domingo, 24 de marzo de 2019

- PABLO IGLESIAS NO ELUDIÓ LA HONESTIDAD -




Pablo Iglesias salió a la calle. Con más pelo que nunca y con su intacta coleta. Y recibió a la calle; a la gente más humilde a la que dio voz en el mitin de la plaza Reina Sofía.
Es un político de raza, de los que ya no hay, visceral y agudo, carismático y de los que mueren con sus ideas. Un maravilloso enfant terrible en estos tiempos pijos de la modernidad y de los quedabienes.
No. Pablo Iglesias tomó la palabra y mostró abiertamente su verdad. Su desnuda verdad. E hizo una autocrítica potentísima y sin rubor. Afirmó que su Podemos había hecho sentir a la gente vergüenza ajena. Fue una confesión sin tapujos, a calzón quitado, con la emoción en el corazón; algo que impresionó mucho y que pocos esperaban. Y este lanzazo de realidad le hace grande, y le sitúa como uno de los políticos más creíbles que tiene mi país.
Ayer fue enormemente grande Pablo Iglesias. Metió el aguijón o bisturí de la autocrítica, y su figura se tornó más honesta si cabe. Es un hombre bueno y riguroso, más allá de su faceta genética de soldado irreductible. Ese registro de honestidad autocrítica fue realmente sublime.
Porque todo lo demás ya es sabido. Es joven, son cinco años de bebé Partido, hay terror en la sociedad a los cambios, está lo goloso de los sillones y del dinero fácil y oportunista, y toda la tentación que propone el Poder.
El "coletas" salió fuerte de casa. Bien comido y cocinado. Y sacó sus puños de vehemencia y fondismo,y arreó duro y al hígado. Arreó desde sus profundas convicciones. Se la jugó como haría el barquero de Cantillana con sus verdades, y sus palabras sonaron de nuevo a revolución.Sacó la oratoria y la rapidez, la teatralización,-como los antiguos griegos papás de lo que dicen que es la democracia-, y allá que fue. Oró con fuerza y con una personalidad arrebatadora. Las verdades, ofenden siempre. Quien bien te quiera, podrá hacerte llorar. Pero por tu bien.
Pablo Iglesias no supo de grandes miramientos y soltó crochets al Poder. Al financiero, al no ético, a los medios de comunicación, y a los jueces que doblan la rodilla y no lo son.
La gente, rompió a aplaudir. Lo merece. Su valentía roza el kamikaze. Pero bendito suicida que piensa en la gente que menos tiene. El Psoe ya no es la izquierda. La izquierda es Podemos. Todo lo demás, son zarandajas e hipocresías.
Por la noche le esperaban en la tele los periodistas con las armas afiladas. Trataron de acorralarlo pero a él le va la marcha, y entonces el coletas sacó su musculatura y su argumentación fondista e imparable. No se arredró ante Pino o Llapart. Dijo lo que piensa sobre las empresas de la comunicación. Se puso bronco y copero, audaz y quijote admirable, y no cedió ni un centímetro hacia atrás. Ni para tomar impulso.
Iglesias tiene el gran mérito del rebelde tocahuevos que nunca se muerde la lengua. El coletas es libre como el viento, y eso genera odio y admiración a partes iguales. Quien pensaba que se mostraría domado, taciturno o concededor, erraba de plano. Pablo Iglesias está más explosivo y vehemente que nunca, y estos tres meses de descansos y sobresaltos parecen haberle sentado más que bien.
Podemos lo va a intentar junto a los suyos y al leal A.Garzón. Queda poco tiempo, pero las sorpresas pueden estar todavía en todo lo alto. Si yo fuera adversario del "coletas", no estaría del todo tranquilo.
¡OJO A PODEMOS!

0 comentarios:

Publicar un comentario