Buñol. Valencia. Finales de Agosto. Fiesta. España. Buscadlo en Google. Es la mañana del tomate. Nada de comer. A arrearse tomatazos los unos a los otros. Amistosa y lúdicamente, por supuesto. Ya llegan los camiones llenos de tomate. ¡Oh, tomate! ...
Tomate. ¡Tomate! Gente japonesa, australiana, americana, sin fronteras, miran asombrados aquello que va a venir. El grito es constante, mayoritario y absolutamente democráctico: ¡Tomate!
La ropa será ligera y a desechar. Si te pones ropa nueva, dala por perdida. Se hará jirones de zumo de tomate, de ríos de líquido de tomate, de baños de tomate, y cuidado si te pican los ojos.
Tírate agua a la cara y límpiate luego bien. O te seguirán picando los ojos. Es el gran Sanfermín del tomate. La gran batalla festiva de la juventud y de la adolescencia. Si tienes aún muchísimas ganas de fiesta, ve a Buñol, Valencia, España. Es este miércoles, y el pueblo estará tomado por los soldados del tomate. De Su Majestad el tomate maduro. O te das prisa, o te quedas ya sin poder ir a la televisiva y dinámica abarrotada Tomatina.
Tomate sin fronteras. Tradición. Los camiones del tomate ya están rodeados de animosos entusiastas. Ya está a la disposición de todos el objeto y fruto deseados. El tomate ya está en tus manos. ¿Quién es el primero que se atreve a lanzárselo a otra o a otro? ¡Todos a la vez! Comienza la festiva batalla. Juerga y exceso para el personal. A divertirse tocan. Pocas veces verás algo igual. ¡La Tomatina! ¡Tomate! ¡Tomatoe! ...
Tomatazos tímidos, ¿qué es esto? Pero, si están maduros. Vamos a buscar a la chica de la tele valenciana, que esa no se salva nunca y lo asume. Ya es una tradición dejarla perdida de tomate.
Las hormonas andan más sueltas que un día sin padres en casa y con toda la vacación y la libertad. Parece que todo es posible ¡Queremos más tomate! Pues, ¡ahí tenéis más camiones de tomates! ¡Tiraos tomates hasta caeros de culo! Y, físicamente, se caen tod@s de la risa, y se van las vergüenzas a pesar de las apreturas y del poco espacio en el pequeño y tomatino pueblo de Buñol. ¿Cómo se pronuncia la fiesta? Algo así como : ¡Tomatina! ¡Toma, toma, y toma, tomate! Te mato a tomatazos de carcajadas y despiporres. Esto es la rehostia. ¡Ay, éstos valencianos que son la leche! ¡Qué cosas se les ocurren! ¡Woww!... ¡Tomate, tomatoe, Tomatina! ...
¡Oh, yes! Charcas de tomate. Nadar. Sí. Se puede hasta nadar y rebozar en el interior de las charcas que se forman por la acumulación del agua salvadora con el zumo de tomate. ¿De qué iban a ser? ...
Tirantes de chica en peligro. Contención. Cuidado con los arañazos y los golpes de tomate en nariz y ojos. Una vez superado el trauma de la ropa y del inicio, entonces el mundo se ha vuelto loco, loco, loco ... ¡Puede estar pasando todo ésto! ...
¡Hostia como se enteren mis amig@s de Nueva Zelanda de lo que hay aquí en Buñol. ¡Anda cuando lo cuente en Japón! ¡Oh, yes! Esto es muy divertido para ser contado. No tiene ni pies ni cabeza, es descacharrante y hasta absurdo, pero ha resucitado el gran niño interior. Jugar a tirarse tomatazos durante unas horas. ¡Esto es grande! No existe el tiempo, ni los idiomas, ni las distancias. Esta locura está muy chiflada pero es muy divertida. ¡Claro que pienso volver! ...
Al terminar la fiesta, los habitantes de Buñol se disponen a limpiarlo todo. Casi es mágico y laboriosamente efectivo. En pocas horas ya no queda rastro de las tremendas manchas del tomate superstar.
¡Conseguido! Buñol o Bunyol, vuelve a ser un pueblo de esos casi olvidados que hay en mi Valencia. Pero ya miles de jóvenes saben de la dinámica y festiva experiencia. Tras el gran fiestón y orgía tomatesca, todo se centra hacia el próximo año. ¡Habrá mucho más tomate!
- ¡TOMATE, TOMATE! -
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