viernes, 9 de abril de 2021

- TONI CANTÓ CONSIGO MISMO. -



Valenciano. Ambicioso y descontento. Tristón y afectado. Su labor actoral no la puede ejercer. Ni tele, ni teatro, ni cine, ¿ni nada? ...

El teatro de la política en Toni Cantó. Tránsfuga y veleta. Estilizado y maduro. Galán sin micro. Triple salto mortal. Buena dicción y oratoria, ampuloso, mirada carismática. Y error conceptual que no sé si Toni domina.

El teatro no es lo que parece. Y el de la política, menos todavía. Y Toni quiere triunfar. Hay que triunfar en el teatro de la vida. Antes muerto que inadvertido. Apasionado.

De modo, que nuestro Toni tira para adelante. Hay que vivir. Que hablen mal de uno, pero, ¡coño, que hablen!... La palabra fracaso no debe entrar en su alma. Porque Cantó quiere estar en el centro de todos los comentarios de actualidad, y aportando también su firma. Su sello y rúbrica.

Me da la sensación de que Cantó se ha equivocado de partitura y libreto. Y cree que labrarse un porvenir y un protagonismo en la política, es como trasladar su método de impostura teatral a la política.

No sospecha que la Democracia es un estadio distinto y de responsabilidad. Y ahí se ha hecho un lío que trata de resolver fingiendo que sabe saltar sin mayores problemas de laberinto en laberinto.

Su palabra también deberá ser matizada e interrumpida por muchos. Y en política le va a pasar a Cantó. Nunca en teatro o en tele. En teatro, Toni Cantó toma la palabra de su guión, adquiere la mejor de sus posturas corporales, nadie le tose, todo está previsto, y por si faltara algo más, sus compañeras de escenario suelen ser jóvenes y muy hermosas.

No. En Política no basta un cuerpo o un beso. Política es convicción en ideas y no libre albedrío. Puedes dar juego para los medios, pero esto puede convertirse en un estilete de fugacidad y relleno.

La credibilidad es muy importante en política. Porque los espectadores no solo deben reclamar el día de la función. El día concreto de las elecciones. Los espectadores son ciudadanos con plena libertad y efervescencia, los cuales opinan libre y le pueden interrumpir a Toni cualquier función, por mucho que se haya dejado ahí los cuernos trabajándola, memorizándola, y dándole el sello direccional que te exigen.

Toni Cantó no está en política para trascender. Está para ver si logra alcanzar altas y soñadas cimas. Vano intento. Si no estás convencido en "Ciudadanos", te vas a casa y te dedicas a ser protagonista y amante del teatro popular y hasta elitista. Pero, dando saltos Partido a Partido en función de los éxitos, es un error craso. La política es una enorme y maravillosa selva de decisiones de responsabilidad. Es imposible fingirse político, porque si eso se hace, las trayectorias se hacen cortas y definitivas.

Nunca Toni Cantó será político de verdad. Porque no se lo cree ni él. Porque le falta humildad y le sobran anhelos. Porque un político de verdad debe utilizar su tiempo de dureza y abnegación para los reflejos, y saber desde el minuto uno que el placer no es tanto el éxito electoral sino la constancia y el entusiasmo en un trabajo bien hecho.

La Política no es la aventura de la mili, ni una autopromoción, ni una plataforma de reivindicación personal, ni la búsqueda de imágenes y más imágenes. Mientras cambia de Partido como de calcetines, Toni Cantó se busca a sí mismo. Vamos a ver si logra encontrarse. Por su bien.

-Y EL DE MUCHÍSIM@S MÁS-
 

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