sábado, 9 de diciembre de 2017

- CINE= "PERFECTOS DESCONOCIDOS", DE ALEX DE LA IGLESIA. -




Lo primero que me encontré al visionar la última película del director Alex de la Iglesia, fue conexión y complicidad con su público fiel y dispuesto a sus cosas.
Ahora, los demonios de Alex no son tan enigmáticos pero buscan ese su eterno misterio. Porque en "Perfectos desconocidos" hay lunas rojas que lanzan vahos interruptus de hojas que llevan un desgarro, pero aquí hay interiores y familias, cenas y charlas, y sobre todo, el mundo de hoy que el director vasco desea desde su prisma mostrar.
El ovni y el diablo de esta peli, es ahora el teléfono móvil. Y la sociedad de gente más o menos como todos nosotros. Y nuestras contradicciones y la hipocresía, las poses, las conversaciones y el modo de llevarse, y las chicas guapas, y los granujas frescos, y el raro, todos, pero siempre en clave de humor voy a decir que doméstico.
El teléfono móvil es la proyección de muchos sueños y deseos. El humor es ácido, mordaz, sorpresivo y cambiante. Y llega el mal rollo, y la sorpresa, y el eclipse cabroncete y maya, y la naturalidad de buenos actores en las eternas imposturas.
El misterio irónico fascina al director norteño. La sorpresa es su dardo, y la violencia y el desgarro se tuercen cómicos para lograr la carcajada. Alex avanza sobre los estereotipos y sobre los mitos, y sobre las bragas no puestas, y las tetas que se pondrán, y los seguros tendrán quiebras y necesitarán apoyos emocionales, y el raro la liará siempre pero acabará dando la lección de nobleza y de lógico respeto.
En algún momento me vino a la cabeza su "La Comunidad", pero esta vez sin sangre exterior. En esta ocasión eran todo puyas y líneas rojas que no deberían ajarse del todo.
Los diálogos, las conversaciones, los sucederes en la eterna estancia y cena que propone el director con sus juegos de mensajes peligrosos y desmontadores procedentes de los móviles, logran tejer el guión de una película más tierna que interesante, y amable, muy campechana y normal, con buen ritmo y excelente reparto.
Siempre parece haber algo detrás de la apariencia. Y es que la apuesta de De la Iglesia siempre favorece al imperio de lo inesperado y de los seres diferentes. Alex es distinto, y tiene en su cine los locos melenudos de camisetas punk y poco escrúpulo y mucha libertad.
En "Perfectos desconocidos", socializa nuestros contactos y nuestro mundo. Es y siempre ha sido tecnologista, y eso va siempre en su escudo de cineasta. El móvil no deja de ser una estática ouija imaginada, y cuando se juntan los diferentes móviles se necesita que lo maléfico dé vitalidad y buen recorrido.
Asustan las llamadas y los mensajes de los móviles porque hay libertad para errar. Las debilidades al desnudo en torno a un encuentro recogido y familiar. Matrimonios que acaban vencidos por la idea del director en el sentido de que todo tenderá a desquebrajarse y a dar demasiados sobresaltos.
El homosexual, la chica que da sus primeros pasos hacia el sexo y la juventud, el pijo insoportable, el marido suelto y embustero, la psicóloga anfitriona contradictoria, el erotismo innegable y negado, y esa idea de que los bien no son demasiado sinceros.
Por eso el raro es un salvador. El distinto y heterodoxo es el motor del equipo. De su equipo. Solo del susto y de lo inesperado saldrá la sorpresa que parirá una nueva creación atractiva y cinematográfica. No se puede negar que Alex dirige y toma las riendas de su nueva irónica aventura que lo cuestiona todo en el fondo, pero que al final lo que hace es mostrar la posibilidad de que lo diverso y hasta enfrentado no es otra cosa que el magma del mundo y del vivir. Película para ir en familia, prenavideando, reírse mucho, ser cómplices de este dire especial, y para distraerse y pasar un buen rato.
-QUE ES UNA OPCIÓN-

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