Están de moda los deportistas bien longevos. Como Federer, Nadal, Ibra, Gasol, Rossi, y decenas de raras avis que parecen resistir como nadie la llegada del declive.
España. Liga Santander. Liga de la Primera División de fútbol. ¡Joaquín! Siempre incombustible este mozo nacido en el gaditano Puerto de Santa María, e ídolo fundamental en su Real Betis Balompié de Sevilla.
Ya sabéis cómo juega Joaquín. Es extremo derecho habilidoso y técnico, con toques genialoides y un tanto discontinuos. Lo ha sido todo en el fútbol español. Menos jugar en el Real o en el Barça, tiene todo lo demás. Estuvo también en el Valencia y en el Málaga, y en muchos otros lugares. Y en todos ha dejado su impronta.
Joaquín, escuela andaluza, es el jugador más simpático de la Liga. Tiene duende y gracia. Se ha ganado a mucha gente con su heterodoxia que parece salirle de la venas. Es el clásico tipo andaluz que hace que te descojones y casi sin pretenderlo. Le da la vena y no puedes evitar contagiarte de su atmósfera.
A veces se le ha acusado de que no curraba o defendía lo suficiente. Pero eso es muy discutible. Porque su calidad se plasma no solo en el regate corto genial, sino que intuye goles y los enchufa.
En tiempos de tipos serios y megaprofesionalizados, en la mitad de la tensión y de la ansiedad, solo el cachazas del gran Joaquín y manteniendo todo el excelso caudal deportivo que lleva, sabe desdramatizar y ser un hombre afable y normal.
Joaquín es risa, alegría, juguetón, niño grande y leyenda viva. Un vividor carismático y profundamente gracioso, que nos está diciendo que hay que ser listo y que el fútbol no ha de convertirse en una guerra de odios sino en una complicidad. Que, esto es deporte y para hacer amigos, y que por encima de todo esta experiencia del stánding está el vivir. El gozarla y con sencillez. Pero vivir.
No solo Joaquín representa la longevidad y la genialidad, sino el carácter del tipo desenfadado. Joaquín no es solo un jugador técnico con el regate ajustado o el pase magistral, o el goleador varias veces y que se viene arriba cual Curro en la Maestranza. No. Yo creo que la lección de Joaquín es la de un hombre de la calle que se pone una camiseta,-la de su Betis-, y mantiene su porte de tipo nada creído ni distante.
Joaquín es especial. Y ese talante ha conquistado a la mayoría de los seguidores del fútbol español. Fue internacional en la Roja con Luis Aragonés, pero no se entendieron y se contestaron. Pero Joaquín siempre es real y le quita hierro a todo. Y se emociona y esas cosas, pero al final es él quien nos gana con su aroma de humor que no esconde.
Salir por ahí de farra con Joaquín, ha de ser la releche. Porque el "pisha" no hace otra cosa que vivir y sin tratar de hacer demasiado ruido aunque sea carne de complicidad mediática. Quiere divertirse, y hacer que nos divirtamos con su cara esa que pone de granuja juguetón simpático.
Necesitamos a jugadores como Joaquín. Y no a bustos parlantes que no hacen una mueca cuando declaran, y a los que parece que la chanza les envara o les rasca el carisma. Porque Joaquín nos demuestra que se puede ser un cachondón, que la vida es prima, y luego salir al campo con su verde camiseta y liarla marcando goles y hasta cortando las dos orejas y el rabo.
Joaquín es burlón y le necesitamos. Los del Betis le adoran, y el día que se retire, el Villamarín será siempre su casa. Porque Joaquín es el Betis, y la alegría, y el desenfado, y la calidad del fútbol español y andaluz, y la estética, y el acomodar el cuerpo cuando recibe el balón, y el amagar y sortear rivales, e intuír dónde va a ir un balón suelto en las cercanías del área rival.
Y Joaquín no es el pasado, y su veteranía y personalidad se adaptan a todos los modernos sistemas. Porque su calidad siempre está viva, y se espera que en cualquier momento podrá hacer algo diferente que desequilibrará a sus rivales. Joaquín es sorpresa, ilusión, posibilidad, buen rollo y profunda humanidad. Vida.
-UN TIPO REALMENTE AGRADABLE-
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