Hito. Historia y presente. La hierba de Wimbledon londinense da carisma y esplendor. Es la final del 2019. Un duelo mágico que acaba atrapando lo inolvidable.
En la pista central se hablaba de la bravura de Nadal y de su carisma. Pero solo fueron unos breves momentos. Porque Djokovic y Federer llenaron la gran final, y vertieron en ella el mejor líquido nutritivo que le da vida a una cosa llamada Tenis. Con mayúsculas.
Dejo atrás mis nostalgias adolescentes entre Borg y McEnroe. El tenis sigue de enhorabuena, y aquellos que hoy lo podemos ver personificado en estos cracks, estamos very much de satisfechos.
Wimbledon era una caldera de fans del bello suizo Roger. Les comprendo bastante a estos fans, aunque fueron injustos con "Nole", el vencedor y número 1. El más regular en las tres superficies. El "chacal" serbio ...
Federer representa el tenis que gusta. El más completo y bello. El que te hace disfrutar y sentir las esencias. El suizo es la elegancia, y roza la perfección en sus recursos técnicos. Su saque es demoledor, y lo mejor que tiene es la rapidez en el golpeo y su capacidad de anticipación. Ve el tenis como nadie.
Este par de increíbles atletas se han dejado ahí toda la heroicidad en los cinco sets de la Catedral y de la City, tras cinco sets y cinco horas de batalla genial. Dicen que ha sido la mejor final de todos los tiempos londinenses, y puedo creerles. La comparan con la del 2008 entre Nadal y Federer y también puedo creerles.
El tenis es complejo y mental. Hoy se ha visto de nuevo. Para poder tener opciones has de ser capaz de estar todo el tiempo concentrado y sin irte de la pista. Eso es durísimo pero necesario. ¡No hubo nervios exteriores! ...
Y el tenis puede ser arte, y volea, y elegancia y precisión, y fuerza, y atletismo, y genialidad, y potencia, y perseverancia, y calma, y estilos, y desfogue, y tensión, e individualidad, y finalmente solo y nada más y nada menos que un gran deporte.
Novak Djokovic es menos vistoso, pero orgulloso y contraatacador. Lleva en sus ojos la mirada de quien ha sufrido mucho luchando contra la exigencia emocional de desgaste de esta dura disciplina. Tiene orgullo de ganador y le gusta sentirse especial y hasta a la defensiva. Por eso no le afectó la dudosa ética decantadora mayoritariamente hacia el estético y completo Federer. ¡Todos con él! ...
En el último set, ya todo fue locura. O ganas, o mueres. O te llevas el gato al agua, o se te queda una cara de disgusto que no te la puedes sacar de encima aunque tengas todo el fair play del mundo.
Ha sido una lucha sin cuartel entre dos colosos de la raqueta. Algo para ver y disfrutar. Como esas películas largas, pero que son capaces de tenerte atrapado en la butaca del cine. Fueron cinco horas cortísimas de un tenis maravilloso y bestial.
Mister Tennis está orgulloso y de fiesta. Este deporte está representado por tres madurotes que hacen magia. El Wimbledon de este año ha sido para "Nole". Y creo que también lo hemos ganado todos los aficionados.
-HA SIDO UN REGALO DE MATCH-
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