lunes, 20 de abril de 2020

- LOS HOMBRES DE LAS CUEVAS -




Existen decenas de teorías y dichos acerca de un pueblo y,- mayoritariamente de raza negra,-que aseguran vive desde hace un centenar de años aislado en el interior de unas enormes y estratégicas cuevas ubicadas en lo más profundo de la selva amazónica brasileña. Otros, empero, niegan con rotundidad dicho hecho, y lo atribuyen a la desordenada imaginación, y al deseo de creer en otras realidades y sin ningún rigor.
Quienes afirman que todo es auténtico y cierto, cuentan que los pobladores de las cuevas vivían antaño al aire libre, completamente desnudos, y que se alimentaban exclusivamente de hierbas. De todo tipo de hierbas, dada la increíble variedad botánica del lugar.
Y prosiguen, narrando una historia que toma sus orígenes en el hecho del fuego. Sí. Cuando estaban viviendo en el exterior, les sorprendió una enorme lengua ígnea procedente de un descomunal incendio nunca esperado. Y desde aquel día, decidieron esconderse rápidamente en sus salvadoras cuevas, y crearon una suerte de religión en cuyo dogma figura en sus primeros códigos que odiarán a muerte a los otros seres humanos, dado que ellos y solo ellos estuvieron a punto de generar el total genocidio de los suyos al no respetar  la selva amazónica, les volvieron completamente la espalda, y su fuego casi impidió su pervivencia.
Los negros y hercúleos hombres de las cuevas, lograron salvar el pellejo. Una vez refugiados en el interior de sus salvadoras oquedades naturales, decidieron no quedarse en las zonas más altas, y estructuraron toda una red de trabajos, construyendo más galerías y galerías subterráneas ayudándose con todo tipo de utensilios perforadores que les ayudaron a conseguir diseños enormes de espacios interiores.
No fue en vano. A veces no medían bien las perforaciones, y bastantes de ellos perecían mientras la tierra les tragaba bajo sus pies. Luego, se hallaban los cadáveres y eran debidamente honrados en ceremonias fúnebres, dado que son un pueblo extremadamente familiar y cercano entre sí. Y es una de las claves por las que siguen vivos.
Los hombres negros de la tribu de las cuevas, necesitan salir a menudo a cazar. Pero su organización es bien potente y está excelentemente distribuída. Tienen hasta un idioma propio y diferenciado de su inicial portugués, las mujeres están instaladas y dispuestas para los trabajos de cocina, cuidados y niños, y cada año un nuevo varón alcanza en una especial ceremonia el título de jefe supremo y gobernador general. Y todo el mundo le venera so pena de fuertes castigos.
Sí. Muchos afirman que los hombres de las cuevas salen contínuamente al exterior, y que son cazadores, y que no se te ocurra cruzarte con ellos en la abrupta selva porque eres muerto seguro y carroña posterior de las fieras.
Los hombres de las cuevas, saben descansar, y son cazadores a los relevos. Cuidan esmeradamente a sus soldados heróicos de la caza, actúan en pequeños grupos para no ser descubiertos por nadie, se apropian de sacos de hierbas, y las bajan al interior de sus lares interiores. Son más que expertos botánicos.
Se afirma, que tuvieron mucha suerte. Porque en realidad la clave más relevante de su supervivencia tiene lugar en que lindan con un ramal del río Amazonas, el cual les proporciona lo que precisan para no extinguirse, como es el agua virgen y pura de la vida.
Por eso pronto encauzaron el ramal del agua salvadora, ingeniaron su acequia y canalización, y lo cuidan con vital esmero. Desde afuera de las cuevas, no es posible divisar dicho agua y aparece todo algo engañoso y reseco. Y no hay que dejarse llevar jamás por esas iniciales deducciones ...
El misterio del agua, lo guardan bien y a golpe de juramento. Y controlan férreamente a los suyos los hombres de las cuevas en espíritu decidido de supervivencia. Si alguien decide escapar para contarlo todo, fracasa plenamente en su intento, los centinelas jamás descansan, y muere lapidado finalmente el fracasado fugitivo y llevado finalmente al interior, y mostrado a los niños y jibarizado. Se trata de mostrar qué puede suceder si se cede a la tentación de la huída y traición.
Aunque son intuitivos los hombres de las cuevas, sus conocimientos científicos son evidentemente limitados. Y desconocen verdades y ciencias más que defensivas e interesantes para ellos. Es su lado débil. Y renuncian anteponiendo otras estrategias al conocimiento que se genera en el exterior. Deben priorizar.
No saben de la letalidad del virus de hoy. Algunas leyendas favorables a su existencia suelen referir que estos seres tan fuertes, son capaces de crear inmunidad propia y defenderse así de las pandemias. No les hagáis demasiado caso. Todo ser humano puede contraer el Covid-19.
El jefe supremo de la tribu escondida, anda preocupado estos días y por varias razones. No solo porque los cazadores apenas traen presas de subsistencia, sino porque llegan en muy malas condiciones. Y por mucho que descansen, ¡no logran recuperarse! Ya han fallecido tres varones de treinta años y de una fuerza y vitalidad incomparables.
Con denominador común: sus toses secas, sus dificultades para respirar y sus potentísimas fiebres. Por eso en estos días los botánicos trabajan a destajo combinando hierbas medicinales que traten de parar la enfermedad. Sin sospechar que, o bien logran algo efectivo rápidamente, o fallecerán por contagio absolutamente todos, incluído el gran jefe supremo que les dirige.
Pero, sea como fuere el final de su historia y de su leyenda, los hombres de las cuevas jamás saldrán afuera solicitando ayuda a ningún otro pueblo vecino o cercano. Que los hay y muchos, se afirma en petit comité aunque sean procedencias de fuentes sin rigor.
Morirán. Sí. Morirán todos. Y entonces el interior de la cueva será un enorme cementerio sin vida. Y el virus podrá jugar y mutar, y en cuanto desee, haga viento, o cualquier meteoro, el Covid-19 saldrá y no tendrá piedad no solo con los pueblos próximos, sino absolutamente con nadie. Pero también es posible que perezca con las cada vez más colosales y devastadoras lenguas de fuego procedentes de los colosales incendios que colman las defensas de uno de los pulmones más impresionantes del Planeta para los seres humanos como es el bosque amazónico.
-QUE CADA UNO PIENSE LIBREMENTE-

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