miércoles, 15 de enero de 2020

- EL "TXINGURRI" VALVERDE YA NO ESTÁ EN EL F.C. BARCELONA. -




El fútbol es así. Una imperiosa ansiedad. Un gran escape emocional destinado a que podamos soñar con otras alegrías y hasta dinámicas. Sí. El fútbol, y el de élite, y el del Barça, procuran movimientos inestables y permanentes. Como el Real, el Barça ya lo ha ganado todo. Solo que lo exitoso anterior, ya no va a contar para nada más que para la nostalgia o la vanidad.
En esta dinámica tan surrealista a la par que auténtica, los entrenadores son meras comparsas o canales que llevar puedan a más éxitos. Que en el fondo es lo le ha pasado al entrenador del Barcelona, Ernesto "txingurri" Valverde.
Valverde estaba estigmatizado por dos elementos fundamentales. Las derrotas inesperadas en la Champions frente a la Roma y al Liverpool. Hace demasiados años para el club de Messi, que no se logra la competición continental. Y ese es el único objetivo de ilusión azulgrana. Para ello no hay más que ver el puesto que ocupa el Barça en la Liga de España: ¡el primero! ... Pero esto no importa porque se trata de algo que entra en el guión del conseguirse.
En Barcelona son estéticos. Les gusta el balón y crean una escuela que comenzó con Cruyff, y que continuó magistralmente con la batuta inolvidable de un Pep Guardiola que logró los años de oro más recientes e históricos del club azulgrana. Y el Barça lo ganaba todo y jugando como el Brazil del 70 cuando Pelé o Rivelino. Después lo tomó el fenecido Vilanova, le relevó el simpar Luis Enrique, y nunca faltaron los grandes éxitos hegemónicos.
Algunas estrellas inolvidables se fueron haciendo mayores, y todo fue perdiendo excelencia y brillantez. Salvo lo que el dios Messi palia con su magia inconmensurable, y en donde él lo es todo. El entrenador, el presidente, el dios, el nuevo Diego, el que decide, y el que ordena y manda. Es lógico. Es seguramente el mejor pelotero de la historia del fútbol. Un lujo en vida. Alguien, al que podemos ver jugar en directo individual, y cuyas hazañas deberemos contar a nuestros niños.
Valverde. Ernesto Valverde. Vasco y efectivo. Gusta de que las cosas se hagan en la academia del esfuerzo y de la perseverencia. Pero no tiene dotes de mando, ni capacidad para dos buenos gritos de ganador. Es educado cual norteño de catón, se lleva muy bien con el periodismo, se elogia siempre su postura elegante, pero se le ha de cuestionar su capacidad futbolística, porque no es lo mismo triunfar en el Athletic que en un trasatlántico como es Can Barça.
El Barcelona lleva mucho tiempo que no juega bien al fútbol. Y el que más y el que menos piensa que si no se gana la Champions, por lo menos que se amortice el precio de las entradas al campo con juego colectivo convincente y personalidad vistosa, ofensiva y ganadora. Y no ha sido con Valverde así.
Acaban de fichar a Quique Setién, el cual gusta del jogo bonito. Pero al Barça le seguirán faltando muchas cosas. Sobre todas ellas, una defensa efectiva y contundentemente segura. Y Piqué, solo ante el peligro y ya veterano, no puede él solo proporcionar esa básica seguridad atrás.
En el centro del campo hay más chicha. Sigue Rakitic, está Artur,-aunque se diga que se va de juerga-, De Jong, o la veteranía del gran Busquets.
Arriba, el Barça acaba de perder para esta temporada,-salvo milagro-, el tanque bravo y goleador que es Luis Suárez, pero ahí pueden haber bastantes remiendos y soluciones, además de Leo. Griezman también sabe meter goles. Ansu Fati apunta emociones futuras, y Setién es un poco la antítesis de Valverde. Más abierto, casi demasiado hablador y algo metepatas, ama el fútbol fino, y sabe aplicar su estética a los equipos que entrena. Lo que pasa es que si no gana la Champions, será un mero objeto de la transición. Incluso si la gana y no se juega bien. Y otras variantes.
Sí. La ansiedad de éxitos convierte a los entrenadores en instrumentos al azar con objetivos que parecen siempre fuera de toda lógica. Pero por estos himalayas futbolísticos, las cosas van así. Y al que no le gusten, ya sabe.
-SE HA DE AGUANTAR-

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