lunes, 14 de mayo de 2018

¡SE NOS CAEN! ¡SE NOS VAN! ...




Antonio, no lo tengo seguro. Pero estamos aquí para intentarlo. No tenemos nada suficiente, pero la ley del derecho a la vida está con nosotros.
¡Límite! Esto es límite. Mas nadie nos ha empujado a venir a este lugar. Lo sabemos. Ahí tenemos a centenares de personas a la deriva. Les estamos diciendo todo lo que podemos decirles. Cada vez veo más gente en las pateras. El agua del mar no permite tanto peso.
Sí. Yo les estoy diciendo que se calmen. Pero están ateridos de frío y hambre, y apenas pueden oír mis palabras de esperanza. He preparado junto con los demás voluntarios todo el protocolo de supervivencia. Les hemos lanzado los chalecos salvavidas y dicho que se muevan los menos posible. Y que debemos esperar. Las autoridades han de darnos el consentimiento o no podemos ayudarles y será doloroso y frustrante.
¡Mira, Antonio! Es el momento ya de actuar. Parece que no nos dicen nada los que mandan aquí, y esa inacción significa que apretemos los dientes y nos dispongamos a lanzar nuestra ética sobre los semináufragos de color. ¡Pobres! ...
¡Venga! Tranquilidad. Hemos venido a salvarles. Estamos aquí para ayudarles. ¡Cálmense! No pasará nada. Por favor que les pedimos que contengan su miedo y su ansiedad o puede ser duro. Somos amigos. Estamos aquí para recibirles y porque sabemos que vienen y que su vida corre peligro. ¡Atención! Si alguien desobedece nuestras indicaciones, entonces puede pasar que esto se rompa y se caigan al mar. Su confianza en nosotros debe ser absoluta. ¡Paren su miedo! ...
Lo intentan, Antonio. Sé que lo hacen con todas sus fuerzas. Pero las dudas les comen. Aquí hay mujeres embarazadas, niños,y un sobrepeso bestial. Y un acojono lógico de mil pares de narices. Yo también estaría aterrado. Les oigo rezar. Están encomendándose a sus dioses y espíritus protectores. Y hasta cantan himnos de esperanza y de positividad.
Antonio, ¡veo más pateras de las previstas! ¡Esto nos está superando! Y además veo que la están cagando. Hay patrulleras que les van a a parar sin miramientos y de forma directa e inhumana. ¡Hosti! ¡Hasta a nosotros que nos conocen nos han hecho una pasada rápida con el fin de asustarnos y de alejarnos de nuestro deber! ...
¡Se nos caen! ¡Se van al fondo! Algunos no saben nadar. Hay mucho caos y desconcierto. Se quieren mucho entre sí. El cariño no mira de trabas. Hay gente que hace segundos estaba, y ahora ya no. El griterío de horror y la desesperación preside nuestra labor. ¡Hacemos con rapidez ahora lo que podemos! He estado a punto de caer al agua. Mis compañeros han tenido suerte parecida y ...
Tenemos a algunas barcazas a salvo. Falta mucha gente. Les decimos que no miren atrás. Les lanzamos algo para que coman y beban. ¡Ya son nuestros aunque no todos! Las mujeres y los niños no van a morir. Algunos adultos sorprenden con su enorme fortaleza y esta vez se han salvado. Otros, no ...
Ya están en nuestro barco. Ahora los entregamos salvos a las autoridades del Mediterráneo. Es la ley. Procederán. Antes les hemos dado ropa seca y toda la energía emocional que hemos podido. ¡Un niño tiende a sonreír! ...
¡Es nuestra misión, amigo Antonio! Tú también haces lo mismo que nosotros porque perteneces a nuestra misma ONG. Te escribo esta carta para desahogarme y dormir y recuperar mejor. Te evito los detalles más escabrosos porque tú ya los vives y no es necesario repasar el horror. Ahora voy a descansar. Tenemos que relevarnos. Mañana te tocará hacer la tarea a tí. Y a mí nuevamente. Y a todos.
¡LO PRIMERO SON LAS VIDAS!

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