viernes, 31 de mayo de 2019

"SUPERVIVIENTES".




Aburrimiento y surrealismo. Desconexión. Incoherencia y reality. ¿Qué hace toda esa gente haciendo el mostrenco en una isla de por ahí? De, Disneylandia. Irreal. Parece gustar lo irreal. Y es muy demasiado triste que a esa nada se le pueda llamar ocio o entretenimiento. Aético. Casi lugubérrimo, hedonista y ambicioso. Belleza y decrepitud. Falta de valores. Y por encima de todo, ganas de ganar para embolsarse un dinero.
¿Concurso?, ¿éso es un concurso? Ni cayos, ni mosquitos, ni cocos, ni pescadores pijos a la desesperada, ni arenas límpidas de mares azules. Doña vulgaridad y santa zafiedad desembarcan en un lugar idílico en donde en el fondo todo es un gran y actual patio de vecindad.
Seducciones y juegos bobos en donde lloras más que ríes, la sensación de que desde tu sillón tú eres mucho más que todos esos frikis, y a veces piensas que un día te gustaría estar ahí en ese desierto fofo y extraño. Como cuando juegas a la bonoloto aunque no te toque un céntimo.
Se ven tangas y amagos de tetas. Hoy. Y mucha piel. Y músculo de gym y de preparación para el combate mental. Mientras miro eso de los supervivientes de la isla de los famosos y de los mosquitos, quiero acertar a pensar que qué demonios de cansados de la vida cotidiana estaremos cuando le damos al botón de la tele que echa el programita.
Tómbola en la selva. Sálvame de Luxe entre conexiones y bikinis con sudor moreno. La idea del superviviente absurdo. Una suerte de enigma que ataca como un morlaco para seducir a una gente extasiada y hastiada de todo.
Ya da igual quién participe en el concurso ese. E incluso da igual si el presentador es el pícaro frivolón Jorge Javier Vázquez o si lo es Paquito el chocolatero. Todo parece ser surrealismo. Todo, necedad y risotadas en el plató de los familiares y de los comentaristas. Desde que empieza la trama patraña, parece haber una perversión. La banalidad semeja una consecuencia final de quien es derrotado por la cotidianeidad del absurdo.
La audiencia 2019 de "Supervivientes" sí merece un estudio y hasta un experimento sociológico. ¿Vemos esa hez porque lo demás es todavía peor?, ¿está eso en pantalla porque quienes idean el programa están convencidos de que somos unos perfectos acémilas?, ¿por qué sigue funcionando la tontería? ...
Sí. La tele como tontería. Como tontería avispada y picarona. Chicas guapazas con poco que decir, de las que solo se esperan sus bellas formas y sus breves telas. Varones encendidos y castigados por la poca cosa y de la ausencia de relieve, que en el fondo simboliza la derrota del hombre siempre invisible y de consumo. La tele, caprichosa y absurda, capaz de generar visionado.
Palmeras gigantescas, tormentas, dátiles, presentadoras cañonas, y los ojos en yoga pérfido que se encuentran en la nada y en el fisgue para no pensar en lo que hay que hacer. El triunfo del opio y del sueño. De la desazón inesperada y de la necesidad de ver, y de que nos narren cuentos imposibles incluso a sabiendas de que lo son.
Si vemos eso de los "supervivientes", también somos un poco o un mucho Robinsones Crusoe. Y nos dejamos ir, y dormitamos descalzos y semidesnudos tirados de cualquier manera en el sofá, esperando la gloriosa e impepinable llegada de Morfeo. Del dios del sueño que nos devolverá a nuestra esencia del REM y de la nada hasta el día siguiente.
"Supervivientes", o la isla de los mosquitos,o como se llame esa insensatez. Somos cómplices del dinero consumista, de la banalidad y del vacío. Hacemos el moco y la rascada del culete, como hacen muchos en sus casas íntimas e impenetrables. Nosotros somos unos supervivientes. Siempre lo fuimos. Pero ahora ya no creemos en las islas vírgenes o perdidas. Ahora solo creemos en que estas cosas tienen lógica y atracción. Y ese camino extraño nos cose a la tele.
¿ O NO? ...

sábado, 25 de mayo de 2019

¡¡ EL VALENCIA C.F. CAMPEÓN DE COPA 2019 !!




¡Conseguido! Un nuevo show táctico del entrenador Marcelino García Toral. El asturiano y peculiar entrenador, ha bailado sobre la sombra del vacío de un Barça que sigue noqueado por la castaña de Liverpool.
Y el Valencia, ¡campeón! En el mismo año de su centenario. Bronco, feliz, fresco, copero y con sufrimiento decente y admirable. Marcelino la ha vuelto a liar en el caluroso mayo del Benito Villamarín verdiblanco y del Betis.
¡Recuerdos! Todos los recuerdos del Valencia en su homenaje merecido. Los chicos de Mestalla, de la Avenida de Suecia, del "murciélago", de Waldo, Paquito, Claramunt, Puchades, Kempes, Albelda, Ayala, Angulo,Cañizares, el Piojo López o Rafa Benítez. El Valencia de Juan Sol o Valdez, mi Valencia de siempre, ¡homenaje al ex Presidente Jaume Ortí!, indiferencia ante el chino capuchino Lim, Parejo desesperante y talentosamente frío.
Los recuerdos se vuelven magia en esta primavera 2019 para el Valencia Club de Fútbol. Fernando Gómez Colomer, Ansola, Sergio, y toda la afición entusiasta de un Valencia campeón.
Marcelino García Toral es peculiar y canijo, pero con flor en el culo. Ha hecho una segunda parte de la Liga formidable, y ahora se encumbra a la gloria de los grandes modestos ganando la valiosa fiesta de la Copa del Rey.
¡Valencia en fútbol! Suenan los petardos, las tracas, la naranja, la afición que grita el Sí Se Puede como si fuera la nueva savia posible del cambio. El Valencia es un grande y nunca ha dejado de serlo. Y mantiene esa tradición sin alharacas ni adornos, sino con sus verdaderas señas de identidad. Con coraje, con entusiasmo, como siempre ha sido a pesar de las nefastas gestiones de sus dirigentes.
¡Per un València campiò! ¡Enhorabuena! Sevilla huele a fallas, al himno del club, al himno regional, y hasta a la Geperudeta virgen de los Desamparados. Todo es magia y alegría, todo es verdad en la ciudad de la playa de La Malvarrosa, y triunfo para un equipo maltratado por el capitalismo sin entrañas pero que ha sido varias veces campeón de Copa y de Liga, y que ha jugado dos finales de la Champions. La emoción supera a la letra. La poesía son los cláxones eufóricos del exceso, masacrando de alegría la gran noche reflexiva electoral en la tercera capital de España.
¿El Barça? El Barça está noqueado todavía por Kloop,y Anfield, y el Liverpool, y todas las ganas de descansar del mundo. El Barça es la cara demudada de más decepciones. El foco rotundo de una planificación deportiva demencial, que hurga en sus carnes desesperadas y rabiosamente negativas. ¡Una verdadera pena ver a Messi con esa cara! Un dios entre mediocres. Una flor en medio de un campo de cactus. El Barça no tuvo nada que no fuera pesimismo y derrota. Y el pequeño Valverde, con cara de ¡tierra, trágame! ...
El Barça ha perdido mal, sin alma, llorando sus errores, con jugadores que nunca merecen vestir esa mágica camiseta que lució César, Kubala, Asensi, Cruyff, Reichach, Guardiola o Iniesta. El Barça merece un respeto y una revolución porque es mucho más que un club. Parecido al Real Madrid. El Barça ha perdido bien, y el 2-1 es hasta pequeño. ¿Para qué sobar el balón a cámara lenta?, ¿para qué el hacer el ridi? ...
Lo dicho. El fútbol de clubs echa el telón de la temporada 2018/19 en España. Han pasado demasiadas cosas transitivas y de paréntesis, de inicios y paradas. ¡Han fallado los tres grandes! Y entonces surge el cuarto, que es el Valencia, y degusta su paella y su orxata. ¡Es fiesta! Y como valenciano, solo puedo alegrarme del hito de los chicos de Marcelino y de su modesta pero audaz honradez. Y les ofrezco mi enhorabuena y mi aplauso.
¡XE QUE BÓ!

viernes, 24 de mayo de 2019

- NICETO -




Bajito, poca cosa y tremendamente vital. Sí. Lo que tiene claro Niceto es que vivir, son dos días. Que esto se acaba y te vas al hoyo sin remedio. Niceto es de mi tierra valenciana, pero procede de la inmigración de los sesenta. Origen manchego, rural, y apasionado terremoto siempre de aspecto tranquilo y habilidoso.
Si miras a los ojos de Niceto, no te llegan grandes noticias. Lleva la mirada de quien quiere pasar desapercibido, y que a la vez nunca desea perderse ningún sarao. Niceto ha sufrido mucho pero no es vulnerable. Un día me cuenta que se separó de su mujer, y que años después volvieron y siguen ahora juntos.
Niceto es un ser tremendamente social y fuertemente humanista. Fue enfermero. Echa de menos aquella actividad frenética, porque lo suyo siempre fue y es real y vocacional. Se enrolla como las persianas y te retiene, porque en el fondo es tímido a mares. Necesita que alguien antes haga el ruído y entonces Niceto saca sus reflejos y su ráfaga de saber estar. Pero nunca será quien dé el primer paso. Por si las moscas.
Le encanta el fútbol a Niceto. Pero yo diría, que más que el fútbol le agrada todo lo cercano y humano que lleva don deporte rey. Es amigo de algunos ex jugadores del Valencia, y también de familiares de ellos. En el fondo es un sensacional vividor que descubre las pillerías y las hipocresías del camino de la vida, sin hacer notoriedad ni estrépito.
Habla bajito, y su principal virtud es su capacidad para escuchar. Porque Niceto sabe y ha aprendido a dejarse de historias y a escuchar lo que le dicen, porque todas las historias le atraen.
La vida de Niceto se desarrolló al lado del amor y de la enfermería. Es astuto y tiene la mirada con memorias. Si mira a alguien, ya lo tiene en su agenda de sensaciones. Es paciente, y siempre huye de los líos y de las broncas.
Gusta de la gastronomía y es creativo y audaz entre fogones. Ha sabido casar su mundo de atrás con el nuevo panorama rápido y actual que se presenta imparable y que es el futuro.
Niceto se ha de apuntar a un bombardeo. No sabe estar en casa ni le da la gana. Es capaz de ironizar sobre el yoga y de ponerse a practicar pilates la semana siguiente. Niceto es divertido y cercano, intuitivo y arrollador.
Me hace gracia cuando al visitar antiguas y moras alquerías de mi tierra, destaca y se fija en las potentes estructuras que sostienen el edificio. Me dice que todo eso de la Historia, le atrae. Que, si los romanos, los árabes y hasta los egipcios y tal ...
Niceto es medicina y practicidad. De su tiempo ecléctico. Y en cuanto te descuidas se vuelve convencional y te habla de las marcas de los coches. Casi todos los coches le apasionan, aunque a algunos los defenestra argumentando a su modo.
El coche y la carretera. La vida. Los sitios. Las actividades contínuas y la libertad. Es de izquierdas pero nunca hurga, salvo que te vea de su cuerda. A la mínima, desvía hacia otro tema porque recursos vitales tiene a porrillo.
Niceto me dice que hace poco que perdió a su padre y que casi evita mirar cuando con su coche ha de pasar por la barriada paterna. Conoce el dolor, y precisamente por éso, se lanza a mil retos y consecuentes.
Niceto es práctico. Ha de ser práctico. Y me dice que sí, que oye, que esto va así y se acabó, que él ha visto cosas sorprendentes en los hospitales y en los quirófanos, que vio el límite entre vivir y morir, que eso está ahí y que se apañe el que no lo vea. Y que cuando la guadaña llega, entonces no hay mayores debates ni premios. Que, cuando uno dice adiós, el pobrecico se pierde muchas cosas y va y ni siquiera se lo pueden contar. Por eso Niceto tiene la bandera de lo que vive.
-TÍO VALIENTE-

domingo, 19 de mayo de 2019

- "SÚPER NADAL" PASA SOBRE "NOLE" CAMINO DEL R.GARROS 2019. -




Nadal ha llegado hasta sí mismo pasando el Rubicón de su racha de lesiones y de su juego menor e incompleto en tierra, a causa de su falta de confianza. En Roma ha vencido a las urgencias de su ansiedad.
¡Un rosco a Djokovic! ¡Tremendo, Rafa! Estaba preocupado porque no ganaba sus torneos, pero ahora la tierra romana le ha dado todo el sexy de su Olimpo y consistencia.
Rafa le tenía ganas a su infortunio en la raqueta de "Nole". Y salió a por él. Le machacó brutal y avaramente en el primer set, el serbio se recuperó en el segundo, pero en el tercero el manacorí le volvió a soltar calidad a raudales en forma de golpes sensacionales. Djokovic estaba cansado, pero eso no se acepta como excusa. Un número 1 debe estar por encima de cansancios y exigencias.
Nadal se sintió liberado en las proximidades del mítico Rolland Garros, y ahora se nota de nuevo capaz de ser otra vez le Roi parisino. Es su terreno ideal, sus cinco sets, su Philipe Chartier, sus mejores momentos, su tenis de fondo y de fábula, su terreno inexpugnable, y su campo perfecto para sus batallas épicas y profundamente triunfantes.
Esa es la mejor noticia para Súper Rafa. Que, se ha levantado y de qué manera. Y cuando el manacorí se iza, no mira de rivales. A su bestia negra le ha barrido en Roma, y ya no le tendrá temor en el Garros.
Parece ahora que el gran enemigo en medio de su amada arcilla roja, será él mismo y sus circunstancias. Su rodilla se pone en modo dolor cuando debe pisar cementos excesivos, y se condicionan sus opciones. Pero en la tierra es otra cosa. En la tierra batida, Rafa es él mismo y no teme a nadie. Y su Rolland Garros 2019 ya lo tiene a tiro de piedra. Porque aunque "Nole" siempre le pondrá toda la oposición, los cinco sets benefician en la concentración al mejor tenista español de la Historia.
Con Federer en sus últimos geniales coletazos, sus jóvenes adversarios se llamarán Thiem o Tsitsipas. Pero pasará la mismo: que son cinco sets y que Rafa no suele pasarse tantas mangas sin gana ni reacción. El fondo es su amigo, y su veterana sabiduría, la catapulta para embolsarse otro enorme Slam. Con Wimbledon, el más carismático de los torneos del planeta tenis.
El triunfo romano es un gran descanso, y su épico rosco del primer set a Djokovic una bocanada de masaje sobre sus rodillas lesas. Rafa parece vitaminado y vacunado para liarla otra vez.
Pronto hará treinta y tres años, y este hecho es en él fascinante. Con la cantidad de éxitos y de caídas, y de leches, y de desgastes, y de escepticismos pesimistas, este extraterrestre lo resuelve todo con raza, convicción y frialdad, que combina con la explosividad de su casta y con sus arreones de gran tirano que domina los puntos con fruición y necesidad. Y cuando te quieres dar cuenta, ya te ha jodido.
Sí. Impresiona el gen de Rafael Nadal. Su magia insaciable para rehacerse y volver a ganar. Este tío, en cuanto se levanta, te deja seco. Y sobre todo, que se le ve con ilusión para seguir haciendo su tenis arriesgado y de crochet cuando es el momento.
Rafa Nadal no tendrá la elegancia de Federer o Djokovic, pero su longevidad va paradójica a sus aparentes desgastes. Es un hércules colosal, cuyo mayor atributo es su cerebro y su saberse guerrero imparable.
Esa mezcla de explosividad y de concentración de ajedrecista, es a veces absolutamente insoportable para todos sus rivales. Impresionan sus ganas de darlo todo cuando ya todo lo ha ganado. Gusta su "vamos" autoanimador y cuando cierra su puño tras un punto muy favorable. Se sigue tomando el tenis como un adicto, se concentra como si llevara unos auriculares antiexteriores, y raramente le verás cabreado rompiendo su raqueta a frustraciones.
Dentro de su realidad, le Roi Nadal acepta sus errores y muestra practicidad y soluciones. No es de lamentarse. Es una leyenda que hace que el tenis se vuelva carismático y asilvestrado. Le da emoción a este deporte televisivo e internacional.
¡VAMOS, RAFA, A POR EL R.GARROS 2019!

- LO QUE QUEDA DE ALBERTO. -




Me llamó a casa el otro día. Había cuidado a mi madre durante cinco años, y siempre se lo agradeceré. Y cuando estaba muchísimo mejor de lo que ahora está, me ayudó a mí y cubrió huecos inmediatos e importantes para mis carencias.
¡Oh, el tiempo! El paso del tiempo es una bestia si te lo has montado mal. Yo nunca supe al principio quién era Alberto. Lo único que sabía era que estaba y vivía en la barriada y que le necesitaba. Era bullidor y vitalista, madrileño, feo y miope.
La vieja y extinta vecina conquense María, le recogió del suelo y le convenció para que se fuera a casa con ella a vivir. La soledad hace amigos y abraza las mutuas comprensiones. Se rehizo bastante Alberto, y ayudaba a las personas mayores del barrio con su buen deseo, su picardía, su nobleza final y hasta con su valentía. Era un excelente pintor de brocha gorda. Doy fe.
Pero a Alberto le cubrían demasiadas capas. Había dejado Madrid de bien chico, su noviazgo fue un desastre y lo dejaron, y entonces construyó y mal la fantasía de su aventura vital. Fue feriante, y hacía lo que le mandaban. Pero en su interior, siempre hubo un gran vacío. Decidió renunciar a crecer, y se dejó ir.
Un día, descubrí que le daba al morapio. Sí. Era alcohólico, aunque camuflaba bien este exceso. Solo cuando abría su pequeña boca de labios finos, salía un poquito de evidencia etílica. Jamás le vi beodo. Pero debía coger unos pedos apasionantes ...
Apenas tenía amigos. ¿Amistad? Alberto quería ser independiente y huír de la realidad sin renunciar a la acción. Se metía en líos juveniles cuando se le iba la olla, y un día aquí en mi Valencia y en donde reside desde hace décadas y está muy a gusto, le dieron un palazo y el destrozaron el bazo. Ya no podría recurrir al alcohol sin lamentarlo a raíz de este hecho. Recuerdo que el bajito Alberto se encabronaba cuando me hablaba de estas cosas. Luego, me di cuenta de que lo que le jodía era que con el bazo así, un exceso de alcohol le ponía fatal y le llevaba a una muerte segura. Y entró en espirales extrañas, todas de escaso futuro y temporalidad.
Pero aún así, Alberto tenía jugo de vida. Y seguía pintando, y yéndose de aquí para allá, y caminaba, y venía a casa, y se iba, y mi recuerdo de él era otra cosa. Un día me di cuenta de que era un raterillo. Comprendí el porqué de esa patología en él, y acabé aceptando cómo era. Necesitaba ser listo y joven para no sentirse una mierda.
El otro día todo confirmó mis diagnósticos. El tiempo le bambolea y le convierte en un físico afectado y de guiñapo, y en un pobre hombre avejentado y enlentecido. Sí. Me afecta verle esa lentitud. Preferería verle vivo, pícaro y fantasioso. Pero ese tiempo se le acabó, y ahora Alberto es una pena ...
Sí. Lento. Enlentecido al hablar, pastoso, más que vulnerable, casi sin picardía, desnudo y facilote. Un abuelo con sesenta y ocho años, en el fondo tiernos.
Llamó al timbre de abajo. No sé cómo logró subir mis tres pisos sin ascensor. Ya no tiene ninguna fuerza y es una sombra andante. Su discurso era dubitativo, oscilante y un tanto perplejo. Como si don Alzheimer comenzara a rondarle. Me confesó que lloraba mucho de impotencia cuando nadie le veía, y yo también me emocioné. Su deterioro me puso demasiado mal. Mi otrora brazo derecho, tomaba unos rumbos preocupantemente definitivos. ¡Mal asunto, Alberto! ...
Me dijo que ahora se cuidaba, y que no hacía ya burradas, y que una asistenta social le ayudaba mucho a no descarriarse demasiado. Y yo solo podía acertar a decirle que sentía mucho lo que le pasaba, y que siempre que llamara a la puerta y estuviera, yo siempre le abriría.
Él siguió intentando hilvanar frases. Lo conseguía a un cincuenta por ciento hasta que le ayudaba a terminarlas. Lleva bastón y se cae con frecuencia. Le fallan las piernas y le falla todo. Y yo creo que lo que más le falla es su sensación mental y casi inesperada de derrotado que ya espera lo peor, que no es otra cosa que lo inevitable.
Como es pillo y yo le conozco, me sacó diez euros. Fue un pacto de amistad más que una argucia de estrategia. Cuando se fue, pensé en la fortaleza de las mujeres hermosas y en los tipos que baten récords mundiales de alegría y experiencia.
-Y ME PUSE TRISTE Y TAMBIÉN SALÍ DE LA CASA-

martes, 14 de mayo de 2019

- DORIS DAY, LA NOVIA DE AMÉRICA. -




Ñoño y mágico. Otro tiempo sentido y maravilloso. Los ojos y la sonrisa musical de Doris Day. Mi barrio queda antiguo, mis padres, mis tíos, gente de mi edad, y hasta la peluquera o la panadera hacían alusión a la gran novia de América llamándola "la Doris Day" ...
Se acabó aquel cine de antaño. El cine en el que triunfó la Julia Roberts de aquel tiempo. Cuando Richard Gere o Cruise, eran Rock Hudson o Clark Gable.
Ha fallecido Doris Day a los noventa y siete años, pero su vida es para una gran novela de placer, comedia y hasta dolor. Mucho de todo, y predominando el escepticismo y el desencanto de la actriz y cantante. Más que popularísima y especial dentro del conservadurismo atávico yankee, a la que nunca le alcanzó la lotería del Oscar.
La figura de la Day se hace imprescindible para entender aquel determinado cine de comedia. Doris nunca pasó desapercibida para nadie. Tuvo ese imán o gancho hasta su expirar final. Y eso que su última película de cine data de 1968. Luego, la tele, ya no fue lo mismo para esta descomunal estrella de aquel Hollywood de mitos y leyendas.
La fuerza del nombre de Doris Day. Se casó y se descasó, y soltó aquello de que los animales eran mejor que los hombres. Y se hizo animalista y activista de ellos, y mantuvo siempre su dignidad de gran diva. Doris Day fue una diva casi intentando ser antidiva. Huyendo de la decepción, pareció segura y activa con el sinsabor o la adversidad.
Sé que hay gente que no sabe ni sabrá qué y quién fue Doris Day. Pero también sé que sigue habiendo muchísima gente que igualmente la recuerda perfectamente y que nunca puede olvidar sus cosas, sus películas, sus ñoñerías interpretadas, su voz, sus canciones, su mundo edulcorado de color intenso y su papel de imposturas.
No ha muerto cualquiera. Porque el recuerdo sigue ahí potente como un imán gigante. Y la distancia del tiempo marca una brecha más que definitiva. La misma brecha que la inimitable Doris Day ya percibió mientras hacía aquellas películas y se daba cuenta de que no iba a ninguna parte, pero que a su paso se generaba expectación, curiosidad y arrobo. Las cosas de Doris Day.
La Day ha mantenido a pesar de su otro tiempo que ya no existe, una rara y mágica cercanía con nosotros. Esa ñoñería sirvió para marcar unos tiempos evidentes que quedan ahí.
Y Doris se descabalgó de ese fofo glamour, y orbitó otras galaxias paralelas en busca de otros celuloides y de otros planos de expectación. Sí. Doris Day mandó a paseo a su Hollywood,-solo la comprendió Alfred Hitchcok-, y se fue de allí para nunca más volver. La Day se dio cuenta de que hay finales definitivos y trató de ser siempre libre a todo meter en la decisión que tomó. Doris parecía ser todo lo contrario a la dama enamorada de clichés y de apriorismos miopes.
Doris Day ha sido grandísima. Y para ello le ha bastado laboriosidad, personalidad y familiaridad. Ha sido la novia de su país/imperio durante todos los años que quiso. La chica del beso tierno y pícaro, y de la sonrisa previsible y melíflua. Sí. Pero, para esconder, otro espíritu personal más real y auténtico que acabó por hacerla todavía más grande. Hoy, 2019, la hija de la peluquera o de la panadera de mi barrio afirman haber oído hablar de ella.
-Y SABEN QUE HIZO CINE DE ÉXITO-

domingo, 12 de mayo de 2019

- "CARLOS". -




Le llamaré, "Carlos". Da igual. Su nombre es lo de menos. Lo que más me atrae de él es su peculiaridad. Es escurridizo, cobardón y testarudo. No me gusta Carlos. Porque Carlos vive en un mundo imposible y propio, injusto y hasta resolutivo.
Carlos va a la suya y nunca da demasiadas explicaciones. Le preocupa enormemente su posición social. Pero sus ojos le delatan. Es una mirada triste y sin brillo, hace las cosas porque no tiene más remedio, y no va a tolerar rivalidades.
Se siente estafado en su familia pero nunca lo dirá. Y, fracasado. Cosa que tampoco podrá confesar. Porque está lleno de miedo a que las cosas consolidadas se desmoronen y no le cuadren.
Carlos, es exigente en extremo, megaexigente, vanidosón y definitivo. Es bajito, pero es lo de menos. Él se siente agrandado y magno, diferente y especial, el mejor padre y hasta el mejor amigo de su hijo. Importante.
Carlos se afirma como conservador, y no gusta de las cosas complejas porque no cree en ellas. Confunde a menudo lo simplón con lo sencillo, y le gusta  a él decir siempre la última palabra. No los demás ...
El silencio le aterra porque le delata, y a veces le lleva al sueño absurdo. Carlos es independiente, el jefe de sí mismo y de los suyos, y nunca es partidario de cambios ni de revoluciones inadmisibles para él. Porque piensa que le conviene que todo siga como está; que todo sea rápido y en extremo previsible. Carlos aún es joven pero es un viejo. La sorpresa ya le pasó, y no cree para nada en ese azar. Amargado e impotente, trata de impostar la imagen y la idea de un hombre práctico y baqueteado con capazos de experiencia.
Carlos nunca sabe lo que es el futuro ni lo que ha de venir. No cree en el futuro, porque creer en él es imaginar paradigmas placenteros en su vida, los cuales nunca aparecerán.
Carlos no piensa. Nunca piensa. Y cuando lo hace, es para contenerse y lamentarse. Carlos lo rompía todo, lo hacía añicos, tendría valentía y también muchísimas incomprensiones dado que ha creado un personaje que tiene su cara y su cuerpo pero que no es él.
Se separaría de su mujer, se liberaría de todas las ataduras, y hasta se iría de la ciudad alejándose de todos sus familiares. Se iría lejos, bien lejos, a otros lares en donde quizás su sonrisa inexistente pudiera dar paso a un rictus prometedor de paz y mejora.
Carlos va por la vida de serio y de listo. De, que no pasa nada y de que todo está controlado. Carlos va de responsable, de padrazo, de pionero de iniciativas, de caritativo y también de defenestrador.
Carlos no tiene rivales. Tiene enemigos, y es colérico y abrupto. Si te encuentras con él, sonríele aunque no te haga ni caso porque es mejor. Seguro que si estás con él o le rivalizas, te encontrará pegas y superará alguna de sus dudas hasta hacerte ver que siempre es y será mucho mejor que tú.
Símbolo e hijo de su raíz y de su modo de ver las cosas, y cededor ante la religión y la tradición. Él será un preservador más de la costumbre y del pasado. No tendrá más carajos que convivir con el nuevo tiempo de hoy, pero se ajuntará poco con él. Vivirá un tiempo suyo paralelo con el presente, y dejará pasar las horas y los días.
Y Carlos seguirá desilusionado y replegado hacia sí mismo. Y le dará igual un abril que un octubre, la sonrisa de un gato o el vuelo de un elefante. Carlos es el enfant terrible de sí mismo. Siempre, su peor enemigo. Por eso el bajito y malencarado Carlos y en cuanto puede, cierra las conversaciones y se va. Se va muy rápido, camino como siempre de una parte que no es real y solo formal.
- ¡ALLÁ "CARLOS"! -

martes, 7 de mayo de 2019

- OTRO "ROMAZO" DEL BARÇA, AHORA EN ANFIELD= ¡¡¡DECEPCIÓN!!! -




¿Existe el fútbol? ¡No existe! No me interesa hoy el fútbol. Todo son lloros en el Senado azulgrana. El amarillo dicen que es gafe. ¡Hoy no se cena del disgusto! Han machacado al Barça otra vez, porque el Liverpool le ha dado un meneo de narices y lo ha tirado al suelo.
¡No habrá final! ¡No habrá Champions! Solo hay decepción y desastre. Perder es jodido. La cagada de Roma sigue en pie. Valverde se tambalea, la Liga o la Copa parecen un sarcasmo, todo es un llorar y todo es pasarlo mal. No está Xavi, ni Iniesta, ni Puyol, ni Víctor Valdés, ni Neymar, ni Alves... ¡No hay casi nadie! De Messi no pienso hablar. Messi es dios y no es culpable de nada. Messi bastante ha hecho con crear de la nada todas las ilusiones. El tiempo del dolor es cruel. Hoy no se dormirá bien aquí. Todavía oigo risas mórbidas y de descojono de Sergio Ramos, de Cristiano, y de toda la gran vergüenza europea. ¡Qué puñetera verdad el exclamar a los cuatro vientos que se ha hecho el puto ridículo! ...
El Barça no podrá volver a ser grande si no gana la Copa de Europa. Porque además de al extraterrestre, ¿a quién tiene el equipo de Bartomeu? ¡A nadie! A tipos medianías que han aprovechado que tienen a Messi, y que la Liga española está mediocre con el Real desnudo y con el Atlético romo y perdedor.
El Barça ya no pinta un carajo en Europa. Hace muchos años que nada de nada para la Gran Copa de Europa. El extranjero es la gran prueba y el gran monstruo tabú que tira de la manta y saca a la luz todas las realidades. Toda la mediocridad.
El Liverpool se ha dejado la piel en el campo y ha sacado el alma. ¡Admirable! Ya la sacó en el Camp Nou, pero el dios Messi hizo los milagros y varió los "prepesimismos". La desnuda realidad es el lloro del menor. El Barça es un enano europeo que ya no acojona a nadie. Es una pura lotería. Un mero azar de baratija que ya no sirve para ser serio ...
Los jugadores de Valverde son defensivos y están viejotes. No existe ahora la Liga ni la Copa sino la lágrima libre y brutal. El gran hostión y la gran desgracia de la evidencia.
El Liverpool nunca caminará solo. Y menos, ahora. Todo el mundo parece red del Liverpool. Solo los Beatles nos traerán de allí las buenas sensaciones. El hoyo de la tumba del Barça ha superado todos los "romazos", y los maléficos brujos nos ganan el espacio y nos comen.
Los diablos rojos demuestran sus hechuras de equipo aguerrido incluso sin Firmino y Salah. Lo del Wanda del Atlético será cosa de sabor inglés. Dalglish, Kennedy, Rush, sigan poniendo nombres. Y todos los que quieran del Tottenham de Pochetino.
¿Y el Barça? ¿Dónde coño está Guardiola?,¿qué fue del tiki taka y del fútbol del jogo bonito rivalizador con el Brazil de Pelé?,¿por qué estamos todos los barcelonistas tan jodidos?, ¿por qué a mí?, ¿aún les salvaremos la campaña horríbilis al Real Madrid del ex Mourinho? Es para escupir y no hacer caso al fair play. ¿El saber perder lo inventó un bobo? El fútbol es pasión y suerte, coraje y saber estar. Y sobre todo, ¡no tener miedo! ¡Qué se lo digan al Ajax! ...
El europeo equipo triunfador del Pep Guardiola jugaba un fútbol de ensueño. Como cuando España ganó la Eurocopa y el Mundial de África. Si no podemos jugar ya así, todo se reduce. Si no presentamos un fútbol regular ya así, todo se reduce. Si no presentamos un fútbol regular y valiente, el Txingurri debe irse a su casa y no volver.
El Barça necesita un entrenador. Un Kloop o un Guardiola que nos saque de nuestro modesto y paleto Seat 600 y nos lleve al gran Ferrari o Mercedes. Hemos vuelto a las patillas y a los pantalones horteras, de campana. Hemos vuelto a sufrir y a la segunda posición o nivel de la Champions. No hemos hecho nada. El atrás solo sirve para llorar y tener nostalgia. Hoy Cataluña llora por su equipo adorado. Siempre se veía venir. Nunca nos hemos fiado en los últimos años de la Champions. Porque intuíamos que nos la íbamos a meter nuevamente. ¡Joder! ¡Alucinados! ...
-D.E.P. Y QUE RESUCITE PRONTO.-

lunes, 6 de mayo de 2019

- JORDI ÉVOLE DEJA SU "SALVADOS". -




Le vi entre cansado y decepcionado. Jordi Évole sigue espontáneo y crecedor, sensato, catalán y lógico. Su programa "Salvados", ha sido el mejor que nadie ha parido en once años en mi España.
Jordi Évole fue astuto al principio y construyó un personaje divertido e irreverente para abrirse paso entre los periodistas seriotes del Poder. Pero ese registro era ironía y carga de profundidad. Jamás buscó efectismos.
En realidad, construír periodismo no es otra cosa que mostrar una personalidad coherente y lo más natural posible. Y poner en jaque a los poderosos o intocables, sin perder las formas. Como buen método para llegar a ellos, y que después cada uno en su casa que decidiese.
Évole hizo un programa innovador y profundamente valiente. Buscó y trató de entrevistar a todos, pero sin gritos y contrastando argumentos de calidad. Hurgó hasta debajo de las piedras buscando la carne de la profundidad, sin importarle qué pasaría después.
Nunca se olvidó de la gente. Él nació en el industrioso Cornellá, y sabe qué suelo debe pisar. Sus zapatillas, sus pantalones vaqueros de enfant terrible, su eterno chico y su barba de despreocupación. Su gamberreo loco y calculado a un tiempo, construyó un programa de referencia.
Y en "Salvados" se evitó el circo y el griterío. Jordi siempre ha huído de ese circo. Quería que el espectador escuchara nítidamente el paso del agua del río. Cuando entrevistaba a alguien, lo que buscaba es que fueran ellos los que se pusieron solitos en evidencia.
Jordi fue haciendo el programa paulatinamente sin recurrir tanto al juego del humorismo o de la provocación. Fue madurando hacia un periodismo televisivo potente, y su mirada siguió inquisitiva y clara. Como siempre.
Por su programa pasaron los protagonistas más esperados. Otros, no quisieron acudir porque le temían. Temían su periodismo sencillo, que escondía un mortero directo de agudeza y talento. El que hacía reír, era de temer ...
Programas inolvidables en once años de liderazgo absoluto. Calidad a raudales. ¡El mejor! Inolvidable ver a los negros rescatados en el Mediterráneo a punto de morir ahogados. O las descarnadas evidencias sobre los GAL. O la irrupción de un mafioso como Villarejo. O la mala leche de Maduro. O la evolución de Felipe o Guerra. O poder ver la frescura con la que las jóvenes hablaban realmente de sexualidad tan aparentemente tabú. En once años, su antología de programas sensacionales da para volver a volverlos a ver de modo tranquilo.
Évole parece cansado. Debe ser muy duro estar once años ganando la Liga de la Televisión en España. Seguro que quema mucho. El seguir, debe ser un acto de casi masoquismo. Y además habrá sufrido presiones de todo tipo y uno es humano.
Jordi nos deja sin el gran programa de todo este tiempo. "Gonzo" no puede ser Jordi. Su hueco nadie podrá rellenarlo, y nos entristece. Solo nos queda pensar con optimismo en los futuros relevos. Iñaki Gabilondo está metido en un pequeño video blog del que apenas sale. No me gustaría que le pasara lo mismo a Jordi. Le hemos cogido cariño porque es un valiente y nunca se calla lo que piensa aunque se haya vuelto más formal. Su pulso con el Poder ha sido fantástico.
Ha coronado el Everest de la magnificencia entrevistando al Papa. ¡Menudo poder el del Vaticano! Los gestos de Bergoglio, sus palabras y sus ritmos, ponen a prueba la raza y el talento de un periodista sin dueño ni comprador.
Se puede. Sí se puede. Es durísimo pero se puede hacer un enorme periodismo de calidad y sin excesivas alharacas. Jordi Évole no era nada cuando empezó y ahora es una referencia inexcusable. Un tipo de fiar que ha honrado con su credibilidad esa tela tan manchada por los mediocres y los vendidos.
¡GRACIAS, JORDI, POR TODO ESTE TIEMPO!

jueves, 2 de mayo de 2019

- MESSI, MESSI, MESSI, ¡MUCHO MÁS MESSI! ... -




¿Nadie ha visto el segundo gol de Messi ante el Liverpool en semis de la Champions en el Camp Nou? ¡Me cago en diez! Ya lo sabemos todo o casi todo de Leo. Que es un extraterrestre, que es imparable, que rompe todos los techos, que gana a cualquier fantasía, que ...
Mirad. Todos los mejores jugadores del mundo están demasiado debajo de este dios. Hace lo que quiere. Absolutamente, lo que le da la gana. Él solito le ha dado al Barça el noventa por ciento de su nueva Liga lograda 2018/19. Él solo ha plantado a los azulgranas a un paso de la Final del Wanda Metropolitano de Madrid. ¡¡Sí!! Él solo lo ha hecho. Lo puede hacer. Lo va a seguir haciendo.
Lo de Leo es un don genético. Es seriote y retraído, tiene cara de enfadado, parece frío,y lo único que parece importarle es el gol y la victoria. Todo lo demás, parece aburrirle.
Siempre me decanté por Maradona. Yo decía que el Pelusa no necesitaba correr, que mandaba, y había ganado Campeonatos del Mundo. Pero nunca ya sé qué pensar. El cuerpo me pide una cosa, y el cerebro, otra. ¡Oh, Leo Messi! ¡Qué grande es esa Pulga! ¿Por qué nos sigue dejando a todos con la boca abierta y sin adjetivos a pesar de haber podido ver a Pelé, Cruyff o Maradona? ...
Son demasiados porqués para ser racional. ¡No me da la gana ser racional, sino disfrutar lo que gozo cuando veo a Leonel haciendo pura magia ganadora. No quiero pensar por qué es tan grande. ¿Para qué pensar, pudiendo verle en acción? 
¿Dónde están los mejores defensas?, ¿hay alguien que pueda pararle?, ¿dónde andan mínimamente los más fuertes rivales de Leonel? ¡No hay nadie! ...
Da igual lo que Messi haga, porque va a acertar. Si un día andas algo pesimista y no crees en él, te vas a arrepentir.
En la Liga española se ha desprendido de un Real desnudo e inexistente, y de un Atlético de Simeone demasiado atrás.
En el mundo, reina. Él y solo él es el fútbol. A veces le ves peque y con alguna pubalgia, y van pasando los años y todo éso, y piensas que su fútbol genial no pueda ser verdad. ¡Claro que lo es!
¿Algún favorito estando Leo para ganar la Champions o la la Copa del Rey?, ¿el Ajax acaso con su frescura y juventud?, ¿una remontada del Liverpool de Kloop en Anfield acaso? ¡No! Leo Messi siempre cumple lo que promete y es el terror del Garden. Ve el fútbol a la velocidad de un ajedrecista de lujo, y para él la filigrana letal es su dulce y golosa merienda. Leo Messi es el fútbol. Y el día que se retire, ese fútbol perderá muchísimos alicientes. Como cuando Air Jordan dejó muy huérfana a la NBA. O como cuando Rafa Nadal diga adiós y se esfumen todas sus corajudas épicas. Como le pasó al ciclismo español cuando vio hacerse mayor a Miguelón Induráin.
¡No me hagáis pensar en temibles futuros! ¡Messi está ahí sobre el verde césped! Y lo demás nunca importa nada. La Pulga toma el balón y caracolea, y de repente es Torpedo Müller y ya te ha fusilado y se ha acabado toda la estrategia del partido y estás finiquitado total.
Leo le da al contraataque y no solo con el balón cosido a su bota. Lo que tiene en la cabeza no solo es que regateará hasta a su sombra, sino que la va a enchufar. Y, lo hace. Y otro, y toma, y toma más, y más, y más Messi, y siempre Messi, y 600 goles, y Botas de Oro y Balones, y enmudece la creatividad de los comentaristas los cuales ya no saben qué más bonito decir de su magia.
Lo dicho. Vean lo que quieran de Messi. Elijan su mejor gol. Tienen faena por delante. Ahora sabe a placer su segundo gol ante el Liverpool en la ida en Barcelona. Pero quedan cientos de sorpresas todavía gracias a su genio.
¡ESTE TÍO ES INCREÍBLE!