Es el rostro de la actualidad en España. El intelectual y el pitagorín. El treinteañero de cara aniñada y de gen de ambición. El que no quiere ni puede esperar. El que se mueve por la sombra con gran soltura y astucia. Íñigo Errejón.
Quiere tocar Poder. Y su ambición le lleva a la estrategia de lo inmediato. No acepta líderes sin garantías para él. Y si esto ocurre, toma vivo las de Villadiego y hace marcha.
En cinco minutos telefónicos, se despidió a la francesa de Pablo Iglesias y de ese Podemos que él también había creado. Ya no podía esperar. Se enfrentó cara a cara con el coletas en el ring de Vistaalegre y pero no ganó. Perdió en toda regla. Y después, al ver cómo Podemos se entretenía en inmadureces internas y que la cosa del Poder podría ir para largo, Errejón se sintió mal y tomó sus decisiones.
Sabe ser mediático. O, mejor que mediático, su rostro invita a las teles a hurgar en su joven personalidad. Errejón no es de pegada y cosa clara, sino de urdir telar desde la retaguardia. Necesita ser el protagonista de las cosas, y en medio del plató se le ve feliz y animado.
Feliz, y deseoso de sacar unos cuantos escañitos que le aseguren continuidad como diputado y más cercanía al Psoe. Porque Errejón no es visceral sino cerebral. Y si ve una cosa que no le gusta o que no le convence, no lo dirá descarnado sino que interiorizará y solo será mundo interior.
En cinco minutos y por teléfono, dejó tirado a su Podemos, creó "Más Madrid" con la alcaldesa astuta Carmena, y el final de la operación concluyó ganando la derecha y perdiendo la izquierda, Madrid, que es uno de los feudos emblema y referencia. Fracasó por completo. Pero la ambición del joven Errejón no iba a quedar ahí. Esperaría un fracaso de pactos entre Sánchez e Iglesias para proponer de nuevo listezas. Argucias, se puede llamar también. Él quería a toda costa pactar y pactar con el Psoe. Dejarse de negociaciones sesudas e ir recto y súbito a por el objetivo.
Hay que tener en cuenta que Errejón no se sentía ya de Podemos aunque reclame izquierda para su exprés Partido "Más País". Por tanto, al estar fuera de la responsabilidad de Podemos, se sentía liberado, expectante, urdidor y hasta futurista.
No. Errejón no es Pablo Iglesias. Ni siquiera son amigos ya. Le llaman pragmático porque Íñigo no cree en un cambio radical de la tortilla en esta España, ni que los Poderes económicos y mediáticos dejen nada. Y ha decidido,-como Pedro Sánchez-, desertar de esa guerra que da por perdida.
Errejón prefiere la esgrima a la pegada, poca cosa al gran sueño, no quiere que le arreen hasta en el carnet de identidad como hacen con Iglesias, oye, y a vivir que son dos días ...
Pedro Sánchez vive bien entre el franquismo sociológico, su ropaje del puño y la rosa, el Poder de la Iglesia, y el de la Globalización. Y Errejón quiere vivir también y le mira bien. Esto no ha de ser ni una guerra ni una lucha enconada. Si no puedes con tu enemigo, alíate con él, dice el proverbio oriental...
Parece que la ética no es el fuerte del joven Errejón. Solo es audaz. Podemos nació con la fuerza del grito y de la indignación, pero eso ya no parece ir con su carácter. Y esto le determina el futuro, porque a la izquierda de ese Partido sin sorpresas que es el Psoe, solo le queda la coalición entre Izquierda Unida y Podemos. Por tanto, es evidente lo que pretende con la excusa de recoger el voto del hastiado que "no querría ir a votar" ...
Errejón, no se detiene. Querrá Psoe si no le queda más que pactar con Psoe. O, con quien sea. Pero el gafitas no va a esperar. No sería él. Parece olvidar que la lucha ha de ser constante y maratoniana. Pero él no parece de esas esperas.
¡Y DIVIDE!
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