¿Simpático? No se intente. Su actitud ante la prensa no va a cambiar. A Lucho lo aceptas o no le tragas. Es como el Mourinho español y que además lidera deportivamente a La Roja.
Diplomático nunca lo va a ser. Luis Enrique es racial, y pone esa cara de sobrado ante los medios como si nada a las alturas de su vida pudiera sorprenderle. La prensa y los medios serán una de sus asignaturas pendientes.
Intentó ser original y hasta cercano cuando puso los nombres de los jugadores en la pizarrita y no comentó nada de sus descartes o apuestas. ¿Cambiar? Ya lo demostró en el Barça. Ahora sigue su tónica habitual con astucia, contundencia y nunca con cercanía.
Bobo, no es. Sabe que necesita los menos líos posibles para que este nuevo reto pueda tirar hacia adelante. Afirmó, valorando a la actual Selección, que no se debe comparar a la que nos dio todos los éxitos y que seguramente es de menos fuste porque los recambios y las evoluciones son necesarias e imprescindibles. La ley de vida.
Como siempre, Luis Enrique no dio ni una sola concesión. No la dará. Mostró convicción, seguridad y decisión en su faena de aliño. La dulzura comunicativa será para otros porque al astur no le sale.
Lucho es rarito; singular, y por ese motivo sus ruedas de prensa tienen y tendrán el morbo intacto por si la pifia y empiezan las tensiones o los enfrentamientos con el periodismo. Sus apariciones van a tener la chispa de la posible emoción explosiva. Que se líe una gorda o que se salga de madre. Que choque o percuta con su sonrisa inalcanzable. Impensable con Del Bosque o Lopetegui, o cualquier otro que asume que este negocio también es una cosa de periodistas indagadores y guerreros.
¿Por qué ha dejado a Jordi Alba fuera de los planes?, ¿solo porque no lo traga? Es más que posible. Y es una pena que un indiscutible en su club y en la Selección no pueda con su velocidad contribuír a buenos y efectivos logros. Se espera que el lateral izquierdo que ponga haga olvidar al bullidor zaguero zurdo del Barça. Primer foco extraño de tensión. La ausencia.
Como la presencia y convocatoria de un lesionado para meses como es el zaguero de la Real Sociedad, Diego Llorente. ¿Qué demonios hace un lesionado en dicha convocatoria? Ahí, las respuestas de Luis Enrique no pueden convencer a muchos. A un lesionado, se le respeta la lesión y punto pelota. Tampoco se puede hacer nada ahí ...
Lucho sabe de fútbol. Hay bastantes grandes jugadores a los que la edad hace justificar su desaparición. Se espera combate sibilino y esotérico con Ramos, el cual sigue. Recupera a Morata y lo une a Costa.
Hay expectación sobre si estrenará a Kepa o le dará continuidad a De Gea. Albiol parece demasiado mayor para volver, pero quizás Lucho le tiene miedo a la defensa débil y con menos prestigio. Confía en Isco y Asensio como nuevos relevos y referentes de fijeza y futuro.
Sí. Agria y extraña primera convocatoria de Lucho. No puede ser de otro modo. Todas las balas le enfocan tímidamente por si el equipo nacional va salvando muebles y obstáculos. Pero su reto es valiente. Hay mucha gente que le tiene ganas. Me conformo con que gane los partidos de dentro del césped.
-LO OTRO ES UNA QUIMERA-
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