Soy Sergio. Tengo siete años. No voy pero que nada mal en los estudios. No me gusta decir mentiras. Y voy camino de pitagorín porque me van las mates y la informática. Y el inglés se me da bien. Vamos, que lo comprendo casi todo aunque sea un niño.
Pero estos días no estoy alegre. Porque mi gato Chien sabe que es así. Y porque no le llamo como antes ni juego con él. Je,je,je ... Me dice mi madre que es mayor que yo, porque Chien es un gato que ya tiene diez años. Tres más que yo. Y como tengo un hermano de cinco años, Chien podría ser hasta mi hermano mayor, ¿sabéis? Porque Chien es muy inteligente. Y si hubiera sido una persona, seguro que le querría todo el mundo porque el gato nos quiere mucho. Y ahora va y me mira raro. Y a mi hermano Yari, también. Y yo sé por qué Chien nos mira raro. Y es porque yo también miro raro estos días del coronavirus.
Están. Mis padres, están. Pero a quien no veo hace ya veinte días es a mi abuelo Manuel. Yo no sé qué le pasa a Manuel conmigo. Me contaba cuentos, me hacía reír, me cogía en brazos, jugábamos al fútbol juntos, y hasta se ponía de portero en el parque. Soy del Real Madrid. Y entonces yo le chutaba a puerta como hace mi ídolo Cristiano Ronaldo, pero mi abuelo Manuel me las paraba todas. Bueno, todas no. Porque a veces le metía goles. Ah, y un día se resbaló y se cayó al suelo. Y yo recuerdo cómo se reía entonces mi abuelo Manuel. Y protestaba y protestaba, y me llamaba abusón riéndose, y de todo me decía partiéndose de la risa. Pero tenía razón. No sé por qué me dio por meterle varios goles a la portería vacía sin él.
Ahí esta Chien. Agazapado y callado. Quieto y raro. Y casi que le estoy cogiendo un poco de manía porque parece mi policía y que me esté controlando cómo me muevo y todo eso. El otro día no pude más y me encaré con Chien. Y le dije que muy mal, y que si me seguía mirándome así de raro, le daría los collejas. De hecho, se me escapó un manotazo en la oreja. A ver si va a estar enfadado por eso y resulta que Chien no me perdona lo que le hice...
Mis padres son muy buenos conmigo. Sí. Está claro. Yo no sé quién me quiere más de los dos. Pero yo les gano a quererles. Bueno, a lo mejor estamos empatados a querernos.
Sí. Ya sé que no se puede ir al cole, ni bajar al parque a jugar al fútbol, y que esto es muy raro. La verdad es que eso de las mascarillas es cosa de los japoneses. Y no me importa mucho, porque a mí me gustan los comics de los manga. Mi papá y mi mamá siempre me preguntan que si tengo aún siete años, cómo puede ser que me gusten esos comics que normalmente son para una edad de más mayores. Pero, yo qué sé ... Será un misterio.
A mí la tele no me va. Prefiero la consola y el ordenata. Pero últimamente cuando salen en la tele el Presidente y los Ministros esos tan serios, como veo que mis padres corren a ver qué dicen, yo voy también porque se ve que dicen cosas muy interesantes y necesarias. Porque,¡ah!, que no os lo había dicho. Mis padres son muy inteligentes, yo creo que por eso me gusta el estudio y sacar buenas notas. Me parezco a ellos. Los dos son profesores de instituto, y ahora están todos los días ahí por el confinamiento. Estamos como cuando llegaba el finde que estábamos todos. Y nos íbamos con el coche por ahí ...
Pero no estoy diciendo la verdad. Falta mi abuelo Manuel. Y sé que es fuerte, y lo sé porque le vi jugar al fútbol y hasta correr y todo. Y el otro día les dije a mis padres claramente que si el abuelo se estaba recuperando de la tremenda gripe que cogió, y afortunadamente mis papis me dijeron que estaba bien y que tuviera paciencia.
Chien sabe, que ahora no me atrevo a preguntarles a mis padres por mi abuelo. Porque cuando lo voy a hacer, Chien me mira y se pone a gruñir todo nervioso. Eso debe ser algún misterio sin resolver. Algo pasa con mi abuelo. Debe pasarle algo gordo. ¿Por qué no me llama por la videocam para darme un beso?, ¿por qué Chien se pone tan nervioso y mis padres muy tristes? ¿Será por eso que no me atrevo a preguntar más? ...
¡QUE ME LO DIGAN YA!
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