domingo, 24 de noviembre de 2019

- COMPRAR LA NAVIDAD -




La gran superficie. Navidad en boxes. Se van encendiendo las nuevas bombillas de la Navidad. Hay ganas. Empieza la estación Navidad. Pagana, consumista, religiosa, familiar, deseosa de sorpresas y brillo, de color y tradición.
Suéter nuevo, renovados botines, mediazas de rico bombón, leggins, probadores y Amazon. Compras y más compras donde tú sabes. Paseos de compras, y bolsas y sorpresas en compras. Buscamos el mercado navideño, y ponemos nuestros ojos en algo distinto, deseado y quizás asequible. Reivindicable y oído.
¿Qué habrá de moda en los grandes almacenes de nuestro mundo y tiempo? Deja volar tu imaginación. Pásate las horas muertas planeando una gran sorpresa. Un gran bien. Hurga en el arcoiris y en el vademecum de lo que te gustaría adquirir. Y punto.
La familia. Han de venir en Navidad. Algo se hará. Es el amor. Los niños. Los nenes necesitan jugar con la cosa nueva digital, y los adultos lucir nuevos atuendos. Todo el mundo a soñar. Queremos algo nuevo, diferente, sorprendente, algo que llame la atención, salir un poco de pobres y de la rutina, oler distinto, cortarnos el pelo o dejárnoslo crecer. Mutar como la vida en el año que mira camino de su final.
¿Por qué no estar e ir mona?, ¿por qué no ponernos algo bien varonil y socialmente aceptado?, ¿por qué no comprar lo que todos ya se han comprado y se van a comprar? La Navidad también son dos telediarios. Como la vida misma. ¡Ah, la suerte del Gordo! ...
Vivan la obsolescencia programada y la solidaridad oportunista. Ahora es el mejor momento para ayudar a los pobres, para darles nuestra caridad que nos reconcilia con su hambruna de las moscas, démosles cenas y algo de caliente a los sin techo. Lo dijo el Señor. Y además lo decimos nosotr@s. Jo,jo,jo. Ay, pobre gentes que no tienen ilusión y que tanto estarán sufriendo por esos mundos ...
Natalia busca afanosamente su ropaza de mujer. Tiene a otro alguien en su vida y le ilusiona sorprenderle. Y le tiene preparado a su nuevo corazón miles de sorpresas. Nadia quiere unas tetas porque ya es mayor y ha sacado matrículas en la Universidad. Convencerá a sus padres. Quiere estar más guapa aún. Y eso es imparable. Sergio va a por su primer coche.
Marisco. Carísimo. Pero, se compra. Como la carne. Se sacrifica uno para gozar. La comida navideña servirá para engordar y para reírse. Para juntarse todos esos que a lo largo del año parecen desaparecidos en combate. Pero se sabe que han de llegar. Y tocarán al timbre equivocado porque no lo recuerdan y todo eso, pero la alegría de la curiosidad todo lo paliará. A menos que tengas un vecino cabrón. Que se aguante ...
Licor. Jamón. Cultura del vino. Invasión americana. Pizzas, hamburguesas y toda la cerveza. Santa Klaus, Papá Nöel, el Niño Dios, el Nacimiento, la Virgen María, san José y el Belén. El Belén de Tirisiti. El pícaro caganer.
El árbol moderno de Navidad y el mercadillo bullicioso. El viaje a donde nunca sabrás que me escaparé. Año nuevo en la Patagonia. Amor en el Ártico. Me he liado con Rosalía. Y la soledad enamorada se vuelve magia. Sé que te gusta Pablo Alborán.
Dulces y turrones, los últimos villancicos, el chiste y el canto, el buen rollo, la fiesta y la birra, la misa y el cura, Messi o el Real Madrid. Y el mensaje de Dios y del Rey.
Bajo la mirada del techo de la gran superficie social y comercial de nuestro deseo, se ve a gente sonriente y curiosona. Comen en el lugar y pasan el día. Planifican todas las estrategias mientras los adolescentes embobados dan rienda suelta a sus hormonas dulces y desatadas.
Y de repente aparece una mujer sin edad. Un cañón con atractivo. Alta, casi desafiante, piernas de vértigo y escote seductor. Huele a magia. Y la miras y disfrutas de su presencia fugaz pero ineludible. Aunque luego descubras que solo es un físico.
-COMO LA NAVIDAD-

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