domingo, 19 de mayo de 2024

- LA PALOMITA. -



Tere la vio el otro día. Iba por la calle y divisó una pequeña palomita oscura, la cual, o bien se había caído de un nido, o bien se había dañado unas de sus alas y no podía volar. Quizás ambas cosas.

No dudó Tere. Adora a los seres pequeñitos y desvalidos. Y decidió tomar a la palomita entre sus manos, guardarla con cuidado en su bolso, y subirla con ella a su casa.

Pensó Tere en su tranquila gata Tona, y le dijo a su manera y a su modo que no le hiciese nada a la palomita. La gata Tona y Tere, parecen saber comunicarse. Dicha gata salta de la cama de su dueña para desperezarse un poco. Casi siempre está confortablemente acostada.

Tere ha pensado cosillas para que su nueva amiga la palomita, pueda recuperarse y salir hacia adelante en recuperación. La mujer le habla a la paloma con extrema suavidad y cariño. Y también con firmeza de supervivencia. Y moja un poco de pan en agua y hace miguitas, y luego las introduce entre el pico sorprendido y receloso de la palomita. Después, Tere idea meterle agua en la boca ayudándose con una jeringuilla de plástico. Se pasa horas intentando sostener el hilo vital de la palomita con su presencia y ánimos.

Después, toma al animalito leso, y decide meterlo en una pequeña gatera. Así podrá defender a la palomita de las tentaciones de la gata, cuando ella haya de salir de la casa.

Hoy Tere ha abierto la gatera. La palomita parece muy tranquila. Mucho más que en días anteriores. Eso puede ser una buena señal. O, no. Ya se verá. Lo que pasa es que se nota en la palomita más vitalidad y calor. Con más confianza y menos miedo de ser alimentada. Tere la besa en la frente y no repara en mimos. Es como una madre para la palomita. El animal, parece sentirse más que satisfecho.

Tere, no es muy consciente de las cosas que hace. Pero su conducta es de sensibilidad extrema. Cuando ve a niños y a niñas peques, les dice cosas cariñosas y nunca les dejará de obsequiar con su sonrisa, la cual crea la nueva sonrisa de sus jóvenes y orgullosos padres. Y le pasa lo mismo con los perros. Raramente un can la deja indiferente. Todos tienen algo especial. Unos son grandotes y poderosamente hermosos, y otros son cachorros o razas pequeñas y más que graciosas criaturas para Tere. Y entonces es la excusa perfecta para hablar con sus dueños brevemente.

¿El futuro de su nuevo amor?, ¿de su palomita débil y enfermita? Eso está por ver. Ya se verá. Ahora lo más importante es que pueda recuperarse. A Tere le motiva cuidarla. Entonces, alguien interrumpe sus sueños y le dice:

- "¡Pero, Tere! Las palomas propagan muchas enfermedades. Si se pone buena, entonces deberás sacarla de casa, abrir las manos y dejarla volar ..."

- "¿Eso tendré que hacer? ... Porque, aquí no sé si la podría tener todo el tiempo y ... Pero, bueno ... Esperemos de momento que no se muera y eso ..."

- "Sí. Claro, Tere. Pero las palomas han de volar. Hacer su vida ..."

- "Pues me será un poco duro si la tengo que dejar volar ... Pero bueno, será un tiempo. Y luego se me pasará ..."

- "¿La dejarás volar a la vida libre si se recupera, Tere? ..."

- "Sí. Claro. La vida. Lo que pasa es que si está bien aquí ... Habría que ver un poco ... No sabemos qué va a pasar ..."

Tere tuvo una infancia de espanto. Su vida quedó siempre marcada. A pesar de todo, tiene claro que todo sigue y ha de seguir. Da y necesita dar mucho cariño. No tiene un pelo de tonta, pero sabe hacérselo. Así puede seducir y hasta salirse un poco con la suya. Su memoria es delicada, y su ternura es vital. Quiere ser la mujer más independiente y dulce del mundo. Aunque bien pocos puedan entenderla.

-SU MIRADA ES AGUDA Y TRANQUILA. -

 

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