Josep es valenciano, con todo lo que eso supone. Valenciano de pura cepa y habla académica, y tremendamente suave y dulce. Es difícil clasificar a Josep. Porque Josep es cualquier cosa que nunca te imagines, salvo que le hayas tratado y le conozcas bastante. Porque mi heterodoxo amigo nunca sabes por dónde va a salir.
Tiene algunas cosas muy claritas. Y creo que las más importante es que piensa que lo más inteligente que se puede hacer, es no reñir ni discutir con nadie. Que, vale la pena si el otro o la otra se ponen farrucos e intolerantes, guardar silencio, sonreír comprensivo y sin lid, y dejarles hacer y que digan lo que quieran.
A veces no se sabe si Josep habla en serio o si bromea, y siempre se niega a alejar a su niño interior. Dice, que todo el pescado social está vendido hace mucho tiempo, y que no hay que darles vueltas a las cosas. Hay unos que se han llevado el gato al agua, y que otros han de tragar. O, algo parecido asevera Josep.
Mas lo paradójico es, que mi amigo no se siente de ese pretendido bando de los ganadores económicos, sociales y del Poder.
- "Tú, lo que pasa es que eres un idealista y tal ..." Me dice Josep en forma de cariñoso reproche.
Y establece una línea definitiva para tod@s. Serás lo que serás, lo que te pienses que eres, o lo que dejes de pensar, pero mi amigo siempre respeta. Y nunca pierde de vista ni de rumbo a su sonrisa eterna, la cual emerge desde su barba cerrada y de sus bigotes.
Josep es pelo contradictorio, y anda rápido y aparentemente errático. Y no se te ocurra sacarle el dolor interior, porque no lo vas a lograr. Y si te crees que sí, entonces Josep te dará una magistral lección pedagógica. Ve mucho más de lo que crees, y no dice ni la tercera parte de lo que siempre se guardará con celo. Y si alguien osa encresparse, entonces Josep le quita hierro a las cosas y dice algo aparentemente sin sentido, pero que está medido para la risa amable con escuadra y cartabón.
Josep ha sido profesor de niños y con problemas, y yo creo que eso le ha marcado. Porque para él, los niños son sabios y sagrados. Son su escape. Josep es una escuela de niños, y él no está dispuesto a que le desubiques de ahí.
Sabe, que la alegría natural y la generosidad, son sacras, y vienen procedentes de todo tiempo y lugar. Josep es ilustrado, pero no le llames pesimista. Nunca va a aceptar esa inexactitud. Y te desarmará de nuevo con sus juegos, con su memoria prodigiosa, y con una practicidad que vencerá.
Josep es materia sensible. Detecta con talento las posiciones. No las critica, pero se reserva lo mejor para él. La vida es un mundo de peligros, para que te la amarguen más dando por el saco, ¡che! ...
Y su amistad brota en detalles cariñosos. Te ve o intuye sufrir, y se ofrece a generarte bienestar, y pone su coche a la disposición de tod@s sus amigos, y jamás discriminará a nadie. Siente en las venas Josep, esa presión social hacia la bonhomía, y para que los que estén a su alrededor no se pongan tensos o trascendentes.
Y toma su vehículo engañoso y pequeñín, y te propone alternativas de ocio y amistad. Se da cuenta. Se da cuenta de mucho más de lo que crees. Mas has de tratarle y de conocerle más a fondo. Y si te metes dentro de su auto, es capaz de vestirse cual Mortadelo de monje, y ser Fittipaldi, ponerte una canción de ACDC tras un aria de Rossini, y hacerte descojonar con sus cosas y acelerones de quien ha vivido la vida y el viaje.
Espero que Josep no me lea, porque si lo hace no le gustará ser protagonista de mis cosas. Por eso intentaré que no se sepa quién es Josep aunque corro serio peligro de que me descubra.
¡GRACIES, AMIC!
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