sábado, 8 de abril de 2017

- CUIDADO CON LA SEÑORA FONT -



Al principio puedes ver a una mujer juvenil y atractiva, bajita y de cabellos todavía rubios, actual, inteligente y hasta dulce.
La señora Font tiene un malvestir difícil de entender. Estéticamente parece verde por sus elecciones en su vestuario, pero lo peor es su ética. Te aconsejo que marches muy pronto de su lado, o que en su defecto no le pongas en su persona más que las necesarias expectativas. ¡Stop! ...
La señora Font camufla la verdad como los prestidigitadores que siempre reaparecen tras enigmáticas y hasta egipcíacas desapariciones en sus actuares.
Dice muchas cosas la señora Font, muchas de ellas críticas con el Sistema y con las injusticias y todo eso, pero su verbo siempre es banal y absolutamente estratégico. Porque a la señora Font lo que le mola y estimula no tiene nada que ver con la transformación ideológica de nuestra sociedad en dirección a otro lugar más justo y razonable. No la hagas ni puto caso cuando abre su boca para decir eso.
Un buen policía o un destacado psicoanalista lógico, conocería a la Font fijándose en la reacción de la/su perrita que tiene como plan b en su moderno despacho en el cual se dedica a un montón de asuntos, tantos, que a veces es difícil hallar los puntos de conexión entre tales y tan diferentes cometidos y trabajos.
La perrita de la señora Font emula a su dueña, siempre. Y entonces, cuando llamas al timbre del despacho, el can pone las orejas tiesas y se pone a correr en dirección a ti y con no parece que buenas intenciones. Y ahí aparece la radiografía de la mujer. Porque Font te dice en primer lugar que no hagas caso que no hace nada, te acojona con la mejor de su seductora y atractiva sonrisa, y cuando te ve desconcertado, entonces esconde al animal obligándole a meterse en un cuarto para no molestar.
La Font tiene demasiado miedo del mundo como para no tener perrita que no te ladre. Y nunca perdonará a su ex. Siempre y definitivamente será su canalla el que le hizo la vida imposible, porque sencillamente la fue conociendo cada vez mejor y decidió no solo largarse de su lado, sino temer mucho sus movimientos. Y, con razón ...
Font busca a gente desconcertada. Le encanta, y además no lo puede evitar. Se sabe guapa y lista, y al ataque del paleto o bisoño que se le cruce en su camino y con un verdadero objetivo: ¡¡sacarle los cuartos!! ...
Ese es el alfa y el omega de la atractiva señora Font. El dinero y el viaje. Porque solo faltaría que el resto de los hombres que sucedieron y sucederán a su ex, se salieran con la suya. ¡No! Los hombres deben pagar lo que le hizo su ex amor que fue dejarla y marchar por otro camino.
Un consejo, y haz lo que quieras. Porque Font habla con ideas de izquierda y tiene el bolsillo con un cazo para acaparar el dinero. Y el consejo es que si la pretendes, te atengas a las consecuencias y cuando te mande a la mierda no seas su marido aquel que la plantó cara en forma de separación.
Nunca hagas eso. Si te gusta la señora Font, ella lo va a saber en seguida. Y tú también sabrás lo que siente por ti la señora. Si el ambiente es que no, entonces tú harás aunque te jodan las cosas como si se mantiene el mismo buen rollo de siempre. Y si te defrauda como persona, por favor, educa tus gestos y mide al milímetro tus palabras. Tú siempre serás su ex que le ganó la partida judicial de la distancia.
No. ¡Que no te vea defraudo, o cabreado, o arisco! Que te vea, siempre, igual. Es lo mejor para ti y para la señora Font. Es mejor que sea ella quien crea que gana todas las partidas dinéricas y emocionales. Porque si sospecha que pierde, entonces te lanzará todo su odio sutil mirando en el espejo de su ex y alimentándose de su resquemor y resentimiento. Y si te casas con élla, ten dinero y sé actor.
-ACTOR PERDEDOR-



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