martes, 31 de octubre de 2023

- JOE ROWLING, LA INVESTIGACIÓN Y EL AMOR. -



Joe Rowling es un joven investigador que labora en la Universidad de Cardiff. Atractivo, pelo largo, ojos claros y un porte tranquilo.

Es tenaz, laborioso, y posee la virtud de la paciencia y de la perseverancia. Ama su trabajo, y su día a día es la batalla contra la formación de células que causan patologías a las personas.

Pocos saben, que la pasión de Joe Rowling, su hobby, es la jardinería. Y en la terraza de su jardín, cultiva en su tiempo libre todo tipo de plantas. Desde las más conocidas, hasta las más exóticas. Solo Eva Links, su novia, sabe de su afición y a veces se la reprocha. Porque esta actividad le resta tiempo para el amor, el sexo, la intimidad, los amigos, las birras y los pubs.

Joe Rowling anda conmocionado. Como en shock. En su labor experimental frente a los virus y el cáncer, ha decidido introducir una línea nada conocida a través de la adición de la síntesis de un tipo de plantas de cultivo, la cual le está generando resultados tan extraordinarios, que a él mismo desconciertan.

Siente miedo, cuando ve que ha logrado matar a células que se piensan imposibles de eliminar. Ha probado una y otra vez con el mismo afortunado resultado: las células terribles que causan deterioros y muertes, acaban totalmente destruídas. Y la siguiente cuestión y movimiento, es convencer a las autoridades universitarias y médicas, de que sus logros son auténticos y reales. Su novia, Eva Links, también anda entre perpleja y más que asustada. Aunque apuesta por él ...

Si Rowling comunica a sus superiores que está logrando hitos más que revolucionarios en sus investigaciones, lo más seguro es que no le hagan caso y le expulsen de la Universidad al considerarle un embustero estúpido y hasta chiflado. Un día, Joe Rowling abordó a un científico veterano de su Centro de investigación, y se lanzó a la piscina diciéndole:

- "Señor Andrews, tengo algo que puede ser de su interés ..."

- "Coja cita con mi secretaria, joven amigo. Ella le recibirá con agrado ..."

- "Es que se trata de un asunto crucial, señor. De lo contrario no habría jamás osado molestarle ..."

- "¡Qué exagerado es usted, joven! Je,je,je ... Haga lo que le indicado ..."

- "Se trata de algo que puede modificar el paradigma de investigación para células malignas, señor Andrews ..."

- "Pero ese es el sueño de todo investigador, joven. Ja,ja,jaja ..."

- "He decidido hacer algún cambio en el método convencional de investigación, basado en la adición de elementos procedentes de mis semillas y he conseguido que ..."

- "¡Es usted un malote, muchacho! Nunca pretenda ser un aprendiz de brujo. Debería y debe limitarse a investigar como Dios manda ..."

- "Pero, señor ..."

- "Lo he pensado mejor. ¿Es usted Rowling, verdad? Sí. Pues lo siento, pero no me va a contar fantasías. Es mejor que no le pida cita a la secretaria. Porque no le pienso recibir. Y ahora, menos cháchara y a seguir trabajando. Ya sabe que el tiempo y la intensidad son vitales para cualquier científico que se precie. Adiós, joven. ¡Que tenga un más que excelente día! ¡Pero ponga orden en sus fantasías imaginativas! ..."

- "Adiós, señor Andrews ..."


¿Qué hacer ahora?, se pregunta el joven Rowling. ¿Jugarse el prestigio?, ¿dedicar mucho más tiempo a su maravillosa novia Eva Links y renunciar a sus particulares experimentaciones por muy certeras que sean? Un verdadero dilema.

Rowling ha tratado de ser astuto. Ha conectado con un tal Mat Wenders. Es un paciente terminal de cáncer, que reside en Gales pero cuyo origen es libanés. Vive en un barrio marginal, en el cual se suceden las peleas, los enfrentamientos, la falta de tejido educacional, la pobreza, el conflicto, la escasez, y hasta la inseguridad si uno decide transitar por dicho barrio periférico a horas que nunca aconsejaría el sentido común.

Nadie cree en la recuperación del citado marginal Mat Wenders. Salvo el heterodoxo investigador, Rowling. Ha convencido a Wenders para que se someta a un proceso de tratamiento alternativo, que adiciona síntesis de plantas exóticas de su jardín a los elementos tradicionales que abordan este campo de la praxis médica.

Y, sí. Mat Wenders tiene poco que perder, y ha aceptado el nuevo tratamiento. ¡Quiere vivir! Y en su más que delicada situación, no ha tenido el más mínimo inconveniente para ser tratado por Rowling.

Joe, se la juega. Primero, sustrae de un hospital elementos convencionales para los tratamientos antivirales y cancerígenos, y los guarda en un macuto para entregárselos a Wenders, no sin antes proceder al aditivo de sus semillas elaboradas y trabajadas de su jardín.

Toma su flamante Aston Martin, y se adentro en los suburbios del barrio marginal. Son las cuatro de la madrugada y hay muy poca policía. Pero sí algunos malhechores que campan por las calles sin conocer el significado de la idea de la buena intención.

Le salen a su paso. Saben que va casa de su colega de fechorías, Mat Wenders. Uno de los marginales le grita: - "¿Es usted el camello de Mat? Ja,ja,ja,ja ... Lo digo por el cochazo que lleva, je,je,je,je ..."

- "¡Ten veinte libras y protégeme el coche! Me voy enseguida. Pero sé que tú custodiarás bien mi auto en este tiempo ..."

- "No sé lo que ha dicho, pero ¡vengan aquí esas veinte libras! ... ¡Ah, gracias ...!

- "De nada ..."

Rowling penetra en la destartalada casa de Wenders. Sigue vivo. Wenders le dice que cada vez se encuentra mejor, pero si lo que hace es envenenarlo, entonces le matará. Y que si no lo hace él personalmente, mandará a otros muchos contactos a que lo hagan. El joven investigador no dice nada. Por adentro está satisfecho. Ve cómo el marginal Wenders ya es capaz hasta de caminar, cosa que le era imposible desde un dolor absolutamente imposible de ser paliado siquiera por la morfina.

Según Rowling, aquella recuperación iba viento en popa. De seguir ese ritmo, pronto empezarían a pasar cosas mucho más favorables, pensó. Cuestión de perseverancia y fe.

- "Si le curas, llévalo a un hospital, y tendrás un testigo de tu excelente trabajo, cielo ...", le dice su hermosa y coqueta novia Eva Links. Le apoya y le apoyará siempre. Porque lo compartido, es sin duda puro y sincero amor.


Un mes más tarde, Rowling cree que es el momento para intentar reivindicar su éxito a través de la favorable evolución del desahuciado marginal Wenders. No es la mejor manera, pero lo ha intentado todo. Ha hablado con profesores y gentes de influencia, sin el más mínimo de los éxitos. Le dicen que sus teorías no son posibles ni reales, y que no moleste ni incordie insistiendo.

El joven Joe Rowling visita de nuevo a su conejillo de indias, el marginal Wenders. Estaciona su Aston Martin junto a la casucha del marginal, y le insta a que le acompañe al Hospital de Cardiff.

- "¡Ven conmigo, Mat! ¡Te necesito ahora! ..."

- "¡Ni loco vuelvo yo a un hospital, amigo! Ja,ja,ja,ja ..."

- "¡Eres muy importante para mí y hasta para la Humanidad en su conjunto! Sé que vendrás conmigo y ..."

- "¿Y?", le interrumpe súbito Wenders.

- "Te voy a dar quinientas libras por este favor ..."

- "¿En serio? Ja,ja,ja,ja .... ¡A ver ese dinero! ...

- "¡Ten! ¡Tómalo! ..."

Joe Rowling sonríe interiormente aunque aparenta una serenidad que no siente. Wenders parece estar bien. Ha engordado, los análisis que le ha realizado el investigador hablan de una salud impecable, su plena recuperación parece un hecho, y su cáncer terminal diagnosticado un atrás felizmente superado.

Esta vez estaciona Joe Rowling su Aston Martin en una calle próxima al Hospital galés. El investigador y Wenders entran en el interior del Centro sanitario. El personal médico, se dirige sorprendido a Rowling.

- "¿Qué desean?,¿tienen ustedes cita?, ¿ocurre algo? ..."

- "Necesito ver a un médico de oncología de urgencias, señor ..."

- "Ya, ¿y quién es el paciente? ..."

- "Es él", indica Rowling señalando con el dedo a Wenders.


En ese mismo momento, se escuchan disparos. Otro marginal ha seguido al Aston Martin de Joe Rowling. Dicho tipo está furibundo y como enloquecido o lleno de drogas. Dispara sobre Wenders varias veces hasta causarle la muerte. Antes, el asesino ha matado a una mujer de la Seguridad del Hospital. Y grita como un endemoniado dirigiéndose al ya finado Wenders diciéndole: 

- "¡Cabrón! ¡Hijo de puta! ¡Esas quinientas libras que te ha dado ese camello han de ser para mí! Te he leído el waatsap. Ahí lo has anotado. Y eso no fue lo que pactamos, ¡cerdo! ¿Dónde tienes ese puto dinero? ..."

La policía galesa actúa con eficiencia y precisión. En escasos minutos han neutralizado al loco asesino marginal pistolero. Lo esposan tras reducirlo, y lo introducen en el interior de un vehículo policial camino de la Comisaría.

Joe Rowling está en shock. Trata a duras penas de recomponer sus ideas. Todo se ha ido al traste en un segundo. Intenta serenarse pensando en que las plantas exóticas de su jardín están y siempre estarán con él. En el waatsap, Joe tiene otro mensaje. Es de su novia Eva Links. Pone literalmente: - "¿Ha salido todo bien, cariño? Estoy segura de que sí. ¡Por favor, dime cómo van las cosas! Estoy un tanto nerviosa y ..."

Rowling apaga su móvil. Se sienta pesadamente en una silla, cierra los ojos y se tapa la cara con las manos para que no le vean sollozar. Está retenido en el Hospital de Cardiff. Le preguntan acerca de su relación con Wenders el marginal, a quien no han podido salvarle la vida. Pero no todo el infortunio ha terminado para el joven investigador. ¡Ni mucho menos! Y el capitán de la policía Rudold Farrell se dirige a él con rostro muy serio. Le dice a Rowling:

- "¡Habrá de buscarse usted un buen abogado, joven! Las cámaras de seguridad le han detectado varias veces hurtando productos anticancerígenos. Y eso es demasiado grave, amigo. ¡Documentación! ..."

- " Tenga. Me llamo Joe Rowling Dors, y soy investigador en la Universidad de Cardiff en donde trabajo. ¡Ese es mi documento de indentidad! ..."

- "¡Acompáñenos, Rowling! ¡Queda usted detenido! El juez de guardia le está esperando y ha de conocer todo lo sucedido. ¡Vamos! ¡Voy a ponerle las esposas! ..."

La novia de Rowling, Eva Links, llega al hospital y lo ve todo. Intenta acercarse, pero le impiden el paso de forma contundente. Horas más tarde, el juez concede a Rowling un teléfono con el que puede hablar con un abogado. Y también con su novia. Le dice a su amor: -"Guarda y cuida con cariño las plantas, y especialmente las exóticas, amor! ¿Lo harás? ..."

Eva, responde: -"¡Oh, sí, Joe, amor ... ¡Claro que lo haré! Pero quiero que te calmes. ¡Ya verás cómo las cosas se tornan favorables! ..."

- "¡Un beso, Eva! ..."

El juicio es rápido. Gracias a su abogado, solo pasará dos años en la cárcel de Swansea. Rowling está derrumbado, se siente fracasado, traicionado por la incomprensión y el maldito infortunio. La maldita adversidad. Solo quiso hacer el bien y no le dejaron.


Pasa todo el tiempo de castigo en la prisión. Eva Links ha soportado todas las presiones y sigue a su lado. El día de su salida del penal, a las siete en punto de la mañana, ella le espera al otro lado de la verja carcelaria.

Los jóvenes enamorados han hablado mucho, a pesar de las restricciones por la falta de libertad del hombre. Y han decidido que su vida va a cambiar por completo. Los padres del joven investigador tienen una casa y unos contactos de trabajo para que Rowling comience una nueva vida. Trabajará de jardinero en una mansión de unos conocidos de clase alta, que viven en la carioca ciudad de Sao Paulo.

Los enamorados se besan con esperanza y alegría. Seguro que les esperarán tiempos mucho más favorables y menos truculentos y peligrosos. Eva Links sigue mirando embobada a Joe Rowling. Habían ido demasiado lejos y habían sido demasiado desobedientes con lo establecido. Y hay una enorme verdad que va más allá de la Ciencia y de la Solidaridad: ¡su amor! Y ambos saben que en Brasil les espera el gozo y la dicha, el calor y los besos. Tendrán hijos y se casarán. ¡La Ciencia puede esperar" También el amor es ciencia y sabiduría.

-THE END.-


 

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