Demasiada diferencia. El Paris Saint Germain mostró en la vuelta de octavos de la Champions que adolece de demasiadas cosas que sí tiene el Real Madrid. Y los franceses decepcionaron por completo y dirigidos por un entrenador como Emery, igualmente fallón y desacertado en toda la eliminatoria.
Toda la nostalgia blue, se apoya ahora en la desgraciada lesión del gran Neymar. Sí. Esa esperanza se esfumaba. Primero fue un esguince, luego una fractura del dedo, después una operación y un fuera de combate. El brasileño ahora debe recuperarse para llegar en condiciones a su Brazil de Rusia.
Demasiada dependencia de un jugador. El París no puede ni debe basarse en un solo jugador para dominar un choque. ¡Ni el Barça con Messi o Iniesta! ¡No! Un equipo que desee aspirar a la gran Orejona, debe tener equilibrio. Y el PSG no logra alcanzarlo.
Por eso para el Madrid el partido de vuelta fue más sencillo. Tiene mejor plantilla, sabe mejor a lo que juega, se suelta en la Champions, y puede disponer entre jugadores de campo y banquillo de una mejor calidad general.
El Real salió suelto y sereno al Parc des Princes, y siguió así siempre desde el minuto uno hasta el final. Tuteó siempre a los galos, se acercó a su área con desparpajo,y se le vio fresco y sonriente. Era el Madrid de las tropecientas Champions, y no el leproso e irregular deambulante y triste de la Liga nacional. Y en una de éstas, Cristiano se puso los guantes y machacó las redes de Areola. ¡París a la lona! El bicho insaciable se salía de nuevo con la suya. Cristiano es así. Protesta lo improtestable, se cabrea, se endiosa, se descabrea,y tiene todo el orgullo de ganador en sus complejos. Su cabezazo de atleta imparable, todo lo parisino enmudeció. Es grande y se mantiene grande.
En el PSG nadie destacó. Quizás, el guardameta. El fideo Di María en otra demostración de honradez lo dio todo para nada. Como Rabiot, Verratti y casi todos sus compañeros.
El tema no era correr, sino jugar fútbol creativo y de calidad. Y a Mbappé se le vio inmaduro y como verderón. Sin definición clara hoy por hoy. Y Cavani solo fue luchador y pundonoroso. Muy poco bagaje. ¿Dónde demonios estaría Neymar el deseado? ¡Demasiada añoranza justificada! ...
Unai nunca dirigió bien nada, y además a los franceses les falta un director claro, o un esquema de juego más lógico y despejado. Sin ideas y solo con corazón no se gana nada.
Lucas Vázquez estuvo espléndido, así como Carvajal, Varanne o Ramos. Luchador Kovacic como siempre, y genial Asensio para variar. Pedazo de jugador el balear.
El pero y bien grande, ha de ser para Karim Benzema. No dio una a derechas y lo falló todo. Calamitoso, de no ser porque trabajó a destajo para tratar de compensar un desacierto que le acompaña demasiado tiempo y que hace a la afición blanca mirar en la dirección injusta de Morata, o esperar a que el Midas Pérez se traiga el año que viene al chico de los regates que crece imparable y que se llama Neymar.
Un partido que no dice mucho ni nada nuevo. Una eliminatoria que pareció detenerse con la lesión del carioca y que acabó fatalmente para el equipo que millonea el Jeque del Paris.
Poca historia dio un choque desigual. Una nueva mancha en la carrera de Emery, en donde la Champions parece castigarle casi de modo diabólico marcándole fieramente sus límites y expectativas. Todo lo contrario que el Real Madrid. El misterio y las cosas de la mejor competición de clubs de fútbol del mundo.
¡HALA, MADRID!
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