Sí. Es Marcialito. Delgado y enjuto. Lleno de energía y de vitalidad. Claro y campechano, irónico y desdramatizador. Apasionado del fútbol. Y del tenis, y del baloncesto, y del pádel, e hincha acérrimo de su Levante U.D.
Marcialito no se complica la vida y la acepta con optimismo. Juega con los sinsabores y con los placeres. E insisto: su pasión es el fútbol. Si quieres saber algo de fútbol o se te ha olvidado algún evento o acontecimiento futbolístico, no dudes en preguntarle. Saldrás de dudas.
Marcialito es educado y de sonrisa agradable. Pero tiene sus ideas sobre la realidad, y lo que piensa raramente se lo calla.
A Marcialito le gusta iniciar las conversaciones y apostillarlas con un asentimiento al finalizar dichos intercambios orales.
Sí. Marcialito está delgado. Es fibroso y no se pierde nada. Y todos los findes se machaca jugando al tenis. Le gusta mucho jugar al tenis con sus más jóvenes amigos. Lo necesita. Marcialito precisa sentir su sudor y sus esfuerzos, y te habla con audacia y decisión acerca de su recién descendido a Segunda, su Levante del alma.
Marcialito afirma que como es de Jaén, de pequeño su equipo era el jienense. Y además el Real Jaén viste como su equipo galáctico. De blanco. Como el Real Madrid, que parece de dibujos animados. "Ganan, porque corren y justifican el dinero que cobran ..."
Se hizo del Levante U.D. al poco de llegar por trabajo a mi ciudad valenciana. Trabajó toda su vida en una empresa de grabados y prensas, y el ambiente laboral le enamoró, le sacó de su precariedad de origen, y sus amigos eran del Levante.
Y cuando Marcialito pisó el Estadio levantinista, ese sabor aficionado le recordó a su tierra humilde jienense de su cuna. Más levantinistas que Marcialito, van a haber pocos. Pero no se lo digas, que hasta se puede molestar. Él será uno más. Y tiene carácter.
Tiene una hija maravillosa a la que adora. Se casó tarde y se separó mucho más tarde. Y el amor a su hija le hace abrazar al fútbol femenino. Su hija, juega muy bien al fútbol. Y nos dice que ya quisieran muchos de los hombres, parar y tocar el balón como lo hacen las chicas.
Si es cosa de adaptarse a la actualidad y a las emociones, se habrá de contar con Marcialito. Tiene mucha vida a cuestas, y aunque es cauteloso y hábil, cuando está a gusto dice lo que le apetece.
Y afirma que el mejor fichaje del Madrid es Florentino, y que los chotos del Valencia prefieren que les malgobierne el chino Lim, el cual ha venido a hacer negocio con el club de Mestalla y que eso nos parece muy bien. Y que no le vayan con cuentos. Donde esté España, los demás países pueden esperar.
- "¿Qué valenciano se ha propuesto coger el club de Mestalla y devolvérselo a los aficionados, que son realmente el club? ..."
- "Marcialito. ¿No crees que el "comandante" Morales no debería haberse ido del Levante hasta que el año que viene vuelva a subir a Primera?..."
- "¡Pues, no! ¡Morales ha dado todo lo que tenía que darle al Levante! ¡Ahora se merece un premio en Primera por lo que ha hecho por nosotros! ¿Vale? ..."
Generoso es Marcialito. Nunca dirás la edad que tiene. Fallarás en el pronóstico. Y sé que difícilmente Marcialito será con el azote de Cronos un abuelo convencional y decaído que acabe con sus huesos en una anónima residencia olvidada.
Marcialito tiene muchísimos amigos y algunas amigas muy privadas. Y esa hija que tanto adora, y ese Barça fenomenal femenino campeón con Alexia Putellas. Y las chicas serán siempre unas fenómenas, porque son el espejo de su hija; su niña de sus ojos.
Marcialito sabe que vivir se hace y no se piensa, juega al dominó como pocos, es un diccionario de cosas que han sucedido y suceden, nunca se queda sentado haciendo la siesta en un comodón sillón, y sus amigos del alma que son como sus hermanos, saben que si le necesitan para cualquier cosa, él estará allí.
-SE HACE DE QUERER-
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