domingo, 3 de octubre de 2010

- ¿DERRIBAS A TU ÍDOLO? -

Alberto Contador se comió un filete un día de descanso del Tour de Francia. Y va y resulta, que el filete contenía un anabolizante llamado clembuterol. Y el clembuterol está en la lista de productos prohibidos,porque dan ventaja y hacen dóping. Alberto parece un buen chico. Afirma que es limpio, y que le dan vomitera los temas del dóping. Y que, si no se aclara positivamente todo este tema del clembuterol, no se vuelve a subir a una bicicleta más. Muchacho valiente. Y claro. Pero el lío ya está formado. El diario alemán Bild,-en un alarde de desvergüenza-, suelta una foto del ciclista de Pinto, con el maillot amarillo del Tour y portando en sus manos una jeringuilla de doparse y un tenedor para la carne anabolizante. Los médicos del Tour llaman a Contador. Al ser un caso excepcional de dopaje, deciden que hablando entre todos intentarán aclararse y decidir. Dentro de unos días se sabrá si Alberto es sancionado, desposeído del maillot, o si no le pasa nada y es declarado inocente. Pero el lío ya se armó. En el periodismo y otros sectores, hay ganas de gresca. Cada séis o siete días, los ciclistas son sometidos a controles antidopaje, como el mismo Contador. A pesar de ello, es lógico asociar el dopaje al ciclismo. Muchos ciclistas, se siguen dopando. Acaban de salir nuevos casos de dopaje además del presunto de Contador. Aunque la saña contra el ciclismo es brutal, también es cierto que hay sofisticación en los métodos del dóping, y que muchos o algunos ciclistas se inyectan sangre propia, para que no se note que hacen trampa. Sigue pues la cultura de la trampa instalada en el ciclismo. Pero no olvidemos que el ciclismo es un deporte pobre o cenicienta, del que solo nos acordamos durante el verano. Yo creo en Alberto Contador. Lo que pasa es que tengo que ver que se ha demostrado que no ha tomado nada a propósito para hacer trampa. No lo necesita, por otra parte. Es el mejor, y parece un buen tipo y con la cabeza llena de ideas claras sobre la limpieza en el deporte. Pero el patrioterismo no es bueno. Ahora, es lógico que esté afectado. En realidad, el asunto es el morbo. La sospecha, el sambenito, esa idea de que "todos los ciclistas se dopan", los intereses de seudoperiodistas de carroña como los del Bild alemán, el deseo de polémica, las envidias, las fábricas e industrias del veneno dopador, el gran negocio, y los miserables que andan dando por saco todo lo que pueden. ¿Qué hacer frente a todo este ambiente desfavorable? Educación en valores deportivos, limpieza de conciencia, convicción de deporte sano, que no todo vale, luchar contra quien envenena e intoxica la realidad, y contra el que le chifla un filete de morbo y líos. -CALUMNIA, QUE ALGO QUEDA-

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