miércoles, 28 de abril de 2021

- TERESITA QUIERE QUE LA ESCRIBA. -



- "Me gustaría que me escribieras unos diálogos para un proyecto de un cortometraje. ¿Me ayudarías? ..."

- "Sí. Claro. Bien, Teresa. Ya ..."

- "Y es mejor que nos veamos en persona. ¿Te viene bien a las seis? ..."

- "Bien, Teresa. A las seis ..."

Ojazos espectaculares. Le sienta fetén la mascarilla. A Teresita le sienta bien casi todo. Y llevada por su deseo un tanto truncado, necesita mostrarse; hacerse notar. Contar cosas de ella misma. Ser protagonista. Quiere que yo la escriba sus cosas contra todos los hombres y contra su pena.

A Teresita le cogí ternura hace años. La vi palmariamente que necesitaba soltar sus heridas y competir a muerte. Ser rápida, y crecer a mujer, y aprender picardía y aplomo, y sobre todo que alguien la escuchase de una puta vez.

Teresa habla fuerte. Me pone a prueba. Suelta tacos sin miramientos continuamente. Adora el sexo. ¿Quién no adora un dulce? ... Pero en el caso de Teresita, lo que desea es compensar con dulces potentes su pena interior.

Cuando me ve, quiere gustarme. Y de repente comienza a contarme su relato, el cual parece desear que yo escriba y le ponga diálogos. Veo que su relato no es más que ella, su vida y las cosas que la pasan. Porque ella ahí es la deseada, la que gusta a todos los hombres, la que siempre tiene razón, la que no puede evitar soltar su impulsividad en cada frase o en cada situación. Su proyecto de guión es su vida, que desea convertir desde su angustia en traicionero y potente aguijón de escorpión frente a sus chicos cotidianos.

¡Momento clave! Inesperado. Teresita debe parar de hablar. Parece que se ahoga. Dice algo que no parece coherente, y entonces no me mira. Dice algo como que no se ha tomado su pastilla contra la epilepsia, y comienza a vomitar saliva. Yo, la digo que se calme, intentando con éxito transmitirle serenidad. Lo consigo. Teresita sabe que sé lo suyo y que no me voy a ir de ahí dejándola tirada a su suerte. Y se va rehaciendo. Tras escupir la saliva, logro que poco a poco se vaya olvidando de su episodio.

Desnuda Teresita en su realidad. Calmada y más que hermosa. Con un abriguito de putilla de antes, y con toda su femineidad al viento pletórica de deseo. Me mira un poco con temor, pero luego se va al ataque y me reta con amabilidad.

Y abre su abriguito, y se ve su piel en el fresco, y su sexy tirante blanco, y lanza su torso hacia adelante señalando tetas y femineidad, y me toca los brazos con sus manos, y gira sus piernas largas hacia las mías mientras aprieta desafiante. Y sigue luchando esta niña mujer hacia su victoria por donde sea y haga falta.

Yo, la sujeto. Sostengo su deseo y solo le sugiero que es hermosa, y en un momento sale de su mutismo y lucha consigo misma. Y afirma que follar es fundamental en una relación, y me dice que por qué me voy a ir tan pronto cuando la tarde larga aún brilla precoz, y todos sus misterios se tornan proyecciones desnudas que se atreven a tirar toda su timidez a la mierda.

Está hermosa Teresita. Pero es demasiado joven y demasiado frágil. La tengo como a una guapa sobrina, o como a una hermana menor y lesa; como alguien a proteger. Y por éso le digo que sí. Que le escribiré los diálogos para su cortometraje, que tiene razón en todas las cosas, que no tenga prisa, y que trate de reunirse con chicas y chicos de su edad. No tiene cara de tomar drogas, y parece evidente su epilepsia y su decepción existencial. No se acepta. 

Bella y animosa Teresita. La sonsaco que le gustan los niños y que empieza a jugar con hacer bisutería. Nunca le diré que debería reflexionar acerca de por qué está sola y fantasiosa un domingo por la tarde con lo guapa que es.

Teresita está jodida porque sus males no la dejan juntarse así como así con la gente de su edad. Ni triunfar como una diva. Y que no acepta sus problemas, de la misma manera que sabe su salud que debe renunciar al alcohol y a las noches enteras de su discoteca de niña bien.

Jamás de los jamases. Si Teresita se enfurece puede ser autoterrorífica consigo misma. Y la chica me da simpatía, y tengo ganas de que se deje de sexo y que sea feliz. Muy feliz. Y que deslinde el afecto de la carnalidad. Y que siente la cabeza y deje de ser machista y absurda. Y de que madure. Y de que si no logra madurar, por lo menos que no se ponga nerviosa.

Siempre espero que Teresita me sorprenda. Y que un tipo millonetis la enamore, le dé hijos y la lleve al altar. Y la haga sentirse muchísimamente más cosas de las que se siente. Solo intento llenar desde mi fantasía su vacío evidente.

-ME DA MUCHA COSA VERLA ASÍ-
 

jueves, 22 de abril de 2021

- PÉTREO, "MARTÍN MALÁN". -



Frío y extraño. Sorprendente y mandón. Suave aparentemente como un cordero, salvo que Martín Malán pierda la paciencia. E incluso si la pierde,-cosa totalmente infrecuente-, casi que no te vas a dar cuenta porque ni siquiera se va a despeinar.

Interioriza siempre, Martín Malán. Es vivido y desengañado. Nunca será lo que aparenta, y en el fondo es un insatisfecho infeliz.

Jamás le olvidarás cuando miente, cosa que es en extremo habitual. Pero lo más carismático de Malán es su porte quedo con el que intenta desconcertar a sus rivales. Porque M. Malán se ha hecho un lío y no sabe salir de ahí. Ha confundido sus dotes sofisticadas de mando empresarial, con la vida cotidiana. Como si los demás fuésemos sus empleados, y por supuesto que algo le deberemos.

Martín Malán duda aparentemente. Es más listo que el hambre, y estratega con experiencia todo lo que a su lado se mueve.

Sí. La estampa es cuando se quedó en el quicio de mi puerta. Es un especialista en los contraataques y le encanta poner a prueba la emocionalidad de los demás. Tipo de altos vuelos, más que selectivo, y nada campechano. Distante. Contenido como un intencionado zen, y con un agujero brutal de debilidad.

Procede de una familia de similar pelaje. Porque Malán es rápido y le gusta vivir bien. Y se encierra bajo mil blindajes para que no se sepa en dónde está, o qué hace, y por unos momentos piensa en la mujer de su vida, la cual se casó con él y luego huyó de sus artimañas. Ahora, se dirige a mí el rubicundo Malán:

- "Oye, me tendrás preparado el dinero, ¿verdad? ..."

Le conozco bien. Sé que si no existiera el dinero, Malán sentiría un vacío eterno. Seguro que piensa que ese dinero que me pide, ha podido sufrir cualquier tipo de incidencia negativa. Pero yo, le tranquilizo. Está el dinero.

Prefiere insistir. Malán no está mayor. Es, mayor. Nunca fue joven. Y eso que es un hacha para las cosas y sabe pensar. Y tiene una hija a la que nunca le va a faltar de nada mientras él esté. ¿Es buen padre? ¡Demasiadas preguntas! Porque Malán es insondable misterio.

No. No es campechano como a mí me gusta. Y no sabe sonreír. Todo es previsible en su protocolo. Sabe estar, sabe actuar, sabe hacerse el loco como pocos, te deja seco sin mover una ceja o un minúsculo músculo facial, y sus andares no son nunca apresurados.

Martín Malán es negativo no solo porque no se ríe, sino porque cuando en sus círculos cerradísimos lo hace, entonces descubres un nuevo Martín. Un Martín inesperado que casi está transfigurado y que nunca imaginarás. Se ríe como un pillo de taberna, como un vulgar, como un tipo sin estudios ni finura, como un desaliñado, como con astucia de risa floja que habrá de parar a la mínima que huela riesgo.

Rostro inédito, impávido, pétreo; inescrutable socialmente. Se dice de centro izquierda, pero lo que le apasiona es el placer de lo posible. No se le conoce mujer desde que se separó, pero a Malán le agrada mucho la belleza despampanante cuando se clausura la puerta de la habitación de un hotel. Nunca pienses que puede ser putero, o te la ganas ...

Martín Malán gana demasiado dinero y tiene demasiadas cosas. Aunque siente nostalgia del siglo XX. Por eso va en todo con pies de plomo. Quiere estatus y seguridad, y siempre le molesta el no. Es obediente con la tradición y guarda respeto a lo suyo y de lo suyo. Pero se siente atrapado inevitablemente en su jungla domada de oro. Y sabe que si sale de su lugar, pasará por un tipo incomprensible y hasta fallido.

Con el dinero ya en su mano, Martín Malán recupera el mando, la impostura y la manija. Y no parece tener prisa por irse. Y sus movimientos lentos lían al más pintado. Está deseando marcharse de mi casa y no volver más, pero eso parece difícil de demostrar. Lo tiene todo calculado y guionizado. Me impresiona su capacidad de apuesta por su ego.

¿EXISTIMOS LOS DEMÁS? ...

 

martes, 20 de abril de 2021

- CINE SIN TIEMPO= "DOS HOMBRES Y UN DESTINO". -



Cowboy. Renovación y a la vez fidelidad al bello mito trepidante. Lo planteó el director George Roy Hill que se llevó cuatro Óscars allá por 1969.

Sus chicos bellísimos Redford y Newman, acompañaron a una fantástica Katharine Ross por los parajes libertarios y maravillosos de aquel Far West evidente, creativo y apasionante.

Eso fue bastante. "Dos hombres y un destino". Dieron paso a los setenta, como ya hicieron con la inolvidable "El golpe". Vaqueros espectaculares, alegales, libres y libertinos como los seres que adoran la dureza y tienen a la supervivencia como ley. El director, Roy Hill, acabó con un tiempo. Le dio al vaquero una nueva perspectiva  sobre la que caían diez mil cosas nuevas que se abrían a unos espectadores de generaciones venideras y distintas. Conectó y copuló con dicho tiempo. Por una parte respetó las esencias del mito, y por otra parte adoptó mil nuevas facetas y creaciones a lo indómito y genuino del Cowboy.

Solo veo atractivo, talento, actividad enloquecedora, caballos corriendo y huyendo hacia la libertad de la aventura y la velocidad del vértigo. Son escenas que te llenan y te atrapan. Y que aunque el guión está bien, ahora se valoran igualmente otras perspectivas de modernización. El western se movió para bien. Para excelsitud. Para dejarnos con la boca abierta. Y eso que pasa el tiempo. Y el mundo es otro. Pero el talento es similar. Idéntico, con todos los matices que se quieran, pero toda la valía y la brillantez. Se palpa hoy esa magia. Como en aquel momento en donde se parió "Dos hombres y un destino". La misma cosa ...

Y ya me centro de una deseosa vez en la película. En sus trazos y trozos. Belleza y velocidad. Talento y estrépito del brillante. Inolvidables la estampa y la fotografía del film que os sugiero que volváis a ver. Caballos subiendo y bajando por las montañas con sus jeffs cowboys dirigiendo los esfuerzos. Y entre los dos iconos masculinos, otro guiño de libertad que interpreta siempre Katharine Ross. Todo embriaga. Hace atractivo y versátil el interés. Veo tanta libertad, que se puede escoger el cacho que quieras.

En "Dos hombres y un destino" hay muchos homenajes sin decirlo, y unos años setenta que van a hacer contínuum con el cine grandioso del Hollywood dorado. Una continuidad y un impulso creativo magistral.

Y la batuta de la música del gran Burt Bacharach, que hace magia explosiva y éxito en la escena armónica y salvaje de la bicicleta en el Oeste que empieza a aparecer y que disfrutan Newman y Ross, la chica.

Sí. A pesar de los amagos de otro tiempo que llega, nunca se aja la raíz del western. Jamás. Los protagonistas serán asilvestrados, salvajes, dispararán como soldados de la vida que son, se rodearán de mujeres oprimidas para los cuidados del yacer, apostarán por el dinero, y serán fuertemente perseguidos y hasta castigados. Pero los vaqueros también castigarán, y bien. Y hasta meterán humor más de ahora que de antes, y optarán por sorprender, y añadirán a su fortaleza la idea de niños grandes e irreductibles, y desde ellos ya no habrán apaches o sioux, pero sí bolivianos porque la geoestrategia se va movilizando y desplazando.

¡Dios qué parajes! ¡Qué estampas y qué dinámicas! Empezó a ser otro cine. Otro mundo sin salir de aquel, un humor más contemporáneo; unos finales y unas conclusiones abiertas y ganadas por la brutal majestuosidad estética. La escena gana a la trama. Y el espectador volverá al cine.

¡INOLVIDABLE FILM!


 

domingo, 18 de abril de 2021

- EMBALADO. -



Benjamín habla mucho de otro tiempo. Cosas de hace décadas. Recuerda con agudeza unos vivires personales que lanza con vehemencia y a gran velocidad.

Es un no parar. Y yo percibo que no es capaz de darse cuenta. Y trata de aplastar con el verbo. Siente que le han robado mucha vivencialidad, y que a pesar de todos los pesares, él aún no ha dicho ni dirá nunca su última palabra.

Busca rivales fáciles. Que no le conozcan bien. Y cuando pilla presa, entonces ya no va a detenerse.

En ese momento, yo decido observar a Benjamín. Farfulla. Habla con demasiada saliva. Al no coincidir adecuadamente su ritmo respiratorio con su hablar rapidísimo, él mismo se mete en dificultades y a veces has de decirle que no le entiendes y que por favor lo repita otra vez.

Y a él, le molesta. Se ha vuelto plenamente descreído. Y como en el fondo es consciente de que muy pocos le hacen caso y le prestan atención, entonces su venganza ansiosa y oral por hacerse un hueco, crecerá.

Y pierde la noción del tiempo. Y ha decidido que solo él y quien piense como él, deberá tener razón. Y Benjamín parlotea a la contra. Está sin saberlo a la gran defensiva. Y lo peor, es que habla muy enconado del tiempo de hoy. De nuestro modus actuandi cotidiano.

Y Benjamín recurre al pasado. Como se cree un burro, trata de hacer ver que no lo es, como un puro mecanismo defensivo. Como si se diese infinitas nuevas oportunidades para sí mismo, y esta vez bien exitosas.

Se siente un fracasado sin remedio. Por eso no mira bien a quienes podemos ser capaces de analizarle sin ruido no sosiego. Porque el flaco Benjamín se ampara en el ruido y en la crueldad expositiva, para mostrarse verbalmente temible. E incluso para que sus interlocutores se cansen de él y se alejen.

Benjamín sigue jugando en el fondo la carta de la derrota. Insisto en que disfruta contando la historia del pueblo en el que vive, y es posible que sienta nostalgia de todo aquello que ya no está en su vida, porque el hombre ha decidido no moverse de su zona cómoda. De ahí, él no sale. Y no sabe que no logra salir. Porque intuye seguramente, que si sale de sus agujeros se encontrará con más dolor y decepción. Y eso es una prueba o una línea roja que no va a querer disputar o traspasar.

Benjamín va de formal y de educado por la vida. Y también de extraordinariamente insatisfecho. Y ha de soltar sus infiernos interiores por algún medio. En su caso, el medio oral.

A Benjamín no es que le falten muchos abrazos o besos. No. Lo que realmente le hace falta es que esos abrazos y besos los sienta como reales y auténticos sin sentirse tenso, azorado e incrédulo.

Semeja un espíritu de contradicción. Dice una cosa, hace la contraria, y si le señalas su pifia, entonces Benjamín negará hasta la extenuación. Siente que si admite otros discursos, entonces él se cae por un tremendo agujero y vacío. Y esa intolerancia a la frustración, es un potente hándicap. 

Quienes le aprecian, le aconsejan. Y por su bien. Pero el alma de Benjamín está delgada y herida. Y quizás sea mejor estrategia el arrastrarle desde la risa y una nueva velocidad, a unas vivencias inmediatas que no pueda inicialmente procesar. Tratar de sorprenderle. No dejar que piense demasiado.

Si vas lento con él, o muy ambicioso, entonces Benjamín comenzará a soltarte el rollo a la contra. Y abraza la Historia que le conviene, y trata de hacer enfadar sin escrúpulos y por su falta de rigor a quien delante tiene. Ese discurso suelto y a brincos, ese de aquí para allá alejándose del centro y perdiéndose en vaivenes, pretende en él ser triunfador y hasta categórico. Si te acercas a Benjamín sé consciente de lo que haces. De quién tienes enfrente.

-Y NO LE REBATAS QUE ES MEJOR-
 

martes, 13 de abril de 2021

- MIGUEL BOSÉ ESTÁ CANSADO. -



Era guapo. No atractivo. Sino guapo, guapo de la leche. Hijo de guapos. De torero y de actriz. De glamour y de joyita. Don Diablo ha mutado estafado por Dorian Gray. Su retrato es siniestro, extraño, inquietante, sin credibilidad, corazón demasiado abierto, buen fondo y volcán.

Con la carga mental de un extenuado que viene de las mil guerras decepcionantes, con heridas estructurales. La voz, el genio y figura de Miguel Bosé.

Se enfrentó a su padre, el torero Dominguín. Su madre, Lucía Bosé, tampoco era demasiado dulce. Bimba se le fue. Y en un programa de José María Íñigo cantó "Mi Libertad" y empezaron los líos parentales. El machismo social le tomaba entero. Y Miguel se lanzó en pos de tanta fantasía y sorpresa, que triunfó. Y triunfó tanto, que ahora ya es un histórico prematuro.

Sevilla, ¡ahhhh!  Da cosa verle. Su mirada es la de un zombie que toma cuerpo y orgullo. Los que dan miedo son los raros. Los ojos y la voz negruzca y veleidosa del artista, le impiden demostrar que fue una referencia imprescindible de la tele y la música. Drogas, drogas, drogas ...

Por esos ojos se retrata todo. Mucho. Parece un autogurú desnortado, que mató a una cierva y mandó a todos a tomar por el saco. Y siguió como un atleta hermoso y huracanado, y se oyeron aplausos atronadores y divertidos. Valió la pena gastarse los cuartos para ver un Concierto de Bosé. ¡Qué tiempos! ...

Trata de desnudar su alma y su currículum personal. Cuenta que se lanzó al ataque y a la piscina sin calcular la temperatura del agua. Soñando que habrá agua, y que el chapuzón podrá tener la perfección de Louganis. ¿Por qué no soñarlo todo? ...

El todo. El todo es bestial, trabajado, gozado, sexo, lloros, divismo, icono, dolor, más drogas, ausencia de relojes en el tiempo silvestre, lujo, money, inexistencia de normas, español salvaje, y toda la locura de un mundo paralelo que pasará factura.

Miguel Bosé no puede ser Dios. Deben haber energías del universo que todo lo regulen. No puede ser todo una mierda. También hay un después. Y darse cuenta de que la ha cagado, le jode tanto que se desmonta sin remedio.

Abre su dolor. Pero está siempre. Don Diablo, atenazando su credibilidad y mostrándose con rabo y cuernos. Miguel Bosé trata de asumir las cosas. Aborrece todas las locadas que ha hecho. Dice preocuparle sus hijos y que no se le parezcan a él.

¡Que salga Dios y le eche una mano! Da pena verle sin brillo en la sonrisa. Y da malestar observarle el gesto durísimo, desencajado, demasiado concentrado, y solemne como un cura fallido.

La voz juguetona y vívida de Miguel Bosé se torna dentro de un eterno chaparrón dominado por borrascas oscuras. Emocionales e imperfectas. Lesas y lastimeras.

Quiero volver de los infiernos. Su voluntarismo se valora. Se loa. Pero más allá de la mirada extraña y hasta siniestra, la nostalgia me agradece que vuelva a sonreír aunque ya no pueda ser el gran pibón de este país.

¡Sí! Cansado. Demasiado cansado parece en las camas de un herido que vuelve de la guerra atacado por todas las balas, piedras, y ramas de la vida. Todavía tiene sesenta y cinco años, y podría decirle que sí. Lo que pasa es que es imposible llamarle joven con ese aspecto.

El Miguel Bosé negacionista, es el borrón rebelde prescindible. Me da rabia y un carajo que niegue todas las evidencias. Me da compasión. Y siento un de veras, que diga majaderías acerca del Covid-19. Es como si un grupo de lobbies de alta presión le hubiese inoculado la manía de negar las evidencias. Es como si su santo padre Dominguín saltara de la tumba para darle dos leches a tiempo. O que su madre Lucía le diera piedad y arroba de miel. Lindo Bosé, lindo y extraño; irreconocible. Cuando hizo el loco era más creíble. Más él.

-PREFIERO RECORDAR SU BRILLO-
 

lunes, 12 de abril de 2021

- EMOCIONANTE "RUSH" FINAL EN LA LIGA DE FÚTBOL ESPAÑOL. -



En la segunda liga del virus, parecía que esta vez Simeone se luciría con su efectividad y regularidad, ante las nuevas pifias de los avejentados Real y Barça. Todo sería un paseo plácido y en barca y sin prisa, aunque el fútbol rojiblanco no puede ser estéticamente más rollo. Diego Costa o Godín se fueron, Joao Félix no ha conectado con la filosofía del supermíster, y solo Koke, Llorente y Luis Suárez justificaban las cosas. Siempre, con Jan Oblak como ese Messi arquero colchonero. El otro día sacó un balón que nunca olvidaré. Catorce, quince puntos de ventaja. El citado Llorente en el centro del campo honrando a la sangre de Gento. Pero esta segunda Liga del Covid-19 es larga. Aunque tampoco estén ya en la Champions.

El Barça era la ruina de Pompeya. De hecho, lo sigue siendo hace años. Pero la crucifixión del Bayern y sus ocho goles, acabó con todas las expectativas. Messi dio un grito desgarrador, y Cronos le jodió. Laporta es el nuevo Presidente. Koeman puso a un desastre, orden y decencia aunque con algunas dudas. Y los azulgranas encadenaron victoria tras victoria. El 10 volvió a hacer sonreír a Jordi Alba, y Der Stegen lo agradeció. La lesión de la esperanza Fati se solapó, y el equipo cogió carrerilla individual de la mano del precoz canario y mi niño Pedri. Parece demasiado poco, pero ahí está ya. Por todas.

La flor de Zidane y su color, distrae de la realidad de su equipo. El Real parece resucitar cada vez que muere. Y no tiene suerte cuando ficha a Hazard, como cuando se erró trayendo al extraño Gareth Bale. El Real Madrid aburre a las ovejas y sus jugadores corretean muy cansados y fuera de grandes opciones. Que les pesa el culo. Pero por esas cosas que tiene el fútbol, están los blancos a punto de eliminar al Liverpool de los cuartos de la Champions y a un solo punto del Atlético de Madrid cuando la Liga llega a los últimos suspiros de la temporada. ¡A la cuerda del tartán! ...

Y ahora todo se pone,-aunque vírico-, luminoso y extraordinariamente atractivo. Se admiten todas las apuestas. Es la Liga más emocionante de los últimos tiempos. Gane quien gane, será un más que brillante campeón.

Simeone es deseo y porfía. Experiencia ganada en las calles y en las canchas. Una suerte de puto amo, que solo le convence quien suda y gana. Y tiene la genial habilidad de hacer humanos los grandes fracasos, y peques a las enormes expectativas. Listo como un zorro, nivel y estrategia por encima de los líos. Es puro corazón contenido. No se sabe demasiado si ríe o llora. Aunque parezca todo en el césped. Todo queda en el pasto. Luego, es un enigma insondable.

Las ruedas de prensa de Zidane, lo dan todo para tapar bocas y crear expectación. Sus enterradores siempre guardan reverencial silencio. Y luego le dicen que por qué es que hizo los cambios errados, pero el francés siempre lo niega todo. Hace un agudo fair play y defiende a muerte a los suyos. La comedia futbolística es suya. Dice exactamente lo que tiene que decir. Poca concesión y sonrisa entre burlona e irónica. Siempre Zizou.

Ronald Koeman jugó en el Barça. Conoce el sitio. Y se la jugó cuando suplió a Setién. No daba crédito a lo que pasaba. A veces se sentaba como muerto o inexpresivo en el banquillo. Pero nunca fue derrota sino estrategia. Y ésto, gustó a sus chicos. Los espoleó. Les dio dignidad y convicción. A veces se lía, pero lo reconoce y no trata de engañar a nadie. En esa caja de errores que es Can Barça, su frescura se agradece.

Los tres mosqueteros aspirantes de la Liga, tienen lesionados. El coronavirus y la falta de descansos, pasan factura. Es un tiempo cruel y adverso para todos los futbolistas. Y más que mérito tiene la tríada de aspirantes, el llegar con fuelle al tiempo liguero final que precederá a la Eurocopa.

Y en tiempo de restricciones y vacunas, se vuelve a agradecer mucho el reality de la gran rivalidad y del gran aprieto. Los tres grandes de la Liga se presentan juntos al sprint final. Les gana el orgullo. Fallan y rectifican. Caen y se levantan. Siguen con dignidad, honradez, y profesionalidad. Y tres aficiones en casa claman y anhelan dicho éxito final y definitivo.

¡GANARÁ EL MEJOR!
 

viernes, 9 de abril de 2021

- TONI CANTÓ CONSIGO MISMO. -



Valenciano. Ambicioso y descontento. Tristón y afectado. Su labor actoral no la puede ejercer. Ni tele, ni teatro, ni cine, ¿ni nada? ...

El teatro de la política en Toni Cantó. Tránsfuga y veleta. Estilizado y maduro. Galán sin micro. Triple salto mortal. Buena dicción y oratoria, ampuloso, mirada carismática. Y error conceptual que no sé si Toni domina.

El teatro no es lo que parece. Y el de la política, menos todavía. Y Toni quiere triunfar. Hay que triunfar en el teatro de la vida. Antes muerto que inadvertido. Apasionado.

De modo, que nuestro Toni tira para adelante. Hay que vivir. Que hablen mal de uno, pero, ¡coño, que hablen!... La palabra fracaso no debe entrar en su alma. Porque Cantó quiere estar en el centro de todos los comentarios de actualidad, y aportando también su firma. Su sello y rúbrica.

Me da la sensación de que Cantó se ha equivocado de partitura y libreto. Y cree que labrarse un porvenir y un protagonismo en la política, es como trasladar su método de impostura teatral a la política.

No sospecha que la Democracia es un estadio distinto y de responsabilidad. Y ahí se ha hecho un lío que trata de resolver fingiendo que sabe saltar sin mayores problemas de laberinto en laberinto.

Su palabra también deberá ser matizada e interrumpida por muchos. Y en política le va a pasar a Cantó. Nunca en teatro o en tele. En teatro, Toni Cantó toma la palabra de su guión, adquiere la mejor de sus posturas corporales, nadie le tose, todo está previsto, y por si faltara algo más, sus compañeras de escenario suelen ser jóvenes y muy hermosas.

No. En Política no basta un cuerpo o un beso. Política es convicción en ideas y no libre albedrío. Puedes dar juego para los medios, pero esto puede convertirse en un estilete de fugacidad y relleno.

La credibilidad es muy importante en política. Porque los espectadores no solo deben reclamar el día de la función. El día concreto de las elecciones. Los espectadores son ciudadanos con plena libertad y efervescencia, los cuales opinan libre y le pueden interrumpir a Toni cualquier función, por mucho que se haya dejado ahí los cuernos trabajándola, memorizándola, y dándole el sello direccional que te exigen.

Toni Cantó no está en política para trascender. Está para ver si logra alcanzar altas y soñadas cimas. Vano intento. Si no estás convencido en "Ciudadanos", te vas a casa y te dedicas a ser protagonista y amante del teatro popular y hasta elitista. Pero, dando saltos Partido a Partido en función de los éxitos, es un error craso. La política es una enorme y maravillosa selva de decisiones de responsabilidad. Es imposible fingirse político, porque si eso se hace, las trayectorias se hacen cortas y definitivas.

Nunca Toni Cantó será político de verdad. Porque no se lo cree ni él. Porque le falta humildad y le sobran anhelos. Porque un político de verdad debe utilizar su tiempo de dureza y abnegación para los reflejos, y saber desde el minuto uno que el placer no es tanto el éxito electoral sino la constancia y el entusiasmo en un trabajo bien hecho.

La Política no es la aventura de la mili, ni una autopromoción, ni una plataforma de reivindicación personal, ni la búsqueda de imágenes y más imágenes. Mientras cambia de Partido como de calcetines, Toni Cantó se busca a sí mismo. Vamos a ver si logra encontrarse. Por su bien.

-Y EL DE MUCHÍSIM@S MÁS-
 

miércoles, 7 de abril de 2021

- CINE SOCIAL U.S.A. = "NOMADLAND". -



Desde la dirección magistral de Chloé Zhao, Frances McDormand con su personaje "Fern" realizando una más de sus ya habituales exhibiciones de talento.

El dolor. Caminando sobre ese drama real. Todo auténtico. Nada al azar. El Sistema se ha puesto crítico. Muchísima gente se cae y todo se destruye. Y entonces "Fern" decide caminar. Convivir y coser inevitablemente la tristeza con la dinámica, y siempre apartarse de los interiores. Al revés. "Fern", exterioriza. Con su cara feúcha y sin concesiones. Con su mirada llena de tristeza, dolor, y también resolución.

A veces te pasa que cuando estás jodido votas a Trump y te pones a correr. O coges la moto y creas el ruido que disimula tu dolor interior, o te pones una sudadera y corres, y corres más, y avanzas en el drama, y sigues caminando, y decides tragarte aparentemente los vacíos y las neuras, y entonces tomas tu caravana y tu tradición del western, y asocias la libertad a la curva de la carretera, a la piedra o al paraje rocoso, nevado y abrupto.

"Fern" ha de ser piedra. Y piedra noble, de raíz, y hermosura y deseo, y nieve a cachos inevitables, y sangre de acero y humanidad. Pero "Fern" no es como otras y otros. Es un ser que se mueve bien en la enorme dureza y en la situación desesperada. Y su zen le lleva a suavizar sus facciones y escuchar a quienes pasan por su parecida situación. Y se une a las caravanas de la miseria y de la precariedad.

Fascina la acción, y agorafóbico se muestra el interior de las casas de los otros o el recuerdo del duro pasado. Lo mejor parece que es salir ahí afuera y dejarse probar por el fuerte viento individual, personal y especial. Es como si ese frío en la sangre se calentara o paliase camino de algún sitio. Itinerante. De un sitio para otro. Infatigable e irreductible "Fern".

El silencio y la quietud pueden ser demoledores. Nada de nostalgias ni leches anhelando el pasado. Terrible pasado varado. Durísimas perspectivas. La caravana solitaria es el refugio vital y atávico del mito cowboy.

El mito de "Fern" llevado a la práctica y a nuestros días. Cuando la sonrisa de Frances se torna tan desnuda como amable con los putos infiernos. Es dulce finalmente ante su destino. Y en cuanto puede, ya no espera más. No irá al grupo más que lo cortés, y con ganas de sobrevivir y de aprender. Y es educada "Fern", y está un tiempo con sus excluidos por el dinero y las cosas inhumanas e irremediables del Poder.

"Fern" siempre será rara y caminará sola con su convicción. Quienes la conocen ya saben que nunca va a cambiar. "Fern" es eterna mujer de acción. Vuelve una y otra vez a dicha acción huyendo de abrirse al llanto. Es valiente como una pantera silvestre, inteligente, vivida, y que sabe resignarse a hacer lo que mejor le va a tocar. No perderá el tiempo en discusiones fatuas. ¿Para qué? ...

No es que "Fern" no crea en el amor, y más cuando se le fue su marido y parece que ya no habrá más hombres. Pero es torbellino e instinto de movilidad que la lleva.

Y claro que "Fern" es humana. Como todas y todos. Y nunca se rinde. Y después de un sitio vendrá el otro, pero siempre lugares exigentes y abiertos. Al aire libre de su corazón leso. Herida y fuerte como una Tyson, hermética y habilidosa. Siempre muro de supervivencia.

Porque "Fern" nunca desfallecerá. No se rinde aunque camine y huela la derrota y el desalojo social. Tiene su propia convicción. Le atrae y le complace la adversidad. Se crió en ella. Nunca hizo demasiado caso a las referencias. Y así sigue "Fern". Hasta todos los momentos vitales. Siempre ha de poderse aunque no se pueda. Nunca se sentirá perdedora pues eso es indigno. Y este personaje pétreo y a la vez tierno, abarca todo el film y todo lo que viene y está por venir. Quiere ser ejemplo de ella misma. Guste o deje de gustar.

¡ESPLÉNDIDO FILM!


 

domingo, 4 de abril de 2021

- NO ME GUSTÓ. -



Sucedió, Yanya. Ya está. Puedo volverme atrás. A pesar de que te fui descubriendo mientras tú a mí ya me tenías demasiado descubierto. No, Yanya. No me gusta tu propuesta prolongada.

Nunca debió gustarme tu estilo de vivir. Tu filosofía de mujer. Aunque bien es cierto que nunca nada hay planificado, siempre existen unas líneas que yo jamás voy a traspasar. Porque no van conmigo.

Me colaste muchos goles. Te avanzaste mucho a mí en el marcador de la pantalla telemática de los deseos. Porque, sí, Yanya. Solo fue mi deseo y no le busques más.

Me creo tanto de tí que ya lo descarto todo. La respuesta es no. Porque cuando comenzaste a mostrarte, el primer día, me sentí que iba bastante por detrás de ti. Y supiste generar un marco y una raíz atractivas. Te presentaste detrás de esa pantalla virtual del ordenador, como una señora simpática, aún bonita, agradable, narrándome coquetos detalles de tu vida, y una sonrisa construída y a la vez femeninamente natural. Y comenzó la conversación. Nunca en presencial, porque vives a miles de kilómetros de distancia física y también existencial.

Y me dijiste muchas cosas que ahora me dan el regusto un tanto amargo, errado, y sorprendentemente negativo. Que eres viuda, que cuidas a tu madre ya casi centenaria, que la pandemia lo jode todo, que de joven hiciste ballet, y que eras la más pizpireta de las chicas de tu pandilla, y que cantabas en bares y Asociaciones de carácter benéfico. Y que tus ancestros provienen de Galicia. Y que en efecto, la música forma parte fundamental de tu vida, que no solo te sabes todo de tu chico país, sino que amas la música española.

Sí, Yanya. Amas mucho la buena música española y universal. Y hasta sabes bailar sevillanas o emular al "Eres tú" de Mocedades. Cantar a Cortez, a Sabina, a Nino Bravo o a Camilo. Y tu sabiduría de mujer experienciada y con una audacia que yo no comparto, vi que también sabes dejar la sensatez propia y lanzarte a tu conseguido juego de seducción.

Y me guiñaste un ojo con veteranía, y yo pensé que charlar y verse es venial, y cantar a dúo canciones eternas es bello, y que el internet construye situaciones que a nuestros mayores solo puede generarles entre incredulidad y desinterés. Porque para ellos estas cosas ni existen ni podrán existir nunca.

Me sorprendiste, Yanya. ¿Qué necesidad de éso?, ¿por qué tú ser así?, ¿por qué no seré nunca capaz de conectar con tu ser ni con tu peculiar impronta libertaria y seductora? ¡Llámame pacato si quieres! Pero, ¡no me gusta tu propuesta. No le veo sentido ni la comparto.

No creo que fuera venial. Nada lo es. Me gustó que sacaras tu lengua además de guiñarme los ojos, porque estéticamente eres mujer. Pero el modo con el que sacaste tu apéndice lingual nunca es procedente. Y amagabas con relamerte, como solo una mujer es capaz de hacer. Embrujabas ...

No eres una guarra. Lo sé. Pero al tercer día, ya podía verte tus tirantes, y me decías que quizás al día siguiente ya no podría verlos porque puede que ya no los llevaras. Y me sorprendió tu singular misterio. Y lanzaste todo tu volcán de seducción, Yanya. Y me dijiste que yo era maravilloso y que querías ver todo mi cuerpo encendido. Y lo lograste. Porque nos vimos el cuerpo. Pero yo tengo un alma muy distinta a tí. Y sé que cuando cortes la comunicación conmigo, harás lo mismo con decenas de hombres más aunque lo niegues hasta el llanto, Yanya.

Me has defraudado maravillosamente y lo valoro como experiencia nueva y vital. Pero no me gusta tu exhibición, ni tus halagos dulces, ni tu propuesta de que no todos los días nos quitaremos toda la ropa y nos lanzaremos a las llamas catódicas del deseo y no a todo lo que quieras y me propongas.

¡No, Yanya! Yo soy de otro tiempo. Soy de una libertad distinta. Me parece inoportuno y fuera de lugar toda tu incitación abiertamente sexual, y que parezca que tengas todos los tiempos programados. Y que me adviertas con suma dulzura femenina, que todo estuvo bien, y que variaremos, y me pones en el brete de decirme que seguramente ya no más querré conectarme más hacia tí y hacia tu personal universo.

No es cobardía ni pudor, Yanya. Es algo que nunca podrás entender aunque te lo explicara un filósofo efectivo y de tronío. No, extraña. Sí. En la medida que lo has dado todo frente a una pared de cristal virtual, he descubierto en tí a demasiada frivolidad y a demasiada falta de rigor. No me gusta que hayas llegado a este punto.

Y sí, Yanya. Probablemente nunca más vuelva a conectarte para que pasen los desnudos y todas las confesiones. Me da igual que tu marido falleciera hace mucho, que el virus te tenga atrapada en tu estancia, o que parezca que estés de vuelta de todo el sufrimiento.

Mi mundo será otro. Y si tengo que desnudar mi alma y hasta mi frivolidad, deberá ser con otra mujer y ahora presencial, a la que pueda oler, ver en el exterior, en vivo, en directo, en tiempo real, en persona, al lado de los árboles o en la terraza ahora un tanto castrada de la realidad del virus.

Seguramente, hablas otros idiomas. Y estás insatisfecha hasta las raíces y puntas. Pero yo solo y por azar me acerqué a tu ser, Yanya. Yo no fui y tú tampoco has sido. Y si ha sido, todo da igual.

Cada uno de los dos marca estrategias y sus líneas de pasar y de detenerse. Cada uno es libre de mirar al otro. Pero  tus oídos están sordos de mis palabras y de mis anhelos. Porque tú, Yanya, irás a la tuya, sí. Pero yo también elegiré ciertamente mis momentos y diseñaré mi gusto y mi placer. Y discreparé siempre.

Nunca jamás te llamaré mujer ligera. Porque a mí no me importa que lo seas o dejes de ser. Jamás nunca me meteré en tu libertad que es sacra, y nuestra despedida que nunca tuvo encuentro será un acto de despedida pacífica y sin reproches.

Tú, Yanya, eres una experiencia que no repetiré. No llevas a ninguna parte que no sea al error o a la absurdidad. Pero también soy consciente de que mucha gente hace lo que tú y se alivia y hasta justifica. Hombres y mujeres llenan su tiempo con la fantasía audaz y potente de su seducción y belleza en PC.

Mas todo esto es demasiado fácil, Yanya. Lo puede hacer cualquier niño o cualquier persona que desee bucear en sus neuronas camino de su adolescencia imposible. Por eso debes seguir tu camino y nunca más decirme que eres exclusivamente mi hembra, ni entrar en halagos de caramelo dulzón. Se cayó todo, Yanya. Aunque en el fondo fue una menoridad ilesa en el ordenador.

Ya no me importa el libro de tu vida que saques, Yanya. Yo juego a otras cosas. Y me siento liberado de tus guiños y de la exuberancia de tus aún erguidos senos. Y voy y te deseo lo mejor. Y si quieres y para quedar bien, te seguiré sonriendo. Y quizás a través de esa sonrisa puedas vislumbrar mi porte contundente. ¡No! Esa es mi respuesta a la experiencia de tu sonrisa, Yanya. Y si quieres, sé la mujer más feliz del planeta. Pero, ¡déjame! ...

-LO SIENTO-
 

jueves, 1 de abril de 2021

- POR FIN ES ABRIL. -



El mes en sí de mi ilusión. El tiempo de mis deseos más primos y auténticos. De mi adolescencia desnuda en estado puro. Cuando comienza a hablar el almendro o el cerezo. Cuando triunfa el afuera. Cuando la vida me manda a la acción camino de mis sueños. Porque abril es mi mes y con el que me identifico plenamente. Si tuviera una hija, la llamaría Abril ...

Abril, despierta. Se desprende de los nidos de la timidez de la primavera temprana como lo hace un pajarillo en el campo abierto, y entonces se atreve a volar. Porque abril es el camino. Es la estructura de la vitalidad. El obrero facedor de la belleza que en mayo epatará y maravillará en forma de flores ampulosas de colores de Hollywood. 

Abril es un motor. Un amor. Un desafío. La idea cronológica y luminosa de la renovación que crece y se desarrolla. Abril es lo que puede acaecer para bien. Una inversión de positividad en forma de sangre y de savia. Abril es fortaleza y discreción. ¡Por fin, abril! ...

Abril tiene siempre el misterio necesario que hace pensar. Lo que me impulsa de nuevo a lo novedoso y creativo. Lo siempre cambiante. Porque la semilla ha dado fruto, y aunque no hay árbol ya hay arbusto. O cuando se ve que la planta ya no ha sido devorada por el oscuro invierno, y ahora avanza franca y firme como un pezón salido del mar hacia la realización de su continuidad desafiante y de su concreción. Abril es un semillero de ideas y de proyectos que me nacen desde el corazón camino de la lógica del transcurrir vital. Como el agua del río.

Nunca sabré del todo por qué me identifico y acoplo tan plenamente con el abril tierno de la primavera. Pero la verdad es que abril ya lo perfila todo de nuevo y se lanza hacia adelante a buscar las respuestas y las dudas.

En abril llega un aguacero tormentoso y los adolescentes no se enteran a causa de su mutua atracción y arrobo. Todo está bien en abril. Y los besos ya nunca saben a frío sino a pasión. Y en el monte, y en la playa, y en el asfalto, y en la calle, la vida se pone a borbotones y se revoluciona con miles de efectos evidentes. Ha llegado el momento de atravesar la pereza y de ponernos vestidos ligeros y nuevos, y suaves, y llamativos, y olorosos, y limpios y fuertes. Bailan las hormonas ...

Abril es el gérmen de la fuerza natural. Abril no se entrena. Abril es algo atávico y genético que aparece y que nada puedes hacer cuando llega. Porque abril hace sus deberes, te lanza guiños, y te sugiere mil sitios, proyectos y sensaciones. 

Y abril es mujer. Y hermosa, joven, pícara y fresca. Abril son las primeras medias o el tímido inicial carmín femenino. Abril es  Miley Cyrus, la atracción y la mirada cómplice, y el sexo, y la iniciación, y escaparse y tirar por la calle de en medio, y reivindicarse como ser humano salvaje y libertario, petar las redes, y tirar con elegancia y a la vez estrépito aquello que ahora ya no sirve y molesta a lo más profundo del armario del olvido.

Abril es el mes del correr, del deporte, del pasear, de la chiruca o de la mochila. De abrirse en viajes hacia lugares inéditos e insólitos, de pensar que tres más dos quizás puedan ser siete, o que una señora hermosa es más potente y atractiva que el Everest. Ninguna duda.

Abril es el apuntalamiento eterno y cíclico que rompe aunque no quieras. Quien empalma tus palabras con tus anhelos, quien te sabe sueño; la flor que ya aparece finalmente entre miles de hojas verdes aparentemente anodinas para decirnos que ya está aquí ...

Abril es discreción por adentro y explosividad acentuada por afuera. Abril es cuando tú eres el protagonista de tu novela y ella es tu reina y tu todo. Cuando los dos somos y sóis abril. Cuando un jilguero se posa genial sobre el alféizar de una ventana y comienza su trino. ¿Alguien puede mejorarle? ...

¡PUES ESO ES ABRIL!