domingo, 8 de abril de 2018

- CRISTINA CIFUENTES Y EL DECLIVE -




Rubia, madrileña, actual, juvenil, atractiva, habilidosa y aprendedora. La sucesora y rival de Esperanza Aguirre: Cristina Cifuentes.
Pija de hoy, adalid de la nueva limpieza renovada del PP, y en esa renovación permanente el nuevo periodismo justo y femenino. La periodista de El Diario Digital, Raquel Ejerique. Mujer contra mujer. La fuerza y la credibilidad de la prensa humilde digital frente a los grandes colosos convencionales. En el pequeño medio perodístico, también se pueden hacer excelentes logros. Como destapar las trampas de los Másters de la Cifuentes.
Cristina. Lo niego todo. Es una cacería. Sus videoblogs. Su poder. Su nada distancia de sus compañeros en sospecha. Bienvenida al club de la tristeza y de la trola.
Cifuentes y Cuencas. C.C.C. Punto. Como Mariano. Cristina no se presentó a los exámenes y por tanto no pudo aprobar. No hubo nada. Todo, mentira. Los jerifaltes del Poder de la Universidad pública Rey Juan Carlos dieron una esperpéntica rueda de prensa inicial justificando y apoyando a la Presidenta la la Comunidad de Madrid. Luego, se lo pensaron mejor ante los avances de la prensa real y eficiente, y comenzaron a marear la perdiz y a buscar oxígeno de credibilidad haciéndose los ofendidos. Parece que el Rector carece de talla. Como otros prebostes de allí. Hay mucho personal que ha hecho lo contrario. Están tristes, porque todo esto es para estarlo. La Universidad está triste. El país, más decepcionado si cabe. España.
Cristina Cifuentes guardó silencio estratégico. Le hicieron otro currículum falso que no coló. Raquel Ejerique no pone orlas ni es expresiva. La periodista sale, es escueta y no va a la floritura ni parece perseguir la fama. Solo es periodista. Aunque se acabe de consagrar con su gran logro.
Convención del PP. Están todos. Se hacen los suecos en público. Aplausos y más aplausos. El Partido no va bien y ahora solo falta lo de la rubia. Más aplausos con las cámaras delante. Adhesión inquebrantable. Imperio de la hipocresía baja y de la estrategia inmoral.
En petit comité, está la autenticidad del funeral y de la cara triste. La preocupación está en toda la piel del equipo de Rajoy. Si echan a Cifuentes,-dado que no parece tener intención de dimitir-, peligra su victoria en sucesivas elecciones.
Lo que pasa es que no todo vale. Ni los aplausos, ni las defensas acérrimas, ni los despejes a córner, ni echarle el muerto a otros. Raquel Ejerique ha pillado en plena trampa a Cristina Cifuentes y no hay tu tía. Esperarán a que baje la olla mediática para darle boleta y quitársela del medio político. Ahora están pactando con Ciudadanos y con un Albert Rivera que no sabe qué cara poner. Hasta las encuestas de El País hablan de un repunte de Podemos. Está la cosa bien delicada para ser sinceros.
La opinión en la calle se hace más contundente. Todos han de ser unos tramposos y corruptos. Los políticos. Y que den más dinero para las pensiones y para los chavales de los trabajos basura. Mi España.
Cristina Cifuentes. Madrid. Rubia, de poco fiar, superviviente de un feroz accidente, final agrio, ella parecía diferente. Como Gallardón. Como de otra pasta distinta, de otro talante peperil, más de ahora, de hoy, moderna, y hasta coqueta y bastante mediática. Ha habido un Máster anhelado de realidad y muere la trampa.
¡HASTA NUNCA, CIFUENTES!

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