Llueve, llueve, siempre llueve sobre tí,
llueven sobre mí tus sonrisas,
jarrean sobre mí tus besos,
aguacerean sobre mí tus abrazos.
Llueve, llueve, llueve,
a cántaros llueven tus lágrimas en mi regazo,
borrasquea sobre tí mi sonrisa enamorada,
llueve sobre nosotros ese cariño.
Porque va y siempre llueve,
llueve, llueve, y llueve la lluvia de la vida,
llueve sobre tus ojos mi mirada tierna,
cae en tus manos el líquido del afecto real.
¿Por qué no llover siempre?,
¿por qué no soñar eternamente nuestros besos?,
¿es que no llueve acaso sobre tus pechos?,
¿o no es verdad que llueve sobre mis labios? ...
-JOSÉ VICENTE ORTÍ-
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