir al médico?, ¿te encuentras mal? ..."

- "No, mamá. No tiene ninguna importancia ..."

- "Entonces, es que estás engañando a tu madre. Y éso, no debes hacérmelo jamás, hijo ..."

Comenzó a hacer amagos de ponerse a llorar mientras no quitaba sus ojos de mí.

- "¿Dónde está la tarjeta sanitaria, mamá? ..."

- "No lo sé. Hasta que no me digas qué es ..."

- "Vale".

No le dije nada. Esperé a que se durmiera esa noche. Entré en su cuarto, y busqué y busqué con terror entre los cajones de su anuncio. Fueron momentos duros. Pero finalmente, me hice con dicha tarjeta sanitaria sin que ella se diese cuenta. Y al día siguiente, ya estaba en el médico. Cogí cita, y el médico me mandó al especialista, el cual refrendó lo que me ocurría. Tenía fimosis. Me exploró, y me incluyó en la lista de espera para que me llamaran del Hospital para intervenirme.

Mi madre, nunca se dio por vencida. Me atacó por todos los flancos. Desconcertada, temerosa, rabiosa y extraña. Hasta que al final se lo dije:

- "Mamá. He ido al médico porque me tienen que hacer una cosa en la chufa ..."

- "¿Qué dices de la chufa, guarro? ..."

La "chufa", es la expresión coloquial y hasta tradicional con la que denominamos por mis tierras al pene.

- "No es nada grave, mamá. No te preocupes ..."

-"¿Que no me preocupe, marrano?, ¿te tocas la chufa?, ¿eres capaz de eso, pedazo de cochino? ..."

No respondí y me retiré. Pero mi madre no paró de faltarme al respeto y de lanzarme invectivas durante meses. Porque yo para ella, no es que no tuviese derecho a crecer, sino que interpretaba los cambios como una forma de distancia en su inseguridad más que patológica. Que yo creciera y mejorase mi salud, era y se constituía en un panorama de zozobra para ella. Yo debía ser eternamente un chico sin crecer. No podría ser hombre desarrollado, jamás. La sexualidad era mucho más que un tabú. Mi madre no recibía placer. Había decidido dormir en otra cama distinta, alejándose de la de mi padre. Aquello, había precipitado el enfriamiento de la relación de ambos. Y hasta ahí puedo leer.

Otra de las cosas que nunca se me olvidarán,-aparte de la tremenda vergüenza que pasé en mis visitas al médico-, fue la mirada de las diferentes enfermeras. Una tras otra se quedaban alucinadas al verificar mi edad a la hora de ser conocedoras de mi pretensión conseguida de intervenirme de fimosis, bien cerca de los cuarenta años. Había muchísima burla, miradas maliciosas, despreciativas, sorpresivas, y mil etcéteras. Pensarían de todo sobre mí. Pero, evidentemente, poco podrían sospechar acerca del qué hubiera podido suceder para que yo hubiese dejado transcurrir tanto tiempo para la solicitud de la intervención susodicha. Incluso os aseguro que en cierta ocasión, una enfermera con cara de vinagre me llegó a decir que a mi edad eso ya estaba de más, que no me operara, que para qué, y que ahora ya no tenía sentido todo éso ...

Os juro que no me invento nada. La sexualidad y la sociedad judeocristiana iban por un sitio, y las necesidades y realidades, por otra. La sexualidad y la Seguridad Social, tampoco os creáis que hoy en 2021 van demasiado de la mano. Y la Ciencia choca con objetores y con la Iglesia. Y hay mujeres en hospitales de Murcia, que deben viajar a otros lugares  para poder abortar, a pesar de haber logrado todos los derechos constitucionales.

¡La carta! Me llegó la carta. Para la intervención. Fueron meses terroríficos. Porque yo no quería ver a mi madre así. Reprochándome todo, dudando siempre de mí, echándome por los suelos, escupiendo toda su dolorosa frustración de mujer entre enferma y condicionada por los tabúes de ancestro.

- "Mamá. Me operan el día 15 ..."

Mi madre no me escuchó y siguió su camino. Y no tuve más remedio que sujetarla. Porque se iba del lugar.

- "¿Me has oído, mamá? ..."

- "¿Qué quieres, tío cochino? ..."

- "Sí. Me operan la semana que viene. Y alguien debe venir a acompañarme ..."

- "¡Que te acompañe alguna de esas guarras mujeres que te habrán visto la chufa! ¡Conmigo no cuentes, marrano! ¿Está claro? ..."

Lloré, rogué, me sentí plenamente decepcionado, estaba más que asustado, y todas estas cosas. Y pasaban los días, y ella no me decía nada. Y me miraba de reojo, y me lanzaba puyas mientras se lanzaba sobre mí con actitud agresiva, mientras insistía de continuo:

- "¡Marrano! ¡Eso es lo que eres! ¡Un marrano! ..."

Y trataba de ridiculizarme delante de mi hermano, el cual reía y sonreía más que divertido y hasta descojonándose. Mi hermano, hacía tiempo que dominado su ser por nuestra madre, había decidido no crecer y dejarse ir como persona por completo. Y me tenía una envidia brutal al apreciar mi osadía y mis progresos.

Con las primeras luces del día de la intervención, yo me desperté muy temprano. Y me dirigí al cuarto de mi madre.

- "¡Mamá" ¡Por favor! Hoy toca operarme. Se va a hacer la hora y ..."

- "¡Pues no vayas! ..."

- "¡Pero, mamá! ¡Por Dios! ¿No me vas a acompañar? ¿Me vas a dejar realmente tirado? ¡Me cago en la leche! ..."

Mi madre, me miró. Dijo: - "¡Eres un cerdo! Y siempre te has de salir con la tuya, granuja marrano ..."

- "Vamos abajo. Voy a llamar a un taxi y ..."

- "¡De taxi nada, cochino! Vamos a ir en autobús que es más barato. ¿Qué te crees un rico, malperro? ..."

Lo importante se había conseguido. ¡Habría intervención! Fue con anestesia local, y por la noche ya estábamos de nuevo en casa. Esta vez sí que cogimos un taxi. Pero días después, mi madre no me dejó hacer demasiado reposo. Me mandaba a hacer todos los recados que consideraba. Yo, intenté no hacerme daño en aquellos días. Pasado un tiempo, el médico especialista me dio el alta. Mi pene ya estaba bien. Y en mi interior, me sentía más que satisfecho a pesar de todos los peses.

Mi madre siguió a la suya: - "Ahora te vas con todas tus amigas las guarras y te acuestas con todas ellas! Pero si dejas preñada a alguna de ellas, ¡ya te las apañarás! ¡Y además te tiraré de esta casa y no volverás más! ..."

Hace ya algunos años que mi madre faltó. Tras la operación, ya no se volvió a hablar nunca más del tema de la fimosis, en casa. Mi madre debió sentir que se le abría un nuevo flanco de posible pérdida de su filial posesión. Yo, tampoco dije nada. Como para hablar de ello en ese contexto ...

Por cierto, que cada día que pasa la quiero más, al igual que a mi padre. Porque me di cuenta de la tremenda vulnerabilidad que ambos llevaban encima, y aún así habían decidido tener hijos. Algo simple. Gracias a esa decisión, yo estoy aquí, vivo y coleando. Sin segundas.

-"TRAGITERNURA". -