Como suena. De los Magos. De Oriente. En Valencia. Hacía tiempo que quería haber ido, hasta que el otro día me decidí a visitar el lugar. Me pareció simpático y con muchas cosas entrañables.
Cuando la ciudad termina, el enclave puede ser perfecto y hasta audaz. El Monasterio renacentista está cuando Valencia concluye y comienza el pueblecito limítrofe de Tavernes Blanques. Desde el lugar ya se pueden ver las montañas de la serranía. Está muy cerca del Estadio del Levante UD y del término de Alboraia, cuna de la xufa que crea la horchata. Al lado de la huerta feraz, y donde ya fenece la larguísima Avenida de la Constitución.
Precioso el edificio. Y simpática la guía. Si sóis turistas y aún andáis por aquí, os va a gustar visitar el Monasterio. Hoy es sede de la Biblioteca Valenciana, y dispone de más de millón y medio de volúmenes. Muchos incunables. Fue de todo: se levantó sobre un Monasterio cisterciense, se construyó una iglesia y fue convento de la orden de los Jerónimos, Casa de Beneficencia y Corrección, asilo de indigentes, cárcel, cuerpo de guardia y hasta colegio público. Eclecticismo en el tiempo y en las actividades.
Pero a mí me gustaron otras cosas. El claustro es precioso. Todo es pequeño pero hermoso. Nunca mejor dicho lo de un regalo de reyes. Una joyita que los valencianos tenemos escondida por ahí y que debéis ver porque os va a gustar.
Es una historia de triste amor. Fernando II de Aragón casó con Doña Germana de Foix, la cual expresó su deseo de morir en el entonces Monasterio de monjes jerónimos. Allí. En ese mismo lugar. Por tanto, es un mausoleo.
Lo que pasa es que lo de las tumbas y el mausoleo, solo es uno de sus atractivos. Lo esotérico es allí importante, pero hay muchas más cosas en aquel lugar. Allí pasaron muchos sucederes y el tiempo. Y tuvieron que rehacer por completo todo. Pero ha quedado bien. Bien digno y bello. Podéis tocar una campana con excelente sonoridad, porque los guías os dejan. Y ver las habitaciones de los monjes jerónimos con sus alturas tan bajitas, y obervar la libertad de la fantasía de Fernando II de Aragón, a quien a veces se confunde con Fernando el Católico al haber estado casado igualmente con Doña Germana de Foix, que por cierto nació en la valenciana Liria.
Fernando II pensaba que era descendiente de los Reyes Magos de Oriente y concretamente de Baltasar. Ese rey que los niños adoran el día 5 de Enero en las Cabalgatas.
Dicen,-es bonita la idea-, que el edificio es tan hermoso que el Monasterio de El Escorial está inspirado en este monumento bello y especial. Y yo no me lo esperaba. No me esperaba tanta magia. Y luego lo lees en los diccionarios de consulta y va y te enteras.
Fue cárcel entre 1866 y 1966. Impresiona esa tremenda parte real del lugar. Y en una pared estratégica, moraban las mujeres de los presos y desde las ventanas los reclusos podían ver a sus hijos al nacer. Emocionante.
Fijaos: 1966. No está tan lejos todo. El dolor y la fantasía se unen en este sitio entrañable y libre. Todavía la ciencia y sus progresos no han sido capaces de revelar el gran misterio de la ubicación de las tumbas de Fernando,-Duque de Calabria-, y de su esposa Doña Germana de Foix. Hay indicios de que permanecen allí. Y de que ambos prepararon estratégicamente su final, a salvo de ladrones y de otras chusmas.
Una máquina ha detectado restos orgánicos en donde están las tumbas y se les supone allí ubicados a los enamorados. Pronto las máquinas científicas desvelarán todos los secretos. Porque incluso se habla de que ahí puede haber también un gran tesoro.
Pero el día reciente que yo fui a visitar el Monasterio de San Miguel de los Reyes Magos de Oriente,-están sus figuras en el portal del edificio-, me agradó más la magia y el frasquito claro de la simpatía. Me gustó el sueño y el amor, y el paso del tiempo, y las historias entrañables. De modo que en breve haré otra escapada.
-ME ATRAE ESA BELLA DULZURA-
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