lunes, 21 de junio de 2021

- SERGIO RAMOS ENTRA EN EL MITO HISTÓRICO DEL REAL MADRID. -



Cuando un futbolista alcanza y supera muchísimos años en la élite del Real Madrid, ese jugador se torna grande y leyenda, y ya nunca más se aceptarán censuras u oportunistas.

Sergio Ramos llegó al Madrid hecho un chaval, y procedente de la banda lateral derecha del Pizjuán. Precoz y echado para adelante, con mirada de adolescente y hechuras de veterano.

Sevillano hasta la raíz, Ramos supo ver y mamar ese estilo magno y pragmático, excepcional y menesteroso, competitivo y clásico; todo el saber urgente del éxito de la filosofía del Real ganador y referente de muchísimos españoles. Y el "camero" se integró con viveza en esa filosofía de menor orla y de más gol y triunfo constante, y bien  pronto su sello fue para el del pionero Santiago Bernabéu, figura que encarna en los tiempos de la modernidad el mecenas Pérez.

El Madrid es Florentino. Porque para ganar hay que emplear dinero. Y esa faceta financiera nunca será la de Zidane o Di Stéfano. Sino del jefe de los caudales.

Ramos ha sido el último gran capitán del Real Madrid. Dotado de una personalidad atractiva y carismática, el sevillano encarna esa épica de gestas y superación como es el Real Madrid, invento gigantesco y muestra de un colosal negocio.

Sergio llegó al Madrid, y sus portentosas facultades le permitieron inicialmente simultanear los puestos de lateral derecho y de central, y con rendimiento igualmente exitoso.

Ramos ha sido polémico. Sobre todo, fuera de Madrid. Pero el andaluz mantuvo siempre el orgullo de su superación y cerró muchas bocas. Se le acusó de excesivamente visceral, de que se calentaba pronto y lo expulsaban en seguida. Pero, supo como el vino madurar a medida que pasaba el tiempo, y su ambición creció poderosa y alcanzó los cielos futbolísticos.

Un sector de los aficionados, le afeaban su estilo poco técnico. Como por ejemplo, al censurarle que fallaba penaltyes. Y entonces, Sergio Ramos se dijo a sí mismo que se tiraba y con asombrosa seguridad al monte del grande y del riesgo, desafiándolo todo. Y llegó a lanzar  los penaltyes con la frialdad de Antonin Panenka, y con una autoconvicción de triunfo, admirable.

Si el fútbol es gol, Sergio  no estuvo al margen del grito magno y se sumó al sabor del clamor. Y aprovechó su talento físico y su potencia de salto,-me recordó al mítico Santillana-, y sus brincos subiendo al ataque y en el área contraria se hicieron mágicos, como el cabezazo que dejó groggy en la final de la Champions a un gran Atlético de Madrid y del Cholo Simeone.

En la Selección, fue igualmente la referencia expresiva. El corretón que mandaba viniendo desde atrás, y cuyos llantos cuando perdía entregaron su verdad del corazón a las cámaras y a los mediático. Se casó con una hermosa mujer de la tele, siguió creciendo, y mostró su evidente pasión por el fútbol.

Solo Gento ha jugado más veces con la blanca camiseta de Sergio Ramos. Muchísimas tardes de fútbol, y noches, y triunfos, y toda la pasión sevillana hecha portavocía de jefe blanco. Cuando se enuncia su adiós al Bernabéu, aquí queda mi respeto por su grandeza y personalidad.

-SE VA UN COLOSO-
 

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