martes, 20 de abril de 2021

- CINE SIN TIEMPO= "DOS HOMBRES Y UN DESTINO". -



Cowboy. Renovación y a la vez fidelidad al bello mito trepidante. Lo planteó el director George Roy Hill que se llevó cuatro Óscars allá por 1969.

Sus chicos bellísimos Redford y Newman, acompañaron a una fantástica Katharine Ross por los parajes libertarios y maravillosos de aquel Far West evidente, creativo y apasionante.

Eso fue bastante. "Dos hombres y un destino". Dieron paso a los setenta, como ya hicieron con la inolvidable "El golpe". Vaqueros espectaculares, alegales, libres y libertinos como los seres que adoran la dureza y tienen a la supervivencia como ley. El director, Roy Hill, acabó con un tiempo. Le dio al vaquero una nueva perspectiva  sobre la que caían diez mil cosas nuevas que se abrían a unos espectadores de generaciones venideras y distintas. Conectó y copuló con dicho tiempo. Por una parte respetó las esencias del mito, y por otra parte adoptó mil nuevas facetas y creaciones a lo indómito y genuino del Cowboy.

Solo veo atractivo, talento, actividad enloquecedora, caballos corriendo y huyendo hacia la libertad de la aventura y la velocidad del vértigo. Son escenas que te llenan y te atrapan. Y que aunque el guión está bien, ahora se valoran igualmente otras perspectivas de modernización. El western se movió para bien. Para excelsitud. Para dejarnos con la boca abierta. Y eso que pasa el tiempo. Y el mundo es otro. Pero el talento es similar. Idéntico, con todos los matices que se quieran, pero toda la valía y la brillantez. Se palpa hoy esa magia. Como en aquel momento en donde se parió "Dos hombres y un destino". La misma cosa ...

Y ya me centro de una deseosa vez en la película. En sus trazos y trozos. Belleza y velocidad. Talento y estrépito del brillante. Inolvidables la estampa y la fotografía del film que os sugiero que volváis a ver. Caballos subiendo y bajando por las montañas con sus jeffs cowboys dirigiendo los esfuerzos. Y entre los dos iconos masculinos, otro guiño de libertad que interpreta siempre Katharine Ross. Todo embriaga. Hace atractivo y versátil el interés. Veo tanta libertad, que se puede escoger el cacho que quieras.

En "Dos hombres y un destino" hay muchos homenajes sin decirlo, y unos años setenta que van a hacer contínuum con el cine grandioso del Hollywood dorado. Una continuidad y un impulso creativo magistral.

Y la batuta de la música del gran Burt Bacharach, que hace magia explosiva y éxito en la escena armónica y salvaje de la bicicleta en el Oeste que empieza a aparecer y que disfrutan Newman y Ross, la chica.

Sí. A pesar de los amagos de otro tiempo que llega, nunca se aja la raíz del western. Jamás. Los protagonistas serán asilvestrados, salvajes, dispararán como soldados de la vida que son, se rodearán de mujeres oprimidas para los cuidados del yacer, apostarán por el dinero, y serán fuertemente perseguidos y hasta castigados. Pero los vaqueros también castigarán, y bien. Y hasta meterán humor más de ahora que de antes, y optarán por sorprender, y añadirán a su fortaleza la idea de niños grandes e irreductibles, y desde ellos ya no habrán apaches o sioux, pero sí bolivianos porque la geoestrategia se va movilizando y desplazando.

¡Dios qué parajes! ¡Qué estampas y qué dinámicas! Empezó a ser otro cine. Otro mundo sin salir de aquel, un humor más contemporáneo; unos finales y unas conclusiones abiertas y ganadas por la brutal majestuosidad estética. La escena gana a la trama. Y el espectador volverá al cine.

¡INOLVIDABLE FILM!


 

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