Para mis lectores no españoles, aclararé que "Verano Azul" es una serie icónica de la televisión española, en la cual unos adolescentes desarrollan en pandilla sus primeras experiencias.
Sí. Yo había cosas que no recordaba. Que están en algún lugar de mi cabeza, pero que había olvidado por completo.
El otro día nos reunimos un grupo de amigos que conservo de mis tiempos adolescentes, y me emocionó redescubrir unas vivencias mías entrañables. Es como cuando pierdes un objeto o lo das por perdido,y de repente alguien que te aprecia se da cuenta y te dice en dónde está.
Mi amigo Miguel me tiene desconcertado. Me pone mala cara y parece olvidar los nueve meses que he estado ayudándolo en los diferentes hospitales con mi árdua y casi cotidiana labor. Desde darle de comer hasta ponerle la botella en el pene rápidamente para que no se orinara encima, o leerle libros para que se distrajera, pasearle en la silla de ruedas, o disfrutar de mis masajes revitalizadores en sus extremidades inferiores.
Miguel no acepta que ahora solo le visite, y supongo que no le gusta la idea. Y cuando le digo lo más mínimo que va en contra de lo que argumenta, salta sobre mí. Mientras, le dice a la cuidadora profesional que llame a su hermana por teléfono.
Nuestro amigo Rafa, le conoce bien. Igual o casi mejor todavía que yo. Rafa siempre me aceptó. Desde el primer día que Miguel tuvo el ictus. Me acepta y me siente aprecio. Y, lo demuestra. Miguel no quiere hablarnos a sus amigos de cómo se siente ni de las cosas que le preocupan. Rafa, se enfada algo, pero no entra con habilidad al trapo. De modo, que saca su sonrisa y habla de cosas. Y como me ve ahí, se pone a rememorar aspectos de un tiempo olvidado para mí. ¡Yo no podría recordarlo! ...
Sí. Rafa y su amigo Michel, eran algunos años más jóvenes. Y otro amigo llamado Luis y yo, íbamos en pandilla con ellos. Mi "verano azul".
Rafa me dijo que me pasaba los viajes cantando e imitando a Julio Iglesias mientras íbamos todos en autobús a la Piscina de Quart de Poblet o a la playa de El Puig. Y que otro amigo que se llama Pepe, nos invitó a las fiestas del pueblo de Turís, y que allí no había un segundo de descanso y que nos refugiamos en un mágico y enorme algarrobo que había en las afueras del pueblo. Y que Luis, también venía.
Y que la "guardería", era un término para bautizar a la Piscina de Quart, mientras Rafa y su amigo Michel se daban el lote con dos chicas de su edad mientras los demás mirábamos con enfado. Y que un día me dijeron a mí que fuera a Quart, porque me habían buscado una novia que resultó ser una traviesa broma. Mi amigo Luis se cansó de aquello, se fue a la Universidad e hizo su grupo de amigos propio.
Rafa y Michel se compraron una moto, y fueron alejándose y adentrándose en sus vidas personales distanciándose de aquella tierna e inicial pandilla. Yo, fui algún tiempo con un tal Andrés a una discoteca de pijos que se llamaba Míster Chus, y ... Y mil cosas, que hablando y hablando, van saliendo ...
Sí. Yo tuve también mi "verano azul". Y además mi amigo Rafa le dio sin querer una lección a Miguel el amigo convaleciente actual, que no desea hablar de sí mismo. Frente a sus dificultades egoístas, estuvo el relato memorión de Rafa, mi alegría al recordar lo inrecordado, y la mirada cordial de la cuidadora encantadora y hondureña Suyapa.
Y la tarde se volvió nuestra, suave, divertida, animada y preciosa. A veces, Miguel me miraba y miraba a Rafa con ojos de alegría. Aunque después volviera a su distancia actual.
-ALLÁ ÉL-
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