lunes, 1 de noviembre de 2021

- RECUERDA TU HALLOWEEN. -



En el medio de la fiesta del susto y el miedo, luces tus medias de lycra tatuadas de amor, y tus labios adquieren la tonalidad pintada y deseosa de una naranja y nunca de una calabaza.

Me asusta con dulzor tu modo de mirarme a los ojos y me alegra sobresaltado tu minifalda cortísima de bruja de lujo. Ahora no tienes edad. Ahora solo eres mujer y fiesta, y gritos y risas desatadas, y mucho Halloween cuando cruzas tus piernas más que depiladas y atrevidas.

Y entonces la calle se hace subversiva y dulce, y alegre, y la noche da paso a tu sol deslumbrante y a tu primera juventud y eterna adolescencia. Y tus amigas juegan a chocolate y fresa, y a medida que avanza la noche se ponen a buscar la piel y a competir sobre cuál de sus amigos tiene sobre la piel el mayor número de tatoos.

El grito y el misterio se vuelven absoluto placer y bienestar, y nuestra carnaval de ternura se hace paz y magia. Y hay un campeonato de dulzura y belleza. Y tú ríes más que yo aún, y tus manos son sedosas y profundamente femeninas, y el móvil es un motor que siempre funciona a base de corazones de batería y de amistad.

La calle social y la fiesta interior, está decorada por esa Disneylandia heterodoxa que nos gusta y en la que todo es sorpresa. Y me sigues mirando con cara de Cruella, y yo te doy mi primer beso de la tarde y de la noche que se hacen interminables y a la vez más que veloces.

Y unos chicos te piden fuego y tú les complaces. Fuman y se ríen. Uno de ellos es morenazo de ojos claros y sé que te gusta. Pero yo soy mago y espíritu que viene del otro allá, y te dejo que juegues a ser niña mala, y a que coquetees hasta caerte de tanga, y que hasta saltes de desinhibición buscando admiración y libertad.

Y una chica que tiene tus ojos y que es rubia, va y aparece haciendo plas a mi lado. Es una mujer con pantalones ajustados y un escote de miedo. Exuberante como una top, me ofrece una copa de vodka y no la rechazo. Y luego, a continuación, bailamos como dos niños malísimos y traviesos, y en algún momento podemos darnos cuenta de que nuestros pies no tocan el suelo, y estamos jugando levitando en el aire.

Y mi Cruella vuelve a mí, se desnuda, y se disfraza de calabaza coqueta y con rombos a lo Ruiz de la Prada en el suje. Y esta noche iremos y viajaremos a todas las playas de Brazil, y nos perderemos por donde digan los tréboles de La Malvarrosa o de La Concha. Porque hoy podemos elegir avión y destino, y no hacer cola en internet, ni pagar nada con tarjeta porque todo es gratis y nosotros somos capaces de hacer toda la vida del mundo como una pata de rana y el salto de una luciérnaga gritona como energía necesaria.

Tú y yo somos energía. Porque somos de miedo. Porque me gusta verte la lengua cuando ríes a carcajadas por la cosa más tonta y a la vez sutil. Porque no nos da la gana tener frenos ni barreras. Porque volvemos de nuevo a ser felices, porque mañana será otro día, porque hoy somos nosotros de la mano del miedo sexo, y porque tu piel es amor.

Porque los coches están llenos de enamorados, y porque solo se oye a Toquinyo y a Vinicius de Moraes haciendo poesía y bossa nova. Y porque Michael Jackson baila genial sobre su tumba, y todos sus zombies admiramos su danza de terror en el eterno misterio.

Y nunca parará Halloween. Jamás. Hasta que no queramos todos, y a pesar de que los vecinos den por saco en nuestra privada fiesta. Esto la gozamos todos los alegres que nos gusta la fiesta del vivir y los labios de tu cocacola y del Mercadona. Hemos inventado la excusa de un tiempo extra de cielo con celofán de invierno. Y hemos sido los muertos más sexys del mundo. Y tus bragas saben a huesos de santo, y mi sudor es exactamente tu alegría.

¡SHHH! 

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