lunes, 10 de junio de 2024

- C. ALCARAZ ASALTA PARÍS Y SUCEDE A NADAL. -



"Juanqui" Ferrero miraba con fijeza a su pupilo de El Palmar. Le orientaba, le aguantaba, le contenía, le frenaba; le quería ... Carlos Alcaraz comenzó el Torneo francés, a lo grande. Había vuelto la apisonadora de la virguería y de la ilusión. Alcaraz estaba juguetón y rutilante. Tennis Lover.

Pero el murciano estaba más maduro y realista. Ya no sonreía por cualquier minucia efectiva, y cuando le salía la sonrisa ya era para la concreción. Parece haber crecido y haber encontrado más caminos que su juego meramente lúdico y espectacular.

Quedaban muchos marathones. Palizas cada dos días, de cuatro y hasta cinco horas. Así son los Grands Slams. Verdaderos infiernos de resistencia, dolor, sufrimiento, épica y esfuerzo inevitable.

Carlos machacó a Tsitsipas. Jugó un partido bello, pero frente a un veterano de orgullo. Esperanzó ver a Carlitos inasequible a las cosas del griego. 

Lo malo se antojó definitivamente exigente. Ahora ya era el one Jannik Sinner. Y ahí, Carlos, empezó a generar sus brillantes polémicas de juego enloquecido y de cine de aventuras. Fallaba, ganaba, se frustraba, no jugaba del todo bonito, pero nunca descomponía el rictus de fe y de confianza. La paliza que se metieron el español y el italiano, tuvo cosas sorprendentes. Alcaraz no negaba errores, pero también vivía en los aciertos y en los jugadones imposibles. Había de todo.

Juan Carlos Ferrero, "Juanqui", se consagró como gran líder de maestros de portentos tenísticos como el murciano de veintiún años recién cumplidos. Y miraba a su Alcaraz, diciéndole algo que marcaría su andadura hasta la conquista de su primer grande sobre arcilla: "¡Disfruta sufriendo!" ...

Esa frase, se lo marcó el murciano de El Palmar en sí a sangre y fuego. Ser él mismo podía significar jugar menos vistoso, no rendirse a las primeras con muchos sets desfavorables, ir a remolque con fe y hasta frescura; que las palizas físicas y mentales podían valer la pena. Y esto solidificó opciones. Porque ya no era cuestión para derrotarle el que no estuviera brillante y meramente estético. Pasar de sex symbol a hombre duro...

Y sacó un 10 cuando doblegó a Sinner, en un partido de una tensión tan potente como favorable. La gran lección de victoria, le dio a Carlos la idea de la esperanza optimista y positiva. Por éso, cuando le llegó la final contra el fortísimo Zverev, daría la sensación de que las premuras ya no serían para el as español unos obstáculos definitivos. Podían aparecer muchas más cosas.

Ferrero siguió observando con profesionalidad y rigor, orgulloso de su precoz maravilla tenística. Y vio en él, algo, mucho más que el juego genial. Ahora, Alcaraz podía ufanarse de ser estratega y hasta friote, sin que por ello fueran a mermar sus posibilidades.

Carlos Alcaraz hizo que pasaran cosas. Muchas más cosas diferentes que antes. Ha conquistado su primer Garros sin hacer un tenis de magia continua, pero siempre teniendo en cuenta que podía ganarles a todos mientras hubiese un juego por en medio. Daría igual si fuese por delante o por detrás de sus rivales en el marcador. Lo importante era el cacho del marathón, de las cuatro horas, del límite físico y mental, de los desfallecimientos, y de la nueva gran sonrisa interior que ahora ya posee Alcaraz.

Rafa Nadal puede estar más que satisfecho. Ha conseguido que su legado lo haya entendido un compatriota jovencísimo, jugando a las todas y a los límites sudando como un cosaco, e incluyendo los golpes winners que llevan la calidad y el efecto inmediato.

La Chartrier se sintió honrada por este mozo que ha llenado la más carismática pista de tenis, con una sucesión de intensidades y emociones. Alcaraz gana su primer torneo loco y más consistente. Lanzándose ganador sobre la tierra batida, y como homenajeando al mito Rafa con su pose brillante y definitiva de gran campeón. Ya hay más cosas que Wimbledon o el US Open en su zurrón.

Sinner debe estar mirando ahora los progresos del español, y pensando cómo poder contrarrestar las nuevas cosas del mago murciano de El Palmar. Porque Alcaraz sigue a la suya, y ahora con más eficacia y personalidad. Con más recursos, frialdad y convicción. Habiendo demostrado que puede salir de cualquier lío y ganar.

¡¡BRAVO, CARLOS!!


 

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