domingo, 11 de agosto de 2019

- "VOZ AGRIA". -




Me llama y escucho su voz. No puede saber que está enferma. La conocí fortuitamente en una quedada de amigos de internet y no podía imaginar que fuese como es. El grupo se disolvió por mil causas, pero con esto de la tecnología los móviles no se perdieron.
"Voz agria" es oronda y dejada, y tiene mirada entre orgullosa y catatónica. Su gran problema es ella misma, y tiene toda la inseguridad y el desconcierto del mundo.
"Voz agria"no controla. Es rechazada por los otros una y otra vez, y le corroe la nostalgia del pasado. Me habla de su monotema. De que estuvo casada con un hideputa, y que la impiden ver a su adoptada niña china.
Al principio, no comprendía yo del todo bien a "voz agria".Pensaba que era una historia terrible más y un infierno bestial como tantos otros dramas cotidianos. Pero lo que tiene salsa, jugo, es descubrir por uno mismo las claves de su tremenda negatividad.
Los demás serán todos unos cabrones, pero hay cosas que nunca podrán encajar. La locura. La locura se estrella contra sí misma. Y voz agria, hace exactamente lo mismo que la patología.
"Voz agria" juega contigo. Conmigo, en este caso. Me tantea y me utiliza. Comienza a hablar y entonces no puede distinguir la libertad de los demás, que puede llamarse tiempo. Habla y habla, castiga y negativiza, y pueden darnos las tantas si no la paras con una cierta contundencia que a mí me sabe mal, pero que ha de ser inevitable.
"Voz agria" es grandota, y esconde sus bellos y fijos ojos negros tras unas gafas oscuras y la distancia fría que siempre genera hablar por un teléfono.
"Voz agria", va sin horarios. No tiene apenas dinero, ni ve porvenir. Pero su gran problema es que su luminosidad no aparece, y semeja disfrutar avasallando y diciendo que es una desgraciada y que todos son unos sinvergüenzas y unos canallas.
Por fin pillé a "voz agria". La interrumpí y me puse a contarle mis rollos, y ella guardó silencio. Necesita oír una radio. La voz de alguien que acoja sus toneladas de dolor. Pero su sordera mental es demoledoramente autodestructiva. Y trato de que "voz agria" no me dé miedo.
Su violencia es brutal. Se pelea con todos, pero por teléfono y por internet. Cuando ella ve que tratan de hablarle de tú a tú, "voz agria" se queda maravillosamente sorprendida. Y entonces se relaja y sigue sin importarle el tiempo.
Está jodida, pero ya es mayor. Que vaya al médico. O a donde tenga que ir, pero que no se duerma con la excusa de la calor o con mil artimañas de su extraña zona de seguridad que es una guerra. Es cierto que necesita ser ayudada, pero nunca aceptará "voz agria" a menos que sea ella misma la capitana general de todas las actuaciones.
Sí. "Voz agria", no cree en nadie. En mí, tampoco. Por supuesto. Y de ahí no sé que va a pasar. Reivindica sueños y no está dispuesta ni a ser un ser menor ni a obedecer a nadie. A veces amaga con la mención del suicidio, aunque no creo que lo haga porque estas cosas no se suelen verbalizar. Pero me temo que aunque se llore toda, le faltarán metros para llegar a ser feliz.
-OJALÁ ME EQUIVOQUE-

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