miércoles, 1 de julio de 2020

- CINE ÉTNICO= "CARMEN Y LOLA". -




Frescura, simpatía y realidad. Una incursión en el mundo gitano, desde la dirección y guión de Arantxa Echevarría.
Hermosa y potente la libertad en los lugares cerrados y casi imposibles. Actores no profesionales complementando la gran idea siempre tierna de la libertad.
Zaira Romero borda su papel de Lola. Es suave y pétrea a un tiempo. Irreductible entre la seña derrotada y de dirección contraria. Machismo. Todas las etnias y el mundo es machista. En el pueblo gitano impera el orden y lo establecido. Y se agrupan y unen en torno a su raíz y a sus señas identitarias. Son. Somos ...
Ahí, en el seno de la realidad y de lo posible, en todas partes, la realidad de los deseos será imposible. Porque Lola es especial. Bonita, lógica, consciente de los terrenos que el azar la hace pisar, y también de su verdad.
Y cuando ve a "Carmen", que interpreta Rosy Rodríguez, la cosa se vuelve sí. Le gusta demasiado para no abordarla y decirle la verdad. Carmen siente sorpresa ante el dulce desparpajo de Lola, pero poco a poco se acerca a su mundo osado de seducción. Y entonces todo se reinventa y nace un sol nuevo y a vivir. Aparece la verdad en forma de cadenas desatadas e imparables. Porque el amor del deseo siempre es así.
Carmen está pedida y va a casarse. La directora refleja con atractivo ese peculiar mundo calé en donde las cosas no se modifican. Y podemos entrar en sus ambientes naturales, festivos, en sus cantos religiosos evangelistas, en su cuna y en su bellísimo misterio.
Lo que pasa es que Lola sigue viendo a Carmen. Y Carmen tiene un cuerpazo admirable, un vestir especial, y un algo que la imanta. Y Lola, a su ritmo, sabe que la vida es lo que hay, y hace todas las aventuras posibles para una Carmen cada vez más cómoda aún manteniendo inevitable todas las precauciones.
La fuerza del amor no se combate con ancestros ni con dogmas. El amor es algo libre, independiente, gozoso y general. No conoce de colores de piel, ni de banderas, ni de prejuicios. La ley del amor y del deseo, de la belleza y de la evidencia, no tienen contestación.
¡Peligro! Alguien descubre lo que sucede. Y el padre de Lola siente que le llegan todas las desgracias y todo el dolor. Se rumorea por todas partes lo que sucede, y el hombre debe hacer algo o caerá en desgracia definitiva. Así son las cosas.
Una mujer sensible, ayuda y arropa a Lola. La aleja de allí. Y la invita a la posibilidad de la libertad. Y allí, donde nos parió la playa, en el seno del agua del mar, frente a dos bikinis deseosos que desaparecerán en intimidad durante muchas horas, se desata el gran viento de la verdad.
Esta peli es una valiente incursión en un mundo cerrado y atávico. Pero una cosa son las normas, y otra es la delicia de la suavidad de Lola y de la alegría de Carmen. Y ahí, en el interior de los sentimientos potentes y desaforados, aparece un mundo delicioso, lógico y evidente.
Y tras la playa, los hierros de rompen, y las imposiciones se oxidan, y buscarse la vida está bien, y unir los labios y el cuerpo es un queso, y una caricia y un terremoto. Y una audacia, y un proceso, y un canto bien salvaje de libertad, de respeto y de naturalidad.
¡EXCELENTE!

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