domingo, 27 de junio de 2021

- UN SUEÑO COPULA CON LA LIBERTAD. -



Se abre un mapa blanco, extenso, en expansión, e imparable dentro de la gran tormenta oscura y desafortunada. Errada e impropia.

Se goza, se siente placer en una casa propia en donde clavo el dominio de mi autoridad y mismidad. Y desde cualquier ángulo, gozo y saboreo. Acierto, y mil millones de creatividades en forma de llaves aparecen plenamente en mis manos. Y entonces me río a carcajadas de mis límites y penurias, me paso por el forro al tabú carcomido por la estupidez, y me levanto triunfante como una deidad camino del olimpo y del absolutismo poderoso. Y, disfruto a manos llenas. Y entonces no existe el tiempo porque Cronos no deja de ser una anécdota, y todo se airea positivamente alcanzando el pleno placer.

Cuando la oscura trampa se tambalea, entonces me revuelvo con libertad y decisión, y puedo mostrar mi sol y mi chakra erguido y dominador. Y la risa llena mis venas de alegría, y mi gesto se serena en pose de amor. Amor propio y ajeno.

Cuando se va la luz, ya no me importa el rigor de la oscuridad ni el llanto de los nubarrones amenazadores. Porque yo decido que la luz siempre estará, y los fantasmas serán vistosos y maravillosos clowns animadores, y sonará  la música de la paz y de la libertad en un concierto que durará exactamente lo que decida mi voluntad.

Un preso se tornará un viajero de placer que marchará desde Argelia a Indonesia, o desde Madrid a Nueva York, o desde los ojos de una rubicunda mujer escocesa a los enormes ojos de una diosa caribeña de ébano.

Y este reino del placer y del triunfo no tendrá fin. Y los poderes económicos y fácticos en la sombra, solo serán diminutos esclavos de mi magno dominio.

Y no existirá para mí la enfermedad, el contratiempo, el dolor o la incomodidad. Y la palabra problema será un arcaísmo al borde de la extinción. Y los trinos de los pájaros coronarán un homenaje coral a mi silueta, movimiento y deseos.

Cuando el enemigo perece y fenece, se le da un adiós rudo a algo que ya no puede tener lugar ni existir. Y entonces mi alma se eleva hacia una suerte de zona de libertades sin la más mínima censura. Y todo se doblega y arrodilla ante mí, y los barítonos afinan la magia de sus gargantas hercúleas, y las mujeres se tornan más atractivas que las celebridades del mundo del cine, y se llenan de verdad y bondad, de substancia que impregna y llena todo mi deseo, y todo lo que existe es inteligente y escucha a mi mismidad.

Ficho por un estado superior y dulce, casi indescriptible por maravilloso, y conquisto la primavera de los veintitrés grados eternos en las cuatro estaciones anuales, y nunca ya hay soldados, inquisidores, cuchillos, machetes, obligaciones, esfuerzos o cotidianas responsabilidades.

Cuando se va esa mierda del destino fatal, entonces puedo respirar con la capacidad pulmonar de Phelps, o saltar mucho más allá de lo que hizo Powell. Y Usain Bolt no puede seguirme, y todo el asombro se vuelve halago obligatorio.

Porque el bienestar nunca se obtiene con dinero, ni se discute, y solo es un azar. Y mientras el gozo está, todo lo demás es superficial, inexacto y fofo.

-ABSOLUTAMENTE-
 

lunes, 21 de junio de 2021

- SERGIO RAMOS ENTRA EN EL MITO HISTÓRICO DEL REAL MADRID. -



Cuando un futbolista alcanza y supera muchísimos años en la élite del Real Madrid, ese jugador se torna grande y leyenda, y ya nunca más se aceptarán censuras u oportunistas.

Sergio Ramos llegó al Madrid hecho un chaval, y procedente de la banda lateral derecha del Pizjuán. Precoz y echado para adelante, con mirada de adolescente y hechuras de veterano.

Sevillano hasta la raíz, Ramos supo ver y mamar ese estilo magno y pragmático, excepcional y menesteroso, competitivo y clásico; todo el saber urgente del éxito de la filosofía del Real ganador y referente de muchísimos españoles. Y el "camero" se integró con viveza en esa filosofía de menor orla y de más gol y triunfo constante, y bien  pronto su sello fue para el del pionero Santiago Bernabéu, figura que encarna en los tiempos de la modernidad el mecenas Pérez.

El Madrid es Florentino. Porque para ganar hay que emplear dinero. Y esa faceta financiera nunca será la de Zidane o Di Stéfano. Sino del jefe de los caudales.

Ramos ha sido el último gran capitán del Real Madrid. Dotado de una personalidad atractiva y carismática, el sevillano encarna esa épica de gestas y superación como es el Real Madrid, invento gigantesco y muestra de un colosal negocio.

Sergio llegó al Madrid, y sus portentosas facultades le permitieron inicialmente simultanear los puestos de lateral derecho y de central, y con rendimiento igualmente exitoso.

Ramos ha sido polémico. Sobre todo, fuera de Madrid. Pero el andaluz mantuvo siempre el orgullo de su superación y cerró muchas bocas. Se le acusó de excesivamente visceral, de que se calentaba pronto y lo expulsaban en seguida. Pero, supo como el vino madurar a medida que pasaba el tiempo, y su ambición creció poderosa y alcanzó los cielos futbolísticos.

Un sector de los aficionados, le afeaban su estilo poco técnico. Como por ejemplo, al censurarle que fallaba penaltyes. Y entonces, Sergio Ramos se dijo a sí mismo que se tiraba y con asombrosa seguridad al monte del grande y del riesgo, desafiándolo todo. Y llegó a lanzar  los penaltyes con la frialdad de Antonin Panenka, y con una autoconvicción de triunfo, admirable.

Si el fútbol es gol, Sergio  no estuvo al margen del grito magno y se sumó al sabor del clamor. Y aprovechó su talento físico y su potencia de salto,-me recordó al mítico Santillana-, y sus brincos subiendo al ataque y en el área contraria se hicieron mágicos, como el cabezazo que dejó groggy en la final de la Champions a un gran Atlético de Madrid y del Cholo Simeone.

En la Selección, fue igualmente la referencia expresiva. El corretón que mandaba viniendo desde atrás, y cuyos llantos cuando perdía entregaron su verdad del corazón a las cámaras y a los mediático. Se casó con una hermosa mujer de la tele, siguió creciendo, y mostró su evidente pasión por el fútbol.

Solo Gento ha jugado más veces con la blanca camiseta de Sergio Ramos. Muchísimas tardes de fútbol, y noches, y triunfos, y toda la pasión sevillana hecha portavocía de jefe blanco. Cuando se enuncia su adiós al Bernabéu, aquí queda mi respeto por su grandeza y personalidad.

-SE VA UN COLOSO-
 

martes, 8 de junio de 2021

- LOS SUPERSILENCIOS DE MARTA. -



Hablo a Marta. Por teléfono. Desde su mundo potente y singular, parece oírse una voz altanera, fuerte y decidida. Emocionalmente anda demasiado confundida, y su percepción de la realidad es dura. La mía de Marta, es ternura.

Porque la mujer madura sin madurar, Marta, aún no ha logrado aprender a dialogar. Comienza su discurso, y si la interrumpo, algo se rompe e hincha en ella. Repite con toda la fuerza las palabras pronunciadas antes de mi imposible interrupción, y se alza sobre su discurso.

Es triste no saber dialogar. Se pierde mucho cuando la verdad es unívoca y se convierte en afirmado discurso que llama a la vanidad de su poder. Marta es mucho su discurso. Es decir, bien poco. Y cuando se adentra en su imparable verborrea, los demás no pueden existir ni existirán. Y ahí demuestra su vulnerabilidad. 

Es hasta apasionante apreciar cómo Marta trata de aplastarte cuando habla, con toda la cronología extensa y sin censuras de su modo de pensar. Sus discursos son definitivos, impepinables y libertarios, anarquistas, y con unos deseos de libertad que rayan el yo inflamado.

De modo, que es tentador guardar silencio y hasta analizar lo que en realidad desea decirme, y que en el fondo nada tiene que ver con sus palabras. Porque hay mucho más que eso.

A Marta nunca la han dejado hablar. Y ahora está de vendetta con las palabras de los demás. Ni su ex ni las autoridades, son muy partidarios de que pueda ver a su hija adoptada y oriental. Temen que le quite también a la niña los espacios de libertad.

Marta tiene el alma noble y la ambición totalmente incompleta. A veces se desespera y decide taparse los ojos con las manos. Percibe que el mundo le viene grande, y se rinde. Y se queja, y todos son malos, y es muy raro verla sonreír. Pasa de la desesperación al mando total, y esto desconcierta y molesta. Empuja desde su violencia, pero no lo sabe. Y yo espero que algún día pueda conectar finalmente con ella misma. Me encantaría que hubiese final agradable.

Yo, me impaciento. Vuelvo a intentar interrumpirla sin éxito, y entonces, paso al ataque, y vuelvo a meter palabras en un vano intento de que calle y escuche. Y hoy por hoy, solo logro que coja unos enfados colosales. Como lo haría una niña a la que le negaron todos los caprichos cuando niña, o cuando descubrió que lo que le daban tenía trampa y solo era pose y nunca cariño.

En este intento, logro imponerme. Y la digo a Marta que no estamos haciendo un diálogo. Que la conversación ha de admitir interrupciones por su parte y por la mía, y que no pasa nada malo sino todo lo contrario.

Marta recibe muy mal la sugerencia: ¡ni puto caso! A ella no la interrumpe nadie. De modo que adiciona más dinamita a su dolor explosivo y saca a pasear su plan B. No es otra cosa que guardar absoluto silencio y así tener la oportunidad de sentirse maltratada en su libertad, capada su expresividad o huero su deseo. Me deja tirado con la palabra en la boca, pero no cuelga. Quiere darme su lección para demostrar lo indemostrable. Marta está muy herida y con mil cicatrices abiertas y abruptas en su corazón. Está, para serse muy generosa con ella.

- "Mira, Marta, como no dices nada ni vas a decir, lo dejamos para otro momento ..."

- "Eres tú. Que no me dejas hablar ..."

- "Vale, Marta. Cuídate. Hablamos en otro momento ..."

-Y ELLA SE DESPIDE CORTANTE-