Uno de los aviones es captado en directo por las cámaras perplejas de la tele. El impacto es brutal. Inesperado. Dramático. Se incendian las Torres Gemelas de Nueva York. Otros sitios, también son objeto de ataques espantosos.
El odio, gana. Se ha producido el definitivo desencuentro. Hay gente que solo desea morir matando ese día. Las Torres Gemelas simbolizan la grandiosidad y la exhibición evidente del Poder.
Impactos. Fuego amenazador, destructivo y atroz. La gente está sita en plantas gigantescas. Como arriba en las montañas. ¡Oh, la vida! Las vidas. Todo está en el aire el 11 de Septiembre de 2001. Algo pasará. Es imposible parar la salvajada. Hay que huir del pavor negro, como sea.
Las Torres Gemelas, no pueden aguantar. El fuego convierte en guiñapos a sus estructuras. Se vencen. Caerán. Van cayendo. Los bomberos no pueden evitar lo que sucede. Las gentes se lanzan por las ventanas o se despiden de los suyos por teléfono. No puede existir el sosiego. Todo huele a muerte y a destrucción. El Imperio, parece tambalearse en cosa de minutos. ¿Será posible lo que los ojos ven? Las Torres Gemelas se desploman impotentes. Muertes, muertos, muertos, todos los muertos ...
Una onda de polvo todo lo preside e impregna. La tierra quiere aterrizar. Mucha gente camina desconcertada y sin rumbo fijo. Hoy en día, y a consecuencia de todo aquello, mucha gente recibe ayuda psicológica veinte años después. El daño es pasado, presente y futuro. Sobre todo, es dolor.
Todo se tambalea y se frustra. Es la supervivencia fija y parada la única brújula de oxígeno. Este Pearl Harbour ha sido mucho más bestia. Y el ciudadano estadounidense clama toda la venganza. Y el Presidente Bush, dice que perseguirán a los asesinos hasta el Centro de la Tierra si es preciso. El shock es absolutamente general.
El Islam sufre un palo. Vive días de zozobra en América y otros lugares. Hay agresiones. Y en pocas horas, la respuesta americana se pone en acción. ¡De la otra mejilla, nada! Aviones estadounidenses bombardean el Afganistán. El saudí Osama Bin Laden,-otrora amigo de negocios de Bush-, es el nuevo gran cabrón de la Historia reciente del mundo. Es el jefe del mal. El chico expiatorio que nos cuentan que luego fue matado y que así se hizo justicia.
La Santa Seguridad empieza días después del 11 de Septiembre de 2001. Ni media broma. Militarizados y unívocos todos los pensares. Hay buenos y hay malos. Nada de autocrítca. Se dice que hay cosas que sonarán siempre a incompatibles. Que los hombres habrán dejado de ser hermanos.
Veinte años después sigue todo militarizado, castrado y decidido. Liquidado. El mundo parece conquistarse a hostia limpia. La verdad parece mutar desde un libro a una ametralladora. Se impone el plomo. Se gestiona el dinero. Cada vez hay más atentados por todas partes. El mundo está tensionado y encabronado. Los amos de los intereses económicos se han hecho más altos, gordos y adinerados. Viven en la impunidad del rifle. El simio, ¿ha vuelto al árbol? ...
En la tele, pasa hoy lo mismo que hace veinte años. Unos aviones impactan sobre las Torres Gemelas y otros lugares. Los niños que aún no habían nacido tienen veinte o menos años. Y les atrae el impacto y la espectacularidad.
-LA HISTORIA SE HA MENEADO-
0 comentarios:
Publicar un comentario