El silencio de lo conservado, colisiona de modo flagrante con el nuevo ruído. La mujer. La mujer que ya no se calla frente a ese machismo asesino. En la esencia de la sentencia de la chica violada por unos indeseables en Pamplona, se esconde ese machismo ventajero y cabrón. Parcial y moralizante. Preservación de los valores y las prebendas masculinas frente a las sucesoras de Eva.
Es una realidad la de la calle que en otro tiempo no se esperaba. Pero ahora la calle suena. Toda España sale y saca su ruído y su furia de convencimiento.
Entonces, si la calle que ya ha estudiado brama, ¿qué ha pasado con la sentencia del gran escándalo?, ¿a qué esa brutal disonancia? Y la respuesta no puede ser otra. Las cosas estaban legalmente mal para las mujeres. Y lo siguen estando. La sociedad de los hombres, sigue sin contar con ellas.
Ese maravilloso ruído revolucionario. Justo y necesario. Actual y rompedor. A la mujer se le han hinchado los ovarios y ya no traga las jergas mareadoras de desorientación.
"¿La manada?" La nueva mujer ya puede al menos gritar su rabia. Y lanzarse camino del Juzgado en Navarra masivamente en espontánea manifestación amagando con romper el cordón policial. Refuerzos.
Se reclama la seguridad femenina que está en el aire. Y sobre todo, se desexualiza a la figura de la mujer que ya no será plato de segundo florero. Se han movido las estructuras, hace viento, hay verdad en las gargantas y clamor común. Dígase lo que digan los leguleyos y las maneras de pensar, mucho más de medio país sabe que la sentencia se ha pasado demasiados pueblos. Y que las mujeres tienen unos límites. Porque ansían de su sacra libertad, ahora castrada.
La verdad, la ideología, la atmósfera de los consensos, el modo de pensar, siempre van modificándose y ahora para bien. La sexualidad femenina es exactamente igual que la masculina en cuanto al respeto y a la consideración. Y ya se han terminado las supeditaciones y los ruegos al macho de la tribu. No. La mujer ya sale a cazar y a pescar, y no como pasaba con los primitivos ex simios que evolucionaban por físico y kilogramos de peso.
Sigue el clamor y el golpe en la manifestación. Potente, muy potente. Como los tambores de Calanda en abril. La conciencia caverna se desmorona. Hay que moverse.
Y parece que amaga con moverse. El Partido Popular habla de modificar tipificaciones de leyes al respecto. Ya es un logro. Los demás partidos dicen lo que todos. Que esta sentencia es una agresión hacia las mujeres y que solo puede producir asco y rechazo.
Sí. Mucha distancia hay entre el Poder y la calle. Y eso no puede ser. Porque el Judicial también debe ser femenino y la calle, para que pueda serse una verdadera justicia representativa y ejemplarizante.
Violar a una mujer es un acto ventajero y repugnante. ¡Ya está bien! Ahora toca ponerse las gafas sociales y contemplar su realidad desde otro prisma distinto. Esto es peor que la sentencia de la chica de la minifalda. El varón debe hacer autocrítica. Antes de la sentencia de estos días había menos indignación. Y cuando las cosas no casan con el sosiego general, entonces no queda otra que modificarlas. Empezando por la arcáica mentalidad.
-ESTO ESTÁ MAL SENTENCIADO-
2 comentarios:
Creo en la justicia, pero no en una ley que está pensada para favorecer al delincuente y no a la víctima. Los jueces no tienen la culpa ya que han cumplido con la ley. Son los gobiernos de turno que han hecho una ley tan injusta que por matar a los 6 años están en la calle. Incluso las violaciones que tienen una condena mucho mayor que la de abusos sexuales…raro es que pasen más de 10 años en prisión. Por buena conducta te quitan un montón de años.
Bueno,los jueces también interpretan los hechos. Pero, sí, algunas leyes no favorecen la precisión de las sentencias. Y un abrazo, Benja!
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