martes, 31 de enero de 2012

- LAS DOS MEJORES RAQUETAS -



Sidney. La gran final del Slam de Australia. Primer calor cronológico del tenis. Frente a frente, las dos mejores tenistas actuales del planeta.
Porque si Novak Djokovik tiene un día bueno, solo hay un tenista en el mundo capaz    de derrotarle. Y ese no es otro que nuestro Rafa Nadal. Djokovic puede perder contra Nadal. Entra dentro de la lógica. Por éso, es un gran partido. Federer ya hace senectud además de magia en el tenis.
Nadal abre la gran final australiana, levanta la bola en saque, y pone en ella toda la magia de su enorme talento genial. El combate es lógicamente psicológico. El actual campeón cerebral de tenis, es el serbio Novak.
Por éso, Djokovic también tiene nervios aunque los disimule bien. Nadal tira de casta, pero la enorme solidez y talento de Djocovic, neutraliza al manacorí. Dos primeros sets para el serbio número uno.
Y en ese momento, surge la gran opción. Nadal no le tiene miedo a nadie. Suelta toda su audacia, arrea bien duro y sin cansarse, todavía se sabe una máquina elegida, y de modo sensacional gana los dos sets siguientes.
Novak vuelve a temblar. A tensarse y preocuparse. Es para estarlo. Rafa Nadal es capaz de todo. Lo tiene todo. Y además, se crece y se crece, y con éxito.
El quinto y definitivo set del larguísimo partido entre los dos grandes cracks, marcará  la diferencia y solidez psicológica. Novak le propone a Nadal que le siga, y el de Manacor no rehuye el último y sensacional asalto al trono de la australiana Disney, y todo se vuelve  psicológico, audaz, calculador, mágico y feroz.
El serbio mira a los ojos de un Nadal crecido. Y le empieza a decir que no. Que todavía él es el número uno, y que el español es el número dos.
Nadal tira toda su energía en alardes de orgullo, no dando una bola por perdida. Novak hace exactamente lo mismo. Se trata de tocarse los nervios para derrotarse. El tenis es cada vez más, una gran exhibición de ajedrez y de calma.
Sí. El quinto set y el partido, es para el serbio. Sigue Nadal sin poder mentalmente con él. Y Novak sonríe feliz y más satisfecho, reafirmándose en su superioridad. Las cosas siguen como están. No ha habido sorpresas en Australia.
Es lo de menos. Los buenos aficionados al tenis, han gozado de un partido larguísimo y soberbio. Han disfrutado a pierna suelta, de lo mejor de lo mejor. Caprice de Dieux. Lujo. Han visto jugar a los dos mejores. Y éso, da afición. Y mantiene vivo y prestigioso al deporte del tenis. Cuando juegan Novak y Rafa, el tenis se mitifica y reafirma.
-ENHORABUENA A AMBOS-

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