martes, 22 de octubre de 2019

- CATALUÑA Y LOS INDEPENDENTISTAS SIN REFERENTES -




Hace dos años. 2017. Los representantes separatistas de Cataluña hicieron una reunión exprés y precipitada. El Parlament proclamó por escasos momentos la República Cataluña.
El 1 de Octubre. El día en que medio mundo vio los porrazos de la Policía y Guardia Civil contra los ilusionados votantes. Sí. Dos años. Dos años de mal rollo llevamos, en donde Cataluña presenta una profunda división. Y en donde el odio ha crecido hasta extremos inauditos.
Puigdemont está por Bruselas, Anna Gabriel no se sabe muy bien dónde anda, y los principales líderes del separatismo republicano como Oriol Junqueras están en la cárcel. Hace pocos días el Tribunal Supremo les sentenció a muchos años y ...
El mundo independentista catalán se ha quedado casi de repente sin representantes o líderes políticos. Y esa frustración es potentísima y genera protestas. El actual President Quim Torra, no es precisamente para ellos un líder carismático aunque les diga a los "CDR" aquello de "apreteu". El mismo Gabriel Rufián fue censurado y obligado a volver a casa al acudir a una manifestación independentista.
La vieja ilusión republicana puede que no esté coja, pero está preocupada y a la busca de algo que hoy por hoy no logra hallar. Su líder está exiliado, y sus máximos representantes fuera de juego en cárceles. Esa enorme frustración de la ilusión, potencia las enormes dudas y el enorme dolor. Se sienten desnudos de Poder institucional, les han quitado todo, solo les queda el arrojo y las esteladas, las redes, las manis o el Twiter. Y el ruído de sus tambores convierte Cataluña en una triste y angustiadamente general canción de otoño.
Son jóvenes. Tienen toda la vitalidad. Pero hoy por hoy, han llegado a la conclusión de que no tienen ningún tipo de representación real, y que esa orfandad es toda su angustia.
Por eso van a la suya y pasan de todo. Hacen masivas y pacíficas manifestaciones en las que gritan sus sueños. Porque todo les parece en vano. Ahora ya solo sienten que solo pueden confiar en sí y que solo quedan ellos mismos. Por eso pierden todo respeto a la sensación de autoridad y van a la suya.
Decía Jordi Évole,-suscrito por Julia Otero-, que una masa helada procedente del Supremo chocó contra las calientes aguas mediterráneas, y ahora llega la gran precipitación. El famoso cambio de clima político por ausencia de líderes.
Si Carles Puigdemont, u Oriol, o Anna Gabriel, o los Jordis estuvieran en libertad, volvería el suave y envidiable clima mediterráneo. El Supremo había recortado privilegios al Estatut de Cataluña, y la falta de respeto en la época del PP a Cataluña fue brutal. Los estereotipos aumentaron, y todo se movió distanciándose.
Ahora, los "CDR" dejan paso al "Tsunami Democràtic", pero en el fondo es la misma iniciativa individual sin pastor ni guía. De ahí lo sucedido en estos días en Cataluña. Días de ira y de rechazo a todo tipo de autoridad.
Han hecho lo que han querido, en un alarde sui géneris de demostración de fuerza. El fuego, es la estrella mediática que todo lo puede. Los medios, con el foco en la guerrilla y en el lío. Fuego nocivo y destructor. El fuego del impotente que sabe lo que desea y no lo puede lograr ni a las buenas ni a las malas. El reino del laberinto sin puertas. El gran desahogo. El grito y la masividad como vindicación del ser y poder. La búsqueda irracional y el deseo de recuperar algo que habían podido soñar e ilusionarse.
Y a ese fuego de frustración, se adhieren parásitos que vandalearon las ansias juveniles, huérfanos de institucionalización. Su Cataluña se estaba reduciendo a cenizas. Ya no sentían la posibilidad de soñar otra cosa. Otra su esperanza ...
El asunto es, cómo se sale de este impás. Y en todo conflicto ya larvado, solo se sabe de un gran antivirus que se llama negociación, y multitud de equilibrismos y de paños calientes. Nadie en Cataluña debe sentir que ha perdido. Y no solo los catalanes de los dos pensares, sino que por extensión todos los demás españoles los cuales no confiamos nunca en el odio.
¡PAZ/PAU!


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